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Había una grieta en la pared - por AmpagoreR.
SOLO HABIA UNA GRIETA EN LA PARED
Ada era una joven espigada, muy linda, de tez blanca, cabello negro que enmarca unos bellos ojos verdes de mirada triste. Reía poco, algo extraño en una chica de 18 años, cursaba quinto semestre de medicina. Ella había perdido a sus padres en un absurdo, pero trágico accidente automovilístico, por lo cual quedó sin familia, solo con la compañía de una señora que la había cuidado como su niñera. Desde el accidente se había vuelto taciturna, triste y solitaria, y solo anhelaba graduarse y ejercer como una buena médica. A veces, solo quería morir y dejar de pensar en sus padres y en el fatídico accidente ocurrido hacía 2 años. Condujo su moto hasta su casa e ingresó directamente, a su habitación. Se acostó en su mullida cama, con su fría mirada fijada en un rincón del cuarto, donde HABIA UNA GRIETA EN LA PARED. Siempre había visto esa hendidura y se preguntaba por qué nadie la había hecho reparar. Nunca había llamado su atención, pero, de pronto, por un instante sintió la curiosidad de saber qué se podía ver a través de esa grieta. Se levanto, temerosa y pego su frente a la pared fijando sus ojos en la hendidura. Con asombro y a pesar del poco espacio visual, logro ver un inmenso campo, con arboles frutales, unas flores de bellos colores y, al fondo, diviso a un hombre, montando en un caballo. Se asombro más cuando, a la distancia, la saludó con una mano en alto y un fuerte vaivén. Ada, asustada, rápidamente se retiró. Su corazón palpitaba fuertemente, con el deseo de volver a mirar por la grieta. Al hacerlo, sus ojos tropezaron con un bello rostro varonil, unos ojos que la miraba, sonrientes, a través de.
LA GRIETA EN LA PARED. Ada tragó saliva, y temerosa le preguntó: << ¿Quién eres?>>, Pegando la boca a la grieta para que el la pudiera escuchar. Soy tu amor secreto, ese que anhela tu corazón, el amor de tus padres, el cariño de los compañeros de estudio, el amor de quienes comparten tu vida cada día, pero que al que tú ignoras. – He esperado, cada día, a que mires por esta grieta y poderte decir que no estás sola, que hay mucho amor y paciencia para ti, que disfrutes de las bendiciones que te rodean. ¡Ríe!, debes ser feliz; eres un ser hermoso, de una luz maravillosa, e inteligente.
Ada escuchó, perfectamente, cada palabra, y sintió como una profunda alegría recorría todo su cuerpo, de la cabeza a los pies y una laxitud suave, que la fue envolviendo, como si sus padres la estuvieran acariciando. Se sintió muy feliz: soltó una carcajada, detenida en su pecho por más de 2 años. Ella quería amar y ser amada, pero ni siquiera sabía si era bonita, pues nadie la miraba, según ella. De pronto, detrás de la pared, a través de una grieta, un extraño le hablaba de amor, y ella sintió renacer su esperanza de vida.
Precisamente, ese día decidió terminar con su sufrimiento:
había comprado un fuerte somnífero para no volver a despertar.
se arrodilló en el suelo, y empezó a llorar mucho, pidiéndole perdón a Dios por sus intenciones suicidas y prometió ser feliz, compartir con los demás y agradeció ese amor secreto que había al otro lado de la pared. De pronto, Ada sintió mucho frio y se dio cuenta que se había dormido. Abrió sus bellos ojos verdes, enrojecidos por el llanto. Divisó, desde la cama, aquella grieta en la pared. se levantó y, rápidamente, salió de la casa, en busca del campo que había visto a través de esa herida en la pared, pero ese lugar no existía: la pared daba fin a la casa y ni había grieta en la pared exterior. Ada entró, asustada, a la casa y, en su cuarto, se dio cuenta que todo había sido un sueño maravilloso y reconfortante. Por primera vez pensó en sus padres, como la habían amado y, aun después de muertos cuidaban de ella, le había dejado esa casa con buenas rentas y un seguro de vida, que le permitía estudiar y vivir con mucha comodidad, acompañada de su nana.
