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BUSCABA EL TESORO DE MI VIDA - por PROYMAN1R.
Había una grieta en la pared. Eso fue lo primero que noté al entrar en la antigua casa. La grieta serpenteaba desde el techo hasta el suelo, una cicatriz en la piel de la habitación que parecía contar una historia olvidada.
Era una tarde gris de invierno, y el aire estaba cargado con la promesa de una tormenta. Había heredado la casa de una tía lejana, una mujer excéntrica y solitaria de la que sabía muy poco. Mis padres apenas hablaban de ella, y cuando lo hacían, era en susurros que denotaban algo entre el respeto y el miedo.
Mientras recorría los pasillos polvorientos y las habitaciones desiertas, no podía dejar de pensar en la grieta. No era solo una imperfección estructural; había algo más en ella. Era como si la casa misma intentara comunicarme algo, un secreto encerrado dentro de sus muros.
Decidí quedarme esa noche, a pesar del frío y la oscuridad que se cernían sobre el lugar. Encendí la chimenea en el salón principal y me senté frente al fuego, contemplando las llamas crepitando. El crujir de la madera era el único sonido en la vasta soledad de la casa.
A medida que la noche avanzaba, comencé a escuchar ruidos extraños. No eran los típicos sonidos de una casa vieja derrumbandose; eran más bien susurros, casi imperceptibles, que parecían venir de la grieta en la pared. Me acerqué, con la piel erizada y el corazón latiendo con fuerza.
La grieta parecía más grande ahora, como si hubiera crecido en las pocas horas desde que la vi por primera vez. Me arrodillé frente a ella y, con una linterna, inspeccioné su interior. No pude ver mucho, solo la oscuridad infinita. Pero los susurros continuaban, cada vez más claros.
"¿Quién está ahí?", pregunté en voz baja, sintiéndome algo tonta por hablarle a una grieta. Pero los susurros no cesaron; de hecho, parecían intensificarse, como si la pared misma estuviera respondiendo.
De repente, la linterna se apagó, dejándome en completa oscuridad. Retrocedí, tambaleándome hasta el centro de la habitación, y traté de encenderla de nuevo. Cuando finalmente lo logré, noté que la grieta se había abierto más, revelando lo que parecía ser una habitación oculta detrás de la pared.
Mi curiosidad superó mi miedo. Con manos temblorosas, empujé la pared con todas mis fuerzas y, sorprendentemente, cedió. Un polvo denso se levantó en el aire, y me cubrí la boca y la nariz con el brazo mientras entraba en la habitación secreta.
Era una biblioteca. Estanterías llenas de libros antiguos se alineaban a lo largo de las paredes, y en el centro había una gran mesa de madera con una lámpara de aceite. Encendí la lámpara y observé el lugar con asombro. Era como si el tiempo se hubiera detenido aquí; todo estaba impecablemente conservado, a pesar del abandono evidente en el resto de la casa.
En la mesa había un diario, con la cubierta de cuero gastada y las páginas amarillentas. Lo abrí con cuidado y comencé a leer. Era el diario de mi tía, y relataba una vida muy diferente de lo que había imaginado. Era una mujer erudita, apasionada por la historia y los misterios antiguos. Había dedicado su vida a la búsqueda de un conocimiento perdido, que creía estaba oculto en algún lugar de la casa.
Las últimas entradas del diario eran confusas y desesperadas. Describían extraños eventos y visiones que la habían acosado durante sus últimos días. Una entrada en particular llamó mi atención: "La grieta en la pared es la clave. No puedo detenerme ahora. Estoy tan cerca…"De repente, los susurros regresaron, esta vez más fuertes y claros. Sentí una presencia en la habitación, algo que no podía ver pero que sabía que estaba ahí. Cerré el diario y salí rápidamente de la biblioteca por la grieta.
Pasé el resto de la noche sin poder dormir, escuchando los susurros que ahora llenaban toda la casa. Al amanecer, tomé una decisión. No podía quedarme allí, no hasta entender qué había descubierto mi tía y qué significaba la grieta en la pared.
Dejé la casa con la promesa de regresar y resolver el misterio. Mientras cerraba la puerta, no pude evitar mirar una vez más la grieta. Ahora, más que nunca, sabía que escondía algo más profundo, algo que aún estaba por descubrir.
Fuera, la tormenta finalmente había llegado, y con ella, un nuevo día lleno de preguntas sin respuesta y un misterio que esperaba ser desentrañado.
Comentarios (10):
Romina
19/02/2025 a las 12:37
Proyman1 tu relato me encantó. La trama de la historia es atrapante, las descripciones son suficientes, concretas y concisas. Es un texto dinámico, que logra mantener la atención del lector en todo momento. La descripción de la tía muestra el cómo la veían los familiares y cómo era ella en realidad, lo que hace que la protagonista cambie de opinión con respecto de la difunta. La oración “Dejé la casa con la promesa de regresar y resolver el misterio” al principio del párrafo le quita el misterio al relato que le sigue. Gracias por leer mi comentario.
Mena
20/02/2025 a las 14:23
Hola Proyman,
Tu relato está muy bien escrito. La adjetivación me ha encantado y también el desarrollo de la escena. Lo único, más bien una tontería, es la incongruencia entre la caída de la pared para poder entrar en la biblioteca y una vez finalizada la escena en este lugar, narras que sale por una grieta, entonces no llego a entender si la pared cae o la grieta se agranda para poder entrar en esta estancia.
Por lo demás, me hubiera gustado que la protagonista se hubiera envalentonado y no abandonara la casa, pero supongo que había que finalizar el relato de alguna manera.
¡Gracias por tu relato!
Moldy Blaston
20/02/2025 a las 20:51
Hola Proyman, me alegro del volver a leerte. Paso a comentarte mis impresiones:
Me has mantenido en vilo desde el principio con esa atmósfera inquietante y misteriosa, permitiéndome sumergirme en la experiencia de la protagonista.
La estructura del texto es lineal, lo que creo que facilita la comprensión y permite un desarrollo progresivo de la tensión. Has construido a la protagonista de manera creíble, con reacciones emocionales que generan empatía. Además, el uso del diario de la tía como recurso narrativo le añade una capa de intriga y conexión con el pasado, lo que refuerza el tema de la búsqueda del conocimiento y el descubrimiento personal.
En resumen, me ha parecido un relato bien construido, un ejemplo sólido de narrativa de misterio y con una combinación efectiva de elementos técnicos que logran captar y mantener el interés del lector.
Si quieres puedes pasarte por el mío. Estoy en el 49.
Nos leemos!!!
Mónica Bezom
20/02/2025 a las 22:27
Hola, Proyman.
Un relato de notable factura que no suelta al lector hasta llegar a un final que lo deja es ascuas.
La agilidad de la narrativa y la atmósfera de inminencia completan un texto redondo.
Ha sido un olacer leerte.
Mónica Bezom
20/02/2025 a las 22:29
Perdona, Proyman, por los involuntarios dedazos: “en ascuas” y “placer”, quise decir.
Codrum
21/02/2025 a las 12:46
Hola,
Me ha gustado mucho como escribres, pero no entendí una cosa.
?Cuántas grietas hay en la casa?
La primera grieta te lleva a una biblioteca, donde hay un diario. y en el diario dicen que la “La grieta en la pared es la clave” perdón, pero me he perdido mucho ahí.
Fuera de lo argumental, me gusta mucho como escribes.
Los párrafos son cortos, fluidos. Las imagenes descriptivas sin exageraciones innecesarias.
Como ha escrito Mónica, no es imposible soltarse de tu texto.
Seguramente te vuelva a leer.
!Buen trabajo!
Pilar (marazul)
21/02/2025 a las 18:51
Hola Proyman, como siempre hago leo los relatos tres veces. La primera vez para llevarme una primera impresión, la segunda para fijarme en la forma y hacerme con el significado de la historia y la tercera ya por puro disfrute.
Se lee muy bien, de un tirón porque es de fácil comprensión.
La estructura: presentación y nudo está muy lograda porque la ambientación es más que suficiente y correcta. El desenlace: lo dejas abierto, pero con muchos avisos de que algo hay en aquella extraña casa.
Lo que más me ha gustado es como creas esa atmósfera de misterio. Empleas algunas frases muy logradas como la metáfora “cicatriz en la piel de la habitación”, para hablar de la grieta.
El ritmo va en crescendo y es el adecuado para enganchar al lector hasta el final.
Tal vez, y es lo único que me atrevo a decirte porque el texto está muy bien escrito, es que se podría prescindir de alguna “grieta”, que se repite bastante (he contado 11 veces). No es algo difícil de corregir.
Me ha gustado tu forma clara de escribir.
Saludos
Daniel Calleja
23/02/2025 a las 00:09
Hola, Proymani(supongo que es un seudónimo), tu texto es entretenido y promete un misterio a resolver en una versión más larga. Fuera de lo que ya te dijeron los compañeros, debo decirte que tu narrador es un protagonista. Es el único personaje del cuento y cuenta lo que le pasa. Podríamos considerar a la tía como otro personaje, sin embargo creo que no es el caso. Saludos. Si quieres pasarte estoy en el 48
Dante
23/02/2025 a las 07:50
¡Hola PROYMAN1! Mi relato es “vecino de arriba”, por lo que por norma me toca comentar el tuyo.
La suerte me ha favorecido porque me ha gustado y he disfrutado con la lectura.
Ahora sí, pasaré a hacer el comentario, y para ello trataré de seguir la guía de Literautas:
I.- FORMA:
I.- 1.- ASPECTOS POSITIVOS:
I.- 1.- 1. GÉNERO, TONO Y LENGUAJE:
En general no soy partidario de dividir tajantemente los géneros. En cuanto a este relato, podría decirse que encuadra en el misterio o suspenso, pero que también tiene toques de realismo (en lo que hace a parte de la ambientación y algunas descripciones), y algunos sobrenaturales o psicológicos, según se lo interprete (ya que el texto es bastante abierto en ese sentido).
El tono es más bien serio, a veces algo oscuro, o mejor dicho, juega con un “claroscuro”, lo cual resulta atrayente. Y también puede ser calificado como intimista.
El tono es coherente con el género (o los géneros entre los que navega el texto) y el lenguaje es apropiado en relación a ambos elementos formales.
I.- 1.- 2. ATMÓSFERA O AMBIENTACIÓN:
Este es un punto alto del relato y ello se impone por la propia evidencia.
La casa en sí, las circunstancias en que la narradora llega a ella, la noche, la inminencia de la tormenta, la relación familiar con la tía lejana y los misterios que encierra la propiedad confluyen virtuosamente de manera tal de que el lector queda inmerso dentro de esta atmósfera y ambientación tan envolventes. Las imágenes que suscitan son muy vívidas y constituyen un marco adecuado para todos los sucesos narrados y también para los cuales pudiera imaginar el lector o que siguieran profundizándose en caso de que el texto fuese expandido en un ámbito mayor o fuese continuada la historia.
Creo que trabajaste de modo excelente este importante elemento formal.
I.- 1.- 3. EL RITMO Y LA ACCIÓN:
El ritmo, considerado desde el punto de vista de la acción, posee una velocidad media y es ágil. No es extremadamente lento (aunque tiende más a la lentitud, al detenimiento) ni excesivamente rápido. La acción fluye y su marcha no se ve forzada, lo cual incide de manera positiva en el ritmo, haciendo que la historia resulte agradable a la lectura. El lector se “deja llevar” por la acción, lo cual es algo destacable.
I.- 1.- 4. EL RITMO, LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y GRAMÁTICA:
Ahora me referiré al ritmo desde otro punto de vista.
En él pueen incidir la ortografía, la gramática, la puntuación y la construcción de las frases.
Estos elementos están, en general, bien trabajados. Ello sin perjuicio de lo que indicaré en las áreas susceptibles de mejora.
I.- 1.- 5.-SONORIDAD:
Excepto alguna salvedad que haré al tratar de las áreas susceptibles de mejora, creo que la sonoridad del texto es buena, adecuada para la historia que contaste.
En general las palabras y su combinación suenan bien, y, excepto alguna situación puntual, no genera conflicto alguno a la hora de leer el texto.
I.- 1.- 6. PUNTO DE VISTA:
Este elemento formal guarda íntima relación con el narrador y responde a la pregunta: ¿desde dónde se cuenta la historia?
Si bien has marcado como que cumplías el reto opcional del narrador testigo, considero discutible eso. No niego que lo hayas cumplido, pero tampoco lo puedo afirmar, porque dadas las particulares características de forma y contenido de tu relato, la respuesta dependerá de cómo se lo interprete.
A mi modo de ver, la respuesta está en un punto: ¿quiénes son los personajes más relevantes?
Sin duda alguna, la narradora es una de ellos. Y puede o no haber un segundo… Lo cual se torna más complicado porque ese segundo NO ES UNA PERSONA.
Lo diré de modo más claro y específico y a través de un interrogante: ¿es la casa un personaje más o no?
También hay una tercera variante: la “presencia” a la que la narradora alude (“Sentí una presencia en la habitación, algo que no podía ver pero que sabía que estaba ahí.”), ¿es la tía lejana difunta? Bien podrían ser fantasmas, espíritus, sugestión, o lo que fuere, pero en tal caso o serían entes en plural o serían desconocidos y no habrían sido ni siquiera enumerados a lo largo de la narración, con lo cual dudosamente se los podría llamar personajes.
Expuestas estas consideraciones, vamos con la respuesta: claramente la historia se cuenta desde el punto de vista de la narradora, ¿pero ella es protagonista o testigo? ¿O “navega” entre las “dos aguas”?
Si la “presencia” no alude concretamente a un alguien y en caso de hacerlo, ese alguien no es ni la tía ni la casa, o bien, si la casa no es un personaje más, todos los hechos narrados y sobre todo las acciones, son ejecutadas y padecidas por la narradora. Con lo que al recaer el peso de la “acción” sobre ella, no podrían caber dudas de que es protagonista.
También podría afirmarse que “navega” entre las “dos aguas” porque atestigua hechos que narra pero también protagoniza porque todo lo más relevante le sucede a ella o lo hace ella: modifica el entorno y es modificada, es influida por otros personajes y a la vez los influye.
Si hubiera sucedido esto yo no lo tomaría como algo negativo. No siempre es fácil distinguir un narrador protagonista de un testigo cuando el narrador testigo es personal (sí sería mucho más sencillo en el caso del informante o del impersonal). A veces la frontera es borrosa y puede atravesarse. Dicho esto, creo que el solo hecho de que aceptaras el reto opcional y trataras de contar la historia desde un narrador testigo influyó positivamente en la narración, y aún cuando pueda caracterizarse a la narradora como protagonista, de todos modos se trata de una historia muy bien contada y desde el punto de vista correcto.
Ahora bien, si interpretáramos que la casa es un personaje más y/o que la “presencia” es la tía lejana fallecida, en este o estos supuestos sí sería posible argumentar que la narradora es testigo. Porque allí el peso de la acción estaría repartido en dos o en tres y el misterio sería creado y reforzado por estos personajes. Todo dependería de a cuál de a esos personajes se lo califica como protagonista.
En cualquiera de los casos, hay algo que es invariable: la historia es contada desde el punto de vista de la narradora y con un conocimiento limitado (propio tanto de protagonistas como de testigos) y está muy pero muy bien contada.
En resumen: como se quiera calificar al narrador es irrelevante. Este elemento formal está claro, es coherente con la intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo) y logra que la historia llegue al lector, que se interesa y se ve atrapado por ella.
I.- 1.- 7. DIÁLOGOS:
Están casi ausentes, salvo por una pregunta que realiza la narradora.
Esto no está mal para la historia que quisiste contar, porque su tono es intimista y algo oscuro y pone el acento sobre la real o ¿aparente? soledad de la narradora.
En cuanto a su representación gráfica es correcta, aunque usa comillas en lugar de raya o guión de diálogo:
“¿Quién está ahí?”, pregunté en voz baja, sintiéndome algo tonta por hablarle a una grieta.
La representación con el parlamento entre comillas está bien y la acotación después de la coma también.
