<< Volver a la lista de textos
Renacer de la ceniza - por Vespasiano
Web: http://lhlupianes.blogspot.com
Sara es una joven periodista que destila simpatía. Su rostro bonito, su talle esbelto y sus líneas bien definidas son rasgos apetecibles que encandilan a cualquier hombre.
Durante su trabajo en el diario “La Nación”, la chica, inexperta como era en las cosas del querer, sucumbió a los halagos y promesas de Germán, redactor jefe de ese periódico. Cuando supo que este compartía su cuerpo con una nueva becaria, su amor propio la llevó a despedirse de la empresa.
Desde entonces su vida sentimental transcurría sin pena ni gloria.
Esa mañana lluviosa de abril, se dirigía hacia la estación de La Luz para reunirse con los responsables del sindicato ferroviario.
Aquel teléfono público, instalado en uno de los andenes de aquella estación sonaba insistentemente. Un guardia de seguridad se dirigió hasta él descolgándolo.
—¡Dígame! — dijo el agente.
Del otro lado una voz nerviosa solicitaba: —¡Por favor! Pida que avisen por megafonía a la periodista Sara Ferreiro para que llame a la revista “Actualidad y Conocimiento”. Se ha debido de dejar su móvil en casa y no podemos contactar con ella.
—Buenos días, Javier. ¿Qué cambio urgente me propones, en un día tan malo como hoy?
—Tienes que ir hasta la Universidad Politécnica. Esta tarde el doctor Andreu, que ha creado la primera vacuna contra la enfermedad del Dengue, dará una conferencia y quiero que consigas una entrevista con él.
—¿Y cómo podré acceder a la sala si no estoy acreditada?
—Tendrás que arreglártelas como puedas. No debemos dejar de escapar esta oportunidad. La supervivencia de la revista está en juego y no podemos perder lectores.
Sara esperaba pacientemente, en el vestíbulo del Paraninfo, encontrar algún compañero que pudiera facilitarle el acceso, cuando de repente escuchó a su espalda una voz que la nombraba.
—¡Hola Sara! ¡Cuánto me alegra verte por aquí!
Antes de volverse ya sabía quién le estaba dirigiendo la palabra. En un instante la mala sangre se le agolpó en la garganta conteniéndose para no soltar una maldición. Pero inmediatamente recapacitó: «Necesito cubrir el evento y este “hijoputa” me puede facilitar la entrada».
—Hola. —dijo fríamente devolviéndole el saludo.
—No he querido molestarte. Entiendo que estés dolida y que no quieras hablar conmigo. Pero te he echado mucho de menos.
—¡Bueno, vale! Pero eso no te lo crees ni tú…Yo voy a ir entrando al auditorio antes de que empiece el evento —dijo mientras buscaba en su bolso la invitación, a sabiendas de que no la tenía.
Dando muestras visibles de nerviosismo miraba de nuevo en los diferentes compartimentos de su bolso, mientras la lividez de su rostro presagiaba la pérdida del documento.
—¡Mierda! —exclamó bastante angustiada— No encuentro mi credencial. ¡Por Dios! ¿Y ahora qué hago?
—¡Espera! ¡No te aflijas! —suplicó Germán tratando de calmarla— Tengo aquí la credencial de Armando, tu antiguo compañero. Pero en vista de que no llegará a tiempo por causa de la lluvia, te la puedo dejar y avalarte como director del periódico.
—¡Vaya! ¿Ya te han nombrado director? ¡Ahora te podrás tirar a todas las becarias que quieras! Pero no esperes cobrarte este favor.
—No pretendo cobrarme nada, pero seguiré intentando que volvamos a ser, por lo menos, buenos amigos.
—Gracias Germán ¡Me has sacado de un apuro! Pero no será posible. ¡Me has hecho mucho daño!
La voz del orador se dejaba oír con convicción dentro del salón de actos:
“Señores responsables del sistema sanitario, doctores, periodistas…muchas gracias por acudir a este evento de divulgación de la vacuna Donghvalia”.
“La primera referencia que se tiene de un caso de Dengue, aparece formalmente editada en una enciclopedia médica china, durante la Dinastía Tang en el año 610 …”
Durante la conferencia Sara estaba fascinada de la capacidad oratoria del ponente. Tampoco esperaba ver y escuchar a un científico, que más parecía un atleta por su aspecto vigoroso.
