Literautas - Tu escuela de escritura

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El sótano - por ShynieR.

Cuando el agente inmobiliario Jaime abrió la puerta de aquel piso, me invadió una sensación entre incertidumbre y angustia. Si bien era cierto que parecía sacado del mejor catálogo de inmobiliaria que pudieras imaginar, había algo en el ambiente que me provocaba rechazo.
Hasta entonces, la idea de alquilar ese piso, me hacía mucha ilusión puesto que cuando lo ví en la web me encantó. No obstante, al entrar en él, algo cambió.
Jaime también parecía inquieto. A medida que íbamos adentrándonos en el departamento, sus ojos heterocromáticos me dejaban ver la creciente tensión que sentía.
Se notaba que el piso estaba recién remodelado, puesto que aún olía a pintura y estaba decorado al detalle. Pero lo que realmente me había llamado la atención de ese sótano cuando lo ví anunciado en la web de la inmobiliaria, fue el patio interior de grandes dimensiones que poseía.
Pero la ilusión se me esfumó al sentir esa sensación que, ni por asomo, era la que esperaba nada más abrir la puerta del inmueble. A medida que nos íbamos acercando a la terraza, esperaba que ese malestar se me fuera transformando en tranquilidad e ilusión pero, más bien y sin saber realmente por qué, aumentó. Había algo en aquella estancia que tanto me había impresionado a través de la pantalla del ordenador, que desprendía “mal rollo”.
Jaime intentó enseñarme el patio lo más rápido posible sin entrar demasiado en detalle, pero le insistí en que me permitiera escrutarlo con detenimiento. Tras un momento de duda y con un destello de preocupación en sus ojos, asintió.
El patio era cuadrado, totalmente rodeado por muros altos y contaba con aproximadamente los mismos metros cuadrados que la vivienda. En un lado del mismo había una construcción de piedra, que según Jaime, los anteriores inquilinos, utilizaban como trastero. Cuando le pregunté si podía abrir la puerta para ver la estancia por dentro, me pareció ver como una gota de sudor le caía por la frente y noté que el nerviosismo que sentía era extremo. Y eso me despertó aún más curiosidad. Al abrir la puerta de aquel trastero, sentí una gran decepción puesto que esperaba encontrar lo que a Jaime le daba tanto miedo enseñar, no obstante, lo único que ví fue una estancia vacía recién pintada. El pequeño cuarto estaba impecablemente limpio y vacío, aunque desde dentro parecía contar con menos espacio del que parecía desde fuera. En ese momento, nos sobresaltó el sonido del móvil de Jaime, quien con gran preocupación en la voz, se disculpó por tener que atender una llamada. Mientras tanto, aproveché para continuar mirando aquella estructura, ya que había algo que no encajaba y me provocaba cierta curiosidad. Por el rabillo del ojo ví que Jaime no me sacaba sus ojos bicolor de encima y que intentaba con auténtica impaciencia conducirme hacia afuera de la estancia mientras seguía atendiendo la llamada. Ya iba a desistir de mi inquietud cuando de repente me fijé en un pequeño detalle del que no me había percatado antes: las paredes de toda la casa eran de un blanco impecable, todas menos una, la del fondo del trastero. Al mirar bien aquel muro, descubrí que, además, había una grieta en la pared. Mi instinto me hizo automáticamente tocar esa grieta y noté que la pared estaba algo húmeda. Sin saber muy bien por qué, le di unos golpecitos al muro y el sonido hueco me hizo entender lo que estaba pasando: se trataba de un trastero con doble fondo. Volví a golpear la pared y fue entonces cuando se desprendió parte del yeso y se abrió un hueco en la misma. Al mirar a través del agujero se me heló la sangre al distinguir entre la penumbra lo que parecía una mano humana con uñas lacadas y un peculiar anillo de titanio con un surco relleno con oro rosa. Al dar un paso atrás tropecé con mis propios pies y caí de espaldas paralizada por el horror que estaba visualizando. En ese instante entró Jaime que al verme en el suelo me tendió una mano para ayudarme y entonces lo ví: llevaba un anillo de titanio con un surco relleno con oro amarillo, era obvio que ambos anillos eran parte de un conjunto.
Entonces recordé el caso de la mujer desaparecida que no dejaba de salir en la televisión, y al marido de la misma, un hombre desesperado y con ojos heterocromáticos. El mismo que en ese instante me sonreía mientras cerraba el trastero con llave.

Comentarios (9):

Javier Albor

19/02/2025 a las 13:32

Hola Shynie.

