Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Amor y muerte. - por María JesúsR.+18

En el pueblo, casi nadie iba a la estación a llamar por teléfono, a pesar de que las cabinas de la localidad eran con frecuencia víctimas del vandalismo. Sin embargo, el teléfono público de la estación siempre estaba en buenas condiciones, pues el jefe de estación solía rondar por allí, y durante la noche, la sala de espera donde estaba instalado se cerraba al público.

Una de las pocas personas que bajaban con regularidad a telefonear era Antonia, cuyo novio, Josemi, estaba cumpliendo el servicio militar en Cáceres. Antonia estaba profundamente enamorada de él y ansiaba el momento en que terminara la mili para poder casarse. Aunque en su casa tenían teléfono, prefería utilizar las cabinas públicas, pues su familia tenía la molesta costumbre de escuchar sus conversaciones, algo que la irritaba.

Aquella tarde, Antonia estaba sumida en su amorosa charla con Josemi cuando, de pronto, irrumpió en la sala un individuo, seguido de un cabo de la Guardia Civil. Antes de que pudiera reaccionar, el hombre la agarró, pasándole un brazo alrededor del cuello. Antonia, presa del pánico, soltó el auricular, que quedó balanceándose de su cable.

—¡Un paso más y le rajo el cuello! —amenazó el tipo, presionando una navaja contra la yugular de la joven.

—¡Genaro, no hagas una tontería! Suelta a la chica y entrégate, no empeores las cosas —dijo el guardia con tono firme.

—¡Apártate o la rajo, te juro por mis muertos que la rajo! —bramó el delincuente.

Manuel, el guardia civil, debió pensar que era un farol. Conocía a Genaro, un yonqui habitual del cuartelillo, con múltiples denuncias por delitos menores. Seguramente por eso desoyó la amenaza y se lanzó hacia él, dispuesto a desarmarlo. Pero Genaro fue más rápido. Acorralado, deslizó la navaja por el cuello de Antonia, de derecha a izquierda, hundiendo la hoja con fuerza. La sangre brotó como un surtidor, dejando a Manuel paralizado por el horror. Genaro aprovechó el momento para soltar a la joven, abalanzarse sobre el guardia y clavarle la navaja en el estómago. Luego huyó a toda prisa en medio del caos.

Las dos víctimas se desangraban entre lamentos. Manuel intentaba ayudar a Antonia, pero su propia herida era grave, y apenas tenía fuerzas para mantenerse en pie. En el suelo, con las manos aferradas a su garganta, Antonia sentía cómo la vida se le escapaba con cada latido.

La tragedia, que se desarrolló en apenas unos segundos, no fue vista por nadie, pero sí escuchada por Josemi, quien al otro lado de la línea gritaba desesperado:

—¡¡Antonia!! ¡¡Antonia!! ¡¿Qué está pasando?!

No hubo respuesta para el soldado en ese momento, pero sí horas después, cuando le comunicaron la desgracia.

El caso tuvo una enorme repercusión en el pueblo. El ayuntamiento decretó tres días de luto oficial, y los vecinos, consternados, no hablaron de otra cosa durante semanas.

Un año después del suceso, se rindió un homenaje a las víctimas en la sala de espera de la estación, el lugar donde ocurrió la tragedia. Se colocó un pequeño monumento conmemorativo y se hizo una ofrenda floral. Acudió casi todo el pueblo. Justo en el instante en que, un año atrás, la desgracia se había desatado, el teléfono público comenzó a sonar…

Comentarios (16):

HenkoSlowLife

17/03/2025 a las 21:42

Es un relato entre policial y trágico con tensión hasta el final, como en un solo instante puede cambiarlo todo. Impactante!

Carlos Tabada

18/03/2025 a las 12:29

El personaje de Antonia resulta muy real (a falta de otra palabra para describirlo) desde el mismo momento en que aparece. Quizá sea porque el perfil me resulte cercano pero creo que es más bien mérito de lo escrito hasta que se la menciona.

