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La actriz y el soborno - por pseudónimo: ClarineteR.
La actriz y el soborno
Un viejo teatro cerrado durante varios años por problemas logísticos, o al menos así fue como lo publicaron en todos los medios de comunicación. Anuncia su reapertura a bombo y platillo, y con gran entusiasmo en periódicos, radio y televisión, con una obra que en su día tuvo polémica.
La obra que se representó en su momento se titulaba “La profecía de un viejo cuervo”, la actriz que representaba el papel principal tuvo un accidente grave en el teatro y se rompió una pierna, enseguida buscaron una sustituta, y al no poder encontrarla , entre las actrices del elenco, ni fuera de él, porque la representación había tomado el cariz de estar embrujada y maléfica y nadie quería formar parte del elenco, y entonces tuvo que dejar de representarse. El teatro y el libreto quedaron marcados como embrujados. Se corrió el rumor de que era peligroso representar dicho libreto y en ese teatro, y sin remedio tuvo que cerrarse.
Permaneció así durante veinte años, parecía una sala fantasma, hasta que cambió el dueño, y éste decidió reabrirlo, por motivos económicos claro está, y ponerlo en el nivel que obtuvo en su día.
La actriz que en aquel momento la estrenó y que por desgracia tuvo aquel accidente desafortunado, era hoy es una vieja celebridad, aclamada por todas la críticas publicadas como la mejor actriz veterana del momento. Figuraba en el cartel como la primera actriz del elenco, porque una vez más el dueño del teatro y el director de la obra decidieron que fuera ella la que representara el mismo papel que hizo en su momento antes de tener el accidente.
Cuando dio comienzo la obra y antes de que la actriz principal apareciera en el escenario, se presentó, sin llamar, en su camerino un hombre misterioso ataviado con una gabardina oscura con las solapas levantadas que casi le tapaba la cara, y con un sombrero tipo panamá, llevando en la mano un maletín repleto de dinero que abrió encima de la mesa donde se encontraba el espejo donde se maquillaba la actriz, mostrándole su contenido y diciéndole con una voz grave, enigmática y amenazadora que la obra no podía representarse bajo ningún concepto porque: “Esta obra no es ficción y corre un peligro si sale al escenario”. Ella se negó a recibir aquella amenaza y su soborno, tal y como lo hizo en su momento varios años atrás, él insistió en no saliera al escenario y que la obra se interrumpiera. Ella se negó a los deseos de aquel misterioso hombre, y lo conminó a que abandonara el camerino, pues la representación debía continuar, y que la dejara terminar arreglarse para aparecer en el escenario. Cuando el misterioso caballero abandonó con su maleta el camerino, la actriz terminó de arreglarse y se dirigió al escenario.
En medio de su representación y al final de su primera intervención, apareció un cuervo deslizándose desde el tejado del teatro para posarse en el hombro de la actriz. En ese momento las luces del teatro se apagaron quedando el escenario y el patio de butacas a oscuras. Al volver la iluminación, pues la oscuridad duró unos pocos segundos, la actriz había desaparecido.
Todos quedaron conmocionados, y comenzaron a buscar a la vieja intérprete por todos los lugares del teatro. Algunos viejos actores susurraban para sí que estaba ocurriendo como en aquella época, y que tanto la obra como el teatro estaban embrujados.
Tras buscar y buscar no localizaron ningún rastro de ella. En todo aquel desbarajuste entre los actores y el público, que también llegó a buscar por entre el patio de butacas, nadie se percató que en medio del escenario existían dos cuervos.
Aquellos dos cuervos, que estaban muy juntos y daba la impresión que uno vigilaba al otro, lanzaron el vuelo en dirección al techado del viejo teatro, donde se posaron en una de las viejas vigas existentes en el antiguo teatro.
En todo el teatro se oyó con claridad una voz femenina que decía: “Por favor, ayúdenme”. Todos, incluido el público que abarrotaba el teatro, comenzaron a buscar el origen de aquella voz sin hallarlo. Hasta que uno de los niños del elenco señaló desde el escenario el techo donde se encontraban los dos cuervos. Todos, incluido el público, miraron en la dirección señalada y vieron a los dos cuervos, uno de ellos movía el pico, y cada que vez que lo hacía se oía la petición de socorro.
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