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Mea culpa - por Yvonne (María Kersimon)R.
El ajetreo de la estación de Miami retumbaba en su cabeza como en el interior de un tambor de hojalata. Había pasado la noche en un duermevela lancinante salpicado de pesadillas en las que aparecían su madre muerta, su ex novia, personas y lugares reales e inventados. «No es de extrañar» ―se dijo―, mientras empujaba el carro del equipaje, «estoy acusando el estrés pre lanzamiento». Conocía los síntomas y había tomado dos pastillas tranquilizantes. La nave Artemis II los llevaría de Cabo Cañaveral a la estación lunar Gateway que sería su hogar permanente a partir de entonces.
En el acceso al andén para Orlando, divisó una vetusta cabina de teléfono publicitaria decorada con imágenes de Disney World. «En este país puedes esperar cualquier cosa», ―pensó―. Las pastillas comenzaban a hacer efecto y estaba más despejado. Iba bien de tiempo y se paró junto a la cabina cuando sonó el teléfono. Descolgó por curiosidad pero en vez de una voz femenina comercial, lo que oyó hizo retroceder dos horas su estado anímico.
―Hijo, escúchame bien, tenemos poco tiempo.
Era verdaderamente la voz de su madre con sus inflexiones de maetra de escuela, esa voz que tantas veces le había perseguido en sueños.
―Javier, hijo, me urge confesarte lo mucho que incidí en tu vida y no siempre para bien. Presta atención, no tendremos otra oportunidad. No debes irte. Si emprendes este viaje todo se habrá acabado para tí.
Sintió las piernas flaquear y su cabeza volvió a zozobrar en el pantano del duermevela nocturno. «Estoy alucinando otra vez, ha pasado el efecto de las pastillas», ―se dijo―, aguantaré y todo volverá a la normalidad…». Pero la voz seguía y él parecía haberse soldado al auricular.
―Fui yo quien hizo fracasar tu matrimonio, perdóname hijo. Lo lamento ahora y necesito tu perdón. Tú eras un niño sensible y soñador. Yo metí en tu corazón el guzano de la ambición y te alejé de tu pareja para que no te desviaras de las grandes metas que soñaba para tí. En realidad nada de esto tenía importancia. Hubieras sido feliz con ella porque tiene un gran corazón. Yo te deshumanicé… y ahora me pesa, me pesa tanto…
Se sentía perder pie sin poder remediarlo. Acudían a su mente fragmentos de escenas campestres con Lucía, el primer beso, un picnic a orillas del lago, la tarde en que se comprometieron, la felicidad compartida… y sin previo aviso el monstruo de la trahición, el hielo, la distancia… cómo se había sumergido en la carrera espacial después de la ruptura, siempre alentado por su madre. Ahora, astronauta de renombre, el mejor quizás, no iba a dejarse desviar por la ansiedad. «Alucinaciones» se dijo a la vez que se erguía para colgar el auricular. Pero aún había de oir unas palabras más.
―Lucía es la mujer de tu vida. Debes buscarla e intentarlo de nuevo. Si tomas este tren te alejarás para siempre y tomarás un camino de desesperación y fracaso…
Colgó el auricular, salió de la cabina y echó a andar en dirección al andén en el cual estaba estacionado su tren. Sin mirar atrás y de un paso decidido cruzaba la corta distancia que le separaba del vagón cuando oyó sonar de nuevo el teléfono anacrónico. Su espanto fue a más cuando vio que una desconocida descolgaba y su rostro reflejaba un asombro mayúsculo mientras parecía buscar a alguién con la mirada entre los pasajeros, y se dio cuenta de que a quien buscaba era a él ya que se le acercó corriendo.
―¿Es usted Javier Miranda?
Los ojos agrandados por el espanto, asintió.
―Su madre dice que no puede irse. Su vida correrá peligro y nunca será feliz. Debe regresar con su novia. Dice algo más: fue ella quien escribió la carta fatal que le hacía saber que su novia se había enamorado de otro. No era cierto. Lo hizo para que no abandonara su carrera profesional creyendo que era lo mejor para usted pero ahora sabe que se equivocó…
Lo que no entiendo es porque su madre esperó a que se subiera al tren para decirle estas cosas…
―Mi madre murió hace seis meses.
El cuerpo de la mujer resbaló en cámara lenta tal muñeco de trapo y cayó en sus brazos. La sostuvo y suavizó su caída. Arrodillado a su lado, aplicó el oído a su pecho para ver si su corazón latía, comprobó que respiraba, conciente de que el tren iniciaba lentamente la marcha.
