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La voz en la grieta - por Daniel Escobar CelisR.

Web: https://multiverso-historias.blogspot.com/

Había una grieta en la pared que se propagaba como una infección. La primera vez que la vi en la casa de Iniko semejaba un hilo de coser apenas perceptible. Dos semanas después trepaba hasta el retrato de sus padres, a mitad de la pared.

—¿Has pensado en llamar a alguien para que inspeccione la casa?— Pregunté señalando la grieta.
—No te preocupes por ella, su ángulo es solo de veinticinco grados respecto a la horizontal, unos veinte menos de los necesarios para poner en riesgo la estabilidad estructural de la casa.
Fruncí el ceño. Eso lo podía notar, pero era la velocidad de propagación y su mirada perdida lo que me preocupaba.

La primera visita había sido distinta. El aire olía a lavanda, no a humedad. Iniko sonreía, pese a los cinco meses desde la muerte de sus padres y el reciente abandono de su esposa.

—Entiendo que quieras tener tiempo para reflexionar y alejarte de todo, pero considero que deberías salir un poco más—.

Él calló, sus ojos clavados en la grieta. En su cuello, el colgante de medio corazón brillaba bajo la luz. Juraría haber visto la otra mitad en su ex hacía un año.

Volví cada dos días. La casa vecina cuya pared compartía con la de mi amigo, abandonada y con candados oxidados, observaba desde la derecha. La odié.

Intenté en vano que saliera siquiera a dar una vuelta. En su lugar pude observar cómo adelgazaba, y sus ojeras se hacían más profundas. En cambio, la grieta se expandía como las raíces de un árbol.

—Debes repararla —le dije una tarde, señalando las notas pegadas en sus ramificaciones.

Palpé la grieta, su textura era rugosa, pero se sentía más cálida que el resto de la pared.

—No te preocupes. No le hará nada a la casa, ella es mi compañera. ¿Acaso no te parece hermosa su voz?

Callé. Solo el viento golpeaba los cristales.

—¿Que te dice?
—Me susurra verdades del pasado y me reconforta en esta vida vacía y sin sentido.
—¿Y acaso no te dice que salgas a tomar aire fresco y tratar de reconstruir tu vida?
—¿Para qué? —Me dijo con la mirada vacía—. Aquí no necesito más nada.

A la noche siguiente me llamó. La conversación fue corta, pero lo que más recuerdo fue cuando me dijo: “Gracias por tu amistad. Hoy he escuchado la voz de mis padres y creo que pronto los veré”.

De inmediato llamé a Dylan y a Asha, ex compañeros de la universidad de ambos, y nos fuimos a casa de Iniko.

Al llegar, la única fuente de luz además de los faros del auto era un viejo poste con una luminaria parpadeante. Eran cerca de las 10 pm, hacía un frío seco y un silencio inquietante, como si en vez de una urbanización se tratara de un desierto.

Al llegar me paralicé por un instante al ver una luz fosforescente que palpitaba desde la casa abandonada. Pero me repuse y tocamos la puerta de Iniko. Fue inútil.

Durante media hora hicimos suficiente ruido para despertar a un barrio entero, pero extrañamente nadie se asomó. Al final, Dylan se trepó al techo y entró rompiendo una ventana.

El aire era denso, como si la casa contuviera la respiración. El olor a humedad y encierro plagaba el ambiente, no había luz ni rastro de Iniko, aunque todo estaba cerrado desde adentro.

Entonces, Asha gritó, y de inmediato alumbramos con los celulares.

Allí, en la pared, un amasijo de fotografías familiares y notas garabateadas se entretejían con la grieta. Cubriendo toda la pared como una maraña. Sin embargo, al contemplar con detalle distinguí un patrón.

Un rostro, el rostro de Iniko.

Mi amigo nunca apareció y de alguna manera la grieta ya no estaba al día siguiente. Ahora la casa yace abandonada con cadenas y un gran candado. Así se quedará. Sin embargo, anoche tuve un sueño.

En aquella pared ahora sin grietas una voz quebrada me rogó: “Ayúdame, quiero salir”.

Toqué la pared, pero está ardía como un sartén con aceite por lo que la retiré dando un grito. Entonces, el aire se hizo denso, emitiendo un olor putrefacto al tiempo que el cuarto se deformaba adquiriendo una consistencia de vísceras que se comprimían hasta aplastarme, pero entonces desperté.

Ahora, no sé qué pensar, pero, aunque nunca he sido creyente rezo por el bienestar de mi amigo.

