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Última noche - por Paula VF
Los cuatro caminaban con cuidado. Miraban constantemente hacia abajo para evitar tropezarse con los objetos que se encontraban a su paso. Había mucho silencio: Adrián no había bromeado desde que entraron, lo cual era admirable.
La casa era más pequeña de lo que parecía por fuera. En la planta baja, se distinguían tres espacios correspondientes a un salón, cocina y un minúsculo baño al lado de las escaleras a la derecha. No había ningún mueble, solo grandes manchas de humedad que daban pistas de dónde se podrían haber situado en el pasado.
Ana no dejaba de mover su linterna constantemente hacia todas las direcciones posibles. No quería perderse ni un detalle, a pesar de la capa de polvo que lo dificultaba. Su pasión por las historias de crímenes se dejaba ver con sus expresiones.
Pequeños destellos metálicos iban haciéndose notar con el movimiento de las luces, posiblemente de cristales que una vez se encontraron en las ventanas ahora rotas. Al fondo de lo que sospechaban que era la cocina, Ana iluminó un colchón en el suelo.
― ¡Pues hay que estar cansado para dormir aquí! ― soltó de repente Adrián.
Lo que pretendía ser una broma para aliviar la tensión terminó de asustar por completo a sus amigos, que dieron un pequeño salto a la vez. José se puso la mano en el pecho instintivamente, en busca de un latido de corazón para descartar la idea de un infarto.
― Shhhh― le mandó a callar Marta en voz baja―, ¡dijimos que íbamos a estar callados! Sino no vamos a escuchar las voces.
― Yo aún no he escuchado nada―, se quejó Ana. ― Vamos, lo que yo llevo diciendo desde siempre: todo es inventado. Para atraer gente, nada más. Es lo único interesante que tiene el pueblo…
― ¡Shhh!
― Yo me quiero ir ―, se atrevió a decir José.
― Venga, no da tanto miedo. Tienes que aprender de mí y estar relajado―. Adrián sonreía fingiendo superioridad.
― Primero: tú también estas asustado, no mientas. Segundo: lo que me da miedo es mi madre; le dije que volvería pronto porque mañana temprano la ayudaría a …
― ¡Silencio!
― Estás más mandona de lo normal hoy, eh. ¡Disfruta!, que es la última vez juntos antes de …
Marta le tapó la boca con la mano bruscamente. Con una mirada llamó la atención al grupo y señaló hacía el piso de arriba. Había escuchado algo.
Se quedaron muy callados unos minutos. La espera se hacía eterna. Lo que ponía de los nervios a José, que no podía aguantar la tos que le provocaba el polvo y su asma.
Nada.
En círculo, miraron a Marta cuestionando si lo que hubiera oído hubiese sido producto de su reciente obsesión con hacer esta aventura.
Entonces escucharon un llanto. Y no había duda, provenía de arriba.
Marta se adelantó para alcanzar las escaleras. Sus tres amigos de la infancia le siguieron instintivamente y subieron despacio, intentando reducir el crujido que producían los escalones. A medida que iban ascendiendo, era más difícil respirar por la humedad. La planta baja había sido claramente allanada estos últimos siete años durante los que la casa estuvo abandonada, pero poca gente se había atrevido visitar la segunda.
Una vez arriba, se pararon un segundo para volver a prestar atención antes de continuar. El llanto salía de la habitación al final del pasillo, a la izquierda. Había una grieta en la pared que abarcaba todo el pasillo, indicando el camino hasta llegar a lo que fuera que iban a encontrarse.
Caminaban en fila, uno detrás de otro, siendo encabezados por Marta, que siempre se situaba delante. Estaba muy decidida: no iba a pararse. La mañana siguiente cogería las maletas ya preparadas y se iría a la universidad. Visitar la casa encantada del pueblo había sido una idea recurrente que nunca habían llevado a cabo; y esa noche la consideró la mejor oportunidad para ello.
La puerta estaba entreabierta por apenas unos centímetros que filtraban los sollozos. Todos con los que habían hablado que habían entrado a esa habitación les habían dicho que solo iban a ser un par de sustos inofensivos pero inexplicables.
Antes de abrir la puerta, Marta hizo algo que le daba aún más miedo: se giró para ver a sus amigos. No estaban tan asustados como ella. Les había dado para hacer muchas locuras estos diez años que se conocían. Esta vez, sin embargo, no podrían reír mañana los recuerdos de hoy.
Comentarios (8):
juanjohigadillo
19/02/2025 a las 11:38
Buenos días, Paula:
En primer lugar quiero agradecerte que hayas leído mi relato y hayas dejado tu comentario. En segundo lugar quiero felicitarte por mostrar esa temeridad adolescente que a veces nos lleva a realizar cosas no demasiado lógicas, o sensatas. Me parece un relato más que verosímil, pese a que (y esto es sólo una opinión personal) me quedo con las ganas de saber Qué les impediría reir al día siguiente. ¡Enhorabuena!
