Literautas - Tu escuela de escritura

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Niño que fui - por Osvaldo Mario Vela SáenzR.

Niño que fui

El pueblo tiene una antigua estación de ferrocarril restaurada como museo y biblioteca municipal. Hoy es día de visita. Pasillos y áreas de Lectura llenos de viajeros de otros tiempos.

Mientras busco un libro, se escucha un repiquetear de ayeres lejanos. Mi hijo, ante la insistencia del ruido, pregunta; ¿que se oye?

Mi respuesta es, un teléfono antiguo como los que había cuando yo era un infante. Nos dimos a la tarea de buscar la ubicación de tan insistente reclamo y nos topamos con un aparato enorme. Era de dar risa ver en lo que se ha convertido la comunicación. Hoy, hasta un reloj de muñeca es teléfono, En ese momento entendí. que escribiría del niño que fui.

De pequeño aquel niño solía pensar que a pesar de tener todo al alcance de sus deseos, algo faltaba en su vida para ser feliz. Niñez, al mando de las miradas de sus mayores que lo conminaban a obedecer ante gestos y ademanes que se volvían imposiciones. Posturas familiares que limitaban su participación en pláticas hogareñas. Parlamentos triviales al juzgar de sus mayores, pero que, para él eran importantes.

El detentó dos oportunidades de cuestionar esas barreras familiares: La primera se dio un día como cualquiera otro; en esa ocasión escuchó a su padre llegar a casa fuera de su usual mesura.
Problemas, faltos de comprensión para su edad, agobiaban a su progenitor. El tono severo de la voz paterna oprimía su corazón de manera tal, que el espacio deparado para sus latidos lo concebía pequeño.

La tenaz censura de su padre repasó a todos los presentes en casa, incluyéndolo. Sus ojos interrogantes; el reflejo en ellos, más de tristeza que de miedo: mientras la gobernante mirada de su madre lo mantenía sin protestar

Desahogada la inconformidad, su padre salió a enfrentar la brega por la vida como si nada pasara. Se despidió de su madre con un beso. Ella, sin protestar había regresado a sus labores caseras. El niño, con rubor de desencanto en su rostro le preguntó:

—Mamá: ¿Porque papá no puede ser feliz? Él lo tiene todo: un negocio muy bueno, la novia más linda del mundo en casa y sus hijos que lo queremos mucho, pero siempre anda enojado con todos.
La mirada de su madre de nuevo fija en sus ojos. Más, esta vez, no había dominio en ella y, si sus manos se movieron, no hubo ademanes de imposición, sino que le acarició con suavidad el rostro.
—Hijo, el primer juicio que debes de aclarar es que tu padre es el hombre más bueno del mundo. Él, por amor, ha adquirido muchas obligaciones hacia todos los que dependemos de él. Lo único que te puedo decir es que tu padre es feliz. Él, al censurarnos, nos inculca la autoridad que se requiere para triunfar en la vida. Para mí, sus muestras de inconformidad son el mejor ejemplo a seguir por todos nosotros. Cuando recibas de él un regaño, tómalo como una enseñanza. Te ayudará para cuando seas un hombre.

La segunda intervención se dio ante su padre en un viaje al rancho. Su figura irradiaba respeto; toda su formación, hasta esa edad, sujeta a las decisiones del jefe de familia.

Al terminar su sexto año, la idea de cambiar de escuela rondaba. La escolaridad católica desde sus inicios sembró en él, el deseo de continuar sus estudios en el seminario. Su primera pregunta fue capciosa. Sabía lo delicado del tema ante un juez tan severo.

—Papá, nunca vas con nosotros a la iglesia. Si acaso alguna vez ha sido por boda o por unos quince años. ¿Tú, Crees en Dios?

—Hijo, quiero que sepas que el no asistir a misa todos los domingos no significa falta de fe; a Dios lo tomo en cuenta en todas mis decisiones. Fui acólito de la iglesia, al igual que otros compañeros, creí recibir el llamado de Dios a sus enseñanzas, sólo que, la vida sin motivos del párroco me convenció que no existía grandeza bajo la tutela religiosa. Ahora, por ustedes, sé que las escuelas católicas los prepararán mejor para cuando crezcan. Un día quisiera verlos a todos con un título universitario.

Los encuentros marcaron su vida. Su padre era bueno; su madre se lo dijo. Su padre tenía un futuro destinado para él. Y, además supo plasmar solución a sus inquietudes

Así eran los padres de antes, igual de grandes que aquel teléfono de la estación. Me pregunto ¿cómo serán los padres del mañana?

Comentarios (23):

María Jesús

18/03/2025 a las 17:43

Hola Osvaldo: Lo tuyo si que es hacer volar la imaginación. Es sorprendente lo que puede llegar a inspirar un teléfono viejo. Muy acertada esa comparación con los padres de antes. Es un relato muy bien escrito, que he disfrutado mientras leía. Un saludo.

Ismael Tomas Perez

18/03/2025 a las 17:51

Hola Osvaldo
Tu relato me ha gustado, aunque al principio me ha confundido un poco. No veía la relación del teléfono antiguo con la historia que le cuenta el padre al hijo. después, es una gran lección que le enseña a su hijo que realmente el amor de padre es infinito, aunque a veces parezca duro. Enhorabuenita, nos seguiremos leyendo

Eider

20/03/2025 a las 11:50

Buenos días Osvaldo,
Me ha sorprendido tu relato, esperaba leer algo ambientado en una estación y me encuentro con esta historia de valores y relaciones familiares. Gran relato, me ha gustado mucho. Saludos!

IreneR

20/03/2025 a las 13:54

Buenas, Osvaldo.

Un relato muy curioso. Creo que es de los pocos que no está ambientado en una estación. Interesante relación entre el teléfono y la historia.
Y he aprendido una palabra nueva: detentar. Jamás la había escuchado, pensaba que era un fallo y querías decir detectar, pero no, existe.

Un saludo.

Irene

Mónica Bezom

20/03/2025 a las 14:44

Hola, Osvaldo.

El narrador nos presenta un interesante paralelo entre la firmeza y tamaño del teléfono de estación con su padre.
El cuerpo de la historia conduce a un retrato de valores paternos y familiares en particular, evocadores y tiernos desde el conmovedor interrogante del niño que motoriza y da vida al relato: “Mamá, ¿por qué papá no puede ser feliz”.
(Por cierto, por qué va separado y en minúscula).

Nostálgico y original relato.

Un placer leerte.

¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸

20/03/2025 a las 17:05

Hola, Osvaldo. Luego comento tu relato para leerlo detenidamente.

Paso a decirte que dejé respuesta bajo el comentario tan amable que dejaste en mi relato #4 sobre la música sanadora.

José Torma

20/03/2025 a las 18:34

Compadre del alma, sangre norteña que nos hace afines.

Con gusto te mando mi dirección, mándame un mail josetorma@outlook.com Me dará gusto y me hace ilusión leer más de tus nuevas publicaciones.

Antes de que se me olvide, más (de cantidad), mas (cuando es sustituto de, pero).

Tu relato tiene ese olor familiar de tierra de rancho, de nuestras costumbres que van desapareciendo. El honor, el respeto entre padres e hijos va siendo cosa del pasado. Yo no tengo hijos, pero lo veo con mis sobrinos que los hemos perdido a manos de la tecnología, tabletas, celulares.

Ese padre que describes pudiera ser el mío. Tuvo que irse el viejo, para que empezara a dimensionar sus enseñanzas, esos valores que nos inculco y como en cada acción de mi vida, se ven, aquí y allá, los toques de todo lo que me dejo, que no sabía que tenía.

De lo formal te dirán misa. Yo me quedo con ese gustito de ver un retrato de nuestro México, como fue y que tanto extrañamos.

Un abrazo compadre y seguimos tecleando que, pa’tras, ni para tomar vuelo.

Osvaldo Mario vela saenz

21/03/2025 a las 00:14

Gracias compadre por tu correo. Yo TE Envio un par de libros.

Primero Dios El sabado que descanso.
.

Kelvin I. Márquez

21/03/2025 a las 03:03

Saludos Osvaldo

Tu relato da mucho que pensar, tanto en el pasado como en el futuro. Mas que pensar diria comparar y visto lo visto, me parece que la humanidad ha decidido abandonar los valores y enseñanzas de antaño por escoger vidas monotonas y en cierto modo, centradas en ellos mismos. Ahora solo importa el ser individual, nada más.

Muy buen relato, narrado de forma magistral como siempre. Al igual que IreneR, aprendí que esa palabra (detentar) existe y te agradezco por ello ya que el conocimiento nunca esta demas.
Por cierto, he leído muchos relatos tuyos en talleres anteriores y nunca lo he mencionado antes, pero manejas un vocabulario muy amplio que le da un toque único, como de sabiduría a cada relato. Ya quisiera yo que mi vocabulario fuera tan vasto.
Mis felicitaciones y saludos nuevamente.
Nos leemos!

Osvaldo Mario Vela Sáenz

21/03/2025 a las 03:29

Kelvin, gracias por tus palabras y aportación a mi texto. en el pueblo la antigua Estación de pasajeros se restauro y ya los trenes que circulan por las vías son furgones de carga de importación y exportación.

Pero el edificio es ahora la Biblioteca Municipal “Gabriel García Márquez”. Lugar donde recibí mis primeras clases de escritura después de jubilarme a los sesenta y tres años. Yo quería escribir un libro a mi padre. Literautas, con su programa, tomó las riendas de mi aprendizaje el 2013 en la escena trece.

Cuando me tocó comentar sobre lo escrito por un compañero. se me pidió erróneamente criticar su texto. Yo me rehusé, pues a esa edad ya no tenia tiempo para criticar, solo para aprender. Y me gustaría que todos los que participamos viéramos las comentarios como medio para ayudar mas que criticar.

Agradezco tu visita y despues paso a visitarte. Saludos.

Osvaldo Mario vela saenz

21/03/2025 a las 20:34

Buenas tardes Monica.

Gracias por resaltar, la importancia de la pregumta del memory en la hidtoria. Para un infante puede ser dificil entender El porque su Padre vibe enojado por Todo.

Este cuadro es lo que Motivoi inspiracionbpars escribir Todo El relato sin tropiezos.

Saludos desde Mexico.

Una disculpa El movil es texano y desconoce la ortografia del espanyol

Yvonne (María Kersimon)

22/03/2025 a las 21:51

Hola Osvaldo,
Gracias por tu comentario. La vez pasada me dijiste que no te había emocionado lo que había escrito y tomé nota de la reflexión. Decidí que en este relato iba a poner especial interés en despertar emociones en el lector. Tu comentario me hace saber que lo he logrado, así que ¡objetivo logrado!
De hecho un amigo me hizo también esta crítica, que en mis cuentos no había sentimientos. No es algo nuevo para mí.
De tu escrito puedo decir que vuelvo a encontrar tu escritura cuidada con vocabulario variado y refinado y estos giros que ya no se encuentran en el discurso apresurado moderno.
Evocas otro tiempo, otro estilo de familias y de educación que en tu caso fueron positivos y que incitan a la comparación y a la pregunta ¿en qué mundo vivimos?
Agradecida por tu aportación. Nos leemos.

Cristina Otadui

23/03/2025 a las 16:21

Hola Osvaldo,

tu relato es una invitación a reflexionar sobre cómo las enseñanzas de los padres, a veces duras o incomprendidas en su momento, son las que realmente construyen el carácter de los hijos.
Plantea además una crítica sutil sobre la evolución de la sociedad y la tecnología y sugiere una preocupación sobre cómo estos cambios, sociales y técnicos, podrían afectar la educación y la transmisión de valores en las generaciones venideras.
Me gusta el uso de la antigua estación de tren convertida ahora en biblioteca como una metáfora simbolizando el contraste entre pasado y presente.
En algunos momentos la estructura de las frases es algo compleja para mi y veo, en mi opinión, algunos errores de puntuación.
A lo largo de las lecturas de este mes no deja de sorprenderme los enfoques tan distintos que surgen en la imaginación de las personas arrancando de una misma idea.
Tu texto, desde luego, esta en la categoría de diferente, original y sólido donde la narrativa es rica en detalles y emociones.

Agradecerte también tu comentario a mi relato “5 de marzo”. Me alegro de que te gustara.
Felicidades, gracias por escribir y compartir.

¡¡Nos leemos!!

PROYMAN1

23/03/2025 a las 20:49

Saludos Osvaldo soy tu vecino del 60 y he leido tu relato que me ha gustado mucho sobre todo por las cosas que la mama le define al niño de el porqué su padre tiene todo para ser feliz,hasta una novia.Muy bien escrito y con detalles de visibilidad.
Si pasas por el DF mexicano saludalo de mi parte,buenos recuerdos tengo de mi estancia y paseando por las calles de la congestionada ciudad mexicana.
Te doy las gracias por haber leido mi relato y que te haya gustado a veces cuando escribes sientes cosas que las intentas describier segun sentimientos.
Seguro que nos seguiremos leyendo.

Osvaldo Mario vela saenz

25/03/2025 a las 19:53

Maria Jesus, Gracias por tu visita a mi texto. Quise aprovechar El reto del texto para resaltar El valor de los padres que nos tocaron. Siempre pendientes de encausarnos por El camino correcto.
Ellos eran Fuertes grandes y ruidosos pero siempre con la intencion de guiarnos por El camino del bien.

Gracias de Nuevo.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

26/03/2025 a las 03:20

HOLA, Ismael, agradezco tu comentario.

Yo al igual tu tenía la duda a donde me llevaría lo que contaba. Lo plasmado era parte del prólogo del libro a la vida de mi padre. No encontraba como conectar un escrito ya plasmado en mis letras con una estación de ferrocarril.

solo que así son las letras cuando trabajas en conexión con lo que pretendes comunicar y sin esperarlo apareció en mi mente la frase “asi mde grandes eran nuestros padres”. Expresión que me permitió darle el toque final a mi texto.

Gracias y nos leemos.

ya en el final

Osvaldo Mario Vela Sáenz

26/03/2025 a las 03:53

Hola Compadre José.

Como te prometí envié dos libros el sábado, espero los hayas recibido. el libro de la vida de mi padre, pero ya más trabajado que el primero. Y una novela del jefe Arrepentido. Obra que, como ganadero y ranchero, te la voy a recomendar.

De verdad quiero agradecerte y que quede escrito para ti. El agradecimiento es algo nato en mi. y no puedo ni debo olvidar tu primer comentario en enero del 2014. en la escena número catorce como comentarista dos. y el quince como único comentarista y en el diez y seis como número uno y así sucesivamente. Y de allí en delante estuviste cuidándome para no rajarme, porque no se vale. Y en esta vez me lo vuelves a recordar: para atrás ni un paso, ni para tomar impulso. Gracias compadre.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

26/03/2025 a las 22:33

HOLA Eider, Saludos desde México,

Agradezco tu visita a mi texto, además del hecho que te haya gustado la historia plasmada. Este trabajo es parte del prólogo que le dedicara a mis padres en el libro numero tres dedicado a la vida de mi padre.

antes de recibir el reto ya había preparado el texto para presentarlo, per la estación de ferrocarril me hicieron pensar dos veces, después de larga consideración, me dije de todas manera ya encontrare yo la forma de adaptar el relato a la prosa. y mira que para las letras siempre hay un reto y mas de una soluci9on.

Así es que, pa’ delante que todo sale bien con esfuerzo.

Nos vemos en la próximo escena.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

26/03/2025 a las 22:50

Hola Yvonne, Gracias por tu visita y comentario a mi texto.

encuentro algo que dices: veo otro estilo de familia y otro tipo de enseñanza. te agradezco esta alusión, porque se trata de crecer en un patriarcado donde el hijo primogénito recibe la obligación de cuidar el desempeño de la familia . No es fácil de entender pero la respuesta del hijo mayor da paso a la reciprocidad de un grupo unido que es la familia y todo funciona muy bien.

Seis hijos varones en la familia con seis titulos universitarios claman la efectividad de esa docencia.

Gracias Y/vonne.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

27/03/2025 a las 03:19

Hola Cristina. Agradezco tu visita al texto 68.

Sabes que esta historia ya la había preparado de antemano para el taller del mes de marzo. Pero cuando me enteré del reto, primero pensé que no iba a ser fácil introducir, a un texto de valores filiales, una antigua estación de pasajeros.

Pero me propuse tomar el reto sabiendo que el alcance de las letras es infinito. Se puede crea cualquier situación o escenario que conjugue con el reto. y te diré que es casi increíble que cuando ya no podía avanzar más, por el limite de las palabras apareció en mi mente una frase, los padres de mas antes eran grandes y ruidosos. y con esa aclaración de unas cuantas palabras se cerró el ciclo de la historia.

No hay que temer las cosas que no pueden detener la ingeniosidad de las palabras.

Nos vemos en abril.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

27/03/2025 a las 03:36

Hola PROYMAN1, Claro está que nos seguiremos leyendo, lo que seria un poco mas difícil seria en saludar a toda la gente del DF. cerca de veinte millones de habitantes. en mil novecientos sesenta y ocho, el viaje de graduación de una escuela preparatoria en Texas nos llevó a toda la clase a la Capital. seis millones de habitantes.

aprovechando el viaje aprovechamos para asistir al teatro. Una película de Cantinflas. El taxi que nos llevo del centro hasta la sala de cine cobro ocho pesos. al salir a las once de la noche nos querían cobrar cincuenta pesos. por no aceptar el cobro abusivo nos decidimos caminar de regreso, caminamos y caminamos hasta las cinco de la mañana.

A esas horas tomamos un taxi que nos cobró cincuenta pesos. como vez no nos fue muy bien.

Agradezco de nuevo tu visita y como dijiste nos leemos-

Vespasiano

29/03/2025 a las 00:51

Estimado amigo Osvaldo:

Primeramente agradecer tu paso por mi relato y dejar tu opinión.

Infelizmente yo no podría escribir un libro sobre mi padre, porque lo perdí cuando tenía apenas ocho años. Pero si puedo recordar detalles de su generosidad en la vida y con su familia. En mi caso fueron mi madre y mi hermano mayor los que se encargaron de que aquel arbolito no se torciera.

Tu relato bien refleja la autoridad del padre dentro de la familia y el respeto que los hijos deben ante la presencia de esa figura tan necesaria para la educación y la formación del caracter.

Un plazer leerte como siempre.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

30/03/2025 a las 04:21

Amigo Vespasiano, un abrazo fraterno desde México. Hemos sido muy buen ejemplo de la crianza de otros tiempos donde el honor y el respeto tenían vía de preferencia para nuestros actos.

Es loable lo que tu madre y tu hermano mayor hicieron para su familia y para tu padre, a quien le tocó partir temprano. Las bases de la familia que formaron estaban cinceladas a futuro desde el momento en que decidieron unirse.

Hoy nos sirve de ejemplo a muchos de los que seguimos en literautas. Tu presencia entre nosotros es un plus que la vida nos regala. gracias por dedicar tu tiempo y tu ejemplo para guiarnos.

Agradezco tu visita y tus palabras.

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