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Timbre de vida y luz en la oscuridad - por (¯`•¸•´¯)YOLI L(¯`•¸•´¯)R.
Web: https://aprendiz-literatura.blogspot.com/p/temas.html
Muy de mañana, Elena llegó a la estación de tren, ese lugar que un día había sido símbolo de nuevas oportunidades, pero que ahora le sería una vía de escape. En los últimos meses había perdido mucho: sus padres, su trabajo y, lo que más le dolía, Daniel, el amor de su vida. La tristeza era un peso que parecía aplastarla y la idea de un final, aunque sombrío, la sedujo desde horas antes.
Con pasos vacilantes, se acerca a las vías. Apoya sus manos en la barandilla oxidada que limita la orilla de los rieles. Observa los trenes que circulan, llenos de pasajeros felices y sonrientes. También ve a personas que pasan junto a ella sin darse cuenta de su existencia. Nadie la mira. Ninguno parecía notar su desesperación; como si el universo entero decidiera castigarla.
Mientras el ruido de los trenes resonaba en sus oídos, escuchó algo más en medio de su desolación: un sonido insistente que rompió la monotonía. Cerca de ella, un teléfono público que parecía anclado en el tiempo, su metal desgastado reflejaba las luces intermitentes de la estación, pero lo que realmente captó su atención fue el timbre reiterado que salía de él.
—«¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI alguien esté haciendo una llamada a este aparato? ¿Quién llama? ¿Por qué justo ahora?» —se preguntó.
Mira a los caminantes, por si alguno esperaba esa llamada.
—«Ninguno, pasan y ni miran hacia la cabina telefónica, tampoco se les nota que escuchen el teléfono timbrar, como si les fuera invisible. ¿Será por estar tan absortos en sus teléfonos inteligentes o sumidos en sus vidas?» —pensó extrañada.
El timbre insistente vuelve a sacarla de sus pensamientos y es más intenso, como llamándola a acercarse.
Toma valor, camina hasta ahí y descuelga el pesado auricular, que vibra ligeramente al contacto con su mano. Se lo acerca a la oreja.
Al instante, escucha una melodía suave y envolvente, llenando de dulzura el aire helado de la estación. Curiosa, quiso saber si había alguien al otro lado para agradecerle el detalle.
—¡Hola! —saluda con voz temblorosa.
Nadie responde, solo seguía escuchándose la música, que sentía que la rodeaba en un cálido abrazo. Agudiza más su oído para llenarse de ella; la invitaba a recordar momentos olvidados: los domingos en familia, las noches de verano llenas de amigos, los abrazos que le daban fuerzas. Se sintió transportada, las lágrimas comenzaron a brotar, pero no eran de tristeza, sí de liberación, de un deseo profundo de aferrarse a lo que había vivido y comprendiendo que aún tenía todo por vivir.
Se sentía tan a gusto y como nadie parecía darse cuenta de que estaba allí con un teléfono tan particular, no tenía ganas de despegarse. Cuando ya se sintió plena, decidió colocarlo en su lugar; quedando con los brazos cruzados, abrazándose y ojos cerrados, ensimismada, disfrutando aún de la revelación que acababa de vivir. Era como un rayo de vida y luz que la sacudió en lo más profundo.
Se dirige a la salida, cuando se cruza con una joven que llegaba a la estación.
—«¿Y esa chica? Mira con desánimo y su expresión es de resignación». —se dice mientras continúa caminando, pero el impulso de mirar hacia atrás le era irresistible.
—«¡Se dirige a las vías!» —interiorizó con terror, llevándose una mano a la boca; recordando sus propias intenciones, piensa que debe hacer algo y se regresa para alcanzarla.
Mira que está por pasar al frente del teléfono público.
—Por favor, que suene, para que la melodía toque su alma y salve esa vida como lo hizo con la mía. —susurró el ruego al cielo.
Justo en el momento, el auricular timbró y la hizo voltear a ver la cabina, interrumpiendo su pensamiento; miró alrededor y, como nadie acudía al llamado, caminó hacia ahí, lo descolgó y llevó a la oreja.
Elena, que ya estaba cerca, pudo notar cómo la mirada de la adolescente se iluminaba con un destello de esperanza.
Entonces se aleja tranquila, con la certeza de que aquel aparato no solo había salvado su vida, sino que también dio la oportunidad a esa joven de redescubrir la belleza de vivir. Y que estaba justo ahí, para que con su melodía lo seguiría haciendo con muchas personas más, debido a que poseía la sensibilidad de saber a quién llamar.
Mientras camina con paso firme, siente la luz del sol reconfortándola y recordándole que siempre hay mucho por lo que merece la pena seguir adelante.
Comentarios (27):
IreneR
17/03/2025 a las 14:31
Buenas, Yoli.
Un relato muy interesante de un teléfono salvador. Me temía lo peor, pero me alegro de que las malas ideas se hayan ido de la cabeza de la protagonista, y de la adolescente.
No sé si está hecho a propósito, diría que sí, pero los cambios de tiempos verbales entre los párrafos me han sacado mucho de la lectura, y tampoco he visto la necesidad de ir pasando del pasado al presente. Pero igual es que me estoy perdiendo algo.
Nos leemos.
Un saludo.
Irene
Daniel Calleja
17/03/2025 a las 17:00
Hola, Yoly, me pasa lo mismo que a Irene con los cambios de tiempos verbales, hacen un poco confuso seguir el relato. La idea del teléfono que conforta y da esperanza me parece muy original, rompiendo ese comienzo de relato tan lúgubre. Noto una buena ambientación y la presentación del personaje decidido pero a la vez vacilante. Hay un error formal en como pones los pensamientos; los guiones de diálogo sobran. La historia tiene su magia. Saludos
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
17/03/2025 a las 20:57
Gracias, IreneR por tu visita y comentario.
Me indicas se entiende de que va el tema, lo de gramática ya veré como acomodarlo.
Nos seguimos leyendo!
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
17/03/2025 a las 21:00
Gracias, Daniel Calleja por comentario y visita. Como le indico a Irene, voy a revisar esos saltos de tiempo.
Me alegra saber que sientes la ambientación y lo que siente el personaje.
Con respecto a los guiones de diálogo, tuve esa duda, gracias por aclararme.
Nos seguimos leyendo!
Džoker
18/03/2025 a las 00:20
Saludos, vengo desde el texto 20 a leerte por curiosidad.
Sumado a lo que dicen de los tiempos verbales, creería que el pensamiento de la protagonista no necesita de un guión ya que no es un diálogo interno dentro del relato.
El texto es cálido y la prosa se siente juvenil, se deja leer. No soy muy fanático de las moralejas pero la que dejas aquí no me disgusta, ha sido un placer leerte.
Patricia Redondo
18/03/2025 a las 11:30
Hola Yoli !
Me tocó la fibra tu cuento, fundamentalmente por que soy una fanática de la música y de verdad creo que transforma estados anímicos. La música, como decían en la pelicula “Cadena Perpetua” está en la cabeza y en el corazón y conmueve siempre. Provoca nostalgia,alegría, da serenidad , da ánimo… en fin … Tu le has dado una vuelta de tuerca y has conseguido hasta que salve de dos funestas decisiones a dos personas, bravo por el teléfono mágico y la melodía.
Un texto calido, sin complicaciones, se lee de corrido y con interés. Como a algun lector de por ahí no soy muy amiga de moralejas al final, pero esta tampoco molesta.
No me busques que este mes entre lios de trabajo y que la cabina altoparlante no acaba de sugerirme algo que me gustara no escribí.
Nos leemos!
saludos!
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
18/03/2025 a las 17:10
Hola, Džoker. Gracias por la visita y comentario, que en general me da a entender que el relato se entiende y en tu caso hasta deja una moraleja 🙂
Voy a pasarme por el tuyo.
Nos seguimos leyendo!
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
18/03/2025 a las 17:16
Hola, Patricia. Sí, la música actúa negativa o positivamente en los seres vivos (ser humano, animales, plantas y creo que también en el agua).
Justamente en estos días después de redactar mi cuento, vi en TV, que en la última feria de tecnología de Barcelona incluían electrónicos para ayudar con el sueño, con la depresión y otras patológicas, por lo que me dije, estoy en lo correcto con la idea 🙂
Te buscaré en la próxima puesta en escena.
Nos seguimos leyendo!
Maria Carmen
18/03/2025 a las 23:13
Hola Yoli, gracias por pasar por mi relato y tus comentarios. Me han ayudado a darme cuenta de mis errores y también la manera de aprender.
Tu relato es muy sensible y profundo, escribes muy bien, y el final cargado de buenas intenciones.
Buen trabajo, nos leemos.
Saludos
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
18/03/2025 a las 23:43
Gracias Maria Carmen por pasarte por aquí y dejarme tu comentario, que aprecio mucho.
Nos seguimos leyendo!
Yvonne (María Kersimon)
19/03/2025 a las 22:10
Hola Yoli,
Esta vez pones en escena una tentativa de suicidio que se ve frustrada por la intervención de un teléfono mágico que suena en la estación y difunde una música llena de buena energía que devuelve a la suicida las ganas de vivir. Es un momento místico y su efecto curativo es duradero. El teléfono, se constata, tiene el poder de adivinar cuales son las personas suicidas y de atraerlas para curarlas con su música, pues la protagonista presencia cómo otra suicida es salvada nada más salir ella de la estación. Me pareció claro el argumento pero a pesar de ello me costó trabajo terminar la lectura porque tuve que ir abriéndome camino entre una mezcla de presentes, pasados y gerundios revueltos y batidos como para hacer una tortilla con ellos. También hay vocabulario mal empleado. Timbrar es estampar un timbre en un documento, sellar. El timbre de un sonido es la cualidad con la que suena, por ejemplo el timbre grave de una voz. Pasar al frente es aproximarse al centro de un escenario. Lo correcto hubiese sido pasar por delante del teléfono.
Expresas sentimientos optimistas y altruistas que alientan a tener fe en la vida. La forma en que lo haces desmejora el texto y dificulta la lectura. Te aliento a que te tomes más tiempo para elaborar tu texto y para revisarlo antes de enviarlo. La forma también es importante, no solamente el fondo.
Saludos.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
20/03/2025 a las 02:05
Hola, Ivonne, vieras cuan agradecida estoy con los mejorables que me anotas, es para mi una gran dosis de aprendizaje.
Curiosamente metí el relato en IA que nos recomendó Literautas en una publicación y como veo, no me soluciona lo de los tiempos verbales, ni así logro acomodarlos bien jeje
Con respecto a “timbrar” tienes razón, busqué y lo que debo usar es “timbra” refiriéndose a teléfono.
Nos seguimos leyendo!
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
20/03/2025 a las 02:25
Ivonne, olvidé mencionar que en los primeros 6 renglones, resumiste perfecto de lo que trata el relato, es así tal cual 🙂
Osvaldo Mario Vela Sáenz
20/03/2025 a las 14:26
Hola Yoli, buenos días desde México.
Que bárbara, que bárbara y de nuevo que bárbara. Que pedazo de historia nos presentas. No es fácil lucir la artista que un escritor lleva dentro. Tú lo haces a través de la música que se convierte en señal de vida para tu personaje.
Yo te veo a ti con un auricular escuchando música como venida de otra dimensión donde todo es gozo. y por la forma de usarlo como ejemplo en tu escrito me parece que lo haces seguido.
te felicito y agradezco tu soltura para comunicar.
enhorabuena.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
20/03/2025 a las 17:00
Hola, Osvaldo, me sacas los colores con tu comentario 🙂
Al relato tengo que aplicarle mejorables, pero si me agrada saber que se entienda, sobre todo que llegue el mensaje.
Y sí, tienes mucha razón con tu pensamiento. He de comentarte que hace justo 17 años tuve Cáncer (Leucemia) y entre todos los protocolos médicos, familiares y lo positivo de mi parte para salir de ello, la MUSICA cumplió un papel muy importante en mi recuperación y se la aconsejo a todas las personas que pasen por una enfermedad.
Durante mi tratamiento escuchaba música que me llenara, las canciones de Jesús Adrián Romero y de ese estilo, mientras las tarareaba, también lloraba, pero eran lágrimas de limpieza de alma y cuerpo, así las sentía…. Y aquí estoy contándolo 17 años después y tengo vida para rato. Luego de mi recuperación me he dedicado hacer voluntariados en hogares de ancianos y donde me necesiten.
En los últimos años, cuando tengo un día triste, con solo poner música alegre, me cambia el día!!! La música “corta venas”, después de unos minutos totalmente me “baja las pilas”.
Con lo anterior y un comentario que puse arriba (la música en tecnología), es para ilustrar que sí, la MÚSICA ES SANADORA!
Nos seguimos leyendo!
Codrum
21/03/2025 a las 06:40
Hola, Yoli.
Tú relato me ha gustado y entretenido mucho. Una idea muy curiosa: un teléfono de la esperanza de silencio. Donde cada uno escucha lo que necesita escuchar.
Me ha gustado mucho las descripciones y la atmósfera de depresión que le das a la primera parte del texto. El ritmo es pausado e introspectivo. Lo que permite al lector bajar el tempo y sumergirse en la situación de la protagonista.
Como contrapunto, me parece que ese ritmo continúa después de la llamada. Lo que hace que el cambio de humor no se aprecie de una forma tan palpable. Pese a que debería estar feliz el tempo es igual de pausado. Eso me chocó un poco.
Aún así captaste mi atención desde el principio y lograste que no quisiera parar de leer
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
21/03/2025 a las 20:44
Hola, Codrum, agradecida que hayas pasado por aquí a dejarme comentario de como aprecias el desarrollo de la puesta en escena y que te ha gustado.
Como lector me interesa mucho tu interpretación, indicas te parece que el ritmo o sea la protagonista no tiene cambio luego de colgar.
Puede ser que no cambia bruscamente ya que sigue ensimismada, saboreando lo que acaba de sentir, y cuando sale de ahí, casi de inmediato se topa con la otra chica.
Ella tiene una actitud cuando ingresa: Elena entra a la estación con pasos vacilantes
y al final del relato: Mientras camina con paso firme, siente la luz del sol reconfortándola y recordándole que siempre hay mucho por lo que merece la pena seguir adelante. Al menos yo la imagino caminando feliz bajo el sol 🙂
De nuevo gracias por tu visita.
Nos seguimos leyendo!
María Jesús
21/03/2025 a las 21:15
Hola Yoli: Que relato más bonito, me ha parecido muy buena la idea de convertir una vieja cabina en desuso en el teléfono de la esperanza. Que del auricular salga música y no una voz del pasado también es un plus de originalidad. La música es el mejor instrumento para cambiar nuestro estado de ánimo, en el caso del relato, a mejor. Lo dicho, una propuesta preciosa.
Saludos.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
22/03/2025 a las 05:06
Hola, María Jesús, por tan gratos comentarios.
Gracias por tu visita!
Nos seguimos leyendo!
Kelvin I. Márquez
23/03/2025 a las 03:58
Saludos Yoli
Como alguien que tuvo depresión varias veces (una a mis 19 y otra a mis 32, el año pasado) se me hace un poco mas fácil, diria, identificarme con Elena. De entrada eso me hace estar alerta en todo momento. Me sorprendió para bien que el teléfono sonara y con música ayudara a que Elena desistiera de quitarse la vida. La moraleja del final es un cierre con broche de oro.
Tu relato me encantó.
¡Felicitaciones y nos leemos!
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
24/03/2025 a las 00:56
Hola, Kelvin, gracias por pasarte por mi relato a dejarme tu sentir, me es muy valioso.
Quien ha pasado por ello comprende por lo que podría estar pasando Elena la protagonista de este relato, pero que al igual puede suceder en la vida real y que ojalá encuentren como salir de ello.
En este caso fue la música de un aparato telefónico viejo que logró sacarla de ese pensamiento, al igual que a la adolescente; esperaría que el recuerdo de esa melodía les perdure para siempre.
Deseo de corazón no vuelvas a tener depresión.
Nos seguimos leyendo!
CARMELILLA
24/03/2025 a las 12:49
Hola, Yoli.
No incido en lo que ya te han comentado sobre tiempos verbales, expresión de los pensamientos…
Muestras muy bien el desánimo o depresión de tu personaje por tanta desgracia.
A pesar de esos cambios en los tiempos verbales, a mí no me ha sacado de la lectura. Me ha resultado de lectura ágil y su sonoridad me ha parecido adecuada a lo que querías mostrar.
Me gusta la intriga en cualquier ficción que leo y eso no lo encuentro en el tuyo, pero es algo muy personal y que no resta el interés a tu relato.
Buen trabajo, Yoli.
Saludos.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
25/03/2025 a las 00:17
Gracias Carmelilla por tu apreciación en la lectura del relato, que a pesar de los tiempos verbales que pareciera no están bien ubicados, hayas entendido de que va y de una lectura ágil 🙂
Nos seguimos leyendo!
Vespasiano
28/03/2025 a las 22:03
Buenas noches, Yoli:
Gracias por la lectura de mi relato.
La idea de que el teléfono de tu relato pueda detectar el estado anímico de las personas que pasan cerca de su radio de acción me ha gustado y la he encontrado original.
También has transmitido muy bien el estado de ánimo de la protagonista en las dos circunstancia, antes y después de escuchar esa música que yo llamaría “celestial”.
Yo me he centrado en la historia y me ha pasado inadvertido lo de los cambios de tiempo verbal.
Me ha chocado cuando escribes: “Se lo acerca a la oreja”. Hubiera preferido: “Se lo acerca al oído”.
Hasta la próxima escena.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
29/03/2025 a las 22:27
Hola Vespiano, gracias por tu visita y comentarios al relato.
Tomaré en cuenta lo que me indicas como mejorable, cuando redacté esa oración que me indicas, quedé meditando como quedaría mejor, en ese momento pensé que lo correcto es que se lo acerque a la oreja (el aparato no llega al oído), pero que si escucha con el oído, en fin, cuando lo pase en limpio revisaré.
Nos seguimos leyendo.
Codrum
01/04/2025 a las 13:19
Hola de nuevo,
A lo mejor no me expliqué bien.
Lo que quería decir, es que la extructura de las frases, la división del texto y todo eso, hace que la lectura tenga el mismo ritmo en las dos partes. No que las palabras no lo digan, sino la musicalidad o el ritmo del texto.
Espero que ahora se entienda mejor.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
13/04/2025 a las 22:14
Gracias Codrum por ampliarme tu concepto.
Nos seguimos leyendo!