Comentarios (14):

Cristina Otadui

18/02/2025 a las 22:12

Hola Daniel,
Tu relato presenta una atmosfera de lo mas inquietante. El uso de la grieta en la pared como metáfora del deterioro emocional y físico que tu protagonista experimenta tras la pérdida de sus padres y su pareja es potente.
Se puede sentir el ambiente opresivo de la casa y la angustia del narrador, que es desde luego testigo porque comparte sus propias reflexiones y preocupaciones, pero no conoce completamente la experiencia interna de Iniko y sus misterios, lo que añade tensión e intriga a lo narrado.
Creo que es un buen trabajo.
Gracias por compartir, un saludo

¡¡Nos leemos!!

Codrum

19/02/2025 a las 11:09

Hola Daniel,
Estoy muy de acuerdo con el comentario anterior.
Me parece que has escrito un texto con una buena atmósfera y muy inquietante.
Los dialogos me parecen a veces forzados, y dudo si el narrador testigo puede mostrar sus sentimientos. Me resulta muy difícil este tipo de narrador.
También he visto alguna falta de ortografía.

Por matizar un poco, te he escrito unas cuantas anotaciones en el texto. Ya me comentas qué te parecen. Lo he escrito en Word marcando las correciones en negrita y con texto tachado y así, pero no puedo enviar el word, y cuando copio y pego el texto, pierde su formato.

Así que espero que lo entiendas. Si dudas en algo, pregunta y te responderé con gusto.

Había una grieta en la pared que se propagaba como una infección en la casa de Iniko. La primera vez que la vi, se asemejaba a un hilo de coser. Era imperceptible. Dos semanas después, trepaba hasta el retrato de sus padres, a mitad de la pared. (lo he cambiado para que no se diluya la descripción de la grieta. Te he puesto unas comas)
—¿Has pensado en llamar a alguien para que inspeccione la casa?— pregunté señalando la grieta. (creo que es un verbo dicendi)
—No te preocupes por ella( ¿por la casa o por la grieta?), su ángulo es solo de veinticinco grados respecto a la horizontal, unos veinte menos de los necesarios para poner en riesgo la estabilidad estructural de la casa. ( ¿son ingenieros? Poca gente conoce eso. Así que suena un poco forzado. Podrías decir de donde cogió esa información. Podrías escribri: No te preocupes. EL ángulo de la grieta es de 25 grados….)
Fruncí el ceño. Eso lo podía notar, pero era la velocidad de propagación lo que me preocupaba. Más intrigante aún era la mirada perdida de Iniko. ( si es verdad que son ingenieros, no lo notan, lo saben. Si usas saber, quedaría mas preciso. Te he modificado un poco también la última frase para que se resalte la mirada de Iniko. Aquí dudo si un narrador testigo puede mostrar su preocupación o ha de ser más imparcial)
La primera visita había sido distinta. El aire olía a lavanda, no a humedad. Iniko sonreía, pese a los cinco meses desde la muerte de sus padres y el reciente abandono de su esposa.
—Entiendo que quieras tener tiempo para reflexionar y alejarte de todo, pero considero que deberías salir un poco más—. (el punto creo que sobra. Si entiendo bien, nunca sale. Asi que el más se puede quitar)
Él calló, sus con los ojos clavados en la grieta. En su cuello, el colgante de medio corazón brillaba bajo la luz. Juraría haber visto la otra mitad en el cuello de su ex hacía un año. ( me gusta, aunque no sabemos nada de su ex, con ese detalle nos das información, nos dices que aún no la ha olvidado)
Volví cada dos días. La casa vecina cuya pared compartía con la de mi amigo, abandonada y con candados oxidados, observaba desde la derecha. La odié. ( ¡Intrigante!! 😊 ¿ Por qué odia la casa? ¿ Qué hace? Despierta el interés. Aunque siendo un narrador testigo, no deberia involucrar sus sentimientos en la narración)
Intenté en vano que saliera siquiera a dar una vuelta. En su lugar pude observar cómo adelgazaba, y sus ojeras se hacían más profundas. En cambio, la grieta se expandía como las raíces de un árbol.
(¿Cual te gusta más? Con cada visita insistía en que debía salir, tomar aire fresco. Cada vez estaba más delgado y sus ojeras más profundas. En cambio, la grieta se expandía como las raíces de un árbol. Creo que es más directo.)