La historia que narras me parece buena; podría ser la base para una novela policiaca o de misterio. Lo del cadáver emparedado, que se quiera desprender de la casa (del crimen) y que deje pistas esta muy bien traído; ya se sabe no hay crímenes perfectos y éste por la grieta en la pared. El final abierto, es bueno y sugerente.
Algunas cosas por si ayuda a mejorar.
El uso de comas que afecta al ritmo; pienso que algunas están mal colocadas y otras restan ritmo al relato. Un ejemplo “En un lado del mismo había una construcción de piedra, que según Jaime, los anteriores inquilinos, utilizaban como trastero” creo que si lo lees en voz alta pierde ritmo. Un alternativa: “En un lado del mismo había una construcción de piedra que, según Jaime, los anteriores inquilinos utilizaban como trastero.”. Leer en voz alta ayuda.

Pienso también que el párrafo que va desde “El patio” hasta “conjunto” tendría una lectura mejor con puntos y aparte; descomponiéndolo en párrafos con una unidad de sentido conforme avanza la escena (como microescenas).

Buena historia para desarrollar.

Gracias.

Mi relato es el 33 por si quieres comentar; seguro me ayuda a crecer.

Piedad García

20/02/2025 a las 01:30

Una historia muy interesante. La única sugerencia que tengo es usar con mas frecuencia el punto aparte. Los párrafos resultan muy largos y la lectura se torna lenta.

Codrum

20/02/2025 a las 09:37

Hola, Shynie.

Coincido por completo con los comentarios anteriores. El gran párrafo hace que sea un poco denso a la vista. Seguramente quedaría mejor dividiéndolo un poco.

Aún así te diré que no me afectó mucho a la lectura.
Pues está muy bien narrado y te expresas con naturalidad y fluidez.
También me gustó mucho el hecho de que Jaime tuviera los ojos de dos colores diferentes, como señal de su dualidad.

Sinceramente, si no hubieras incluido nada de la noticia de la desaparición en el último párrafo el final hubiera quedado igual de bien.

! Buen trabajo!

Yvonne (María Kersimon)

21/02/2025 a las 22:27

Hola Shynie,
Un cuento de intriga y de misterio que se lee del tirón. Has generado tensión progresivamente para mantener al lector enganchado. Uno lee obligado hasta el final porque quiere saber. El desenlace es impactante, casi demasiado para ser verosímil pero funciona. No deja al lector defraudado.
Saludos

Shynie

21/02/2025 a las 22:55

Hola a todos. Muchísimas gracias por vuestros comentarios y aportaciones. Seguro que me servirán tanto para mejorar este relato como para tenerlos en cuenta para los fururos.
Me alegro que os haya gustado la historia y tendré en consideración lo de desarrollarla en un futuro.
¡¡Mil gracias de nuevo!!

Maria Carmen

23/02/2025 a las 00:33

Hola Shynie, es un relato que creas intriga y el final sorprende. Me uno a las sugerencias de los compañeros, para mejorar la calidad del relato.

Buen trabajo.

Gracias por pasar por mi relato, ha sido un placer tu comentario, todo sea para mejorar.
Saludos y un placer de leerte.

Sabas Efrain Bou

23/02/2025 a las 11:55

Me he quedado perplejo con tu texto. !Hemos tenido la misma idea¡ Tu texto es perfecto. Bien en la puntuación, con un lenguaje sencillo de facil lectura. Sinceramente no le veo ninguna pega. Enhorabuena.

Daniel Escobar Celis

24/02/2025 a las 16:12

Ok, ok muy interesante. Considero que has completado un relato de misterio con un buen final. Coincido con el primer comentario, además sería bueno que pudieras jugar un poco mas con los sentidos para acompañar esa sensación extraña. Sin embargo, en general me ha gustado bastante.

Espero no sigamos leyendo.

Saludos, si gustas puedes pasar por mi relato el 41.

Psicolochimpun

25/02/2025 a las 23:55

¡Hola, Shynie!
Qué gusto me ha dado leer tu relato. Qué bien has sabido transmitir la tensión y del momento, con esa sensación final de perdición cuando se está cerrando la puerta… Genial el detalle de la heterocromía, que aparece en dos ocasiones en el texto antes de revelar la importancia que tiene. Coincido con los compañeros en el tema de la puntuación y las pausas, aunque no me ha parecido que se dificulte la lectura en este caso, una forma de acotar un poco las pausas habría dotado de más fluidez al texto. En cualquier caso, y como amante de las lecturas de asesinatos y misterios y demás, me ha gustado mucho.
¡Un saludo!

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