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El día "D" - por Inés
Llevo 13 años casada y no, no soy supersticiosa, pero he recibido una llamada telefónica que me ha quedado desconcertada, cuanto menos. Era una voz varonil y desconocida que me ha instado a ir a una dirección donde, según su mensaje, descubriré algo sobre mi marido que cambiará mi vida. Mi primera reacción ha sido no creer ni un verbo pero mi cabeza no deja de dar vueltas a las palabras de aquel hombre.
Sin yo misma creerlo me descubro caminando hacia aquel sitio, un antiguo museo reconvertido en bar donde, sobre todo, se reúne gente de negocios y que por suerte no está muy lejos. Los nervios recorren todo mi cuerpo. ¿Qué hace una mujer como yo caminando a estas horas de la noche sola por la calle? Quizá no ha sido una buena idea, mi marido estará trabajando en su oficina como muchas otras noches, al fin y al cabo llevar un negocio tan próspero conlleva sus sacrificios. ¿Quién será aquel hombre? y ¿por qué me habrá dicho eso?
Por fin y casi por inercia, me encuentro frente a la fachada del local, que por suerte tiene grandes cristaleras y permite ver parte del interior, sobre todo de la barra, y allí vislumbro a mi marido con otra mujer. Mis ojos no dan crédito, me quedo paralizada, mis piernas tiemblan, un sudor frío recorre mi cara, no entiendo qué pasa, mi capacidad de reacción merma por momentos.
Finalmente decido volver a casa intentando tranquilizarme pero no logro controlar mis ganas de llorar y atrapada por el pánico, mi cabeza da rienda suelta a su imaginación. Creo que lo mejor será disimular y olvidarme del tema, continuar con esta vida llena de comodidades, la vida que siempre deseé. Ya veré cómo se desencadenan los acontecimientos, mañana será otro día.
Me meto en la cama y casi al instante el teléfono suena insistentemente, casi exigiendo que conteste, titubeo a la hora de cogerlo pero la curiosidad o, tal vez, la necesidad de respuestas me supera. Otra vez esa voz que me dice: “Ya sabes la verdad, tu marido tiene una amante, te preguntarás por qué lo sé y quién soy, pues bien, la mujer con quien le viste es mi querida señora esposa. Empecé a sospechar cuando tardaba en llegar a casa y fue entonces cuando decidí alquilar una de las habitaciones del hotel que da justamente al bar. Pensé que debías saberlo, no nos merecemos esto”. Ha colgado sin darme la posibilidad de intercambiar ni una palabra con él.
A mi mente llegan preguntas constantemente, ¿él? ¿una amante?, no puedo asimilar eso, mi matrimonio es prácticamente perfecto, basado en el respeto y la confianza. Una parte de mí acaba de morir, siento que me falta el aire. Seguro que ha sido porque nunca pude darle un hijo, ya me lo dijo mi madre, eso al final pasa factura. Soy un desastre, ha tenido que buscar fuera lo que no encuentra dentro. ¿Qué voy a hacer ahora?, mi madre ha fallecido hace poco, no me queda más familia, ni siquiera amigas con las que poder hablar, me separé de todo para cuidarle. Si me deja me quedaré sin nada y todo eso sin contar que seré la diversión del barrio.
Esa misma madrugada, se dirigió de nuevo al bar donde su marido, su gran amor, seguía con aquella mujer exuberante de melena larga y rubia y bastante más joven que ella y con una mezcla de tristeza, impotencia, inseguridad y miedo dejó caer su cuerpo por el puente de aquel distrito a no más de 100 metros de allí.
Nunca sabrá que su marido, su querido Fede, lloró su muerte como si no hubiese un mañana. ¡Sólo eran negocios!
Comentarios (5):
Josep García
29/04/2013 a las 16:00
Me ha gustado. ¿Por qué el cambio de narrador? Creo que de mantener la primera persona habría mantenido un toque especial.
lunaclara
30/04/2013 a las 16:21
Me ha gustado mucho. Mantiene todo el tiempo la tension y el interes. Me gusta el cambio inesperado de narrador. Se notaria menos en una historia mas larga, supongo. El final es triste claro. Quizas un salvavidas final le hubiera dado otro toque: que el creyera q estaba muerta y despues apareciera viva, jeje… Felicidades!!
Inés
30/04/2013 a las 16:39
Muchas gracias por vuestros comentarios! me hacen especial ilusión ya que es la primera vez que participo, todas vuestras aportaciones son de gran ayuda. Respecto al cambio de narrador veo que hay controversia, jeje, simplemente me pareció una forma de introducir la frase final “…Nunca sabrá que su marido, su querido Fede, lloró su muerte como si no hubiese un mañana. ¡Sólo eran negocios!” porque me parece que resume un poco todo aunque quizá no haya sido lo más acertado.
Olaya Pérez
30/04/2013 a las 20:03
Estoy de acuerdo con Josep: quizá incluso un mensaje en primera persona postmortem hubiera casado mejor. Por lo demás, me ha gustado mucho. Es interesante de principio a fin y está muy bien redactado. Otra cosa que me ha gustado es que refleja muy bien la manera de ser de la protagonista y la visión que tiene de su matrimonio.
Enhorabuena por el relato y nos vemos el próximo mes!
Teresa
06/05/2013 a las 23:06
Me gustó Inés, atrapa al lector. No te hubieras tirado, lo hubieras tirado a él!!! Muy bueno.