Durante la rueda de prensa, el doctor Andreu se sintió sorprendido por el ingenio de las preguntas de la periodista, por su desparpajo y por el encanto de su voz; sin dejar por ello de admirar su amable rostro, y su cuerpo bien proporcionado.
Al término del acto ella pidió amablemente al doctor Andreu: —¿Podría tener una entrevista personal con usted? Me encantaría publicar, además de las bondades de la vacuna, su biografía y sus proyectos futuros.
—¡Muchas gracias! Nada me gustaría más que conocer su revista y ofrecerle mi colaboración desinteresada —dijo este, pensando en la oportunidad que se le presentaba de poder conocer, a esa mujer extraordinaria que tanto le atraía.
Comentarios (25):
Berundgaar
17/03/2025 a las 18:46
Ave, Frater. Un placer encontrar a otro compañero de la “vieja guardia”. Parece que a Sara no le faltan oportunidades, no sé si por su buen hacer o por su evidente belleza. O tal vez por ambos. El texto está chulo, pero me he quedado con ganas de más. ¿Va a ser otro ligue, otro fracaso, les va a ir bien?
A lo mejor tengo que esperar a la próxima edición para saberlo. (Guiño).
Volveré a leerte.
Saludos.
Vespasiano
17/03/2025 a las 19:58
Buenas noches, Berundgaar:
Muchas gracias por leer mi relato y dejar tu amable comentario.
Un plazer volver a encontrarnos con viejos compañeros.
Un saludo afectuoso.
Otilia
18/03/2025 a las 15:42
Hola, Vespasiano, gracias por compartir tu relato.
La historia se lee con fluidez y me ha gustado. Sin embargo, no sé si me creo la colaboración desinteresada del científico, ¿no?
En cuanto a mejorables, Vespasiano, yo suelo leer el relato en voz alta, si lo haces encontrarás muchos “pero”, palabra que puedes sustituir por “sin embargo” “no obstante”….He utilizado las comillas que aparecen en tu texto, aunque las academias de la lengua recomiendan en primer lugar usar las comillas angulares.
No aconsejan utilizar muchos adverbios terminados en -mente, lo mismo sucede con el uso de gerundios: voy a ir entrando= voy a entrar.
En esta frase, “Sara esperaba pacientemente, en el vestíbulo del Paraninfo, encontrar algún compañero que pudiera facilitarle el acceso, cuando de repente escuchó a su espalda una voz que la nombraba” quitaría el cuando:…el acceso, de repente, escuchó…
Has escrito que estaba fascinada de la capacidad…, yo escribiría por la capacidad…
Buen trabajo, Vespasiano. Saludos.
Vespasiano
18/03/2025 a las 15:53
Buenas tardes, Otilia:
Gracias por pasar por mi relato y dejar tus anotaciones siempre binvenidas.
Seguiremos leyéndonos.
Cristina Otadui
18/03/2025 a las 17:22
Hola Vespasiano,
¿Quién es Sara? Además de una chica guapa apenas sabemos nada de ella: su valor como personaje parece reducido a la simple apariencia: ningún desarrollo de sus conflictos emocionales: el dolor por la traición de German, existe sí, pero me deja fría. Se ve tensión entre ellos pero sus diálogos resultan superficiales e incluso forzados. No se…quiero suponer que la relación de una becaria con un superior es algo mas compleja.
Encuentro un cliché detrás de otro: la becaria joven y guapa y el jefe manipulador, seductor y encima traidor.
La introducción de la conferencia resulta un tanto abrupta y la interacción con Andreu es algo apresurada y el bueno del doctor, salvo el ingenio que en sus preguntas valora en Sara, no aprecia nada mas allá del desparpajo, el encanto de su voz y el cuerpo bien proporcionado.
La verdad es que el texto a pesar de que rezuma banalidad por los cuatro costados encierra temas bien serios: las oportunidades en un entorno laboral competitivo, la traición, el avance de la ciencia… Supongo que 750 palabras no dan para ofrecer al lector las reflexiones intimas de Sara sobre su vida y su carrera pero estas sin duda darían al texto otra profundidad y el relato seria mas robusto.
O puede que todo este hecho así a propósito…
De cualquier forma gracias por escribir y compartir
Este mes estoy en el puesto 67 por si te apetece algo 100% diferente a lo tuyo.
¡¡Nos leemos!!