Jesusa

18/03/2025 a las 22:53

Me ha parecido una escena muy bien plasmada. Con la llamada telefónica de fondo como testigo de la tragedia. Me ha gustado tus relatos porque te enganches hasta el final

IGNACIO Zrgz

19/03/2025 a las 00:12

Hola María Jesús. Buena historia. Te atrapa. Como estamos educados en el final feliz, pensamos que habrá una salida al conflicto, pero lo único que nos queda es una misteriosa llamada al pasar un año desde la tragedia. Juegas con el lector, en el buen sentido de la palabra.

lady_p

20/03/2025 a las 10:25

Hola Mª Jesús, lo primero darte las gracias por tu comentario.
Tu texto me ha gustado mucho, tiene tensión y es muy realista. Por desgracia recreas un hecho que de hecho puede suceder. El principio me ha recordado mucho aquel tiempo en que el uso de las cabinas era muy frecuente. Buena aportación!
Saludos!

Alicia

20/03/2025 a las 13:25

¡Hola María Jesús!

Me gustó tu relato. Así me gustan a mí. Lo leí de corrido.
En tensión mientras leía y el final entre la sorpresa que el novio estaba siendo testigo de semejante crimen y la llamada como colofón. Genial.
Gracias por tu comentario a mi relato.
Saludos
Alicia

Yvonne (María Kersimon)

20/03/2025 a las 17:08

Hola María Jesus,
Ya me llamaste la atención con tu relato del mes pasado y esta vez también me sorprendes. Es un drama realista contado sin estridencias, lo justo para causar escalofrío y consternación. Todo muy visual, enmarcado en su contexto, extremo sin salirse de un realismo racional. Y no era fácil hacer algo con los disparadores estrafalarios que venían dados. Tú por tu camino, sin despeinarte, sin irte a lo sobrenatural, sin salirte del realismo sino más realista que nunca fuiste describiendo tira tira un suceso que bien pudo acontecer en un pueblo de Castilla…
Tienes una escritura depurada, diría que profesional.
Saludos.

Cristina Otadui

21/03/2025 a las 17:11

Hola María Jesús

¡¡Menudo relato!!
El contraste entre la tranquilidad de la estación y la llegada abrupta de la violencia es impactante.
El sonido del teléfono público, que comienza a sonar en el aniversario de la tragedia, cierra de forma magistral el relato y al mismo tiempo surge como un eco, un recordatorio y una forma de volver a presentar la tragedia.
Si me lo permites dos detalles que podrías limar o darles una vuelta:
-En las cuatro primeras líneas se repite la palabra estación 3 veces: se podría utilizar algún sinónimo: terminal por ejemplo (para la segunda) o al jefe de estación llamarle vigilante o guarda.
-La frase: “cuyo novio, Josemi, estaba cumpliendo el servicio militar en Cáceres” podría se mas sencilla por ejemplo: “Su novio, Josemi, cumplía el servicio militar en Cáceres”

Por lo demás me ha encantado: es sencillo, bien resuelto, fluido, engancha…¡De 10!
Felicidades, te seguiré leyendo
Un saludo

¡¡Nos leemos!!

Chus Galego

22/03/2025 a las 08:36

Buenos días, María Jesús.
Me ha gustado tu relato. Está bien escrito y se lee con fluidez. Todos los personajes están perseguidos por la tragedia, incluso el novio, testigo impotente ante los acontecimientos. ¿Quién llamará justo un año después?
Un saludo.
Chus.

