Literautas - Tu escuela de escritura

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Sin alma - por María Jesús

La chica yacía recostada en la cama, su cuerpo pálido y perlado de sudor apenas cubierto por un camisón de raso arrugado. Había una grieta en la pared, y sus ojos estaban fijos en ella, aunque en realidad no la veía; su mirada estaba perdida y vacía de contenido. Sus piernas se sentían débiles y pesadas a la vez, adormecidas por la falta de movimiento. Llevaba dos semanas encerrada en aquella habitación, y la sensación de ajenidad sobre su propio cuerpo aumentaba con cada día. Su voluntad parecía haberse quedado fuera de esas cuatro paredes.

Se incorporó ligeramente y su reflejo apareció en el espejo ovalado frente a la cama. No le sorprendió su aspecto demacrado. Llevaba días comiendo poco, durmiendo mal y preguntándose cuánto tiempo más duraría la agonía a la que estaba sometida.

El calor dentro de la habitación era asfixiante; sin ventanas, el aire apenas circulaba, y su piel siempre estaba húmeda. Se levantó tambaleante y entró al pequeño baño anexo. Abrió el grifo y dejó correr el agua antes de inclinarse para mojarse la nuca. Un escalofrío recorrió su espalda al sentir el frescor contra su piel sensibilizada. Su cuello estaba rígido, endurecido por la tensión constante que cargaba desde hacía días. Intentó no pensar en lo que provocaba esa tirantez.

Se quedó allí, con las manos apoyadas en el lavabo, intentando ignorar la punzada de desesperanza que le oprimía el pecho. Nunca había sido una mala persona, así que no entendía por qué la vida la había castigado de esa manera. Era peor que una enfermedad.

Entonces, los pasos fuera, en el pasillo.

Fuertes. Familiares.

Aproximándose.

Su cuerpo reaccionó antes que su mente; se abrazó a sí misma, intentando controlar el temblor que inevitablemente la invadía cada vez que lo sentía venir.

La puerta se abrió de golpe.

—¡Prepárate, reina, tienes un nuevo cliente!

Comentarios (19):

Chus Galego

18/02/2025 a las 20:11

Hola, María Jesús.
¡Qué relato tan siniestro, tan estremecedor y tan realista!
En muy pocas palabras condensas el dolor, el miedo y la desesperación de la protagonista, atrapada en una habitación en la que no cabe apenas la esperanza.
La actitud miserable del captor queda bien reflejada en sus únicas palabras finales.
Me parece muy buen relato.
Un saludo.

¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸

19/02/2025 a las 01:09

Hola, María Jesús, me corresponde comentarte.

Un relato que encierra mucha realidad y muy lleno de imágenes, me ha gustado.

En cuanto a mejorables, está bien escrito, no encontré faltas de ortografía, ni palabras que se sintieran repetidas varias veces.

¡Sigue escribiendo!

Por si deseas devolverme la visita estoy en el #18

Patricia Redondo

19/02/2025 a las 17:03

Oh Maria Jesus ! Que relato tan duro, tan desasosegante.
Bien construido desde el inicio, te pone en tensión pero desde luego no vislumbras ese final que te golpea como una piedra. He sentido el miedo, la vergüenza y el desgarro de la chica en mis propias carnes.
Solo un par de cosillas que me suenan raras:

sensación de “ajenidad” ¿?
aumentaba con cada día , yo diría “aumentaba cada día”

Muchas gracias por tu lectura y comentarios a mi relato
Nos leemos!

Codrum

20/02/2025 a las 06:40

Hola, María Jesús.👋👋
Que texto tan bonito.
Es corto y eficaz. Usas descripciones limpias y naturales que nos dan una imagen clara tanto de lo externo como de lo interno.
Sufrimos con la protagonista y experimentamos su agonía.
El final es muy crudo.
Salvo la palabra “ajeneidad”, que me chocó , creo que eliges muy bien las palabras.
Me ha gustado mucho, que con poco dices todo.
Eso es muy difícil de lograr. Yo me ahogo en descripciones largas que únicamente enturbian el relato.

¡Buen trabajo!

Codrum

20/02/2025 a las 14:13

Gracias Maria Jesús por comentar en en nr 40 que queda tan lejos.

Me dices ” que no he comprendido lo que pretendías decir”. Ese no es un fallo tuyo. Es del texto y por lo tanto mío. Así que habra que mejorar para la próxima. y redactar mejor los parrafos confusos.

Gracias por la ayuda y por la información sobre una nueva palabra.

IGNACIO

20/02/2025 a las 18:45

Hola María Jesús. Un buen texto, creando un ambiente tenso y con un giro final que explica la desazón que vive la protagonista. Es difícil imaginar el infierno que viven las mujeres que se encuentran en esta situación. Muy bueno el punto final. El proxeneta llama “reina” a la pobre muchacha.
Nos leemos.

Wanda

20/02/2025 a las 21:00

Hola Maria José, un relato muy bueno. Con una atmosfera bien lograda con descripciones vívidas,y un ritmo justo. El final inesperado cierra perfectamente la narración.
Saludos

Verso suelto

21/02/2025 a las 13:40

Hola María Jesús. Un gran relato. Nos cuentas una situación extrema de, supongo, una mujer secuestrada y obligada a prostituirse. Pero eso da igual, el relato es tan bueno que es extrapolable a multitud de situaciones de la vida en las que alguien se encuentra secuestrado de esa situación que no puede evitar, llámese enfermedad o lo que sea. Y esa grieta, muy bien incorporada al texto.
Te felicito y te agradezco los comentarios a mi relato.
Nos leemos.