Desde ese día, Ada fue feliz, espontánea y se hizo popular en la universidad: continuo como la mejor estudiante.
Como homenaje, mando a hacer un marco de madera y creo un cuadro en el sitio donde solo HABIA UNA GRIETA EN LA PARED
Comentarios (6):
Džoker
19/02/2025 a las 01:58
Una cositas puntuales:
<>
En esa frase las comas sobran y quitan ritmo.
<>
Aquí se te pasó un punto y aparte que no iba.
Me párese un lindo simbolismo el uso de la grieta por la que se divisa un campo casi idílico, el Edén mismo. Interesante el mensaje que se trata de dar, mi gran problema con tu texto es que en una problemática tan compleja como el suicidio la resolución es inverosímil, el cambio en el pensamiento del personaje no se siente real, quizás a mayor extensión habría un mejor desarrollo. Un placer leerte.
Džoker
19/02/2025 a las 02:07
Perdona, veo que no quedaron las frases de mi anterior comentario, así que aquí las pongo:
“a través de.
LA GRIETA EN LA PARED.” Aquí se te pasó un punto y aparte que no iba.
“Ada, asustada, rápidamente se retiró” En esa frase las comas sobran y quitan ritmo. Noté varias parecidas, pero es solo un detalle de estilo.
Otilia
19/02/2025 a las 12:43
Hola, Ampagore, gracias por compartir tu historia.
Te diría que a mí me resulta bien leer mi relato en voz alta. Si lo haces verás que tienes algunos verbos sin tilde: Levantó, pegó, logró, divisó, asombró, árboles…
Por otra parte, no abuses del gerundio: fijando, pegando y de los adverbios terminados en “mente”.
Tu relato me ha gustado y con una lectura puedes pulirlo.
Saludos. Nos leemos.
Hilda G.M.
19/02/2025 a las 21:44
Hola, Ampagore. Me gusta, por una parte, que la grieta sea algo que le permitió a tu personaje conectar con la belleza y el amor que ignoraba y por otra, que la menciones también como una herida, ya que eso parece muy simbólico para la protagonista.
Te recomendaría volver a revisar el texto, para evitar repeticiones innecesarias (como en el caso de “solo”) y colocar las tildes que se te han pasado (se levantó, pegó, logró, árboles, divisó, se asombró, él, frío, continuó, mandó, creó).
He notado también dos problemas de concordancia:
“Por primera vez pensó en sus padres, como la habían amado y, aun después de muertos cuidaban de ella, le había dejado esa casa…”, en esta frase el sujeto es sus padres, por eso debe ir en plural “le habían dejado”
Lo mismo ocurre con “…unos ojos que la miraba, sonrientes, …”, el verbo debe ir en plural.
Saludos y gracias por compartir tu relato.
Codrum
20/02/2025 a las 12:02
Hola, Ampagore.
!qué texto más tierno! Me parece que has tenido una idea ocurrente y has intentado dar una evolución al personaje maravillosa.
Empieza en una situación dicíl y aún así parce que va a irle bien las cosas.
De lo cual me alegro mucho.
Te han comentado algunos fallos de puntuación. Yo he cometido muchos en mi texto por culpa de las prisas. Así que de todo se aprende.
Los comentarios que te han dado, te indican algunos puntos importantes que puedes pulir. así que ánimo.
!Buen trabajo!
María Jesús
23/02/2025 a las 21:38
Hola Ampagore: Has creado un texto muy motivador, a veces estamos tan desolados que sentimos la necesidad de que haya algo que nos haga ver la vida de otra manera. Ada, estaba muy triste y has utilizado la grieta en la pared para hacerla ver que el mundo, pese a su pérdida, puede ser maravilloso. Me ha gustado ese toque de fantasía a un relato bastante bonito.
Un saludo.