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Aló - por Džoker
Brayan estaba frente a un teléfono público antiguo, de esos que el tiempo dejó en el olvido. Ahora solo servían como lienzo para grafitis y tags. Mientras lo miraba, con el puño ensangrentado, el aparato sonó de repente. Con una mezcla de sorpresa y esperanza, se lanzó a contestar.
¿Por qué tanta emoción? Para entenderlo, hay que volver cinco minutos atrás.
—¿Aló? ¿Quién llama?
—…
—¿Aló? ¿Hay alguien ahí? —insistió una voz fastidiada—. Si son los de Claro con otra oferta de telefonía, pueden irse a la mierda. No me interesa si tienen satélites de la NASA, minutos ilimitados a Marte o enanos dispuestos a atenderme las 24 horas.
—Dayana, soy yo —interrumpió, tembloroso.
—¿Brayan? ¿Eres tú, desgraciado?
—Sí, soy yo.
—¡Hasta que por fin se dignó a aparecer el señorito! Tres meses desaparecido, ni se asomó al parto, y ahora llama de un número desconocido. ¡Bonito, bonito! ¿Qué cree usted que es la vida, bobo hijue…?
—Cálmese un momento —la cortó Brayan—. Tuve que esconderme, los del punto me querían matar. Ya les debía demasiada plata.
—Y ni se le ocurra aparecer, porque si no lo matan ellos, lo mato yo. Desde que le hablé del embarazo, se hizo humo. Tres meses sin dar señales. ¿Dónde está?
—En el Terminal Capital Sur. Estoy esperando un bus a Perú. Necesito esconderme hasta que se calmen las cosas. Aproveché que tenía unas monedas y llamé para saber del niño.
—¡Ojalá se vaya y no vuelva nunca más! El problema con Kevin es grave, y sé que la deuda es grande. Porque, claro, para el vicio siempre hubo plata, pero para las ecografías, nada. Eso sí, para la marihuana y la coca, siempre alcanzaba. Escúchelo bien, Brayan: Yair Eustaquio Cavil no llevará sus apellidos. Va a ser Becerra Ríos, porque papá no tiene.
—Dayana, por favor, deme tiempo. Voy a responder por el niño, se lo juro. Solo necesito un mes para estabilizarme y empezar a mandarle dinero. Vendí el celular, la moto, todo, para poder escapar, pero yo me haré cargo.
—No me venga con sus promesas baratas. Siempre la misma historia: “Ay, solo un heladito”, “Ay, solo Netflix”, “Ay, solo la puntita y la saco”. Le faltan huevos, Brayan.
—Tiene que entenderme. No es fácil, pero yo quiero a ese niño.
—¿Que usted lo quiere? No hable mierda. ¡Si hasta me llevó un Misoprostol para que abortara! Déjese de maricadas y piérdase. No lo necesitamos para nada.
—Sí, yo quería que abortara. Un niño es un gasto de plata. Le llevé el Misoprostol porque era lo mejor en ese momento. Pero ya lo tuvo. Ya entrados en gastos, toca responder. Puede que no sea el mejor papá, pero a ese niño no le va a faltar nada. Le juro que…
¡Bip! ¡Bip!
"Su saldo se ha agotado. Gracias por usar nuestro servicio de llamadas en el Terminal Capital Sur. Inserte dos monedas más para continuar. Después de este mensaje, cuelgue el teléfono…"
—¡Nooooo! ¡Maldita sea! —gritó Brayan.
Desesperado, golpeó la cabina con rabia. Los transeúntes pasaban de largo, viéndolo como a un loco. Y aquí estamos, en el inicio: Brayan, con los nudillos sangrando, viendo el teléfono que vuelve a sonar.
Ansioso, contesta.
—¡Dayana, gracias por devolver la llamada! Por favor, no me cuelgue. Le juro que voy a…
—Hola… emmm… No soy Dayana.
—¿Con quién hablo?
—Juan Carlos, de Claro telefonía. Y tengo un plan que no vas a poder rechazar
Comentarios (10):
Moldy Blaston
17/03/2025 a las 21:36
Hola Džoker, soy tu vecino del (*17) y me corresponde hacer unos comentarios a tu relato, que te acompaño con mucho gusto.
Según mi opinión con este relato logras tener una cohesión temática sin repetirte. Los diálogos son vibrantes, los intercambios están cargados de crudeza (ej.: Brayan vs. Dayana) o de ironía absurda (ej.: la llamada de Claro). Además reflejan conflictos humanos genuinos, evitando el melodrama. Abordas temas como la banalización de la tragedia, la deshumanización urbana o la marginalización económica sin sermonear, integrando la denuncia en la trama y todo ello me ha gustado una barbaridad.
Conclusión:
Tienes una voz narrativa distintiva que mezcla thriller urbano, realismo sucio y sátira social. Tu historia tiene el magnetismo de lo cotidiano vuelto pesadilla, creando una situación tan adictiva como reflexiva.
Te felicito por tu relato. Me ha gustado mucho.
Si quieres puedes pasarte por mi relato (*17) y me dejas tu opinión.
Nos leemos !!!
José Luis Troconis Barazarte
18/03/2025 a las 07:24
Es un cuento extraordinario , me gusto muchísimo. Soy José Luis el de abajo jejejejej te felicito realmente.