Comentarios (17):
IreneR
17/03/2025 a las 14:17
Buenas, Yvonne.
Qué madre más entrometida. Aunque no me queda muy claro la razón por la cual se mete en la relación de su hijo y luego, después de muerta (me ha encantado ese giro), decide que es la hora de arreglarlo todo.
Me ha sacado de la lectura los ―se dijo― y -pensó- que has puesto entre guiones. No estoy al cien por cien segura, pero juraría que así no se puntúan los pensamientos de los personajes.
Hay dos tí con acento.
Se coló un guzano en tu texto y una h traicionera en trahición.
Nos leemos.
Un saludo.
Irene
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
17/03/2025 a las 22:02
Hola, Ivonne, eres mi vecina de relato.
Se entiende bien de que va, sin embargo, al final no me queda claro si Javier sigue su camino en el tren.
Y de continuar la historia, esa chica, que se desmaya en sus brazos, ¿será su nueva novia? (ya sin madre metiche jeje).
En cuanto a gramática:
– exnovia va junto. Esto se debe a que el prefijo “ex” se une a la base léxica cuando es una sola palabra.
-…Descolgó por curiosidad pero en vez de una voz… antes de pero va coma cuando pero se puede cambiar por “mas” (sin tilde), “sino (que)” y “aunque”
– en maetra falta la “s”
– tí no se tilda. Es un monosílabo tónico, por lo que no se le aplica la tilde diacrítica.
– …perdóname hijo. Lleva coma después de perdóname, es como la coma vocativa Hola, Javier.
– gusano (sin z), alguien (sin tilde), consiente (si viene de consciencia, que tiene conocimiento de…) se escribe consciente.
Buen trabajo, gracias por permitirme aprender con tu relato.
Nos seguimos leyendo.
Patricia Redondo
18/03/2025 a las 10:27
Buenas María!
Pues como nos tienes acostumbrados: un relato que derrocha imaginación y maestría para contarlo.
Se te han colado por ahí un par de gazapos que ya te han comentado pero nada que reste interés a la historia.
¿Qué será ahora de Javier que ha perdido su tren y tiene una mujer nueva entre sus brazos y la tarea de encontrar a la antigua? Interesante final que hace que nos quedemos con las ganas de saber el desenlace de todo esto.
No me busques, por que este mes entre líos de trabajo y que la cabina parlante no acababa de cuadrar una historia, no escribí.
Nos seguimos leyendo!
Trinity
18/03/2025 a las 21:53
Hola Ivonne,
Tres palabras han sido las que me han despistado y sacado un poco de la lectura:
– Guzano
– Trahición
– Conciente
Y como bien te han corregido en los comentarios anteriores. Yo no soy quien para corregirte esto, únicamente decir que hay que tener cuidado porque faltas así puede sacar de contexto al lector.
Por lo demás debo de decirte que la historia me parece interesante, una llamada desde el más allá, de una madre que quiere remendar la malas formas en que manipuló la vida de su hijo. Me parece muy bonito y solo pensar que eso pudiera ser posible, me emociona.
Muy original el relato, enhorabuena 👏🏻
IGNACIO Zrgz
19/03/2025 a las 00:01
Hola Yvonne. Muy bueno y muy imaginativo el relato. Acaba que nos dejas en un mar de dudas. No acabo de entender qué pasa con la chica que se evapora.
Un comentario: Cuando yo era niño estaba en plena ebullición la carrera espacial y llegaron las primeras naves a la luna. Nos contaban muchas historias de astronautas y una de ellas es que solo seleccionaban a candidatos con familias estables e hijos, para que si tenían problemas, no se rindieran e hicieran todo lo posible por volver a la tierra. O han cambiado las normas o tu astronauta divorciado es poco viable. Si lo cambiamos de país igual se resuelve el problema.
Nos leemos. Saludos
Osvaldo Mario Vela Sáenz
19/03/2025 a las 03:14
Hola Yvonne, saludos desde un rincón en México y Texas, Laredo conocida como “the gateway cities.”
Como nos inspiran las almas en pena, quienes llenan de letras justas y perfectas nuestros textos. Este tuyo en particular me llena pues se trata de la premonición o quizá la sabiduría de una alma en pena: su madre.
con esas ayudas y la maestría que te es propia tus relatos son una joya. Poco hay que agregar a la admiración que despiertas en muchos lectores. Enhorabuena y felicidades.
Mónica Bezom
19/03/2025 a las 05:11
Hola, Yvonne.
Un mea culpa particular, efectuado por el alma en pena de una madre arrepentida o que, tal vez, necesita de la redención del perdón por parte de un hijo que ya ha reajustado su vida en base a coordenadas de pronto caducas, atento las confesiones que suelta el comedido teléfono público. Me ha gustado mucho la originalidad del relato que navega airoso sobre un hilo narrativo dinámico e intrigante, a la vez que emotivo. El final parece indicar que no todo será como antes.
Felicitaciones.
Ha sido un placer leerte.
Cristina Otadui
19/03/2025 a las 09:07
Hola Yvonne,
arrepentimiento, búsqueda de redención y culpa en un texto que explora las relaciones familiares, casi siempre complicadas.
Un relato bien narrado que nos permite primero ver el estado mental de Javier y mas tarde la manipulación e intromisión de su madre.
Me pregunto si veces el uso de algunas palabras poco habituales alejan, quizás, al lector: lancinante, vetusto, anacrónico.
Cambiaria algunas frases que para mi suenan algo pesadas, por otras mas sencillas:
“había de oír”: por escuchó
“de un paso decidido cruzaba”: con paso decidido cruzó
De todas las metáforas que utilizas a señalar la comparación del ajetreo de la estación con el sonido de un tambor de hojalata: muy efectiva estableciendo el tono de confusión.
Tu personaje principal esta desarrollado correctamente y la relación con su madre le aporta un conflicto interno: todo suma para bien.
Incluir la voz de la madre y la misteriosa mujer que le transmite el mensaje añade un elemento mágico que intriga al lector que se pregunta sobre la naturaleza de la comunicación y el destino, al igual que Javier, que reflexiona sobre las decisiones tomadas y su vida.
En mi opinión todo fluye hasta llegar al clímax, a la resolución de la historia, que como idea me parece muy buena pero la encuentro confusa, demasiado “apresurada”: el desmayo de la mujer y la reacción de Javier son impactantes, pero una construcción gradual de la tensión podría hacer del momento una situación más poderosa.
Yo revisaría el final, a partir de la pregunta de la desconocida (¿Es Ud. Javier Miranda?), manteniendo la idea pero buscando mas claridad y ajustando el ritmo.
Muy buena historia Ivonne, ¡felicidades!
¡¡Nos leemos!!
Codrum
20/03/2025 a las 14:00
Hola,
Bonita reflexión sobre cómo otros pueden influenciar y dirigir nuestras vidas, y la necesidad de redimirse o aceptar los fallos después.
El desmayo de la mujer al final es lo único que no me convence con relación al resto de texto, no porque esté mal descrito, simplemente me “sobra” . Al igual que toda la información que recibe en una corta conversación telefónica y luego recuerda para decírselo al hijo. Yo no recordaría nada.
Dicho eso el texto se le con facilidad, está bien estructurado y plantea temas muy interesantes: prioridades en la vida, a quien hacer caso, dejarse guiar por agentes externos y/o internos. Con una narración amena, en una ambientación creíble.
¡Buen trabajo!
María Jesús
20/03/2025 a las 19:02
Hola Yvonne: Que relato más original, me ha parecido muy buena idea utilizar el teléfono antiguo para que una madre (muerta), corrigiese errores del pasado con su hijo, incluso envía una emisaria por si no le hace caso. De hecho al principio del texto dices que Javier ha soñado con varias personas, entre ellas su madre y su exnovia, como si su sueño anticipase lo que le iba a ocurrir antes de coger el tren. Un relato bastante bien hecho que me ha enganchado desde el primer momento. Te felicito.
Gracias por tus palabras al mío, por cierto.
Moldy Blaston
20/03/2025 a las 19:50
Buenas tardes Yvonne, me permito enviarte unos comentarios a tu relato.
Me ha gustado muchísimo, empiezo por ahí. Has combinado elementos de ciencia ficción y realismo psicológico, logrando una narrativa que explora la culpa, el arrepentimiento y las decisiones trascendentales en un contexto futurista. Esa mezcla de tecnología avanzada con un elemento sobrenatural (la llamada de la madre fallecida) crea un contraste intrigante que me atrapó.
Es un relato que tiene a mi entender muchas fortalezas y te enumero algunas: una ambientación futurista muy bien integrada, un conflicto emocional profundo bien planteado, un tono melancólico que aporta una dimensión emocional que enriquece (aún más) el relato y un final abierto que aumenta el impacto del desenlace.