Vespasiano
18/03/2025 a las 20:14
Buenas tardes, Cristina:
¡Menudo repaso! Muchas gracias por sacarme los colores: “BANALIDADES”; “DIALOGOS SUPERFICIALES; “CLICHÉ DETRÁS DE OTRO”; “LA INTRODUCCIÓN ABRUPTA”; “LA INTERACIÓN APRESURADA”. ¡No se libra ni el apuntador!
Nuevamente gracias.
Vespasiano
18/03/2025 a las 20:34
Buenas tardes de nuevo, Cristina:
No sé si tus comentarios, vertidos hacia mi historia banal, tienen algo que ver con la llamada de atención que te hice con relación a una de las normas del taller, que transcribo abajo:
Vespasiano
22/01/2025 a las 23:07
Buenas noches, Cristina:
No sé si eres nueva en esta página, pero intuyo que no has leído las normas del taller.
He visto por, curiosidad, que no has comentado ninguno los tres relatos de los compañeros que te siguen en la lista publicada.
Gracias.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
19/03/2025 a las 01:00
Hola, Vespiano. Me ha gustado tu relato, se lee con fluidez, se entiende bien la trama en una sola lectura.
Por anotar un mejorables a los que ya te han indicado:
…bastante angustiada— No encuentro… Falta el punto después del guión …bastante angustiada—. No encuentro…
—¡Dígame! — dijo el agente. En este diálogo no separar el guión largo de —dijo
Gracias por permitirme aprender con tu relato, estoy en el #4 por si quieres dejarme comentario estaré muy agradecida.
Nos seguimos leyendo!
Maiena
19/03/2025 a las 10:02
Hola Vespasiano, me ha encantado leer tu relato, se lee con fluidez y es ameno.
Me gustaría dejarte alguna sugerencia en cuanto a la historia: el paso de la llamada al agente para que avisen a Sara me parece demasiado abrupto, necesitaría una transición porque de repente empieza a hablar con un tal Javier que no se ha mencionado en el texto antes y me he perdido un poco, además no tengo claro si ha empezado a trabajar para esa revista después de irse de la otra o está de freelance…
Otra cosilla que quiero comentarte, pero que tiene que ver con mis gustos personales cuando leo un relato, es que los comentarios sobre el físico de los personajes me parecen demasiado descriptivos y “fríos”, igual unas descripciones en las que se muestra sin nombrar me habrían gustado más, no sé si me he explicado bien.
Un placer leerte, y espero que Sara renazca finalmente de las cenizas.
Cristina Otadui
19/03/2025 a las 14:43
Hola Vespasiano:
De verdad siento que te hayas sentido de alguna manera “agredido” por el comentario: simplemente es un parecer, el mío, que no deja de ser totalmente subjetivo y desde luego personal.
Lo cierro con la frase: “O puede que este todo hecho así a propósito” porque puede que, tal como apunto, haya sido tu intención crearlo así.
Ese tu comentario al que aludes, publicado en la Recopilación de textos número 66, lo tengo olvidado.
Creo que ya lo contesté en su momento y para mi es un asunto cerrado.
En la anterior Recopilación, la número 67, aporté mi parecer a tu relato y creo que justo comenté todo lo contrario que en este:
“Gran texto: introspección, profundidad emocional, sufrimiento humano, represión política y transición histórica. Este tu narrador testigo, el edificio, ofrece una mirada única y reflexiva sobre las tragedias personales y los cambios políticos y esto enriquece, creo, la experiencia lectora.”
Quizás este mes esperaba algo en esta línea y al no encontrarlo la opinión ha sido totalmente inversa.
Te pido disculpas y en cualquier caso seguiré buscando tu escrito cada mes.
Un saludo cordial,
Cristina
María Jesús
19/03/2025 a las 20:17
Hola Vespasiano: A mí me ha parecido un relato que se lee con facilidad, yo huyo de los textos rimbombantes cuya trama no hay quien la entienda. La temática romántica podía ser un episodio de esas telenovelas que tantos enganchan a determinado público.
Un placer leerte. Saludos.
Alberto Suárez Villamizar
19/03/2025 a las 23:39
Hola Vespasiano
Me gusta la sencillez de tu relato y lo creíble de la situación que vive Sara la periodista, que sale de una mala situación sentimental a lograr un objetivo que aparentemente le era dificil. Tal como dice el dicho: “donde menos se espera, salta la liebre. Lo felicito porci ees manejo de que das a la historia capturando la atención del lector.
Esta es mi segunda participación, y quiero inviarte a leer mis histoturia titulada “Solamente una vez”, ubicada en el #70
Te agradezco los comentarios,que me servirán para mejorar
Vespasiano
20/03/2025 a las 00:27
Estimada Cristina:
Ya estabas disculpada de antemano. Ya leerías en mi respuesta a tu comentario, que te agradecía el repaso que me habías dado.
Para nada estás obligada a que te guste lo que yo haya escrito y por supuesto que eres libre de opinar lo que tu creas oportuno.
Pero hay formas de decir lo mismo que has dicho sin que suenen agresivas. Pero me ha quedado claro que para tí, el relato que este mes he escrito es una verdadera porquería, y a lo mejor tienes razón.
Por eso te lo agradezco, para poder mejorar en el siguiente.
Vespasiano
20/03/2025 a las 00:48
Buenas noches:
Gracias YOLI por leerme y comentar mi historia y por las anotaciones que me haces que tendré en cuenta.
Trataré de devolverte la visita para comentar el tuyo.
Vespasiano
20/03/2025 a las 01:19
Buenas noches:
Gracias MAIENA por exponer las dudas que te han surgido durante la lectura del relato.
Si tengo que explicar y dar detalles de lo que he querido contar, señal inequívoca de que no lo he hecho bien.
No obstante, para satisfacer tu curiosidad y tu implicación en la lectura del mismo, te aportaré algunos datos no expuestos por la limitación de las 750 palabras.
Sara no es, ni fué nunca becaria ni freelance. Ni en el diario “La Nación” ni en la revista “Actualidad y conocimiento”.
Javier es su jefe y dueño de la empresa.
Con la descripción física de Sara hecha, reiterativamente en dos oportunidades, durante el transcurso del relato, he querido mostrar la percepción de los atributos de la chica para la mayoría de los hombres que la conocen o la ven de esa manera, y la de Abreu que la mira con otros ojos viendo las mismas cosas. Pero está claro que no he logrado mi propósito.
Seguiremos leyéndonos.
Vespasiano
20/03/2025 a las 01:26
Buenas noches:
Gracias MARIA JESUS por tus comentarios. Si tenemos en cuenta que la historia original (que es más larga) se pasa en Sao Paulo y los personajes son brasileños, bien podría tratarse de un episodio de telenovela, pero no es ese el género de la cual está extraído el relato.
Nos seguiremos leyendo.
Vespasiano
20/03/2025 a las 01:30
Buenas noches:
Gracias ALBERTO por encontrar sencilla y creíble la historia.
Sin duda pasaré por tu relato para dejar mi comentario.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
20/03/2025 a las 05:15
Hola, amigo Vespasiano. Saludos desde México.
La historia que cuentas me encanto. El reto era en si escribir algo sobre una estación con un teléfono que sonaba y nadie contestaba. Admiro de ti, que siendo un tema propenso a contar de las muchas tragedias que suceden en las antiguas estaciones de ferrocarril, escogiste en cambio escribir una historia de amor.
Tu decisión me convence que eres de la vieja guardia, a quienes que tocó vivir mucho y de siempre
guiarnos por los preceptos que regían a nuestra sociedad.
hemos sabido cumplir y yo creo que seguiremos por la misma via por siempre.
Te hago esta aclaración porque yo preferí darle vida a una relación padres-hijo, y contar las inquietudes de un niño.
Te felicito y refrendo la amistad que nos une. Enhorabuena.
David Llurba
20/03/2025 a las 11:46
Hola, Vespasiano. Un gusto leerte.
El texto está bien escrito, como siempre. Solo he echado en falta algo que me indicase la elipsis entre la llamada al agente y la recepción de Sara al teléfono. De hecho, el momento de la cabina en la estación es lo que más chirría de todo el relato, se nota metido con calzador, porque el relato en sí está bien y es original. Quizá mucho culebrón para un relato corto, pero es plausible.
Un saludo.
José Torma
20/03/2025 a las 19:35
Amigo Vespasiano.
Estoy, francamente sorprendido por tu texto. Se ve que lo quisiste hacer liviano y creo que salió extra “fat free”. Yo noté un poco de brusquedad en los cambios. Como ir en primera y cambiar a tercera, dependiendo de la pericia de tus lectores, esto puede ser confuso.
Estoy de acuerdo que el tema no te motivó y es válido. Mas encontré a los protas fríos. Cuando el guardia contesta el teléfono donde se pide que se comunique Sara. El relato se interrumpe y nos encontramos con la conversación que tiene con su jefe. Se me hizo un cambio brusco que la verdad no sé cómo cambiar. Sabemos que la llamaron por el sonido local y que se comunicó, pero ese puente no llegó. Solamente pasó.
El intercambio con Germán, para poder acceder a la conferencia, parece largo, más cuando intuimos el resultado. Al final era un medio para un fin.
A favor, tienes que es una historia que se lee fácil. En el amor y en la guerra todo se vale y tal vez, el conferencista sea el gran amor de Sara. Lo sabremos si continuas la historia. Tal vez Germán se desvele como todo un villano.
Como siempre, un gustazo leerte.
Vespasiano
20/03/2025 a las 23:54
Buenas noches, Osvaldo:
Gracias por leerme y dejar tus amables comentarios, resaltando la amistad que nos une desde la etapa anterior de Literautas, cosa muy de agradecer.
Un saludo afectuoso desde Madrid.
Espero poder seguir en contacto contigo durante mucho tiempo.
Tenía yo un tio que quería viajar a Mejico antes de la guerra civil española, ya que decía que el “cura Hidalgo”, famoso personaje de la revolución de Zapata, era hijo de un español natural de un pueblo de España, llamado TOTALÁN situado en la provincia de MÁLAGA. Y como este tio mio, era descendiente también de la familia Hidalgo de TOTALÁN creía que podría ser pariente del famoso cura.
Pero no sé si serían verdad sus argumentos.
Sea como sea, nos seguiremos leyendo.
Un abrazo fraternal.
Vespasiano
21/03/2025 a las 00:10
Buenas noches, DAVID:
Gracias por resaltar el vacío que hay entre la llamada de Julian al agente, y el inicio de la conversación de Sara con su jefe.
Pero no pretendiéndolo como una justificación te digo que: haiéndolo como dices (y que probablemente hubiera sido lo correcto) se me habrían ido una serie de palabras que me hubieran hecho falta para exponer los diálogos o la descripción de algún personaje.
Yo particularmente dí por hecho que todo el mundo entendería que la chica recibió el recado y pudo ponerse en contacto con su jefe.
De cualqauier modo gracias por ayudar a mejorar.
Vespasiano
21/03/2025 a las 00:27
Buenas noches, estimado JOSÉ TORMA:
Compañero como Osvaldo de la vieja guardia de Literautas.
Gracias por dejar tus impresiones siempre bienvenidas.
Ya he respondido a David algunos de los puntos débiles que tu también encontraste en el transcurso de la lectura.
Por otro lado me ha parecido bien que encontraras a los personajes frios (Sara y Germán) pues no podía ser que actuara de otra manera la chica al encontrarse con quien menos se esperaba. Ya lo nombra de “cabrón” interiormente por el daño que le hizo.
Seguiremos en contacto.
Moldy Blaston
21/03/2025 a las 19:42
Hola Vespasiano, te aporto mis comentarios personales. Siempre me ha gustado tu estilo y esta vez no es una excepción.
Creo que tu relato presenta una estructura narrativa bien desarrollada, con elementos que capturaron mi atención y construyen una historia atractiva. La evolución de la protagonista a lo largo de la historia, desde una joven inexperta hasta una periodista decidida, muestra un arco de personaje convincente. La trama se desarrolla de manera fluida y explora temas como el crecimiento personal, la superación de relaciones tóxicas y las oportunidades profesionales, dando profundidad a la narración.
Tu prosa es fluida y descriptiva, con un buen equilibrio entre narración y diálogo. Utilizas efectivamente las descripciones para crear imágenes vívidas en la mente del lector.
En resumen, con este trabajo demuestras una habilidad narrativa considerable, combinando elementos de romance, drama y periodismo para crear una historia atrapante con personajes bien desarrollados y una trama muy interesante. Te felicito por ello.
Si quieres puedes pasarte por mi relato (*17) y tu opinión será bienvenida.
Nos leemos!!!
Vespasiano
22/03/2025 a las 10:45
Buenos días, Moldy Blaston:
Gracias por leer mi relato y por tus comentarios.
Se percibe en ellos (además del hecho de ser amable conmigo) un interés por descubrir lo que no está contado en lo escrito. Y de verdad que es de agradecer.
Sin duda pasaré para leer el tuyo.