Literautas - Tu escuela de escritura

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Solamente una vez - por Alberto Suárez VillamizarR.

SOLAMENTE UNA VEZ

Sentado en el banco de la estación observo los trenes pasar. Hacen su parada, para que suban y bajen algunos pasajeros, que tienen esta estación como su destino. Algunos marchan con prisa, otros sumidos en sus pensamientos, después de una jornada de trabajo, dejando ver en sus rostros la satisfacción por los resultados obtenidos, o la preocupación por la situación que atraviesan en el momento.

No tengo quien me espere en casa, por tanto, no me apuro en llegar, y en lugar de irme a encerrar, prefiero distraerme viendo la gente pasar, aunque todos me sean desconocidos. A través de las ventanas alcanzo a observar algunos pasajeros viajar cómodamente sentados, unos leen los diarios, otros se distraen mirando a través de los cristales de las ventanillas, mientras algunos vencidos por el cansancio de su jornada son dominados por el sueño. Desde hace tiempo, después de haber sufrido la perdida de mi esposa, y el olvido de mis hijos, que organizaron sus vidas y se marcharon sin regreso, esto se ha convertido en una costumbre. Llevo siempre en mis manos el diario para tratar de entretenerme un poco, mientras llega la hora de subirme al metro, y emprender el regreso a la soledad del hogar, para preparar mi cena, y dedicarme al descanso.

Me encontraba inmerso en la lectura, cuando sentí sonar el timbre de la vieja cabina telefónica, que se halla situada a pocos metros del banco donde estoy sentado. Inicialmente, pienso que ha sido mi imaginación que me ha hecho escuchar el sonido del teléfono, pues éste, hace varios años dejó de funcionar, pero, luego de unos instantes constato que no es así, y el repique de una llamada entrante se repite nuevamente. Empujado por la curiosidad, resuelvo entrar en la cabina y levantar el viejo aparato para responder. En ese momento logro escuchar

—Hola Manuel, ¿Cómo estás? — escuché una voz, que inicialmente no logré reconocer, pero, pasados unos instantes me lleno de emoción al saber de quien se trata. Los transeúntes al pasar me miran extrañados, al ver en mis manos ese viejo equipo que hace tiempo dejó de funcionar, y quizás se pregunten si no habré perdido la razón.
—Hola Lucia, —respondí entusiasmado al identificar a quien me acababa de saludar, y pienso
«¿cómo es posible que me esté llamando a este sitio, que seguramente se encuentra fuera de servicio desde hace muchos años?, además, es una feliz coincidencia, que la llamada sea para mí, y que por fortuna sea yo quien haya entrado a responderla».
No logro entenderlo, y con el propósito de encontrar respuesta a mis dudas me atreví a preguntar

—¿Cómo hiciste para esto ocurriera, es decir, porqué me estas llamando a esta cabina de teléfonos, sabías que yo respondería?
—Carlos, he pasado por esa estación de regreso a mi hogar, y te he visto sentado en esa butaca del lado, por eso, al llegar a mi destino, pregunté en la estación del metro el número telefónico de esa cabina, y luego de obtenerlo, me he arriesgado a probar suerte sobre su funcionamiento. Es así como procedí a marcarlo y esperar a poderte escuchar, pensando que te atreverías a contestar. Creo que los sueños se hacen realidad, pues, anoche soñé contigo y recordé los años maravillosos que pasé a tu lado. —explicó ella con voz entrecortada por la emoción

No pude continuar la llamada. La comunicación se cortó porque estas cabinas están programadas para casos de emergencia, y la duración de las llamadas de entrada como salida, es de dos minutos, los cuales ya se habían cumplido. Esperé ansioso a escuchar nuevamente el timbre del teléfono, pero, pasó el tiempo y esto no ocurrió.

Después de unos minutos, abandoné la vieja cabina telefónica, pues, se acercaba el paso del último tren y yo debía partir.

FIN

Comentarios (13):

Cristina Otadui

17/03/2025 a las 22:09

Hola Alberto:

Creo que tu narrativa es un poco densa, la descripción de los pasajeros y sus emociones podría ser algo mas concisa.
El personaje principal Manuel, lo siento lejos. Aún mencionando su soledad y su pasado no se nada de su historia, de sus sentimientos en relación a Lucia.
La introducción de la llamada es un giro intrigante pero la explicación de como Lucia logra contactarlo no se si es del todo clara y creíble.
De alguna forma siento que el punto de partida es bueno pero que la trama y los personajes son acaban de ser efectivos.

Gracias por escribir y compartir,
¡¡Nos leemos!!

Maria Carmen

17/03/2025 a las 23:59

Hola Alberto, tu relato lo siento muy denso en emociones.
En primer lugar me hubiera gustado, una explicación más amplia de la esposa y el tema de los hijos les falta argumentar más esta distancia de olvidarse del personaje. Y una explicación de esta amiga creo que tendría que ser más veraz.

