Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

La ilusión de una casa. - por AliciaR.

LA ILUSIÓN DE UNA CASA

Carlota, con las llaves por fin en sus manos, se acercó a la supuesta casa ansiada para verla con detenimiento y ya dar su consentimiento de compra. Me llamó la noche anterior para que la acompañara porque, como ella me dijo, cuatro ojos ven más que dos, pero justo ese día me fue imposible acompañarla. No importa, para allá voy solita. Para ella le fueron suficientes sus dos ojos. Lo que descubrió la dejó perpleja y no pudo dormir bien en toda la noche. Le pareció estar en una pesadilla. No daba crédito. Nunca pensó que una noche pudiera ser tan larga. No veía el momento del amanecer para darle una llamada al dueño de la propiedad.

Desde que el reloj marcó la hora de oficina, le llamó sin demora; después de los saludos de cortesía, le entró sin miramiento.

—Había una grieta en la pared —le dijo muy enfadada.

—Imposible —le contestaron al otro lado del teléfono.

¡Cómo! ¿Está usted insinuando que estoy mintiendo?

__ No, por supuesto que no.

—Entonces, lo que vi, ¿qué fue? Una carrera de hormigas por la pared de una habitación. Vamos, hombre, hasta ahí podíamos llegar.

Carlota era bastante tolerante, pero que le intentasen tomar el pelo o engañarla, como estaba ocurriendo ahora, la sacaba de sus casillas.

Vamos a ir usted y yo ahora mismo para que lo vea con sus propios ojos lo que me encontré.

—Pues ahora mismo como que no puedo —le contestó con un sarcasmo muy peculiar de chulo que se cree que se la sabe toda.

—Pues —le contestó con el mismo sarcasmo, no tan elevado; ella era más sencilla—, a lo mejor el banco no me va a dar el préstamo para comprarla. ¿Qué me dice usted de eso? Porque a mí no me llueve el dinero como a usted del cielo, ya me cuesta ganarlo para que venga un individuo como usted a querer mofarse de mí.

Carlota se había marchado de su pueblo hará algunos años. Quería descubrir lo que había más allá porque vio que se iba a quedar enterrada en él y ella aspiraba a algo más estimulante para su vida. A ella le hervía algo que al resto de nosotros solo nos saltaban chispas.

Después de hacerles comprender a su gente sus intenciones y dejar pasar un tiempo, por fin logró que algunos, no todos, le respetaran su decisión. Sin pensárselo dos veces, sacó su maleta de los años de internado y, colocándola sobre la cama, comenzó a meter y a sacar ropa. Pensó que muchas de sus cosas actuales no le iban a servir a partir de ahora y por ello propuso una merienda antes de marcharse con sus allegadas, las cuales se llevaron una gran sorpresa cuando entraron a la cocina y vieron todo lo que Carlota no se iba a llevar encima de la mesa. Todo se los regaló haciendo una pequeña tómbola entre ellas. Fue una despedida entrañable.

—¿Qué vas a hacer en esa gran ciudad? —¿Te van a tomar el pelo? —o a engañar, dijo otro. Fueron algunos de los comentarios más aceptables que le llegaron por medio de sus padres.

La última sentencia la llevaba tatuada en la frente. No lo permitiría. Por eso cuando descubrió que este individuo la trataba de engañar, esa sentencia le hirvió en su cabeza. No quería que esta información llegara a su pueblo, y tampoco agachar la cabeza ante ellos y darles la razón.

Desde el principio tenía en mente el adquirir una casita, pero eso tenía que esperar, lo sabía. En los primeros años de llegar a la ciudad, compartió habitaciones bastante cutres y con gente de un nivel casi al de las habitaciones. No le gustó nada, fue una experiencia para no repetir. Más adelante, con su mejora económica, ya pudo disfrutar de una habitación para ella que le dio mayor independencia. Pensaba que ya se iba acercando a su objetivo; iba subiendo peldaños. Le recordaba un póster que la maestra tenía colgado en la pizarra de corcho, en el que se veía a un niño subiendo hacia su objetivo. Así se veía ella, subiendo y acercándose cada vez más al suyo. Y al final, por fin, por un golpe de suerte, se encontró en un buen trabajo que iba a poder permitirle realizar su sueño.