Kelvin I. Márquez

23/03/2025 a las 04:08

Saludos María Jesús

Primero que nada gracias por tu comentario a mi relato.
En cuanto al tuyo la forma como mantiene al lector en vilo hasta el final es magistral. Bastante realista y sin irte a lo sobrenatural le da más puntos. Esa llamada al final deja a un pensando, barajando posibilidades. Finales así me parecen geniales.
Saludos, gracias nuevamente y nos leemos.

juanjohigadillo

24/03/2025 a las 08:55

Buenos días, María Jesús:
Enhorabuena por tu relato. Creo que has retratado a la perfección esa época en que los padres escuchaban las conversaciones de los hijos, en la que tener la “mili” hecha era un buen argumento para casarse, y en la que la Guardia Civil era la máxima autiridad en los pueblos pequeños. Si bien echo en falta un motivo para que Genaro, un ratero de poca monta, se convierta en asesino, el retrato de esos tiempos, como te decía unas líneas más arriba, me parece muy acertado. También te sugeriría que en el último párrafo sustituyeses lo de “sala de espera”, que suena a hospital, por “vestíbulo”. Por lo demás, nada más que añadir, salvo agradecerte que te pasaras por mi relato y dejases tu opinión.
Un saludo.

José Torma

24/03/2025 a las 18:57

Hola María.

Tu relato me ha gustado mucho, me llevas de la mano y el hecho de que el novio escuche todo me parece macabro y bien logrado.

Si algo me llamó la atención y parece que solo a mí, ya que leyendo los comentarios no se menciona.

“En el pueblo, casi nadie iba a la estación a llamar por teléfono, a pesar de que las cabinas de la localidad eran con frecuencia víctimas del vandalismo.”

A mí me sobra toda la oración ya que a mi entender no lleva el sentido correcto. Nadie iba a la estación a llamar por los actos de vandalismo, ese es el punto, pero cuando dices “a pesar” creo que se desvirtúa un poco la intención, pero repito, parece que solo a mi me paso. Es un buen prologo para cómo va a terminar el asunto.

Fuera de ese detalle, a mi me ha gustado mucho.

Felicidades.

El Monje

24/03/2025 a las 23:30

Ante todo decirte que lo he leído de tirón, me ha atrapado, y considerando que no me van los dramas, creo que es muy meritorio por tu parte el que lo haya leído.
Dominas el “oficio”

Bolk Lubel

25/03/2025 a las 19:55

Hola, María Jesús: Ante todo, quisiera agradecerte el haber sobrevolado mi cuento, y verlo desde una optica que – De hecho – Es la base de muchos de mis escritos: Dejar en el lector un mensaje y una reflexión.

He encontrado que muchas de las críticas se centran en los errores de puntuación dejando de lado el contenido; sin embargo, soy felíz al saber que – Si bien debo pulir y editar mis escritos – el Karma pone en el camino de mi obra gente como vos, que trasciende al mero texto para llegar al fondo…

En cuanto a tu relato, y dejando el dequeísmo y la repetición de alguna palabras en lugares cercanos dentro del texto, me parece una línea de tiempo muy coherente, un formato fácil de leer y muy inmersivo, que es – Basicamente – Lo que cualquier escritor que se dedique a tu genero desea…Quisiera ver tu evolución.

ABAL

26/03/2025 a las 23:42

Hola Mª Jesús.
Gracias por tu comentario.
Los hechos ocurren como sí en realidad nada estuviera pasando y deja que sea el propio destino quién maneje la situación. Ninguno de los personajes parece estar esperando semejante desenlace. Y es verdad un instante puede cambiarlo todo. Cómo ocurre en la vida real. Relato ágil y seductor. Muy bueno.

Jose Luis

27/03/2025 a las 16:23

Hola María Jesús
Gracias por pasarte por mi relato
Me toca opinar sobre el tuyo, como correspondencia.
Un cuento o un relato, en especial uno tan breve de como máximo 750 palabras, siempre tiene que tener algo de inventado y fantasioso, además de un final que se pueda recordar. No es nada fácil de conseguir porque parece que todo está ya inventado hoy en día.
Tu cuento tiene una vena realista, y yo no critico eso, porque está bien descrito y creo que el ambiente logrado. Los personajes no son caricaturas. Lo que ocurre es que tiene más parecido con una crónica periodística. Lo que dirían en una de estas publicaciones de papel, aunque tu relato no tiene nada de morboso.
Por eso quizá me haya dejado un poco frío, nada más.
Pero es solamente mi opinión.

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *