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Jabón de arándanos - por AlétheiaR.
Pequeñas partículas de vapor de agua se apelotonan empañando la superficie de un espejo. Un poco de jabón de arándanos y mucho barro cubren un rostro y unas manos cansadas. Mientras, las gotas que se van condensando en el techo resbalan por las paredes y ella respira sentada en la bañera. Cierra los ojos para frotarse los párpados, las cejas, la frente, el pelo. Un líquido marrón y espeso que poco a poco se va volviendo transparente se cuela por el desagüe. Al exhalar ladea la cabeza de un lado a otro, meciéndose en una nana imaginaria entre azulejos.
Ya no queda rastro alguno del barro, pero sigue insistiendo en limpiarse los brazos, como si le quedaran costras de suciedad incrustadas por todo el cuerpo y nadie más que ella pudiera verlas.
Trato de imaginarme el deseo que pueda tener de desprenderse de lo superfluo en la desnudez, de descubrirse finas capas invisibles bajo la piel que quitarse y añadir al cubo de ropa sucia, vaciándose de más peso. Pero ¿Cuánto de ello hay? ¿Cuánta roña nos queda cuando pensamos que la espuma ha terminado su trabajo en una ducha rutinaria de cinco minutos?
De pronto se detiene al sentir un frío violento en las rodillas y abre los ojos muy asustada. Un hilo de aire denso cae al suelo de la bañera. No se acordaba de que había una grieta en la pared. Es tan pequeña como el lápiz multicolor por el que veinticuatro niños pelean en una clase de preescolar, pero su forma vista de cerca y en horizontal parece el perfil de una gran cadena montañosa. Extiende el dedo índice hacia la ranura, rugosa y fría al tacto. La mira extrañada y nota cómo esta se hunde en la pared cuando vuelve a tocarla. Tras titubear un poco, acerca la boca para poder inhalar la atmósfera pesada que sigue pasando a través. Permanece pegada a la pared, aferrada en torno a la grieta con las palmas de las manos abiertas para mantener la posición. Es el oxígeno más puro que alguna vez en su vida se haya metido en los pulmones. De repente, alguien toca violentamente a la puerta del baño:
– Anaaa, ¿ME OYES? Te he dicho que no tardes mucho, que tenemos que irnos pronto.
Decididamente estira una pierna y empuja con todas sus fuerzas la grieta. Los azulejos de la pared empiezan a deformarse, apenas oponiendo resistencia mecánica a su movimiento, hasta que literalmente, es engullida por la pared.
– Voy a entrar en TRES…
Oscuridad. Susurros.
– DOS…
Manos que agarran por la espalda.
– ¡UNO!
Ahora Ana está conmigo.
Comentarios (7):
Diego
18/02/2025 a las 18:18
Buenas Alétheia,
Me ha encantado tu relato. Está fantásticamente escrito, se sigue con interés y tiene más de una buena frase para el recuerdo. Te felicito.
Tengo pocas pegas que poner, únicamente apuntar que el relato no me termina de encajar en el reto opcional, pero es posible que sea cosa mía.
Lo dicho, un buen relato de terror que da gusto leer y que además está muy bien condensado.
Un saludo.
Chus Galego
18/02/2025 a las 18:42
Buenas tardes, Alétheia.
Tu relato me parece muy bien escrito y me gusta ese final tan cercano al realismo mágico, es decir, la introducción de lo extraordinario en un episodio tan cotidiano como un baño.
A diferencia de Diego, yo si aprecio al narrador testigo, ese narrador invisible que observa la escena desde un plano quizás superior, que observa a la protagonista que busca una grieta (¿un símbolo?) para huir.
¿Es el narrador su salvación?
Enhorabuena por tu relato.
Buen día.
Teresa S.M.
19/02/2025 a las 20:11
Hola Alétheia. Me parece un gran relato, lleno de imaginación y muy bien escrito. Genial. Gracias por compartirlo.
Mónica Bezom
20/02/2025 a las 03:15
Hola, Aletheia.
Me ha gustado tu historia, contada a través de un narrativa reposada y pródiga en detalles descriptivos que conducen como quien no quiere la cosa hacia un fin de baño siniestro.
¿Acaso el narrador testigo es alguna suerte de ente que se esconde en la grieta habilitando el desenlace?
Buen final. Abierto para quien así lo quiera.
Te felicito.
Nos leemos.
Yvonne (María Kersimon)
22/02/2025 a las 23:11
Hola Alétheia,
Tu relato me encantó. Es bonito, original y escrito con gracia, con un toque de poesía. Me atrajo el título y el texto no defraudó.
Saludos.
Trinity
24/02/2025 a las 12:45
Hola Aletheia, me pasé a leer tu relato porque al leer el título, senti el aroma de jabón de arándanos. Al principio cuentas con mucha delicadeza ese proceso de un baño con barros y jabón. Es cuando aparece la grieta,el momento que la historia cambia a misteriosa, dejandose engullir por ella. Al parecer con el ánimo de desaparecer de una situación, que se ve venir poco agradable. Enhorabuena, me ha gustado 👌🏻
juanjohigadillo
28/02/2025 a las 10:36
Buenos días, Aletheia:
En primer lugar quiero agradecerte que te pasaras por mi relato y dejaras tu comentario. En segundo lugar me gustaría felicitarte por tu relato. Pese a que los finales abiertos suelen dejarme un poco indiferente, he de reconocer que el tuyo está muy bien: Está bien narrado, no he apreciado falta ortográficas o gramaticales dignas de mención, y, además, ese toque un tanto sobrenatural siemprer es bien recibido por mi parte.
Nada más. Que tengas un buen fin de semana y… ¡Enhorabuena!
Saludos desde Pucela.