—Debes repararla —le dije una tarde, señalando las notas pegadas en sus ramificaciones. (Al leer por primera vez me sorprendió lo de las notas. Quise saber más sobre ellas. ¿De dónde venían? ¿Quién las había escrito)
Palpé la grieta, su textura era rugosa, pero se sentía y más cálida que el resto de la pared. ( creo que la conjuncion correcta es y)
—No te preocupes. No le hará nada a la casa. Es mi compañera. ¿Acaso no te parece hermosa su voz?
Callé. Solo el viento golpeaba los cristales.
—¿Que te dice? (falta un acento en el qué)
—Me susurra verdades del pasado y me reconforta en esta vida vacía y sin sentido.
—¿Y acaso no te dice que salgas a tomar aire fresco y tratar de reconstruir tu vida?
—¿Para qué? —Me dijo con la mirada vacía—. Aquí tengo todo lo que necesito ( tal vez es por mi castellano, la frase tal y como estaba me sonaba rara)
A la noche siguiente, me llamó. La conversación fue corta, pero lo que más recuerdo fue cuando me dijo: “Gracias por tu amistad. Hoy he escuchado la voz de mis padres y creo que pronto los veré”.
(☹ ¡!pobre!! que pena me dió leer eso. )
De inmediato llamé a Dylan y a Asha, ex compañeros de la universidad de ambos, y nos fuimos a casa de Iniko. ( si quitas el “ de ambos” ganas 2 palabras que puedes usar en otro momento. Creo que se sobreentiende. Tampoco es muy relevante para el texto si som compañeros de ambos, o de uno)
Al llegar, la única fuente de luz además de los faros del auto era un viejo poste con una luminaria parpadeante. Eran cerca de las 10 pm, hacía un frío seco y un silencio inquietante, como si en vez de una urbanización se tratara de un desierto. ( si quitas las luces del auto queda una atmosfera más oscura y siniestra)
Al llegar me paralicé por un instante al ver una luz fosforescente que palpitaba desde la casa abandonada. Pero me repuse y tocamos la puerta de Iniko. Fue inútil. ( vuelvo a dudar si un narrador testigo se debe de involver tanto en la historia. Dudo si debe mostar sus sentimientos).
Durante media hora hicimos suficiente ruido para despertar a un barrio entero, pero extrañamente nadie se asomó. Al final, Dylan se trepó al techo y entró rompiendo una ventana.
El aire era denso, como si la casa contuviera la respiración. El olor a humedad y encierro plagaba el ambiente. No había luz ni rastro de Iniko. aunque Todo estaba cerrado desde adentro.
Entonces, Asha gritó, y de inmediato alumbramos con los celulares.
Allí, en la pared, un amasijo de fotografías familiares y notas garabateadas se entretejían con la grieta. Cubriendo toda la pared como una maraña. Sin embargo, al contemplar con detalle distinguí un patrón.
Un rostro, el rostro de Iniko. (👌👌) (¿podrías quitar “Un rostro)? No sé me gusta de las dos maneras)
Mi amigo nunca apareció y de alguna manera la grieta ya no estaba al día siguiente. Ahora la casa yace abandonada con cadenas y un gran candado. Así se quedará. Sin embargo, anoche tuve un sueño. ( No sé si Yacer es el verbo correcto. Me suena a estar tumbado. Entiendo que quieres decir muerto, sin vida. Pero yacer me suena raro)
En aquella pared, ahora sin grietas, una voz quebrada me rogó: “!Ayúdame!, ¡quiero salir!”. ( He puesto exclamación para resaltar la necesidad y la urgencia. Sin los signos, está también bien)
Toqué la pared, pero está ardía como un sartén con aceite. por lo que la retiré dando un grito. Entonces, el aire se hizo denso, emitiendo un olor putrefacto. al tiempo que El cuarto se deformaba adquiriendo una consistencia de vísceras que se comprimían hasta aplastarme. pero entonces Desperté. (uff muy gráfico . por economía del lenguaje, te he quitado un par de palabras que creo que se sobreentienden y dan más intensidad al ser una frase más directa.)
Ahora, no sé qué pensar, pero, aunque nunca he sido creyente, pero rezo por el bienestar de mi amigo.
(aquí te he quitado la primera parte. “Ahora no sé que pensar, pero aunque.. creo que es muy repetitivo. Y ahora queda más directo)

Codrum

19/02/2025 a las 11:28

Ahora he usado la entrada del blog para hacer los comentarios.

Atmósfera;
tebrosa y conseguida me ha gustado.

Género, tono y lenguaje;
el lenguaje es rico y salvo lo del angulo de la grieta, me parece que es un texto fácil de leer.
El ritmo y la construcción de las frases

El ritmo es adecuado, para ser un texto tan pequeno, pasan muchas cosas. Te detienes donde te debes de detener. Las frases en su mayoría estan muy bien puntuadas y son fáciles de leer. No ahogas al lector.

