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El peso de un compromiso - por AlexplaR.
<<Margaret, actriz española con una recién iniciada y exitosa carrera artística,miraba hipnotizada la estela que el crucero dejaba en la superficie del mar. Apoyada en la barandilla de la cubierta, sentía una atracción enfermiza hacia el vacío que se abría a sus pies. En su estómago se había asentado la sensación morbosa del vértigo. Esa noche estaba a punto de tirar por la borda toda su carrera artística. Todo por culpa de una promesa.
En unos minutos se reuniría con Ernesto Budia en su lujoso camarote. Se iba a convertir en víctima de un soborno al cumplir el compromiso contraído años atrás con su esquivo mentor: pagar la deuda adquirida a cambio de llegar a ser lo que hoy es.
“Un trabajo sencillo”, le había asegurado su “padrino artístico”.
Margaret sentía que la angustia iba creciendo en ella. La autocompasión y el desprecio hacia ella misma se alternaban en sus sentimientos.
“Un trabajo sencillo”, se repetía con ironía para sí misma. Al fin de cuentas solo se trataba de destruir la reputación y el crédito social de Ernesto Budia mediante el escándalo y ella era el detonante de tal infamia…>>
Oswaldo, con enorme esfuerzo, apartó la vista de la estela que dejaba el crucero turístico en las tranquilas aguas del Mediterráneo. No, no acababa de convencerle; la trama era vulgar y manida, no conseguía darle forma y los personajes carecían de la fuerza que a él le hubiera gustado.
Se había embarcado en el puerto de Barcelona en aquel crucero turístico, huyendo de la presión mediática de la prensa; la interesada de su agente literario y de la editorial.
Se había convertido en el escritor de moda de ese año con el éxito de su primera novela. Había disfrutado de la fama y los halagos, aceptado todas las invitaciones sociales y dejado querer por infinidad de mujeres deseosas de incluirle entre sus trofeos. Pero había llegado la hora de la verdad. La editorial quería rentabilizar los adelantos económicos que había desembolsado. Exigía otro original que reafirmara la “gran profecía”: Oswaldo Gutiérrez, futuro autor de "best seller" de la lengua española.
Desde la atalaya de la última cubierta las oscuras aguas tenían un atractivo inmenso. ¡Un final poético! Oswaldo imaginó las portadas de todos los periódicos con su nombre a toda página:
EL ESCRITOR OSWALDO GUTIÉRREZ
DESAPARECE DURANTE UN CRUCERO POR EL MEDITERRÁNEO
SE TEME UN FATAL ACCIDENTE.
¡Que sencillo era elegir un final en las novelas!, los editores, los agentes, los amigos… todos dispuestos a ayudar, pero en la vida real no era tan fácil.
Oswaldo quería apartar esos pensamientos de su mente, volver a los salones del barco, recibir las lisonjas, invitaciones, insinuaciones… pero sus manos se negaban a soltar la barandilla.
Ccomentarios (1):
Pilar (marazul)
19/04/2025 a las 18:35
Hola Alexpla: me toca comentar tu relato que he leído varias veces y te doy mi opinión.
Tu texto contiene dos historias diferentes unidas por un nexo, que es el hecho de que se desarrollan en un crucero (tal vez en el mismo crucero). En la primera historia la protagonista es Margaret, actriz, angustiada por el compromiso de destruir la reputación de Ernesto Budia, que había adquirido anteriormente.Tiene ideas de suicidio
La angustia de la actriz está bien reflejada en la descripción y el final se queda en el aire.
La segunda historia es la de Oswaldo, el escritor al que se le exige demasiada presión. Está a falta de inspiración y, como la actriz, se siente angustiado también. Incluso ya a la desesperada piensa en el gran final de su best seller: que termine con su suicidio.
Te comento: la idea de dos historias paralelas (actriz y escritor) dentro del mismo barco, con problemas parecidos y con pensamientos de suicidio, me parece original.
Tal vez si continúas la historia en una tercera parte y los reúnes a los dos, a la actriz y al escritor en el mismo crucero…hummm…! allí hay dos almas atormentadas con mucho que contarse.
En cuanto a la forma creo que la primera parte hasta “infamia” no debería de ir entre comillas, ya que no se trata de un pensamiento. Yo lo veo más como una descripción por un narrador omnisciente.Sin embargo en “un trabajo sencillo” si lo veo correcto porque indica algo que ha dicho otra persona.
En fin, que siempre está bien acudir a las técnicas y consejos que nos da Iria para salir de dudas.
Y por último decirte que a mi me gustan los finales abiertos, y las dos historias así lo dejan.
Me gustó leerte, Alexpla