I.- 1.- 8. DESCRIPCIONES:
Prácticamente en cada párrafo del texto hay alguna descripción.
Lo remarcable es que los adjetivos o las construcciones que equivalen a una descripción (sean o no adjetivos), como así también las imágenes a través de las cuales se efectúan las descripciones son agradables, medidas, proporcionales. No hay exceso ni defecto, lo cual es bueno.
La descripción es un elemento formal muy importante que debe ser usado con mucho cuidado. Siempre es posible pecar por defecto o por exceso (en general sucede esto último), y además del aspecto cuantitativo (¿mucha o poca descripción?) siempre, pero siempre, debe estar presente (y primar) el aspecto cualitativo o funcional: por qué y para qué se introducen.
También puede existir lo que yo llamo la “descripción” por vía indirecta, cuando sin necesidad de adjetivos o “descripciones en sentido estricto”, el conjunto de lo que se cuenta y/o muestra causa un efecto equivalente o similar a la descripción, de modo tal de que el lector tiene una idea “visual” más o menos cabal.
Como dije, las descripciones están presentes en su justa medida en tu relato (sea la descripción en sentido estricto o la indirecta) y convocan a casi todos los sentidos. Las hay visuales, auditivas y táctiles, y de manera implícita, podría haber algunas olfativas.
Haber trabajado también el elemento formal descripción redunda en favor de la sólida y atrapante ambientación y atmósfera que has creado, lo que se retroalimenta con el tono y da un marco perfecto dentro del cual sucede la historia.
I.- 1.- 9. CONFLICTO:
Hay un conflicto principal del tipo “persona vs. objeto” (la narradora vs. “la grieta”, que es lo que conduce al misterio que busca desentrañar).
Pero también hay conflictos secundarios que apenas están delineados con una pincelada o acaso permanecen implícitos: conflictos de índole familiar (ya que la tía es presentada como “excéntrica y solitaria” y los padres de la narradora traslucían un sentimiento entre el respeto y el miedo; esto podría implicar cosas no dichas, “deudas pendientes”, cuestiones no resueltas, tensiones familiares) y de la narradora consigo misma, lo que podría estar sugerido por el título “Buscaba el tesoro de mi vida”. Al ser autorreferencial el título, es probable que la vida de la narradora no sea tan “fácil” o interiormente pacífica de ahora en más: es claro que su arco dramático apunta hacia su crecimiento interior.
I.- 1. 10.- INTRIGA:
Deriva del elemento conflicto y guarda estrecha relación con la dosificación de la información.
Dado que el conflicto (o los conflictos) se presentan de modo gradual y creciente sin sobrecargar de información al lector, la intriga está asegurada, puesto que el lector se pregunta “¿qué sucederá a continuación?”, quiere más y su expectativa se renueva una y otra vez.
I.- 1. 11: PERSONAJES:
Este elemento formal está bien trabajado, pero es uno de los más discutibles en lo que hace al rol que se le asigna a cada uno.
Los padres de la narradora son personajes secundarios.
Pero la narradora, ¿quién es? ¿Es protagonista? ¿Es testigo? ¿Es antagonista? ¿Es protagonista y también su propia antagonista porque al final su conflicto interno prevalece sobre los demás?
Las respuestas a esta pregunta dependen de si nuestra interpretación le asigna el carácter de personaje a la casa y según cómo conceptuemos a la tía: ¿personaje secundario, aunque catalizador (probablemente “personaje de impacto”) hasta su fallecimiento y personaje relevante después de muerta (la “presencia”)?
Sin perjuicio de que, en general, el rol de los personajes debe estar claro en la historia y aquí lo veo dependiente de la interpretación, no marco el elemento personajes como algo negativo o susceptible de mejora (aunque pudiera serlo, como todo, y dependerá de tu análisis y decisión). Creo que los personajes, incluso si tratáramos como tal a la casa, están bien construidos y la historia funciona.
I.- 2. ÁREAS SUSCEPTIBLES DE MEJORA:
I.- 2.- 1. ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE FRASES:
(A) ORTOGRAFÍA:
Como expuse al tratar de los aspectos positivos, la ortografía está muy bien. Solamente encontré una falta, que podría ser accidental:
“No eran los típicos sonidos de una casa vieja derrumbandose”.
Si bien seguramente se trata de un mero error de tipeo, habría que sustituir “derrumbandose” por “derrumbándose”, ya que esa palabra lleva tilde.
(B) PUNTUACIÓN:
Como ya dije al resaltar los aspectos positivos, la puntuación está muy bien trabajada. A continuación me referiré a algunos párrafos y oraciones para reflexionar sobre ellos. Aclaro que no he detectado infracciones objetivas a las reglas de puntuación y que todas las consideraciones efectuadas son más bien subjetivas y sujetas a las preferencias de cada quien y que, en última instancia, dependerán de si se alinean o no con tu intención narrativa y si contribuyen a favorecer al ritmo del relato.
“Era una tarde gris de invierno, y el aire estaba cargado con la promesa de una tormenta. Había heredado la casa de una tía lejana, una mujer excéntrica y solitaria de la que sabía muy poco. Mis padres apenas hablaban de ella, y cuando lo hacían, era en susurros que denotaban algo entre el respeto y el miedo.”
La puntuación de este párrafo es correcta desde el punto de vista objetivo. Sin embargo, y esto que voy a señalar es una cuestión opinable, podrías considerar esta variante:
“Era una tarde gris de invierno y el aire estaba cargado con la promesa de una tormenta. Había heredado la casa de una tía lejana, una mujer excéntrica y solitaria de la que sabía muy poco. Mis padres apenas hablaban de ella, y, cuando lo hacían, era en susurros que denotaban algo entre el respeto y el miedo.”
Como verás, en esta variante se suprime la coma después de “invierno” y se agrega una después de “y” (antes de “cuando lo hacían”).
Este aporte para la reflexión es meramente subjetivo y dependerá de la preferencia de cada quien. Desde el punto de vista práctico la variante sugerida para reflexionar, causaría el siguiente efecto: la supresión de la coma después de “invierno” daría un ritmo un poco más ágil a la lectura de esa oración, y la coma después de “y” (antes de “cuando lo hacían”) serviría para separar las partes de la oración dentro de una misma estructura que tal vez podría ser confusa sin la pausa, ya que se introduce una aclaración.
“Mientras recorría los pasillos polvorientos y las habitaciones desiertas, no podía dejar de pensar en la grieta. No era solo una imperfección estructural; había algo más en ella. Era como si la casa misma intentara comunicarme algo, un secreto encerrado dentro de sus muros.”
Tampoco hay aquí ninguna infracción a reglas objetivas de puntuación, pero desde un punto de vista meramente subjetivo y personal, te invitaría a considerar lo siguiente:
-Después de “comunicarme algo” podrías evaluar cambiar la coma por dos puntos (“Era como si la casa misma intentara comunicarme algo: un secreto encerrado dentro de sus muros.”). Ello sería apropiado porque la segunda parte de la frase amplía o explica lo que se quiso decir en la primera. La coma más bien marca una pausa. En principio de ella no se sigue que el lector entienda esa frase como una explicación o detalle adicional, y en mi opinión tu intención narrativa iría por ese lado (brindar una explicación o detalle adicional).
-Después de “imperfección estructural” podrías explorar dos opciones: o usar dos puntos o utilizar un punto y seguido. En caso de usar dos puntos (“No era solo una imperfección estructural; había algo más en ella.”) quedaría como una explicación o detalle adicional que se remarca especialmente e implica una mayor relación entre las dos ideas. Y en el supuesto de utilizar un punto y seguido, se obtenría una pausa más marcada y se brindaría un poco más de énfasis a la segunda oración.
“No eran los típicos sonidos de una casa vieja derrumbándose; eran más bien susurros, casi imperceptibles, que parecían venir de la grieta en la pared.”
No hay nada incorrecto en la puntuación de estas oraciones. Sin embargo, podrías considerar otra variante: cambiar el punto y coma por un punto y seguido. Si bien esta es una apreciación meramente subjetiva, te sugiero considerar esta posibilidad porque como después hay dos comas, la frase queda algo larga y si, por un lado “se acelera” por existir una pausa menor (entre “derrumbánose” y “eran”) luego las comas, que están bien colocadas, darán una sensación de “freno”, y esto ocurriría con mucha contigüidad. Un punto y seguido, por el contrario, no restaría agilidad al ritmo, daría una pausa mayor y no producirían la sensación de que esas comas bien utilizadas “frenen” el ritmo. La variante sugerida quedaría así: “No eran los típicos sonidos de una casa vieja derrumbándose. Eran más bien susurros, casi imperceptibles, que parecían venir de la grieta en la pared.”
“ Me arrodillé frente a ella y, con una linterna, inspeccioné su interior.”
No veo objetivamente incorrecta la puntuación de esta oración. No obstante ello, se podría agregar una coma después de “ella” (“Me arrodillé frente a ella, y, con una linterna, inspeccioné su interior”). Esta variante podría brindar más claridad y hacer que el ritmo de la oración sea más pausado y natural. La coma tal vez ayudaría a que el lector perciba que lo relevante, lo que está en primer plano es la acción de inspeccionar y que utilizar para ello la linterna es secundario (sería una relación medio/fin -linterna/inspección-).
“«¿Quién está ahí?», pregunté en voz baja, sintiéndome algo tonta por hablarle a una grieta. Pero los susurros no cesaron; de hecho, parecían intensificarse, como si la pared misma estuviera respondiendo.”
Este párrafo está bien puntuado. Sin embargo, me parece que podrías considerar cambiar el punto y coma después de cesaron y antes de “de hecho” por un punto y seguido (“Pero los susurros no cesaron. De hecho, parecían intensificarse, como si la pared misma estuviera respondiendo”). De esa manera se marcaría con más énfasis la intensificación de los susurros, que es muy relevante en este contexto. Percibo que esto iría más en línea con tu intención narrativa.
“«La grieta en la pared es la clave. No puedo detenerme ahora. Estoy tan cerca…»De repente…”
Aquí seguramente hay un error de tipeo, o puede que (como me ha sucedido) al copiar el texto en el formulario de envío, por alguna razón faltó un espacio. El espacio al que me refiero es el que va después de los puntos suspensivos y la comilla (“La grieta en la pared es la clave. No puedo detenerme ahora. Estoy tan cerca…” De repente…)
“Dejé la casa con la promesa de regresar y resolver el misterio. Mientras cerraba la puerta, no pude evitar mirar una vez más la grieta. Ahora, más que nunca, sabía que escondía algo más profundo, algo que aún estaba por descubrir.”