El relato me gusta, abarcas un tema muy actual. Parejas que falta uno de los dos, en este caso la defunción de la esposa. Y los hijos que abandonan el hogar.

Gracias por enseñarme aprender y por pasarte por mi relato.

Buen trabajo, saludos

IGNACIO Zrgz

18/03/2025 a las 16:31

Hola Alberto. Tu historia tiene imaginación y cuentas cosas con mucho acierto, como por ejemplo la ausencia de mujer e hijos. La redacción tiene un problema. Combinas el tiempo verbal presente con el pasado. Eso hace más difícil de entender el texto y crea una sensación extraña. En un relato corto creo que tenemos que atenernos a mantener la unidad de narrador y de tiempo verbal. Otra cosa sería una novela o un cuento largo.
Saludos.

Patricia Redondo

18/03/2025 a las 17:40

Hola Alberto

Un buen relato , con hondura, que nos muestra caras de la vida muy reales: el sentimiento de desamparo y soledad al que pueden llegar las personas que pierden a sus parejas y las que sus hijos practicamente abandonan para seguir sus propias vidas.
La emoción que renace al recuperar, de repente, un antiguo conocido (conocida en este caso)incluso es posible que un antiguo amor
La desesperanza que vuelve a aparecer cuando parece que volver a empezar es imposible (que triste ese final y como me ha gustado precisamente por eso)
En fin que me ha gustado tu relato. Por ponerle algún pero quizá demasiado denso en las descripciones y ese cambio en los tiempos verbales que chirria un poco.
No me busques que este mes la dichosa cabina no consiguió sugerirme algo que me cuadrara.
Nos seguimos leyendo
Saludos!

Mónica Bezom

18/03/2025 a las 20:09

Hola, Alberto.

Una historia que retrata la soledad y el peso de las ausencias afectivas en la vejez. Muy buena esta parte reflexiva del texto. Luego, la llamada de un amor del pasado -algo forzada en su gestación- desequilibra un poco el hilo narrativo cuando Lucía, primero, lo llama Manuel: “Hola Manuel, ¿Cómo estás? — escuché una voz” y después, Carlos: “Carlos, he pasado por esa estación de regreso…”. El final, ante la fugacidad de la llamada, resulta plausible en concordancia con el título.
Me ha gustado leerte.

David Llurba

20/03/2025 a las 08:39

Hola, Alberto, un gusto leerte.

Te corrijo algunos signos de puntuación que están mal o rompen el ritmo de lectura:

“Hacen su parada, para que suban y bajen algunos pasajeros, que tienen esta estación como su destino.” Sobra la segunda coma.

“No tengo quien me espere en casa, por tanto, no me apuro en llegar, y en lugar de irme a encerrar, prefiero distraerme viendo la gente pasar, aunque todos me sean desconocidos.” Esta frase es muy larga. En todo caso, la coma iría tras la “y”: “no me apuro en llegar y, en lugar de irme a encerrar, prefiero…”

“—¿Cómo hiciste para esto ocurriera, es decir, porqué me estas llamando a esta cabina de teléfonos, sabías que yo respondería?” Hay faltas y separaría la pregunta en dos:
“—¿Cómo hiciste para esto ocurriera, es decir, por qué me estás llamando a esta cabina de teléfono? ¿Sabías que yo respondería?”

En general, hay oraciones muy largas y alguna que otra falta. Arriba te he dejado las que más me han llamado la atención.

El fallo más grave ha sido cambiarle el nombre a Manuel por Carlos.

Como ya he dicho, las frases son largas, pero suman para darle ambientación al relato. El tema me ha resultado muy emotivo. Toda la atmósfera descriptiva da a entender lo sentido del protagonista. El breve reencuentro telefónico te encoge el corazón. Toda la situación de exclusión social del protagonista transmite tristeza, aunque, por otra parte, no parece que sufra y parece que con su humilde rutina ya es feliz.

Gracias por comentar mi texto. Un saludo.

lady_p

20/03/2025 a las 10:32

Hola Alberto, gracias por mentar mi relato.
El tuyo es emotivo, deja entrever el sentimiento de soledad y monotonía en la vida del protagonista que de repente, con el giro del teléfono, parece romperse. No entiendo los dos nombres que utilizas, primero Manuel y Luego Carlos, quiero pensar que fue un lapsus..Puede pasarle a cualquiera…Saludos!

Carmen sánchez Gutiérrez

20/03/2025 a las 17:46

Hola Alberto: en primer lugar, gracias por pasarte por mi relato.
En cuánto al tuyo, la idea es buena aunque repites y me ha gustado, pero hay varios errores que deberías corregir. En primer lugar, el uso de las comas indiscriminadas, nunca se ponen delante de la <> aunque a veces lo hagamos para dar énfasis a una idea o algo parecido, la regla gramatical dice que la <> es una conjunción y sirve para unir, nunca llevan coma delante. Tampoco la llevan delante de <> y te digo más, en ese caso nunca jamás, ni siquiera los buenos escritores. Puede parecer una tontería pero las comas mal puestas entorpecen la lectura y hasta cambian el significado en muchas ocasiones.

Otra cosa que revisar son las pequeñas repeticiones(a mí también me pasa muchas veces) y eso se corrige con una buena revisión posterior. Escribes:<>, <>, etc. Cambialó por transitar u otro verbo similar.

son pequeños fallos que se corrigen con el tiempo, al menos eso espero porque ya te digo que son fallos míos también.

En cuanto al relato, repito que me gustó, me gustó la idea, aunque si hubieras deslizado la idea de una segunda llamada para recupera al amos de juventud, por ejemplo haciendo que el protagonista se sentase al día siguiente en el mismo sitio con la esperanza de escuchar el sonido del teléfono.

Quizás te parezca un final absurdo, pero yo lo dejo ahí por si te da alguna idea y quieres revisar el relato, creo que tiene potencial.

Nos leemos en la siguiente edición. un saludo

Jesusa

22/03/2025 a las 00:21

Hola Alberto,
Tu relato refleja muy bien la sensación de soledad. Por haber perdido a la mujer y ver que sus hijos han hecho su vida. Creo que el giro de la llamada telefónica es como un grito de esperanza. Una salida a la soledad para el protagonista.

Sí que es verdad que las frases son un poco largas. Eso hace más difícil seguir un texto. Yo no soy quien para decirte errores de tiempo verbal y de cambio de nombre.
He cometido a ambos. Nos seguimos leyendo y aprendiendo de los errores

Vespasiano

22/03/2025 a las 23:57

Buenas noches, ALBERTO:
Primeramente, darte las gracias por leerme y dejar tus comentarios.

Al comienzo del relato, a mi entender, te has extendido demasiado describiendo el bullicio de los usuarios de la estación y la manera en que cada cual procura minimizar el tedio, el estrés o las incomodidades de viajar en esos trenes atiborrados de pasajeros, al tiempo que has reflejado (convirtiendo al protagonista narrador en omnisciente) la situación anímica de esos viajeros que transitaban por la estación.

Los compañeros ya te han señalado algunos puntos a revisar y no voy a redundar en ello.

La manera que empleó la mujer de ponerse en contacto con él (aunque es creíble), no hubiera sido la que yo habría escogido si se me presentara un caso semejante en la vida real. Pero claro, estaba por medio la obligación de la llamada telefónica, por eso me parece bueno el recurso utilizado.

En cuanto al desenlace me ha parecido triste por ese final abierto. Pero esperanzado de que la mujer, acuda personalmente a la estación para encontrarse con él al día siguiente.

Nos seguiremos leyendo.

Vespasiano

23/03/2025 a las 00:15

Hola, soy yo de nuevo.

Quiero añadir que la historia me ha gustado como está pensada.

Pero se me ocurre que la mujer, si está verdaderamente interesada podría encontrarse con él al día siguiente o al otro, o al otro, porque ya le ha dejado una pista de donde puede encontrarlo.

Pero claro, la historia ya no se llamaría: “Solamente una vez”, sino: “Quien la sigue la consigue”.

Aparte esta broma te envio saludos afectuosos.

Pilar (marazul)

23/03/2025 a las 17:10

Hola Alberto, me toca comentar tu texto y allá voy.
Lo he leído varias veces y, aunque el significado se entiende, la forma tiene algunos fallos.
Lo primero y para mí muy importante es saber si quieres escribir en presente o en pasado (se puede escribir en presente haciendo referencias al pasado). En tu relato cambias el tiempo verbal y eso confunde. Comienzas la historia en presente y doy por hecho que así va a seguir siendo, pero “sentí sonar” (siento sonar), “escuché una voz” (escucho una voz)…
En cuanto a la puntuación lo mejor es acudir a Iría, que lo explica muy bien en este taller de Literautas. Todos estamos aprendiendo.
La confusión de los nombres Manuel o Carlos, creo que es un despiste. Siempre hay que repasar mucho y bien antes de enviar. Yo la primera je,je…
Más que la forma, lo que más me ha gustado es el contenido, lo que quieres decir.
El título me recuerda a un bolero famoso, y eso ya es un avance de lo que nos vas a contar.
Según iba leyendo notaba que el texto tiene mucha musicalidad. A veces hasta con rima, parece poesía:llegar, encerrar, pasar, viajar…
Seguimos escribiendo y aprendiendo.
Un cordial saludo

CARMELILLA

26/03/2025 a las 16:57

Hola, Alberto. Gracias por leer mi relato y comentarlo.
Tu relato está cargado de mucho sentimiento de soledad, olvido, ausencia, echar de menos…
Estoy de acuerdo con otros comentarios en relación a escribir frases algo más cortas para aligerar la lectura.
Personalmente me ha sacado de tu texto en varias ocasiones el exceso de comas, creo que la práctica nos irá corrigiendo esto.
Buen trabajo Alberto.
Saludos.

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