Mónica Bezom

21/02/2025 a las 14:34

Hola, María Jesús.

Una historia extrema; dura, muy bien lograda a través de descripciones acertadas dentro de una atmósfera agobiante.
La palabra ajenidad la encuentro oportuna, ya que estaría indicando que su cuerpo le resultaba ajeno, expresión que se ajusta a la situación desesperante que está viviendo.
El final, perfecto, sorprende.

Nos estamos leyendo.

Cristina Otadui

21/02/2025 a las 17:03

Buena historia María Jesús.
Llena de detalles sensoriales, con una atmósfera opresiva, intensa. Se siente la desesperanza.
La descripción del entorno, la grieta, el espejo, el lavabo, refuerza el aislamiento y el estado mental de la protagonista.
El final genera expectación sobre lo que ocurrirá a continuación.
El narrador omnisciente nos permite conocer la angustia y la desesperación de la chica y al mismo tiempo que mantiene distancia, lo que permite observar la situación desde una perspectiva más amplia.
Leyendo puedo sentir la angustia de la protagonista.
¡¡Buen trabajo!!

Gracias por escribir y compartir.

¡¡Nos leemos!!

Carmenigne

22/02/2025 a las 02:41

Hola María Jesús! vas creando un clima de agobio, cansancio y tristeza que va creciendo, generando tensión y expectativa. Sutilmente describes elementos, sensaciones, que encajan en un final que sorprende de todas formas. Me gustó mucho. Gracias por tus aportes en mi relato.

Otilia

22/02/2025 a las 11:33

Hola, María Jesús, gracias por leer y comentar mi historia y gracias por compartir tu relato.
Muy bien escrito, llevándonos de la mano con la desesperanza de esa mujer hasta ese “¡Prepárate reina!”.
¡Felicidades!
¡¡Nos leemos!!

Hilda G.M.

24/02/2025 a las 12:50

Hola, María Jesús.
Concuerdo con la opinión de los compañeros: tu relato es muy bueno y nos llevas de manera muy sutil a ese final. En cuanto a “ajenidad”, creo que aunque no lo reconozcamos como algo existente, siendo ese sufijo tan productivo en la derivación a partir de adjetivos, es válido para transmitir justo lo que pasa con la protagonista que se encuentra en un estado en el que su cuerpo no le pertenece, es algo ajeno, sin alma.
Saludos y gracias por compartirlo.

Ulises Vidal

24/02/2025 a las 14:30

¡Hola, María José!
Excelente relato. Me ha gustado mucho la economía de palabras con la que te manejas.
Destaco, también, el clima en el que se desarrolla. La adecuada creación de lo siniestro que va in crescendo hasta el remate final, en que con una sola intervención se nos descubre el porqué de la desesperanza de la protagonista y la perversidad y violencia del captor.
¡Hasta la próxima! ¡Nos seguimos leyendo!

Thiagotrescuartos

24/02/2025 a las 20:03

¡Muy bueno!
Trabajas en sembrar la duda y resuelves el conflicto de un plumazo. Que el peso de la narración lo tenga el final, lo más breve, es un recurso con mucha fuerza.
Por ser quisquilloso, te diría que no tengas miedo de poner más puntos. Jugar con el ritmo de la lectura (como haces al final del relato de manera excelente) ayuda a que todo sea más digerible y ágil.
Ánimo con futuros retos. Estaré pendiente.

Amadeo

26/02/2025 a las 11:00

María Jesús.
Primero agradecer tus comentarios al mío.
Me gustó tu relato, muy concreto y claro. Una duda: ¿Quién no tiene alma? ¿Ella o quién la explota?
Los veinte o más adjetivos de tu escrito, considero que son demasiados…

Espero haber colaborado.
Nos leemos,
Amadeo (Argentina)

Carmelilla

26/02/2025 a las 11:55

Hola, María Jesús, muchas gracias por pasarte por mi relato.
Tu escena, concisa y con descripciones breves, pero contundentes, muestran con crudo realismo la dureza de la situación por la que atraviesa tu personaje y miles de mujeres en el mundo, sobre las que nadie cuenta sus historias.
Un relato ágil y de contenido sensible.
La grieta en la pared no ha necesitado nada extra para resultar Realmente escalofriante, muy bien traído a tu historia.
Que mayor conflicto que el expuesto en tu escena.
Muy buen trabajo, María Jesús.
Hasta pronto.

Yvonne (María Kersimon)

28/02/2025 a las 15:08

Guau, María Jesús! ¡Magistral! Cuando se muestra sobran explicaciones, he aquí la prueba. Una descripción rica en matices con un vocabulario elegido, afinado como un escalpelo que traza sensaciones en la piel del lector. Me alegro de haberlo leído y te felicito.
Gracias por leerme y dejar un comentario.
Saludos.

Maria Carmen

06/03/2025 a las 23:35

Hola María Jesús, un relato brillante. Has tocado un tema muy candente en el día de hoy. La prostitución forzada. Has creado un personaje con mucho realismo.
Buen trabajo y gracias por pasar por mi relato y tus comentarios.
Saludos

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