Codrum
19/02/2025 a las 13:56
Hola, Paula.
Me he leido el texto y me ha parecido que tu forma de narrar/ escribir cambia. Hay como una parte primera con muchos dialogos bien escritos, y una segunda parte donde abunda la descripción ( al inicio y al final del texto) La introducion he de decir que no consiguió captarme por completo. por suerte el texto mejora mucho tras los primeros párrafos. Los dos tienen un efecto positivo. personalmente, me gustó mas la segunda. estoy deseando que Marta acelere el paso para llegar.
En cuanto a la atmosfera y el texto me parecen muy logrados. He leido unos otros textos que han usado una casa encantada, y es genial que cada uno le deis vuestro toque.
Me ha parecido fácil de leer y entretenido. Por poner un pero, la última frase, me ha chocado bastante. La he tenido que leer dos veces y aún así no me queda clara. No sé si es por el “sin embargo” o por el “manana”.
Aún asi, felicidades por tu texto: dinámico y entretenido.
Codrum
19/02/2025 a las 13:58
Se me olvidó decir, que el título me hizo pensar en un texto completamente diferente. El final abierto, te deja una interpretación personal a cada lector. Qué pasará con esos llantos?, estamos deseando de saber.
Paula VF
19/02/2025 a las 21:03
Hola juanjohigadillo y Condrum.
Primero, muchas gracias por los comentarios; me anima saber que lo que escribo, aunque sea por entretenimiento, sea leído y os haya gustado.
Respecto al final, quería dejarlo lo más abierto posible para evitar que el tema de la impulsividad adolescente no perdiese prioridad. En la última frase intentaba hacer referencia a lo efímero que puede hacerse la adolescencia, siendo el comienzo de la universidad y la separación física lo que les impedirá volver a verse a menudo y reír de lo que hicieron ese día.
Respecto al cambio de mi forma de narrar que comentas, Condrum, intenté usar la parte de diálogo para exponer a los personajes con la intención de pasar a una narrativa más descriptiva aprovechando que ningún personaje habla y abunda la tensión. Aún así, puede que no haya encajado tan bien como pensaba si tienes esa impresión.
Gracias de nuevo por leer.
Paula VF
19/02/2025 a las 21:07
Perdón Codrum, acabo de fijarme que escribí mal tu nombre.
Daniel Escobar Celis
20/02/2025 a las 00:24
Vale, vale lo has cortado muy pronto. Eso si que es un cliffhanger, la verdad no estoy en contra de los finales abiertos en los cuentos, pero considero que hubieras podido decir un poco más al final.
Creo que has creado una buena atmósfera de intriga y has manejado algunos elementos visuales y auditivos, aunque creo que hubieras podido tambien agregar otros elementos sensoriales, cómo la temperatura, la humedad, olores, algo que rellene aún mas la atmósfera.
En general me ha gustado, pues la típica prueba de valor que no termina saliendo del todo bien. Aunque como dije nos deja un tanto picados. En fin, tienes detalles mejorables cómo los expuestos antes, pero la idea general está bien.
Saludos, espero seguir leyendonos.
Si gustas puedes pasar por mi relato el 41.
Codrum
20/02/2025 a las 10:14
Hola, de nuevo, Paula.
Gracias por comentar mi texto 😉 Creo que debo mirar lo del cambio de narrador.
No mal intepretes mis palabras. Aunque tengas dos modos de narrar diferentes, no está ninguno mal. Me parece que lo que dices tiene sentido. Por eso , seguramente, la segunda parte me guste más. Le das acción a los personajes y me apetece descrubrir con ellos el interior de la casa.
En cuanto a mi nombre, no te preocues 😉
Brandon Quiroga
24/02/2025 a las 18:28
He leído tu cuento y debo decir que me gustó mucho la manera en la que lo desarrollaste. Me gustó las interacciones entre los personajes. Sabes describir muy bien. Sin embargo el final no lo comprendí. No porque no comprenda que es un final abierto, y que está libre a interpretación, sino porque siento que la nostalgia de “haber vivido diez años con ellos” y que esa vida se va a terminar al entrar a la universidad no encaja lo suficientemente bien con el ambiente sobrenatural que tenía en un principio. Creo que si hubieras quitado el añadido del llanto en el segundo piso, el final quedaría bien.
Con esto no quiero decir que está mal. Al contrario, me gustó. Solo es ese final que me escoce un poco. Te felicito. Nos seguimos leyendo. Felicidades :3