Literautas - Tu escuela de escritura

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MIKA - por juanjohigadillo

La estación de Valnegra era lo único que quedaba de un proyecto faraónico: el de atravesar la cordillera más escarpada por medio del túnel ferroviario más largo del país.
El proyecto nunca se terminó. Los derrumbes provocados por la inestabilidad del terreno, decenas de trabajadores muertos, el incesante aumento del gasto presupuestado y un cambio de gobierno acabaron por malograrlo.
Sólo quedó en pie la vieja estación, que durante un tiempo fue el escenario perfecto para que hordas de visitantes irrespetuosos colgaran sus fotos en las redes sociales gracias a la hermosa arquitectura art-decó del edificio y al deslumbrante paisaje que la rodeaba. El tiempo y el vandalismo casi terminan con ella, y la empresa ferroviaria acabó vallando el recinto, al que sólo se podía acceder con un permiso especial, y habilitando el gabinete de circulación para que los vigilantes privados tuviéramos un sitio donde descansar y guardar nuestras cosas.
Aquella tarde llegué a hacer el relevo antes de lo habitual. Tenía un encargo que cumplir: un encargo que no me hacía ninguna gracia.

La llamada se produjo unos días antes, mientras hacía la compra.
—¿Señor Pacheco? —dijo la voz.
—Sí, soy yo. ¿Quién llama?
—Eso no importa, señor Pacheco. Necesitamos que nos haga usted un… ¿cómo decirlo? Necesitamos que nos haga usted un favor.
—¿Pero, quién coño es usted? ¿Qué quiere?
—Cálmese, caballero, cálmese. Imagino que querrá usted volver a ver a su querida Mika, ¿no? Pues escuche con atención.
—¿Mika…? ¿Qué han hecho ustedes a Mika?
—Nada, aún nada, si se portan bien. Ella y usted. Ya le he dicho que se calme y escuche.
Entonces me explicaron sus propósitos, y que me darían instrucciones concretas más adelante. No sé cómo demonios sabían quién era yo y dónde trabajaba, pero quedó claro que si quería volver a ver a Mika, a mi querida Mika, tendría que obedecer.

Aparqué donde siempre y me dirigí a relevar a Basilio, quien se sorprendió de verme tan pronto.
—¿Qué pasa, tronco? —preguntó—. ¿Te han echado de casa…?
—No, que va. Estaba aburrido y me vine para acá, así que puedes irte ya si quieres.
—Como quieras. La verdad es que me viene bien llegar hoy un poco antes; tengo invitados a comes, ¿sabes?
—Tranquilo, hombre. Hoy por ti y mañana por mí. Y no comas muchos torreznos. Que lo disfrutes.
—¡Que cachondo! Te debo una, tío.
Recogió sus bártulos y desapareció.
Me quedé allí, paseando arriba y abajo por el andén, esperando instrucciones. Cada dos por tres miraba mi celular, pero no había nada: ni un mensaje, ni una llamada perdida… Nada.
Acababa de fumar mi enésimo cigarrillo cuando sonó el viejo teléfono del vestíbulo.
«¡Cooooño! ¿Pero todavía funciona esta línea?» pensé, y le dejé sonar.
En ese momento me llegó un mensaje al teléfono. “Cógelo, imbécil” decía. Estaba claro que me estaban vigilando desde algún lugar indeterminado del valle.
Descolgué el auricular y escuché. Era la misma voz de la otra vez.
—Escuche con atención, señor Pacheco. Sólo se lo diremos una vez.
—¿Y Mika, Mika está bien? —pregunté
—Está bien, por el momento. No somos gente cruel; esto son sólo negocios. Y ahora, escuche.
—Vale, suéltelo. Pero no le haga daño a Mika, por favor.
—Haga lo que le digamos y no tendrá de qué preocuparse.
—¡Suéltelo, cabrón! —respondí.
Después de oír sus instrucciones me dirigí al cuarto de enclavamientos, cogí un viejo pico y fui hasta el final del andén. Caminé por la vía intentando no pisar el incómodo balasto y llegué hasta el punto hectométrico indicado. Allí conté las ciento veintitrés traviesas que me habían dicho y empecé a picar. Al poco estaba sudando copiosamente, pero quería recuperar a Mika, a mi amada Mika, y eso me daba fuerzas para continuar.
Tras un rato cavando encontré lo que buscaba: un cofre metálico que pesaba una tonelada. Lo arrastré como pude hasta el coche y lo guardé en el maletero.
Un mensaje apareció en mi móvil: “Entréguelo en el punto acordado y esta noche Mika estará en casa sana y salva…”

Cuando llegué a casa Mika saltó hacia mí loca de contento. Me costó convencerla de que me esperase en el salón y me fui a la cocina a por una cerveza; necesitaba un trago antes de explicar aquel embrollo.
Me senté en el sillón dispuesto a contarlo todo y acaricié la cabeza de Mika, que tumbada en la alfombra y meneando el rabo me miraba con la lengua fuera, como si entendiera lo que le estaba contando…

Comentarios (9):

Mariana

18/03/2025 a las 12:58

Hola Juanjohigadillo! me gustó tu relato, tu introducción armó la escena perfectamente, la expectativa, y la angustia del personaje las pude sentir, por mi personalidad solo hubiera agregado un poco más de emoción al reencuentro de parte del personaje, no demasiado, pero va en gustos. Espero pronto poder leer otro de tus relatos.

Lupa Sívori

18/03/2025 a las 13:47

¡Hola, Juan! Me paso por tu texto a dar un vueltón. Voy primero con algunas cosillas que he notado:

“—¡Suéltelo, cabrón! —respondí.” (no sería “suéltela” a ella, a MIKA. Porque sino podríamos avisar de antemano que se trata de un perror, de un animal).

“—Como quieras. La verdad es que me viene bien llegar hoy un poco antes; tengo invitados a comes, ¿sabes?” (entiendo que es “a comer”, error de tipeo).

“—Tranquilo, hombre. Hoy por ti y mañana por mí. Y no comas muchos torreznos. Que lo disfrutes.
—¡Que cachondo! Te debo una, tío.”
(ese “qué” iría con tilde. Además, me dio risa la palabra cachondo, que entiendo tiene un significado distinto en España que en Argentina). En Arg, estar cachondo es esta prendido, excitado sexualmente, encendido desde la lascivia.

Ahora sí, al cuento. Como dijo la compa anterior, creo que al final le falta un poco más de impacto. Me imaginé que MIKA no era su novia. Quizás hasta funcionaba mejor si era algo más bizarro que un perror, qué sea yo, un canario, un capibara, una muñeca inflable, jaja.

Lo que más disfruté del cuento fue la introducción, como te mete en el ambiente de la historia. Está lograda. No me terminó de convencer tanto la premisa… ¿por qué el mafioso no podía hacer él mismo esa búsqueda? ¿qué le impedía picar él mismo si sabía exactamente adonde hacerlo? Creo que se podría jugar mejor con la motivación del villano para forzar al prota a hacer esta tarea.

Más allá de estos detalles, un texto muy disfrutable. ¡A seguir!
Lupa. (desde Argentina).

Ismael Tomas Perez

18/03/2025 a las 18:11

Hola Juanjo
Me ha gustado mucho tu relato. Es una historia interesante. No entiendo porque tiene que ir a buscar algo que el otro le indica donde está, hubiera preferido que desconociera el sitio y obligara a Pacheco a buscarlo. Es mi opinión. También veo que al final habla de contarlo todo, pero ¿a quien, al perro?. Por lo demás, muy bien. Enhorabuena

Ismael Tomas Perez

18/03/2025 a las 18:27

Hola Juanjo
Lo leí después, gracias por pasarte por mi relato.
Un saludo

Moldy Blaston

18/03/2025 a las 19:34

Hola Juanjo. Te devuelvo tu amable visita.
Tu relato muestra un dominio notable de la atmósfera, al fusionar el realismo decadente de la estación abandonada con elementos de thriller sobrenatural. La descripción del espacio (vallas, balasto, vestigios art-decó) actúa como un personaje más. Me recuerda un poco el detallismo ambiental de Stephen King en espacios claustrofóbicos (si se me entiende la comparación). El giro final con Mika como perra es un acierto de economía narrativa sin caer en lo melodramático.
Me ha gustado mucho y te felicito y animo a seguir.
Nos leemos!!!

Osvaldo Mario Vela Sáenz

19/03/2025 a las 01:40

Buenas tardes juanjohigaddillo. saludos desde México.

Me gusto mucho tu trabajo, tienes la habilidad de despertar preocupaciones tanto a tus personajes como a los lectores. la historia muy fácil de leer sin complicaciones en su redacción.

Posees facilidad de para redactar historia. el tiempo también muy bien distribuido en la trama. por el manejo del lenguaje dentro del oficio de una estación es un punto adicional importante.

El tema mas difícil que abordaste es como mantener la identidad del personaje MIKA en secreto para resaltar la complicación de un secuestro. muy bien.

Poe un momento me hubiese gustado un preámbulo de MIKA, donde juegas con el tirando una pelota de beisbol para que la pesque y te la regrese.

olo se que te felicito y te doy las gracias por muy buen trabajo. Enhorabuena

juanjohigadillo

19/03/2025 a las 07:38

Buenos días:
En primer lugar quiero agradecer sus comentarios a todos los que os habéis pasado a leerlo. En segundo lugar me gustaría aclarar alguna de vuestras dudas. Algunos mencionáis que no se sabe por qué obligan a Pacheco a buscar algo que la otra persona sabe dónde está. Bien, podría explicarlo, pero el corsé de las 750 palabras (como lo definió alguien en un post anterior) no me ha dejado mucho margen. A Osvaldo le digo que si hubiera metido un preámbulo de Mika, como sugiere, se habría perdido la sorpresa final de saber que Mika no es una persona. A Lupa le aclaro que cuando en el relato dice “Suéltelo, cabrón” no se refiere a Mika, sino que lo que quiere decir es que soltase el mensaje, el recado que tenía que soltar. Y sí, en España la palabra “cachondo” también tiene ese significado, pero la uso con la cuarta acepción del diccionario. https://dle.rae.es/cachondo
Por lo demás, tomo nota de todas vuestras observaciones, y espero que nos sigamos leyendo.
Un saludo a todos.

María Jesús

21/03/2025 a las 12:57

Hola Juanjo: Casi al final de la historia he sospechado que Mika era un perro. Me ha parecido un relato muy entretenido, con descripciones precisas y su puntillo de suspense. Salvo que la trama no la comprenda, no suelo leer los comentarios de los compañeros, `previamente; en mi caso yo he comprendido lo que querías decir y no le pongo pegas ni al lenguaje utilizado ni al argumento en sí. A mi me ha gustado. Un saludo.

José Torma

24/03/2025 a las 20:20

Hola JuanJo.

Yo pido una disculpa de antemano, porque desde el nombre a la primera llamada, en mi mente se posó la imagen de un perro.

Me confundí un poco, pero creo que las llamadas se hacen a teléfonos diferentes, no ambas al antiguo cacharro.

Igual el texto es ágil y sientes la preocupación del prota por cumplir lo ordenado para recuperar a Mika.

Muchas felicidades.

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