Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Bang, bang! The time shot me down - por Abraham

El autor/a de este texto es menor de edad

Fly me to the moon
Let me play among the stars
Let me see what spring is like
On a, Jupiter and Mars
In other words, hold my hand
In other words, baby, kiss me…

Ahí estaba yo, en el bar de Phillies; como siempre, o casi siempre. El bar del viejo Billy todavía era un buen lugar, sin aquellos chillidos a ritmo de Rock n’ Roll. Alejado de toda esa juventud rebelde. Cuál era el motivo por el que frecuentaba ese lugar, os preguntaréis. Pero, ¿por qué os lo preguntáis? ¿Acaso habéis entrado aquí en busca de algo…?

– ¿A qué hora cerrarás hoy? – dije tras catar el último chupito de whiskey, o uno al menos uno de los últimos.

– Hoy seré benévolo. A las 6:00. Aunque la clientela no es que esté para echar cohetes…

– Eres mi héroe.

Realmente, lo era; era mi héroe. Qué triste ¿no? Los niños leían Superman mientras yo dormía y cuando ellos casi despertaban yo llamaba héroe al dueño de mi bar preferido, todo por cerrar más tarde.

Muchos dijeron que tiraba mi tiempo ahí. Pero ¿qué haría si no? No tenía adonde ir. Sólo me esperaba una cama rancia en un motel a dos kilómetros y un millón de pavos en el banco. Algo menos, le debía lo suyo a Billy. ¿Qué hacía yo durmiendo en un motel y bebiendo en un tugurio con un millón de pavos en el banco? Bueno, ¿y por qué no iba a hacerlo? ¿Qué hacer entonces? ¿Aprender español? La Santa Muerte sabe hablar en todos los idiomas; y sólo quiero hablar con ella en caso de que esté buena. ¿O viajar? Realmente, no me apetece. ¿Y por qué debería hacer algo que no me apetece? Nadie se ha planteado eso. O se lo ha planteado y le han escupido a la cara.

Al final, ¿qué somos en la vida y qué creemos ser? Pensamos ser algo así como salvadores, o gente «consciente». Todos tenemos expectativas, que casi nunca se cumplen. ¿Qué significa la vida y por qué debería ser feliz con ese millón de pavos? Al final, para ricos y para pobres, nuestra vida es como un cigarro: algo consumido por el vicio. Somos efímeros. El tic y el tac dictan nuestra existencia. Tic nos da lo que tac nos arrebata: Tic nos da un nacimiento, unos padres, una familia, quizás algún hermano, un amor y, mientras, sin que te des cuenta, Tac va consumiendo poco a poco todo lo que Tic nos dio. ¿Cuán turbia puede ser la vida? Nos da todo y, de golpe, nos lo quita. Demencial. Tic sería el mechero y Tac serían las caladas que poco a poco consumen el cigarro. Después ese cigarro se tira y se pisa, muchas veces con todavía una efusiva chispa…

Tengo un millón en el banco, pero ¿y qué? No quiero viajar, no quiero comprar, no quiero tener estúpidas relaciones sociales,… ¿para qué mierda quiero ese dinero sino para pagar mis copas en Phillies?

Los pensamientos iban y venían, como todas las noches, cuando un tipo y una mujer entraron al bar. Billy había jugado bien sus cartas, consiguió algo más de caja.

— Buenas noches. El mejor ron que tenga, para mí y para la señorita pelirroja.
— Marchando – contestó Billy.

Pasaron unos segundos, instantes en los que cientos de personas habían muerto en todo el mundo por culpa de Tac y miles de personas habían nacido gracias a Tic, y el joven preguntó: ¿qué muerto está esto, no? Nadie contestó. Era obvio que estábamos, no muertos, sino siendo víctimas del consumo de la vida. Era como preguntarle a un váter si le ha ido bien el día.

Billy les sirvió y ellos se apoyaron en la barra, seduciéndose el uno al otro.

Verlos me hizo sentir triste. Era un pensamiento al que no estaba acostumbrado a llegar. Recordé mi juventud; en aquellos tiempos yo tenía una muy buena «amiga». Siempre estábamos juntos y nada parecía poder separarnos, hasta que ella se mudó por el trabajo de su padre. Prometimos llamarnos todas las semanas, pero eso no fue verdad… En el fondo, ella y yo nos queríamos, era mutuo, o eso quiero creer. Fue el tiempo; él nos aniquiló. Ahora está casada y tiene niños, y yo estaba ahí, en un puto bar: añorándola.

¿Y sabéis dónde me encuentro ahora? Muerto, o casi, consumido por un paso del tiempo que no supe aprovechar. Y la culpa la tenemos los dos.

Ccomentarios (1):

lunaclara

02/05/2013 a las 21:41

Tu relato esta muy bien escrito, de forma desenfada y tal pero correcta. Echo de menos algo mas de accion, algo que sacuda al pobre que esta medio depre. Eso de terminar diciendo que la culpa es de los dos no me cuadra como final. Falta saber mas sobre ellos dos!! Aun asi, me ha gustado mucho. Muy bien escrito. Felicidades!

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *