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Parafilias - por IreneR+18

Web: https://irenerguezescritora.blogspot.com/

—¿Les gusta el piso? —le pregunté a la pareja, intentando ocultar la anticipatoria emoción que su posible mudanza me causaba.

—No está mal. Es pequeño, pero está bien distribuido —dijo uno de ellos.

—Y tiene mucha luz —asintió el otro.

Firmaron el contrato de alquiler y, como siempre, me callé que había una grieta en la pared del dormitorio. No era muy grande, de hecho, ningún inquilino anterior la había visto, pero ese pequeño agujero me proporcionaba incontables horas de disfrute y satisfacción.

Siempre alquilaba el piso a parejas jóvenes que… Bueno, que parecieran sexualmente activas. Hacía tiempo que tenía la idea de ampliar mis horizontes, y esa pareja gay prometía saciar mi fuerte curiosidad.

Cumplieron la primera noche de la mudanza. Cayeron sobre la cama desnudos, regalándome una preciosa vista de sus cuerpos trabajados en el gimnasio, y en cuando los gemidos se extendieron por la habitación, la duda de si llegaría a excitarme al ver a dos hombres juntos se disolvió al instante. ¡Dios! Aquellos chicos eran pura pasión. Me metí las manos en los pantalones y me acaricié con calma, disfrutando, al igual que ellos, del momento. Lo hacían sin prisa, saboreando la piel contraria como si de un auténtico manjar se tratara, deleitándose con los besos y las caricias. Me mordí los labios cuando sacaron el lubricante de la mesita de noche. ¡Joder! Estaba muy excitado y no sabía si iba a aguantar a que acabaran. No habían hecho más que empezar y yo ya estaba a punto de correrme.

—Venga, métesela ya —murmuré, mientras me acariciaba con fuerza, sintiendo como el primer orgasmo empezaba a crecer en mi interior.

De pronto, algo los hizo detenerse y uno de ellos se incorporó justo cuando la puerta de la habitación se abría abruptamente. No pude ver quién era, sin embargo, sus cuerpos en tensión indicaban que no era un invitado deseado.

El recién llegado entró en mi campo de visión cuando se abalanzó sobre la cama con un enorme cuchillo de carnicero en la mano, al grito de “¡morid, maricones de mierda! La sangre tiñó las sábanas en unos segundos, antes de que nadie pudiese reaccionar. Me quedé congelado al otro lado de la pared, incapaz de moverme, y llamar a la policía antes de que… No sé. Ya no había nada que se pudiera hacer por ellos. el hombre se ensañó con una extrema violencia. Clavó la hoja en sus cuerpos más de una veintena de veces, con asco, odio y placer mientras murmuraba palabras ininteligibles. Cuando acabó, en la cama solo quedó un amasijo sanguinolento envuelto en las plumas del colchón y dos cadáveres completamente desfigurados.

Se colocó a un lado y por primera vez pude verle la cara. Tuve que reprimir un grito de sorpresa al reconocer a uno de los vecinos del edificio. Era un hombre tranquilo, con una mujer maravillosa, acérrimo al fútbol, a las cervezas y a las tardes de dominó. De esos que siempre saludaban. Tragué saliva con fuerza cuando se colocó de perfil a la grieta por la que yo miraba, se bajaba los pantalones y empezaba a acariciarse una enorme erección. Duró lo mismo que tardó en matarlos. Su esperma salpicó los cuerpos de los chicos mientras él gemía con fuerza, disfrutando del orgasmo. Pasó los dedos por el líquido blanquecino que había caído en el torso de uno de ellos, lo mezcló con la sangre que aún emanaba del cuerpo y se los llevó a los labios, deleitándose con su sabor. No pude contener por más tiempo las náuseas. Era la primera vez desde que tenía memoria que no me excitaba viendo como alguien se dejaba llevar por el deseo y el placer.

Tomó el cuchillo de carnicero y salió de mi campo de visión. Oí cómo cerraba la puerta del piso de los chicos y contuve el aliento mientras escuchaba sus pasos recorrer el pasillo del edificio. Plas, plas, plas.

No se alejaban.

Un golpe en mi puerta me hizo empezar a llorar.

Comentarios (13):

Psicolochimpun

18/02/2025 a las 14:30

¡Hola, Irene! Me he pasado por tu relato porque, con el título, me daba que habrías tenido una idea similar a la mía. No me puedo creer la coincidencia, me ha encantado.
He visto tan solo una falta de ortografía, una minúscula tras un punto, debida a un claro despiste. Lo comprendo, el frenesí del relato da para que se te pasen detalles así.
Lo he leído con mucha fluidez y mis emociones han acompañado las del relato de principio a fin. Chulísimo, de verdad. Es el segundo relato que leo de tu puño y teclado y me parece que tienes un ritmo muy bueno y una capacidad de imprimar emoción a la narración envidiable. El final me ha gustado especialmente, porque cuando parecía que no iba a pasar nada más, los pasos se acercan al narrador. ¿No crees que podrías haberlo metido como narrador testigo? Realmente la acción, o gran parte de ella, ocurre tras la grieta y me parece que por eso te has podido inspirar, ¿Es así?
En cualquier caso, un gusto leerte.

Codrum

20/02/2025 a las 08:24

Hola, Irene.

!Qué tensión!
Buen texto. Es duro y el giro magnífico.
Me parece imposible no terminar de leerlo. Engancha desde el pricipio.
Es muy rápido y tiene una tensión que únicamente va creciendo.

No me suelen gustar los textos de este tipo. con el titulo fuí un poco reacio a leerlo.
Pero no me arrepiento de haberlo hecho.

!Buen Trabajo!

Verso suelto

20/02/2025 a las 11:52

Hola Irene. Estupendo relato, eso es sacarle partido a una simple grieta. Se lee de cabo a rabo sin parar. Estilo limpio y claro. El bien y el mal, las dos caras que todos tenemos, perfectamente reflejados: asesino implacable… hombre tranquilo, con una mujer maravillosa, acérrimo al fútbol, a las cervezas y a las tardes de dominó.
No he visto ningún fallo ortográfico salvo un “en cuando” por “en cuanto” y un punto final seguido de minúscula.
Enhorabuena.

Codrum

20/02/2025 a las 19:10

Perdona que te pregunte por aquí pero me comentaste y me hierve la sangre por saber una cosa: ¿Si en vez de comenzar con “ Marta”,… hubiera puesto “mi madre”, se entendería mejor cuantas personas hay en la casa? ¿que la/ el narradora/o es otro de los hijos del matrimonio?
Es que me abriste los ojos. Entrendí uno de los grandes fallos.

¡Gracias por ello!
Contéstame si puedes en el nr 40 que no sé si hay notificaciones.
Por favor

Moldy Blaston

20/02/2025 a las 19:21

Hola IreneR. Siempre que puedo me paso por tu relato y hoy no va a ser una excepción.

En primer lugar decirte que me ha encantado. Tu relato mantiene un tono sombrío y escalofriante que me atrapó desde el principio. Ese estilo descriptivo y explícito que has empleado creo que contribuye a crear una atmósfera tensa y perturbadora.
Tu historia aborda temas de voyeurismo, violencia extrema y sexualidad de una manera muy explícita. Esto, que puede ser impactante para algunos lectores, pienso que ha sido muy bien llevado y te felicito por ello. Además, la introducción del personaje del asesino añade un giro inesperado y dramático que eleva la tensión de la trama.
Otros compañeros ya te han señalado algunas pequeñas correcciones detectadas, así que no insisto en ello.
En definitiva, un relato coherente y bien organizado, con una progresión clara del asunto. Un magnífico relato. Me alegro de haberte visitado.
Nos leemos!!!

Yvonne (María Kersimon)

20/02/2025 a las 20:00

Hola Irene,
¡Impresionante! Un texto magnífico, muy muy logrado. Desde el primer renglón hasta el último no dejas al lector impasible sino que le sacas una gama de emociones vertiginosa que va desde la curiosidad al morbo, pasando por la agradable sensualidad para continuar con la sensualidad mezclada con miedo, luego con asco para llegar al asco puro y por fin al horror. ¡Chica, es una cascada de estímulos de alta densidad que no hay sistema nervioso que lo resista! ¡Piedad para el lector! Desde luego muestras y no explicas, con una sinceridad sin veladura. Ninguna palabra superflua, ningún previo entorpecedor, derecho al hecho. Contundente y sin escapatoria. Quiera o no quiera, el lector sale afectado.
Un detalle de forma: acérrimo del fútbol, de la cerveza… estaba dudando y lo miré. Ay las preposiciones trahicioneras…
Saludos, hasta la próxima.

Carmenigne

21/02/2025 a las 01:06

¡Hola Irene! El relato tiene mucha fuerza, tensión. Le imprimes un ritmo ágil que mantiene la atención y conviertes al lector en un “voyeur” más.
La palabra acérrimo, si bien está bien utilizada (tenacidad, fanatismo) me saca un poco del clima, ya que el lenguaje que vienes usando hasta ese momento es directo, llano y eso para mí le da mucha fuerza al relato. Es lo que me pasó a mí, si no aporta no lo tengas en cuenta.
El final me pareció genial.

Fernando Rodríguez

21/02/2025 a las 12:54

Como siempre, tus relatos Irene, super intensos. Terribles y en este caso con un final abierto si quieres dejar una esperanza a que no va a pasar nada mas.
Perfectamente escrito y sin errores que puedan restar un ápice a la calidad del texto.
La grieta protagonista del trama, lo suficiente para entender que está donde debe y para lo que está.
Muy bien llevada la tensión mezclando la sexualidad con la brutalidad final.

IGNACIO

21/02/2025 a las 15:10

Hola Irene. Has pasado de la pornografía al terror como quien no quiere la cosa. Un relato muy conseguido y muy bien escrito. Felicidades.
Una sugerencia, creo que es mejor no utilizar los puntos suspensivos. Me refiero a la frase: “Siempre alquilaba el piso a parejas jóvenes que… Bueno, que parecieran sexualmente activas.”
Esto me lo explicaba una profesora de escritura creativa que decía que siempre se puede encontrar una opción mejor que dejar una frase en el aire.
Saludos.

Wanda

21/02/2025 a las 18:11

Hola IreneR, gracias por tu comentario en mi relato. Pues que mas puedo decir que ya no te hayan dicho. Relato: 10/10
Trama: envolvente
Tema: provocador
Estilo:fluido, fácil de leer
Final: impactante.
Saludos

Patricia Redondo

22/02/2025 a las 17:26

Bueno Irene, que puedo decir? Impresionante. Salvaje, directo, sin pelos en la lengua y muy valiente.
Vaya texto que te has sacado solo con una grieta en la pared. De inicio a fin redondo. Se palpa el erotismo, la tensión y el terror. Muy bueno.
Muchas gracias por pasarte por mi relato y comentar.
Nos leemos!

¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸

22/02/2025 a las 23:28

Hola, Irene. Un relato impactante, muy fuerte en imágenes y con un final de impacto.

Al ser un relato de 750 palabras entiendo que hayan cabos sueltos. Me quedan varias dudas:

– si era la primera vez que el vecino, que parece ya tenía tiempo de vivir ahí, cometía ese tipo de crimen. Porque como lo indica el narrador al principio del relato, ese piso se alquilaba a gays para verlos por la grieta, se deduce que hubo antes otros inquilinos.

– Si no hubo otros crímenes antes, teniendo de siempre a vecinos gays ¿cómo logró ocultar por tanto tiempo esa parafilia?

– Y el porqué este asesino va por el narrador? acaso sabía de la grieta en la pared y temía lo delatara? o intuía que éste también era gay?

Buen trabajo!

Gracias por permitirme aprender con tu relato y agradecida por tu visita al mío.

Nos seguimos leyendo!

Vespasiano

27/02/2025 a las 00:31

Buenas noches, Irene:
Primeramente agradecer tu paso por mi relato y dejar tu comentario.

El tuyo me ha parecido perverso. Tal como lo has pintado ¡Vaya sujeto hijoputa!

¡Jope con la grieta! ¿Tan grande era que el asesino pudo ver al vecino a través de ella?

El vecino mirón me dá que tambien era “gay”. Lo digo por la frase que escribiste: “Hacía tiempo que tenía la idea de ampliar mis horizontes, y esa pareja gay prometía saciar mi fuerte curiosidad”.

De cualquier manera el arrendador del piso tampoco me parece un sujeto muy “normal”. DIOS LOS CRIA Y ELLOS SE JUNTAN, dice el refrán.

Muy logrados los personajes y sus actitudes.

Espero seguir leyéndonos.

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