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Mariela - por Maru
Mariela fue mi compañera, confidente y amiga durante los últimos años en la secundaria. La conocía como se conoce a una hermana y por eso no me preocupaba que no hubiera llegado a tiempo, así es ella.
Di un profundo suspiro para activar todos los recuerdos en una sola inspiración, cada vacación que nos separaba, cada encomienda que esperábamos estaba acompañada por el olor tan particular de esta vieja estación de trenes. Miré alrededor buscando algún sitio donde sentarme a esperar a mi querida amiga.
La vi entrar a la estación, Mariela es secretaria en una multinacional, vestía su cómodo y pragmático uniforme. La observo, es divertido, camina sin mirar por donde va buscando algo dentro de su cartera, seguramente su teléfono móvil para localizarme, pisa mal pero se recupera y sigue caminando, me río sola no ha cambiado nada, pero ¿Qué pasa? ¿y ahora a dónde va?
Mariela levantó la cabeza de pronto y comenzó a buscar algo, dirigió su mirada a un rincón apartado, la vieja cabina telefónica que sabíamos usar aún estaba en su sitio. No me extraño tanto que ella fuera a atender el llamado, como que ese teléfono siguiera funcionando.
Me levante, tomé mis bolsos y comencé a caminar en dirección a ella. Mariela jugaba con el cable del teléfono como si el tiempo no hubiera pasado; la vi levantar la cabeza y mirar curiosamente hacia el andén, su mirada se cruzó con la mía, sus ojos se abrieron y sonrió, pero duro solo un instante, volvió a escuchar atentamente a la persona del otro lado de la bocina.
Levanté la mano para llamar su atención y le pregunté si todo estaba bien sin emitir sonido alguno, me dijo que sí con la cabeza y continuó escuchando atentamente la misteriosa llamada. Cuando colgó el teléfono su radiante energía había desaparecido, su expresión era triste y cuando se acercó pude ver que sus ojos brillaban mucho, había lágrimas en ellos.
-¡Holaaa!! Tanto tiempo!- su voz había recuperado su habitual alegría y una gran sonrisa acompañaba el abrazo larguísimo que nos dimos al encontrarnos.
Nos tomamos del brazo como hacíamos de chicas y caminamos dando pequeños saltitos, -¿Tomamos un café?, las metálicas mesitas redondas habían sido repintadas, pocas cosas cambiaban en la vieja estación.
-Bueno, contame qué hacías en el teléfono, parecías triste cuando colgaste…- le dije, me miró, -A mí siempre me pasan cosas raras!!! Pero esto fue realmente raro y triste, venía a buscarte y sabía que llegaba tarde pero al entrar escuché sonar el viejo teléfono!! No lo podía creer así que me acerque y si, estaba sonando, vos me conoces, es más fuerte yo, tenía que contestar, pero nunca imaginé lo que iba a escuchar!
La silbato del tren que anunciaba su partida no me permitió escuchar, solo veía su expresión volverse triste nuevamente, – …y así es la vida ¿viste? Bueno solo lo escuché, supongo que en algo ayude, pero bueno, basta de cosas tristes!! Contame de vos!
Conversamos un largo rato, pedimos la cuenta y nos íbamos listas para seguir conversando en orto lado, cuando salíamos miré la estación y vi a otra persona atender el mismo viejo teléfono, su expresión también se volvió triste, más tarde, cuando estemos en su casa le voy a preguntar nuevamente por la historia detrás de esa misteriosa llamada.
Comentarios (7):
juanjohigadillo
18/03/2025 a las 11:12
Buenos días, Mariela:
Si hay una cosa que me ha encantado de tu relato es el cómo muestras esos pequeños detalles que lo hacen verosímil: la mala pisada, el hecho de que juegue con el cable mientras escucha, el cómo asiente con la cabeza sin emitir sonido alguno. Me parece que es muy de agradecer. Por otra parte, a mí, que soy de los de “introducción, nudo y desenlace”, me chirría un poco que no se aclare ni quién llama, ni qué es lo que dice para que la mirada de quien contesta se vuelva triste. Pero, en fin, eso ya va en gustos.
Saludos desde Pucela
P.S: te agradecería que te pasaras por mi relato: es el número 40. Gracias
Fernando Rodríguez
18/03/2025 a las 18:34
Para cuantas cosas sirven esos viejos aparatos, a nosotros para relatar unos textos que nos introducen en las más variadas situaciones. La imaginación permite continuar o conformarnos con lo que cada uno anuncia. Me ha costado entender el tuyo, pero a veces, la idea del escribidor no la capta el lector. Ahora, a seguir fantaseando con los personajes que cada vez creamos.
Eider
20/03/2025 a las 10:51
Buenos días,
Me ha gustado tu relato, pero es cierto que me que he quedado con ganas de saber quién llama y qué cuenta a aquellos que cogen el teléfono, sobre todo viendo que a todos les causa el mismo sentimiento de tristeza. De todas maneras, gracias por compartirlo. Saludos!
Ismael Tomas Perez
20/03/2025 a las 17:30
Hola Maru
Gracias por pasarte por mi relato, siempre es de gran ayuda la opinión de los compañeros. Referente a tu historia, la he encontrado un poco densa, coincido con los anteriores comentarios. Me ha costado un poco entenderla pero he de decirte que es muy buena, me gustó. A veces tengo que leerlas dos o tres veces, es mi opinión. Enhorabuena, sigue escribiendo y nos seguiremos leyendo. Saludos
Mariana
20/03/2025 a las 18:34
Muchas gracias a todos por sus aportes y opiniones, es la primera vez que escribo y participo de un taller, me gustó, me gusta la dinámica. Espero con ansias la próxima escena.
María Jesús
24/03/2025 a las 21:47
Hola Mariana: Me ha gustado la descripción que haces de la amistad de las dos amigas, también los comentarios que la narradora hace de su amiga, a la que ve venir. Pero ya el hecho de que vaya enfilado al teléfono antes de darse el abrazo, me ha resultado chocante. También me hubiera gustado saber con quien hablaba y que mensaje le ha dado para ponerse triste, tampoco es que lo reveles del todo pero si hubiera agradecido unas pistas. Por lo demás se ve que escribes bien.
Un saludo.
Mariana
25/03/2025 a las 13:18
Muchas gracias María Jesús, en mi idea no se abrazan antes porque el teléfono está a la mitad del camino, por eso la narradora decide acortar la distancia e ir acia ella, pero se ve que quedó en mi cabeza y debo ser más descriptiva para que el lector pueda interpretarlo. gracias de nuevo por ayudarme a crecer.