Punto de vista

La dificultad del reto estaba ahí. El uso de un narrador testigo es difícil por su neutralidad. A grandes rasgos creo que lo has conseguido

Diálogos

Algunos me parecen forzados. Aun así ayudan en la comprensión de la obra y marcar las preocupaciones del narrador.

Descripciones

Algunas son muy usuales. Una grieta siempre se describre como las raíces de un árbol o un trueno. Si en algún momento reescribes el texto, buscaría otro símil. Sé que no es fácil.

Conflicto; Al ser un texto corto te metes de lleno en lo importante. Pero dejas la puerta abierta a otras cosas. ¿Qué pasó con sus padres? ¿Con su ex?
Intriga y Expectativas el ambiente favorece a la obra, pero he de reconocer que no me sorprendió el final. Desde el primer momento se intuye que esa grieta en la pared tomará a Iniko.

Personajes
Iniko tiene un transfondo muy grande. Una historia de la que quiero saber más.
La inclusión de los dos companeros de la universidad no la entendí muy bien. El narrador suele ir solo a la casa de Iniko. ¿Por qué necesita la ayuda de dos personas más? ¿Sabían esas personas la situación de Iniko? Creo que si el narrador va solo, la historia puede quedar igual de intensa.

No sé cuanto tiempo has usado para escribir este texto. Pero seguro que puedes pulirlo y has aprendido mucho realizandolo.

!!Nos leemos!!

IGNACIO

19/02/2025 a las 16:16

Hola Daniel. Nos volvemos a encontrar por aquí.
Tu relato empieza con un tono un poco conmovedor, se transforma en inquietante, se va convirtiendo en turbador y acaba siendo angustioso. Todo eso en pocas palabras. Es difícil conseguir un efecto tan natural.
Lo mejor, el final, la parte del sueño.
Buen trabajo.
Saludos.

Codrum

19/02/2025 a las 16:25

Hola de nuevo. Te recomiendo que leas “ el eco de su voz”
Es muy parecido al tuyo .
Seguro que te ayuda 🤗 me ha parecido un texto similar al tuyo ( salvando las distancias) que está un puntito por encima.

Codrum

19/02/2025 a las 16:30

Es el nr 13 en la lista

Jesusa

19/02/2025 a las 19:41

Hola Daniel,
He sentido la angustia del protagonista. Y el símil del abandono total suyo y de la casa como metáfora.
Además del temor de sus amigos ante la llamada a través de la cual habla de volver a ver a sus padres. Sus amigos acuden raudos con el fin de evitar lo peor.
Un final bueno para un buen relato que en pocas palabras dice mucho.
Ceo que h visto os errores, o eso pienso, al referirte al amigo que trepa y al aceite caliente.

Mónica Bezom

19/02/2025 a las 21:07

Hola, Daniel.

He leído tu relato sin que mi interés decayera en ningún momento, coqueteando además mi imaginación con lo siniestro gracias al título y al oportuno recurso de presentar la grieta al inicio. Desde ese punto no se detiene el crescendo sobre el que se desarrola la prosa y, aunque ya se imagine el lector que la grieta esconde algo maligno, la intriga se mantiene intacta hasta el final, cuyo párrafo de cierre me ha encantado.

Huelga decirte que me ha resultado un estupendo texto.

Solo te señalo: “—Entiendo que quieras tener tiempo para reflexionar y alejarte de todo, pero considero que deberías salir un poco más—.”: la raya de diálogo al final no va. Supongo que se te escapó el dedo, ya que los demás diálogos están correctos.

Te felicito.
Ha sido un placer leerte.

juanjohigadillo

20/02/2025 a las 07:37

Buenos días, Daniel:
Creo que poco puedo añadir a lo ya dicho por Cristina. Y de lo extenso del comentario de Codrum sólo me quedaría, coincidiendo con él, con el hecho de que hablar del ángulo de la grieta y los problemas estructurales me parece demasiado técnico para ser creible en una conversación entre amigos. Por lo demás, me parece un buen relato y siempre agradezco ese toque inquietante (o sobrenatural) que nos agarra y no nos suelta hasta el final. ¡Enhorabuena!

pOsvaldo Mario Vela Sáenz

21/02/2025 a las 02:18

hola Daniel, los divagares de los sueños al igual que los de vida te dan tela para escribir y contar- En la vida tú, como escritor mandas sobre tus letras, en sueños los personajes se adueñan de la trama y te dictan que escribir.

en tu caso en particular cuentas una historia contada con mucho realismo termina siendo un sueño. pero lo haces real utilizando cualidades humanas que dan veracidad; importante es la amistad. la amistad tiene su propio comando y funciona en sentido contrario también. Te cuento: llegó un amigo a mi negocio un día y me dice me vengo a despedir con poco tacto dé mi parte yo le dije “vas para Cancún”
Su índice apuntando al cielo lo llevé conmigo por mucho tiempo hasta que escribí una historia titulada Cancún. en ese relato yo lo llevo al hospital, allí lo alivian y yo lo mando al paraíso vacacional. Una historia que me topo seguido y la leo con fervor. Así es que gracias por recordarme a un amigo.