Este párrafo no está mal puntuado. Todo lo contrario. Sin embargo, te invito a reflexionar si no sería conveniente cambiar la última coma por un punto y seguido: “Ahora, más que nunca, sabía que escondía algo más profundo. Algo que aún estaba por descubrir”. Si bien se repite la palabra “algo” es evidente que la narradora quiere enfatizar en ella, porque “algo” es intercambiable con la respuesta, que no conoce (y por eso usa esa palabra). Ahora bien, justamente porque la intención es marcar esa palabra y la importancia de la realidad desconocida a la que refiere, un punto y seguido causaría el efecto deseado con mayor precisión que la coma utilizada.
(C) CONSTRUCCIÓN DE LAS FRASES:
La construcción de las frases es un aspecto que en general está bien trabajado. A continuación sugeriré algunas variantes para reflexionar, con la finalidad de examinar si se alinean más con tu intención narrativa que las oraciones originales y también para tratar de garantizar una mayor fluidez en el ritmo.
“Decidí quedarme esa noche, a pesar del frío y la oscuridad que se cernían sobre el lugar.”
La acción de “decidir quedarse” está subordinada a la condición del frío y la oscuridad. Por lo que quizás podrías considerar si no sería conveniente invertir el orden de la construcción de la frase: “A pesar del frío y la oscuridad que se cernían sobre el lugar.
Esto mejoraría su estructura, ya que al poner primero la causa (frío y oscuridad) se resalta más la contradicción de la decisión. Por otro lado, la inversión suena más fluida y da una sensación de mayor énfasis.
“El crujir de la madera era el único sonido en la vasta soledad de la casa.”
Entiendo que debería sustituirse “crujir” por “crujido”, ya que “crujir” en esta oración funciona como un verbo de acción. Mientras que “crujido” (en sustantivo) le da más estabilidad y profundidad a la frase. Al tratarse de una descripción más estática del ambiente, “el crujido de la madera” sería más adecuado y menos confuso.
“No pude ver mucho, solo la oscuridad infinita.”
Esta frase no conspira contra el ritmo y quizás esta apreciación sería más del orden gramatical. Te invito a considerar la variante: “No pude ver mucho, solo una oscuridad infinita”.
Utilizar “la oscuridad infinita” se refiere a una oscuridad específica y definida, como si fuera la única o la más relevante en ese contexto. La palabra “la” implica que esa oscuridad es algo concreto o bien conocido en la situación. El uso de “la” le da un tono más tajante y solemne, casi como si esa oscuridad fuera la única que existe en el contexto de la grieta o de la escena.
Usar “una oscuridad infinita” introduce la oscuridad como un concepto más general o abstracto. El uso de “una” puede dar una sensación de que la oscuridad es solo una de muchas posibilidades, aunque igual infinita. Esta versión hace que la oscuridad se perciba de manera menos concreta o definida, y puede sugerir que es solo una faceta del entorno o algo que se está percibiendo de manera más vaga.
“La oscuridad infinita” sería preferible si se desea resaltar la certeza y la singularidad de la oscuridad en ese momento específico. Daría la sensación de que lo que se está viendo es una oscuridad que tiene una presencia concreta y única.
“Una oscuridad infinita” podría ser útil si se prefiere un tono un poco más abstracto o ambiguo, donde la oscuridad es un concepto menos definido o una parte de algo más amplio.
Sin embargo, hablando de lo abstracto, se produce una sensación paradojal: “una” sonaría más abstracto, pero “la” podría ser más abstracto. Podría incluso resonar como algo arquetípico, a modo de “idea platónica” (como “la idea de oscuridad”, el concepto de oscuridad). Esto evocaría una sensación de algo universal o esencial y se debe a que el artículo definido “la” hace que la oscuridad parezca más tangible, pero al mismo tiempo puede hacernos pensar en ella como una oscuridad universal, un concepto abstracto, como algo que está más allá de lo físico y se acerca a lo simbólico.
En contraposición, “una oscuridad infinita” puede revelarse más “imperfecta” o “diversa” en su generalidad, porque el artículo indefinido “una” abre la puerta a la idea de que hay muchos tipos de oscuridad, no necesariamente definidos o universales. Tendría un tono más subjetivo y menos arquetípico.
“Mi curiosidad superó mi miedo”
Aquí podríamos encontrar un problema de sonoridad por reiteración (“Mi-mi”). Si bien resulta claro que querés remarcar que tanto la curiosidad como el miedo pertenecen a la narradora, te invito a considerar la variante “Mi curiosidad superó al miedo” o “La curiosidad superó al miedo” (O “Mi/La curiosidad fue más fuerte que el miedo”, o “Mi/La curiosidad se impuso al miedo”). Cualquiera de estas variantes permitiría superar ese pequeño problema de sonoridad que, además de lo estrictamente sonoro, afecta negativamente al ritmo y a la fluidez de la lectura.
“Era una biblioteca. Estanterías llenas de libros antiguos se alineaban a lo largo de las paredes, y en el centro había una gran mesa de madera con una lámpara de aceite. Encendí la lámpara y observé el lugar con asombro. Era como si el tiempo se hubiera detenido aquí; todo estaba impecablemente conservado, a pesar del abandono evidente en el resto de la casa.”
Este párrafo está muy bien construido, pero advierto que en una distancia muy corta se repite “lámpara” dos veces. No es cuestión de buscar algún sinónimo raro, pero sí se podría tratar de encontrar la manera de evitar esto. Entiendo que no se alteraría el sentido ni lo sustancial de la construcción del párrafo si se cambiara por “La encendí y observé el lugar con asombro”.
“Cerré el diario y salí rápidamente de la biblioteca por la grieta.”
Esta oración no está mal construida ni compromete al ritmo. Sin embargo, te invito a considerar si no sería más preciso decir “a través de la grieta” en lugar de “por la grieta”. Percibo que sería más acorde a tu intención narrativa y resaltaría a la grieta (palabra/concepto muy relevante en tu historia; volveré sobre esta cuestión al tratar del contenido).
“Fuera, la tormenta finalmente había llegado, y con ella, un nuevo día lleno de preguntas sin respuesta y un misterio que esperaba ser desentrañado.”
Esta oración final no estaría mal construida.
Sin embargo, me parece interesante lo que te marca Romina: “La oración «Dejé la casa con la promesa de regresar y resolver el misterio» al principio del párrafo le quita el misterio al relato que le sigue”.
Es probable que el problema radique en que en uno y otro párrafo -contiguos- se use la palabra “misterio”.
Para superar estos inconvenientes podrías evaluar la posibilidad de cambiar en esa oración “misterio” por “enigma” (“Dejé la casa con la promesa de regresar y resolver el enigma”).
Luego, podrías examinar si no convendría retocar la construcción de esta última oración para que realce más todavía y refuerce la sensación de misterio y del carácter abierto del final (que eventualmente posibilitaría la continuación de la historia).
A modo de ejemplo sugiero:
“Fuera, la tormenta había llegado, y con ella, un nuevo día lleno de preguntas sin respuesta. Dentro quedaba un misterio que esperaba ser desentrañado.”
Esta variante creo que marcaría el contraste entre lo que está afuera (la tormenta) y lo que está adentro (el misterio), cosa que ya se había insinuado ya desde el comienzo mismo del relato y también en el nudo (al referir a la tormenta, el frío, la noche y la oscuridad). Considero que una modificación que fuera en este sentido constituiría un cierre perfecto para el relato y se vería perfectamente coherente con tu intención narrativa.
I.- 2.- 2. SONORIDAD:
Este elemento formal está bien trabajado. Sin embargo, creo oportuno llamar la atención sobre algunos pequeños detalles, a fin de reflexionar sobre ellos para que, en su caso, realices las modificaciones que pudieran realzar aún más la sonoridad del texto.
“Encendí la chimenea en el salón principal y me senté frente al fuego, contemplando las llamas crepitando.”
En esta oración se evidencia una cacofonía o tal vez una “rima dentro de la prosa”, ya que resalta el sonido “ando-ando” (contemplando/crepitando). Por ello sugiero modificar la oración de la siguiente manera: “Encendí la chimenea en el salón principal y me senté frente al fuego, contemplando el crepitar de las llamas”.
Por último, te invito a que consideres si no convendría cambiar los adverbios de modo terminados en “mente” por alguna otra palabra o construcción.
Hay 5 (cinco) de estos adverbios: “finalmente” (aparece dos veces), “sorprendentemente”,
“impecablemente” y “rápidamente”.
En alguna oportunidad, una compañera de la primera edición de Literautas, Isolina, me hizo reflexionar al respecto y me señaló que la proliferación de estos adverbios es algo que no suele quedar bien y, a modo de criterio orientativo, ella sugería no usar más de tres para una narración tan corta. Creo que es un buen punto a tener en cuenta para reflexionar y que, en caso de que lo compartas, mejoraría aún más la sonoridad del texto.
II.- CONTENIDO:
Con respecto al contenido, creo que podríamos partir de algo que señala Pilar: la palabra grieta se repite 11 veces.
Como ella indica, quizás podría prescindirse de alguna.
O tal vez no.
Creo ver aquí una suerte de “leit motiv” del relato: no solamente has respetado la consigna obligatoria sino que has iniciado con ella la narración y la has constituido su eje. El relato gira en torno a la grieta.
La grieta, además de una realidad material descripta de modo sublime y casi poético (“serpenteaba desde el techo hasta el suelo, una cicatriz en la piel de la habitación”), es también simbólica.
La pared es de por sí un objeto que divide. Una frontera, entre lo que está “aquí” y lo que está “allí”. Y en este caso, es una división entre el interior de la casa y lo íntimo de la casa (lo que podríamos llamar “el interior del interior”).
Existiendo esta división sólo puede llegarse de una a otra zona si existe un espacio. Ese espacio permite en principio vislumbrar lo que hay “del otro lado”. Eso que hay “del otro lado” es lo desconocido.
Es un conocimiento gradual, que comienza a través del vislumbrar, y se va incrementando hasta permitir el acceso.
Aquí es donde la grieta juega un rol central y se justifica que esa palabra, que más que palabra es una imagen y concepto, se reitere tantas veces.
La grieta no sólo llama la atención sobre la pared, sino que “invita” a la curiosidad (como dice la narradora: “Mi curiosidad superó mi miedo”) y es la curiosidad la fuerza vital que nos confronta con lo desconocido, nos aviva el deseo, nos da el valor y nos lanza a la aventura del conocer.
Pero esto que se ve con la realidad exterior también ocurre dentro de la familia de la narradora y dentro de ella misma: en ella misma hay una “grieta” (¿causada quizás por la casa heredada?), y a través de esa grieta conocerá la verdad acerca de su tía y tal vez acerca de ella misma.
Este relato que podría encuadrar en el género misterio o suspenso y tener toques psicológicos o sobrenaturales -según se mire-, también constituye una poderosa metáfora acerca de la dualidad entre la apariencia y el ser: la casa parece abandonada, parece un desastre, parece derrumbada. Su anterior propietaria parecía excéntrica y solitaria. Pero en VERDAD, la casa esconde algo valioso. Algo que no guarda relación con su estado ni apariencia. Y su propietaria era una persona sabia y profunda, no una “rara”.
De este modo, la aventura quizás exterior, sugiere una aventura interior de la narradora e invita a una igual en el lector: no detenerse ante el obstáculo, buscar “la grieta”, animarse y pasar. Para después encontrar qué es lo que hay “del otro lado”, en lo íntimo, en la realidad verdadera. Para abrirse al misterio y proponerse desentrañarlo.
Creo que esta lectura, “entre líneas” si se quiere, queda habilitada por el sugerente título “Buscaba el tesoro de mi vida”. Si no hubiera un “viaje interior” y un conflicto interno aunque fuera implícito no tendría sentido ese título tan autorreferencial. En cambio, si se lo integra a la trama y a su excelente evolución y organización formal, todo cobra pleno sentido y gana en profundidad.
Existen otros elementos que también me conducen por esta línea: no creo que sea casual que hayas referido a “una tarde gris de invierno”, a la “noche”, al “frío”, a la “oscuridad”, que se avecine una tormenta, que luego llega, ni que la narradora encienda un fuego. Como tampoco la grieta es casual.
La tarde precede a la noche, y por ende, al advenimiento de la oscuridad. El gris de la tarde puede asociarse a la tristeza. La noche a la imposibilidad de ver, a la desorientación. O por sí sola puede causar miedo. El invierno refuerza tanto la tristeza como la soledad y, al igual que la noche, nos expone a la desprotección.
La tormenta en ciernes o ya consumada puede simbolizar la agresión de las fuerzas exteriores. Una agresión al yo.
Ante la conjunción de estos elementos o circunstancias, lo único que queda es replegarse hacia adentro: refugiarse en una casa.
Dentro de la casa, lo natural es encender el fuego. Algo que de calor, protección y luz. Pero aún así, puede que no sintamos nuestra a esa casa y puede que ella se derrumbe también. Entonces surgen la preguntas: ¿quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestro legado?
Entonces ya no basta el interior de la casa. Hay que ir más adentro. Allí aparecen las grietas, que nos lleva a la intimidad de nuestro yo.
Es en este punto que surgen los susurros. Que pueden ser imaginarios (producto de la sugestión) o reales (sea que provengan de la casa, de la grieta o de la tía). Esos susurros son un llamado: el llamado a ir a lo íntimo, pues proceden de lo íntimo (de nuestros recuerdos, nuestra familia o desde lo más recónditos desde nosotros mismos). Y exigen una suerte de “salto de fe” que hace que la curiosidad venza al miedo, como le sucede a la narradora.
Toda esta simbología creo que se condensa y revela un “viaje” interior de la narradora que es espejo de su “aventura” exterior: desentrañar el misterio de la casa (y de su tía) conducirá (aunque el lector no lo vea expresado explícitamente) a descubrir su propio misterio (el que yace, o mejor dicho, late, dentro de ella). Ese misterio, que busca desentrañar, es el tesoro de su vida.
Por último, cabe señalar que el final, que marca un claro contraste entre el adentro y el afuera, redondea de manera soberbia tanto la trama literal como la conjunción simbólica, y la totalidad del texto es una derivación perfecta de su título.
Se trata, pues, de una historia muy interesante que atrapa al lector y que permite disfrutarla de principio a fin, y a la par de las emociones que suscita, también mueve a la reflexión.
III.- OPINIÓN PERSONAL:
Me ha gustado mucho el relato. La historia es atrayente y está muy bien contada y, además, el manejo de los elementos formales es en general correcto y el contenido es tan interesante como atractivo y profundo.
También me parecen excelentes el título, algunas metáforas visuales sobre la grieta (como la del primer párrafo) y el hecho de que en la mayor parte del relato prevalezca el mostrar sobre el contar.
Espero que hayas disfrutado al escribir este relato como nosotros al leerlo.
Excelente trabajo.
Saludos. Nos seguimos leyendo.
Tavi
26/02/2025 a las 22:21
Hola PROYMAN1R.
Me sumo a las opiniones que te han dado mis compañeros. Una casa llena de Misterios y la noche que aumenta todos los sentidos para producir el miedo. Es un cuento creíble que se lee rápidamente.
Algunos alcances:
Decidí quedarme esa noche, a pesar del frío y la oscuridad que se cernían sobre el lugar”. Esa coma está separando el sujeto del predicado directamente. Se puede usar esa coma, pero tendrías que escribir una frase explicativa
“Mi” curiosidad superó “mi” miedo”. En esta frase tan corta intenta eliminar unos de los adjetivos mi que acompañan al sustantivo. No está mal escrito, pero ensucia un poco tu bien relato.
Lo mismo acá con la “y”. “Un polvo denso se levantó en el aire, “y” me cubrí la boca “y” la nariz. Eso podrías solucionarse colocando un punto seguido después de “aire”
Hay palabra que deben usarse según el contenido del relato y tu cuento es de misterio. Por lo que la palabra “susurro, que es un sonido suave al hablar, no corresponde. Podría usarse en algún relato de amor, dolor, sentimiento, etc. Y tú escritor(a), debes mantener en ascua al lector. Te propongo algunas palabraspara que sigas buscando la más adecuada: bramido, chillido, rugido etc., etc.
“derrumbandose”, falta el acento.
Bueno me entretuve con tu cuento, y mis alcances, son posibilidades de mejorarlo.
Saludos