En definitiva, te felicito por tu trabajo, del que aprendo bastante.
Nos leemos!!!
Moldy Blaston
20/03/2025 a las 19:51
Pdta: se me olvidó decir que estaría encantado de que te pasaras por mi relato y me dieras tu opinión (*17). Muchas gracias
Otilia
21/03/2025 a las 11:44
Hola, Yvonne, gracias por compartir tu trabajo.
Esta semana he estado muy liada y llego tarde. Los mejorables ya te los habrán señalado los anteriores comentarios.
Por mi parte felicitarte por tu historia que me ha gustado y he leído con interés. Lo único que veo un poco exagerado es la reacción de la desconocida desmayándose repentinamente.
Buen trabajo. Saludos.
Carmelilla
22/03/2025 a las 19:00
Hola, Ivonne. Gracias por pasarte por mi relato y tu comentario.
Lo que se puede señalar como mejorable ya lo han comentado.
Creo que tu relato está muy bien envuelto por una atmósfera intimista por la expresión tanto de los sentimientos de la madre como del hijo, habiendo usado además el lenguaje adecuado para ello.
Esa madre…no le deja en paz ni después de muerta, bastante tóxica diría yo y si mostrar esto era un objetivo: conseguido.
Creo que quien debería desmayarse, no es la pobre chica que le da o remata el mensaje de la madre, sino Javier, Pero cada uno hace lo que quiere con sus personajes.
Al no final de tu relato, creo que le ha faltado un giro de más impacto para mantener la intriga viva.
Buen trabajo.
Saludos.
Kelvin I. Márquez
23/03/2025 a las 03:43
Saludos Yvonne
No pensé en ningún momento que la madre de Javier estuviera muerta y eso me sorprendió un poco. En cambio, lo más que me sorprendió fue que pudiera hablar con otras personas. Nunca leí algo parecido y el ser diferente hace que me guste más.
Ya te comentaron par de errores de dedo en los cuales no ahondaré.
La historia me parece interesante, el final perfecto. En parte la madre, pese a estar muerta y querer redimirse, volvió a lograr lo
que quería.
¡Nos leemos!
José Torma
24/03/2025 a las 20:39
Yvonne.
Muy entretenido tu relato, esas mamas que nos aman demasiado que a veces, solo a veces, se pasan.
Es claro que él se dejo influenciar y toma relevancia que la madre, desde otro plano o dimensión, le llame para pedirle perdón. Hablar con otra mujer y pedirle ayuda fue una acción que no preví y me gustó. Creo yo que la madre, desde el más allá sigue interfiriendo y le puso a su siguiente novia en el plato.
Felicidades.
José Torma
25/03/2025 a las 16:39
Hola Yvonne. Gracias por tu visita.
Normalmente no me gusta explicar los relatos porque creo que uno tiene la obligación de ser claro y si no lo logras, tienes que buscar por qué y tratar de mejorar. Pero en este caso, creo que, lo que estaba muy claro en mi mente, no llegó a las personas que me han visitado.
Presente
Antonio es un fantasma que está en la estación del metro en Madrid, cerca de un teléfono viejo.
El día de los atentados (marzo 2004, Joel no imaginó que hiciera tanto calor en marzo), se fija que un grupo de jóvenes mexicanos están entre los fallecidos, los chavos no se habían dado cuenta de que estaban muertos, seguían disfrutando de la inercia de la emoción del viaje; eso le desencadena el recuerdo que les platica.
Pasado
Antonio emigró a México donde trabajo legalmente, de ahí el detalle de la hoja rosa del seguro social. (Yo conocí a Antonio en mi viaje mochilero por Europa, nos habló en Milán y nos regañó por el tipo de vino que habíamos comprado. Él trabajó en México, acá te inscriben en el seguro social al momento de contratarte y antes, te daban una hoja rosa donde venían tus datos. Mas tarde nos convidó unos de la Rioja, con libertades creativas, lo incorporé al relato).
Recibe la llamada en el viejo teléfono en México que lo hace regresar a España a buscar a sus padres. Su tren tiene un accidente y el muere.
Desde entonces, se encarga de ayudar a gente que recientemente falleció y anda despistada a contestar el teléfono, que en mi mente se convirtió en una aduana, un punto de entrada, asumí la existencia de estos diseminados por el mundo.
Por algún motivo, que no sé ni yo, Antonio se quedó atrapado en la estación donde murió.
Gracias por leerlo y espero en futuros ejercicios conectar mejor.
Saludos.