Este texto, titulado “Aló” por Džoker, es un relato cargado de tensión emocional y humor negro. A través de un diálogo ágil y situaciones cotidianas llevadas al extremo, el autor explora temas como la irresponsabilidad, las consecuencias de las decisiones y las relaciones humanas marcadas por el conflicto.
Brayan, el protagonista, es un personaje atrapado en una espiral de problemas personales y financieros. Su interacción con Dayana revela un pasado lleno de errores y promesas incumplidas, mientras que el giro final, con la llamada de un vendedor de telefonía, añade un toque irónico y absurdo que contrasta con la seriedad de los temas tratados.
El texto destaca por su capacidad de mezclar drama y comedia, utilizando un lenguaje coloquial y expresivo que da vida a los personajes y sus conflictos.
de verdad me gusta mucho… quiero leer más de ti… escribeme Ceinfoleim2@gmail.com por favor
Carlos Tabada
18/03/2025 a las 13:23
También me ha gustado y creo que puedo aportar un adjetivo más a los diálogos: creibles, o muy creibles.
Por hacer el intento de ser constructivo, creo que no sobraría algo de descripción física de Brayan, “vestido con descuido”, “cara contraida” o “frente sudorosa”, aunque igual eso puede afectar a un diálogo excelente.
Espero que no te importe que haya comentado cuando en teoría no son los “recomendados”para ello.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
18/03/2025 a las 17:33
Hola, Džoker, vengo del #4 a devolverte la visita. Tu relato me ha gustado, tiene de todo un poco: drama, comedia, etc. donde el personaje es un caso perdido.
En cuanto a mejorables, por indicarte algo te falto el punto final.
Y tenía duda con respecto a la mayúscula de Misoprostol, al consultar con Fundéu indica:
Los nombres comerciales de los medicamentos se escriben con inicial mayúscula, pero los nombres de los principios con los que se producen se escriben en minúscula.
Gracias por permitirme aprender con tu relato.
Nos seguimos leyendo!
HenkoSlowLife
18/03/2025 a las 18:11
Es fluido y directo. Un protagonista atrapado entre el peso de sus actos en el pasado, decisiones y la necesidad de huir. Una llamada llena de reproches y promesas rotas. El giro final deja una sensación de ironía amarga que golpea justo donde debe, dejando la duda de que hubiese ocurrido si la llamada hubiese continuado. Felicidades!
Daniel Calleja
18/03/2025 a las 20:49
Un texto redondito, no hay mucho que decir. ¿Las parejas se tratan de usted en tu país? ¿O es porque ya no lo son? Parece que Claro te tiene acosado, en todos lados pasa, ja, ja. Te felicito, disfruté leyendo tu historia. Saludos.
David Llurba
19/03/2025 a las 12:05
Hola, bromista. Un gusto leerte.
Merecida bronca le cae al Brayan. Muy bueno el final, es el humor que a mí me gusta.
Como relato es intenso porque es puro diálogo y, como queja formal, es diálogo sin anotaciones, que es lo que he encontrado en falta.
Así que presumo un recorte en anotaciones a costa de más diálogos, que no está mal.
Respecto al tema, lo que más presencia tiene es el historial “clínico” de irresponsabilidades de Brayan, con lo cual das información necesaria para hacernos una idea de cómo es nuestro protagonista y de cómo le va a ir en el futuro.
Lo que me ha desagradado es el trato de usted usado en los diálogos. Entiendo que culturalmente suele ser lo habitual por Suramérica, pero no estoy acostumbrado a hablar con personas cercanas, como sería la madre de mi hijo, de usted. Esto es una opinión totalmente subjetiva, no correctiva.
Un saludo.
Mónica Bezom
19/03/2025 a las 15:18
Hola, Džoker.
Un relato que no tiene desperdicio; ágil, redondo. Los diálogos una joyita. El humor mordaz sobre el que reposa el texto lo está en la medida justa, sin que se advierta menoscabo en orden a lo delicado del tema de fondo. ¡Bien por ese equilibrio!
El recurso de Claro es la frutilla del postre, funciona como catalizador aliviando el fondo dramático.
Me he sonreído leyendo.
Un placer leerte.
Carmen Sánchez Gutiérrez
21/03/2025 a las 10:49
Hola Dzoker, me gustó el relato porque tratas un tema muy serio como es la paternidad irresponsable con humor, sin dramatizar, solo presentando unos hechos cotidianos con mucha naturalidad.
Los diálogos son muy buenos, describen casi a la perfección a ambos protagonistas y su relación de pareja.
Buen relato, enhorabuena.
José Torma
24/03/2025 a las 19:18
Hola Džoker.
Si hay algo que me gusta, es cuando el escritor es capaz de llevar la trama a base de diálogos. Fluye muy fácil y se lee imitando voces de a cuerdo como uno imagina al personaje.
Las manos ensangrentadas, no sé si me lo pasé o no supe por qué.
El final, de alarido. Ah como odio esas llamadas que por fuerza me veo obligado a atender por estar en servicio a clientes que no sabes cual es buena y cual telemarketing.
Yo no noté nada en lo formal, tal vez porque estaba disfrutando el texto.
Muchas felicidades.