Al instante, el dueño reaccionó ante la postura tajante de Carlota y quedaron citados a las 12 del mediodía para ir a ver la vivienda.

Comentarios (8):

Romina

19/02/2025 a las 12:11

Hola Alicia, en principio contarte que esta es la primera vez que voy a realizar un comentario de un texto y directamente a una autora, así que voy a dar lo mejor de mí. La historia me hizo una mezcla de emociones: en principio la historia personal de Carlota y su decisión de irse de su pueblo; además, su postura firme de no dejarse engañar, una de las frases que le dijeron sus padres. Me surge una duda con este párrafo: “—¿Qué vas a hacer en esa gran ciudad? —¿Te van a tomar el pelo? —o a engañar, dijo otro. Fueron algunos de los comentarios más aceptables que le llegaron por medio de sus padres”. Particularmente con el uso de los signos de pregunta en ¿Te van a tomar el pelo?, no comprendo por qué es una pregunta, tal vez pudiesen ser signos de exclamación. Gracias por leer mi aporte.

Alicia González Valido

19/02/2025 a las 18:23

¡Hola Romina!

Parece que las dos somos novatas en esto. Es también mi primera vez en participar en este taller.

Al hacerme esta rectificación caigo que no era precisamente una pregunta lo correcto. Acertada tu corrección.

Muchas gracias y hasta la próxima.

Saludos
Alicia

Tavi

20/02/2025 a las 12:53

Hola Romina
Una buena historia la tuya y con un final abierto.
Algunos alcances:
Creo que el adverbio “Ya”, está demás
Esta oración parece un dialogo “No importa, para allá voy solita”, debiera ir entre rayas.
Es más adecuado usar “cuando” que “desde” en esta oración: “Desde que el reloj…”
En esta frase usaste el guion bajo. “__No, por supuesto que no”

Por último, revisa el uso del pronombre “me”, recurres con mucha frecuencia a él y ensucia un poco tu buen relato.
Espero ser útil con mis alcances.
Saludos

IreneR

21/02/2025 a las 11:16

Buenas, Alicia.

Creo que el inicio del relato era bueno, pero luego me he perdido un poco con la historia del personaje. No sé muy bien qué es lo que has querido contar en el texto y eso me deja un poco confusa.

Los diálogos no están bien puntuados. Por la página de Literautas hay una guía para aprender a hacerlo, seguro que si le echas un vistazo podrás mejorarlo pronto.

Y sobre el reto. Esto es un narrador en tercera persona. No puede ser testigo si no está con Carlota. Es testigo porque narra lo que ve. Creo que era un reto muy difícil de escribir.

Nos leemos.

Un saludo.

Irene

Yvonne (María Kersimon)

22/02/2025 a las 23:05

Hola Alicia,
Me ha gustado mucho tu relato. He visto todo el esfuerzo y la determinación que ha puesto esta persona por superarse y alcanzar sus sueños. Es una historia alentadora y motivadora. Los mejorables ya los vas a ir adquiriendo.
Saludos.

Alicia

23/02/2025 a las 13:27

¡Hola Irene!
Gracias por tus comentarios. Las carencias apreciadas por ti, me sirvieron para revisarlo incluso dos veces y lo di incluso a corregir y no sé, pero no importa una va una subiendo peldaños con los errores y correcciones, para mí el poster de la maestra en el tablón es una realidad y lo llevo
a todas las facetas de mi vida.
Saludos
Alicia

Mariana Sànchez

24/02/2025 a las 02:49

Hola Alicia: Me gusta el personaje de tu historia; pero me queda inconcluso el relato. No encuentro la narradora testigo; porque no me queda claro en qué momento Carlota le cuenta todo esto a la narradora.
Hay errores en la puntuación de los diálogos. En estos ejemplos, faltan las rayas de diálogo.
“¡Cómo! ¿Está usted insinuando que estoy mintiendo?
Vamos a ir usted y yo ahora mismo para que lo vea con sus propios ojos lo que me encontré.”

Alicia González Valido

24/02/2025 a las 20:21

Gracias Mariana por tu claro comentario. Ese fallo es de mi computadora, no siempre funciona.

Saludos
Alicia

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *