Literautas - Tu escuela de escritura

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LA MALETA - por IGNACIO ZrgzR.

En la estación de tren hay un teléfono público que nadie usa. Es un modelo antiguo, de esos de metal y con el auricular pesado. Los viajeros pasan de largo, con sus maletas sobre ruedas y sus móviles en la mano. Pero un día, de manera inesperada, se escucha el timbre sonoro del viejo teléfono jubilado y soy yo quien lo coge.
Una voz calmada que no reconozco me da unas instrucciones precisas. Debajo del aparato telefónico está pegada con esparadrapo la llave de una consigna. Ahí encontraré un billete y una maleta. Tengo que montarme en el tren y llevar la maleta a su destino.
Lo primero que pienso es que voy a transportar una bomba. Que me voy a subir a un tren que va a estallar en mil pedazos conmigo dentro. Pero es difícil que la maleta contenga un explosivo porque en la entrada de la consigna hay un escáner y lo habría detectado.
La maleta pesa bastante y tiene un cierre de seguridad con combinación. Imposible ver qué hay dentro y está descartado pedir ayuda a la policía. Me han amenazado con toda claridad.
Miro el billete y veo que voy a viajar a Barcelona y que quedan apenas quince minutos para subir al tren. Paso por el control de equipajes. No sé si prefiero pasar desapercibido o que me descubran ya. A veces es mejor un final desastroso que un desastre sin final.
Subo al tren y pregunto la hora. No llevo reloj porque con el móvil perdí la costumbre de llevarlo y el teléfono es lo primero que me han quitado. El tren arranca y veo en las pantallas informativas que llegaré a Barcelona en una hora y cuarenta minutos.
Intento pensar en otra cosa, me voy fijando en los árboles y los campos, pero tengo seca la garganta, siento un peso que oprime mi pecho y no me deja respirar. Me gustaría imaginar que esto es un mal sueño, que todo terminará bien y podré retornar a la aburrida monotonía diaria que era mi vida hasta esta mañana.
Desde luego, han sabido cómo pillarme. Mi pasado me persigue y he sido una presa fácil. Si sacan a la luz todo lo que escondo va a ser el fin. Ni yo lo aguantaría ni puedo someter a mi familia a semejante vergüenza. Estoy atrapado. Si fuera rico me habrían desvalijado. Como soy pobre me están utilizando de mula, para transportar drogas, o diamantes, o secretos.
Veo que un pasajero me mira fijamente. Es posible que me estén controlando, aunque quizás son imaginaciones mías. Ya me han advertido que tenía que aparentar tranquilidad.
Anuncian la llegada a Barcelona. Me levanto y voy a por la maleta al compartimento de equipajes. No está. No puede ser. La maleta ha desaparecido. Miro por todas partes. Alguien la ha debido coger en la parada anterior, en Tarragona. Estoy perdido. Siento como si me estuviera ahogando. ¿Qué va a pasar ahora?
Bajo al andén como si fuera un zombi. Un río de gente me lleva hasta las escaleras mecánicas. Deseo con todas mis fuerzas despertar de esta pesadilla, pero no estoy dormido, por desgracia. Llego al vestíbulo y empiezo a dar paseos sin sentido. De pronto oigo el sonido de un teléfono, estoy pasando delante de una cabina de las antiguas en la que hay un viejo aparato que está sonando. Entro en la cabina, dudo durante unos instantes, descuelgo con miedo para oír cómo una voz serena y calmada me da las instrucciones que tengo que obedecer.

Comentarios (17):

Alberto Suárez Villamizar

17/03/2025 a las 18:33

Una historia que describe muy bien los sentimientos que nos embargan cuando enfrentamos una situación de ese tipo. Descripción realista y bien manejada, que hace que el lector se identifique plenamente con el personaje, pues, de esa manera vivimos una situación similar.
El final plantea un misterio sobre qué pasará, y quien es la persona que realmente le dicta las instrucciones. Felicitaciones
Le invito a visitar mi historia, ubicada en el #70, titulada “Solamente una vez”. Gracias

Antonio

17/03/2025 a las 18:40

Buena historia en una espiral infinita y desasosegante, algún picante intermedio he echado de menos, pero bien resuelta, con la culminación de la historia en esa otra llamada, enhorabuena Ignacio

Mónica Bezom

18/03/2025 a las 00:42

Hola, Ignacio.

Una rica historia, de esas que se leen solas y se saborean, a pesar del final que se muerde la cola, muy bien logrado.

Un buen punto que fortalece el relato, lo constituyen las consideraciones del narrador que le otorgan credibilidad y cercanía.

Ha sido un placer leerte.

Carmen sánchez Gutiérrez

18/03/2025 a las 10:17

Ameno y colmado de intriga desde el principio. ¿Quién es el personaje? ¿Porqué le han utilizado a él? ¿Qué hizo para ser una presa tan fácil? ¿Dónde está la maleta desaparecida? y ¿Quién llama para continuar con las instrucciones? ¿Sabe o no sabe que la maleta ya no está en su poder?

Como ves son demasiadas preguntas las que me ha suscitado el relato, por lo que ahora estoy ávida de continuar la lectura para que cumpla todas las promesas.

enhorabuena, de verdad y nos seguimos leyendo.

ABAL

18/03/2025 a las 16:41

Atrapado, un sentimiento que nos persigue desde que tenemos uso de razón. Atrapados en las circunstancias que nos rodean, de las que aveces salimos y otras… Lo peor es que a veces no sabes lo que ta ha atrapado.
Me gusta la tensión que se palpa en todo el relato.

Jesusa

18/03/2025 a las 20:46

Me ha gustado la historia y he sentido el estrés del pasajero que ha perdido la maleta y no sabe dónde está
Me ha mandado mucho la atención la frase de un final desastroso que un desastre sin final. Me quedo con ganas de saber dónde está la maleta misteriosa y su contenido
Te sigo leyendo

Moldy Blaston

18/03/2025 a las 20:47

Hola Ignacio, te devuelvo tu amable visita.

En mi opinión tu relato despliega una tensión paranoica contemporánea, donde la tecnología obsoleta (teléfono público) se convierte en una especie de instrumento de control, actualizando el miedo existencial de Kafka en la era de la vigilancia digital.
La narración en primera persona intensifica el aislamiento del protagonista, creando un realismo claustrofóbico bastante bien logrado. El relato captura con acierto la angustia del ciudadano medio ante fuerzas sistémicas. Hasta aquí todo lo que me gusta.

Creo que sería mejor invertir el orden de la amenaza inicial, que la revelación del chantaje (“mi pasado me persigue”) preceda a la instrucción telefónica. Esto crearía  una ironía dramática donde el lector comprende antes que el personaje la trampa que se cierra. Pero bueno, es solo una opinión.

En general es un buen relato, bien escrito y te felicito por ello.

Nos leemos!!!

Trinity

18/03/2025 a las 20:57

Hola Ignacio, el relato es misterio en estado puro desde el comienzo.
Y me planteo las siguientes preguntas:
– ¿Porque eres tú el que coge el teléfono? Suena en una estación donde pasa mucha gente, cualquiera lo podría haber cogido, pero porque precisamente tú?
– ¿Que contiene la maleta y porque debes de llevarla a su destino?
– ¿Que pasa al final con la maleta que no llega a su destino final, o quizá era para despistar y como tú dices alguien la cogió en Tarragona?
Son demasiadas preguntas que requieren una continuidad del relato, no puedes dejar a tus lectores con esta intriga.
Por lo demás, veo que dentro de una historia simple y bien contada has creado un gran relato.Enhorabuena. 👌🏻

María Jesús

19/03/2025 a las 14:14

Hola Ignacio: Fascinante tu historia que al final parece que se va a desarrollar en bucle. Has captado mi atención desde el principio, sin frases extrañas que te hagan perder el hilo. Una trama fantástica que no acaba. Mis felicitaciones.

Cristina Otadui

19/03/2025 a las 18:38

Hola,
creo que tu texto genera un sentimiento de desasosiego muy eficaz. Nos vas proporcionando información con cuentagotas generando sensación de desconfianza, de misterio tanto en el protagonista como en el lector. El protagonista: un hombre común atrapado en una circunstancia fuera de su control se siente creíble, real. Su incertidumbre y su miedo mantienen vivo el interés.
Muy atractivo ese final helicoidal que repite el comienzo y enfatiza el ciclo de angustia del protagonista.

Felicidades,
¡¡Nos leemos!!

David Llurba

20/03/2025 a las 07:49

Hola, co. Un gusto leerte.

El texto está bien escrito ortográficamente, pero no puedo evitar pensar que está escrito sobre la marcha. Veo la información muy desperdigada o desordenada. Le das contexto a la situación del protagonista a cuenta gotas y muy avanzada la escena.
Cuando avanzas, te das cuenta que frases del principio como “Pero un día, de manera inesperada, se escucha el timbre sonoro del viejo teléfono jubilado y soy yo quien lo coge.” Ese “pero un día” que señala circunstancia azarosa no tiene mucho sentido cuando precisamente suena porque está dentro del plan de los extorsionadores.

También he tenido la sensación de que el protagonista se reboza demasiado en sus pensamientos o sentimientos. Me hubiese gustado conocer más del personaje y su pasado, o de los extorsionadores y la maleta.

Ya te digo, el tema me ha gustado, me parece interesante, creo que no tienes carencias, que sabes escribir, pero tendrías que darle una vuelta a la estructura del relato.

Gracias por comentar mi texto, un saludo.

Patricia Redondo

20/03/2025 a las 09:55

Hola Ignacio!
Un buen relato , dominas los recursos, tienes maestria al escribir y eso se nota. Sentimos el desasosiego del personaje, notamos su inquietud, su angustia.
El “pero” ,en mi opinión, es que al relato le falta contexto. No conocemos nada de la historia del personaje , no sabemos que le amenaza , no sabemos nada de ese pasado que alguien utiliza para presionarle a hacer “algo” que tampoco sabemos que es…En resumen, y siempre desde mi sentir, que la historia tiene tantas incognitas que no consigo entrar en ella.
No me busques que este mes entre lios de trabajo y que la dichosa cabina no acababa de sugerirme algo que me gustara no envié nada.
Nos seguimos leyendo!
Un saludo!

Yvonne (María Kersimon)

20/03/2025 a las 16:48

Hola Ignacio,
La mecánica del cuento está bien: buena estructura y ritmo acelerado (ma non tropo). Un argumento circular que cierra sobre sí mismo. El presente y la primera persona permiten al lector un acceso directo a la emoción y está parcialmente logrado. Tengo la sensación de estar frente a un esqueleto bien conformado, en torno al cual ha ido creciendo la carne y algunos órganos pero al que le faltan los órganos internos, la piel y las plumas. Las condiciones creadas eran propicias para transmitir al lector más y más vívidas emociones. Así como está, suscita la curiosidad, genera ansias de saber, suspenses… que luego no se satisfacen, a pesar de que en la forma está todo bien.
Un saludo

IGNACIO Zrgz

20/03/2025 a las 22:07

Muchas gracias a todos por los comentarios. Está muy bien que te lean y que se aprecie lo que escribes. Además, las observaciones sirven para ver problemas y aprender.
Este relato me ha costado bastante porque la cabina no me inspiraba. He buscado una ambigüedad en la historia que es un arma de doble filo. Quedan demasiadas preguntas sin respuesta.
Llevo cuatro meses con el reto y me gusta mucho este blog, los relatos, la gente, todo. Gracias especialmente a Iria y Tomeu por vuestra dedicación.

El Monje

21/03/2025 a las 12:53

Buenas noches Ignacio: “Oficio” tienes de sobra (¡qué envidia me das!). Espero que esta historia, “de nunca acabar o de vuelta a empezar”, cuando la desarrolles se resolverán todas las incógnitas que suscitas, ¿o no?
Veo que “algo” en ese sentido ya te han comentado.

Chus Galego

22/03/2025 a las 08:15

Buenos días, Ignacio.
La idea de tu relato me parece muy buena (alguien que se ve obligado a cumplir una misión peligrosa sin conocer cuál ni qué peligros encierra). El estilo está acorde con el contenido: oraciones cortas y directas, que muestran el desasosiego del protagonista. La estructura circular, con ese final que nos devuelve al principio, te queda redonda. Solo hay un detalle que no comprendo: el protagonista no tiene móvil porque es lo primero que le quitan, ¿quiénes?, porque él recibe instrucciones por teléfono pero no se encuentra con nadie.
Gracias por comentar mi relato.
Un saludo.
Chus.

Ed Gorende

05/04/2025 a las 23:28

Todo magníficamente escrito. Me han venido recuerdos de Tren Bala, película que mejora el libro, ambos muy recomendables. Porque parece un poco extraño que la maleta desaparezca, pero puede pasar. Como todo lo demás. De la forma no tengo nada que añadir, todo magnífico. Del fondo, muy bien narrado y atrapante, que parece que solo vemos un nudo, sin introducción ni desenlace real. Todo desde mi punto de vista, claro.

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