Nos seguiremos leyendo.

Daniel Escobar Celis

21/02/2025 a las 05:34

Gracias, por sus comentarios los tomaré en cuenta. Bueno, juanjohigadillo lo del ángulo lo dije porque los personajes son ingenieros civiles, aunque por cuestiones de espacio recorté esa parte. Y pues, yo si he tenido conversaciones por el estilo con algunos panas y he visto conversaciones bastante técnicas entre amigos de la misma especialidad. Pero supongo que es algo que debería aclarar de alguna manera en el texto.

Sakura

22/02/2025 a las 10:10

Hola Daniel

Pues si que se parecen nuestras historias!!! Yo te señalaría dos cositas para mejorar:

Lo primero y más importante es que escribes separando por espacio las oraciones, en lugar de hacer párrafos. Esto me confunde muchísimo porque usualmente cuando leo un texto las separaciones de los párrafos me ayudan a darme cuenta que vamos a cambiar de idea o de contexto, pero de esta forma en cada oración siento que me vas a contar algo diferente y al final no es así.

Y en la oración en la que has puesto: “Volví cada dos días. La casa vecina cuya pared compartía con la de mi amigo, abandonada y con candados oxidados, observaba desde la derecha. La odié.” El “La odié” final no me gusta… no se si te refieres a la casa del cuento o a la de la vecina… y está como fuera de contexto.

Yo habría puesto:

“Volví cada dos días y me llamó la atención que la casa de la vecina, cuya pared compartía con la de mi amigo, estaba abandonada y tenía candados oxidados. Sentí nauseas y un mal áurea me invadió hasta el punto de inspirarme odio.”

Si al final la idea que quisiste plasmar con esta oración es que la grieta va pasando de una casa a la siguiente como un virus contagioso debiste hacerlo de forma mas evidente porque pasa inadvertido.

Saludos, espero mis comentarios te sirvieran de algo.

Hilda G.M.

24/02/2025 a las 09:03

Hola, Daniel.
Por fin he podido venir a leer tu texto, después de que me dejaras intrigada con el inicio en el comentario que hiciste al mío 😉 Como me he tardado (por motivos de trabajo, no por falta de interés) y hay algunos comentarios bastante extensos, supongo que no me queda mucho que decirte.
Lo primero es que me ha gustado y me parece interesante cómo se va propagando la infección que, por cierto, aparentemente viene de la casa vecina, esa con la que compartía pared la del personaje, puesto que al final las dos quedan iguales: abandonadas y con candados; creo que has puesto algunas pistas para que el lector piense en ello, además de que la grieta se propagara como una infección, no puede pasar inadvertido el hecho de que ambas casas semejen organismos vivos (“la casa vecina… observaba desde la derecha”, “como si la casa contuviera la respiración”, esta última refiriéndose a la de Iniko).
He notado algunos problemitas con los diálogos (rayas que no son necesarias, mayúscula dentro de los incisos), si ya te lo han comentado, pido perdón por repetirlo; hay una tilde de más en la frase “Toqué la pared, pero está ardía como un sartén con aceite”, supongo que querías decir “esta” y no “está”. Al final me parecen demasiados los “peros” 😉 yo quitaría los dos del penúltimo párrafo y dejaría uno solo, el de la frase de cierre, también añadiría una coma después de creyente: “Ahora, no sé qué pensar, pero, aunque nunca he sido creyente, rezo por el bienestar de mi amigo.”
Me he quedado con la duda de si has reunido a propósito en un mismo texto nombres poco comunes (para mí lo son, tal vez porque pertenezco a otra región o a otra generación, el de Aisha lo conocía como femenino y en tu relato pareciera ser usado como masculino, ¿o me equivoco?). ¿Querías que el lector descifrara alguna referencia o alusión a algo?
No te aburro más.
Saludos y gracias por compartirlo.

Maria Carmen

07/03/2025 a las 20:18

Hola Daniel, mezclas la parte emocional de la persona con la grieta de la pared. Que es el hilo conductor de la historia.
Un relato muy original, buen trabajo.
Gracias por pasarte por mi relato y tus sugerencias.
Un saludo.

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