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La casa - por CRISTINA OTADUIR.

Veía la casa a diario.
Se había mudado hacía dos meses escasos y a la vuelta de la esquina, una parcela grande, rodeada de un seto poco cuidado, encerraba una edificación de tres alturas, de persianas desvencijadas, rotas y verdes y paredes que, si alguna vez en el pasado fueron blancas, en estos momentos tenían un color indeterminado, quizás gris, parduzco. La estructura en general parecía sólida: eran sus colores y el descuidado jardín que se adivinaba lo que daba a la vivienda un aspecto ajado, deslucido.
Al pasar en su coche camino del trabajo veía como la cancela de acceso se mantenía, día tras día, en la misma posición: semi abierta, con el hueco justo para el paso de cualquiera como una invitación a entrar.
Si el tiempo era bueno, los domingos madrugaba, salía temprano a pasear, sin rumbo fijo, sin planes establecidos, ni ruta, ni compañía.
Al girar la esquina vio la cancela; abierta como siempre. Miró a su alrededor, no había nadie: empujó hacia dentro la verja y traspasó el umbral. Un camino de gravilla suelta avanzaba hasta una puerta de entrada, verde como las persianas e igual de avejentada y sucia.
Parecía cerrada.
Empujó con fuerza un par de veces para conseguir que se abriera.
El panorama fue desolador: la poca luz que entraba dejaba a la vista un sinfín de polvo, hojas secas, pintura descolorida y algún mueble abandonado y roto. El silencio, en aquella mañana temprana, apenas roto por el susurro de las corrientes de aire o de algún animal refugiado en el interior.
En el lateral una escalera de madera, astillada y vieja, parecía dar acceso al piso superior.
La curiosidad venció a la prudencia y con cuidado comenzó a subir. Al llegar al rellano los signos claros del paso del tiempo: molduras agrietadas en los techos, manchas de humedad en las paredes y una especie de distribuidor por el que poder acceder a otras estancias que en su día pudieran ser habitaciones.
Eligió una al azar, la situada a la izquierda y desde el vano, donde alguna vez hubo una puerta, observó al fondo un viejo balancín de madera, un caballito opaco, policromado e infantil.
Caminó hasta él curioso y una vez en el interior de la estancia y acostumbrados los ojos a la luz escasa observó que había una grieta en la pared.
Era una grieta horizontal, ancha y larga. Una hendidura oscura que parecía profunda.
A su alrededor alguien se había molestado en incorporarla a un dibujo: un rostro masculino, enmarcado por trazos suaves que simulaban barba y cabello, dos círculos oscuros separados representaban ambos ojos y la nariz de apariencia helénica completaba el bosquejo que aprovechaba la grieta para simular una boca abierta.
Lentamente se retiró hasta la pared de enfrente para ver con claridad a lo que se enfrentaba: tenía delante una especie de Boca de la Verdad: alguien, aprovechando el desperfecto, había recreado la legendaria máscara romana.
Sonrió caminando hasta ella.
Alargó la mano pensando que quizás, finalmente, pudiera descubrir alguna de las verdades que tanto ansiaba escuchar.

Comentarios (21):

Daniel Escobar Celis

18/02/2025 a las 20:20

Saludos, un relato bien escrito que se lee con fluidez. Me ha gustado como está escrito, aunque siento que se queda un poco en el áire cómo si fuera mas una anécdota que un cuento en sí.

Saludos. No leemos.

PD: mi relato es el 41.

Cristina Otadui

18/02/2025 a las 21:58

Hola Daniel, gracias por comentar.
Me gustan los finales abiertos y en este caso, dado que el narrador testigo no conoce mas allá de lo que va sucediendo, me pareció una buena oportunidad para no concluir la historia y dejar a la imaginación del que la lea lo que pueda suceder 🙂

Otilia

19/02/2025 a las 11:34

Hola, Cristina:
Gracias por leer y comentar mi relato, aunque te diré que no estoy de acuerdo en que puedo eliminar la frase de este mes ya que es fundamental para que Rufino tenga a mano el arma mortal.
Cristina, es la primera vez que trabajo con un narrador testigo por lo tanto es atrevido decir que no lo veo en tu historia, sobre todo, cuando está dentro de la casa. Ya me dirás. Gracias.
Tu relato que me ha gustado y leído con interés. ¡Felicidades!
Nos leemos.

Codrum

19/02/2025 a las 11:51

Hola Cristina,

Aquí te dejo mi comentario. Si dudas de cualquier cosa pregunta 😉

1. La forma:
Texto evocador y de caracter introspectivo. Al finalizar no puede evitar pensar qué seía lo que yo querría saber. Nos dejas con la duda de si es algo misterioso, fantasmagórico o unicamente la obra de un artista. Ese final abierto me gusta y hace pensar.
El texto tiene como dos partes muy diferenciadas.
La primera: la descripción de la casa. Se puede mejorar. Tuve que leerlo dos veces porque no entendía. Las primeras cuatro frases no tienen ni un solo punto. Te recomendaría que trataras de leerlo en voz alta.

La segunda; cuando el narrador se encuentra dentro de la casa. Tras “Parecía cerrada” el texto mejora mucho. Consigo verme caminando por la casa. Hay muchos detalles. Algunos fallos nimios que se podrían cambiar. Seguramente con una segunda lectura te darías cuenta tu misma. ( por ejemplo: En el lateral una escalera de madera, astillada y vieja, parecía dar acceso al piso superior. ¡Claro que da al segundo piso! ¿Dónde va a dar sino? . siendo tú, trabajaría en el uso de las comas. Como lector me llegan a confundir un poco.
La casa esta muy bien descrita con muchos muchos detalles.
El caballo policromado es un cliché muy bien metido.

3. Comentario personal

Género, tono y lenguaje

Tienes un lenguaje muy rico y apropiado para este texto.

El ritmo y la construcción de las frases:

Ya te he comentado un poco esto. Vigila las frases muy largas, y tendras un texto muy bueno. También usas indistintamente ( creo) ; y :

A mi se me da muy mal, así que no puedo aconsejarte. Pero tambien trataría de tener claro su uso.
El ritmo y la acción: me encanta como descubrimos el interior de la casa poco a poco. Aumenta la intriga. ¿Qué habitacón visitará? ¿qué se va a encontrar? Son preguntas que tuve que hacerme.

Punto de vista ;

creo que el reto de narrador testigo lo has aprobado de sobra.

Expectativas

Al empezar a leer pensé; otra casa embrujada, menudo rollo. Pero resultó que no. Tu texto es diferente por ese final abierto.

Codrum

19/02/2025 a las 12:25

Veía la casa a diario.

Se había mudado hacía dos meses escasos y a la vuelta de la esquina, una parcela grande, rodeada de un seto poco cuidado, encerraba una edificación de tres alturas, de persianas desvencijadas, rotas y verdes y paredes que, si alguna vez en el pasado fueron blancas, en estos momentos tenían un color indeterminado, quizás gris, parduzco.
( el primer punto no aparece hasta la 6 frase. Como te escribí antes, creo que lo puedes reescribir dejandolo mucho mejor)

La estructura en general parecía sólida: eran sus colores y el descuidado jardín que se adivinaba lo que daba a la vivienda un aspecto ajado, deslucido.

Al pasar en su coche camino del trabajo veía como la cancela de acceso se mantenía, día tras día, en la misma posición: semi abierta, con el hueco justo para el paso de cualquiera como una invitación a entrar.
**Siempre que pasaba frente la casa veía la cancela de acceso entrecerrada. Invitándo a entrar con la apertura justa.**
¿Por qué lo reescribo asi? Creo que la información sobre si lo ve cuando va en coche hacia el trabajo o lo ve

Si el tiempo era bueno, los domingos madrugaba, salía temprano a pasear, sin rumbo fijo, sin planes establecidos, ni ruta, ni compañía.
Al girar la esquina vio la cancela; abierta como siempre. Miró a su alrededor, no había nadie: empujó hacia dentro la verja y traspasó el umbral.

** Los domingos si el tiempo era bueno, salía temprano a pasear. Lo hacía sin rumbo fijo, ni destino. Y aún asi siempre giraba la esquina y la cancela abierta le atraía su atención. Ese día la curiosidad fue mayor. Miró a los lados. No había nadie. Decidido empujó la verja y avanzó.**
(creo que la primera frase queda más ordenada. También hay que destacar el porque ese día se decidió a entrar y no solamente mirarla como había hecho tantas veces antes. Así el lector sabe que la invitación fue aceptada.)

Un camino de gravilla suelta avanzaba hasta una puerta de entrada, verde como las persianas e igual de avejentada y sucia.

Parecía cerrada.

Empujó con fuerza un par de veces para conseguir que se abriera.
**Empujó con fuerza hasta que se abrió** Unicamente por economía del lenguaje, sabiendo que debemos completar el texto con tan pocas palabras. Al poner el “hasta” indicas que ha tenido que hacer unas cuantas repeticiones y además informas de que consiguió abrir la puerta. Por lo tanto, ahorras unas cuantas palabras.

El panorama fue desolador: la poca luz que entraba dejaba a la vista un sinfín de polvo, hojas secas, pintura descolorida y algún mueble (**muebles abandonados**)abandonado y roto. El silencio, en aquella mañana temprana (**la aclaracion me rompe la descripcion. Yo quitaría “en aquella manana temprana”. Ya nos has dicho antes que los domingos despertaba temprano y paseaba. Así te centras en el silencio y su efecto) , apenas roto por el susurro de las corrientes de aire. (También quitaria “ o de algún animal refugiado en el interior” ¿Por qué? Porque el susurro del aire es muy poético y evocador. La imagen es perfecta, pero al imaginarme pajaros o ratas, se me rompe esa tensión) .

En el lateral una escalera de madera, astillada y vieja, parecía dar acceso al piso superior. **( Las escaleras no parecen acceder al piso superior, ¡lo hacen! )**
La curiosidad venció a la prudencia y con cuidado comenzó a subir. Al llegar al rellano( creo que aquí va una coma y falta un verbo. ¿¿¿vió, sintió observó, aparecieron???… ¿Qué hizo con los signos claros del paso del tiempo?) los signos claros del paso del tiempo: molduras agrietadas en los techos, manchas de humedad en las paredes **(separalo de la enumeración. El distribuidor no tiene nada que ver con los signos del paso del tiempo)** una especie de distribuidor por el que poder acceder a otras estancias que en su día pudieran ser habitaciones.
Eligió una al azar, la situada a la izquierda **(pondría punto para frenar un poco la acción. Da tiempo al lector a imaginar como el protagonista se mueve hasta allí)** y desde el vano, donde alguna vez hubo una puerta **(¿Quedaría mejor “Desde el vano sin puerta?)** , observó al fondo un viejo balancín de madera, un caballito opaco, policromado e infantil.
Caminó hasta él curioso y una vez en el interior de la estancia y (**Lo mismo, da tiempo al protagonista a acostumbrar sus ojos. ¿Es más oscura esta habitación que el resto de la casa? ¿ por qué debe acostumbrarse?)** acostumbrados los ojos a la luz escasa observó que había una grieta en la pared.
Era una grieta horizontal, ancha y larga. Una hendidura oscura que parecía profunda.
A su alrededor alguien se había molestado en incorporarla a un dibujo: un rostro masculino, ** ( pondría punto)** Así destaca que es un rostro masculino) enmarcado ** (¿podría ser mejor; perfilado?, delineado…) **por trazos suaves que simulaban barba y cabello, ** (punto porque ahora hablamos de otra cosa) ** dos círculos oscuros separados representaban ambos ojos ** (punto porque ahora hablamos de otra cosa) ** La nariz, ** (es una aclaración así que yo pondría coma antes y después de “apariencia helénica) ** de apariencia helénica, completaba el bosquejo que aprovechaba la grieta para simular una boca abierta. ** ( no sé si aquí cambiaría algo. Podría ser. Para completar el bosquejo, la grieta se aprovechaba para formar una boca abierta. Hay algo que se me hace complicado de entender en la frase. No sé si porque viene precedida por una coma o cual es el motivo. Pero me parece que diluye la atención sobre la boca/grieta) **
Lentamente** (aqui va coma) ** se retiró hasta la pared de enfrente para ver con claridad a lo que se enfrentaba: tenía delante una especie de Boca de la Verdad: ** (quita lo de “especie de” ¡es una boca de la verdad gana intensidad y fuerza) ** alguien, aprovechando el desperfecto, había recreado la legendaria máscara romana. ** (Si la boca de la verdad está bien dibujada, yo diría que Un artista había recreado la legendaria mascara romana aprovechando el desperfecto. Aunque si quieres dejar más preguntas en el lector, podrías escribir “ Alguien o algo” había recereado la legendaria mascara romana aprovechando el desperfecto. Cambiaría el orden porque lo que quieres destacar es la mascara romana, no el desperfecto. Al ponerlo en la parte central de la frase, le das más importancia) **
Sonrió caminando hasta ella.
Alargó la mano pensando que quizás, finalmente, pudiera descubrir alguna de las verdades que tanto ansiaba escuchar.
(aunque me cuesta comentarlo, porque el final me parece muy bueno, creo que un narrador testigo, no puede saber lo que esta pensando el protagonista. Esto me ha hecho preguntar una cosa. ¿ Dónde esta el narrador testigo? ¿Es la casa? ¿cómo ha llegado a conocer todo esto? )

IGNACIO

19/02/2025 a las 16:05

Hola Cristina. Lo que más me ha gustado de tu relato es el final. Has aprovechado de una manera muy ingeniosa la grieta obligatoria en el texto. Las pinturas paleolíticas utilizan la forma de la piedra para representar animales, tu has utilizado la grieta para la boca de la verdad.
Me ha encantado la frase “la curiosidad venció a la prudencia”. La cojo prestada para el futuro.
Gracias por tu comentario. Nos leemos.

Cristina Otadui

19/02/2025 a las 17:43

Hola Codrum,

En primer lugar darte las gracias por tomarte la molestia de reescribir mi texto: estas en tu derecho si las modificaciones que haces te parecen mas acertadas. Espero que no te moleste si te digo que, las mías, mis frases, me siguen pareciendo mejores.

La puntuación es una cosa muy personal. Como dato curioso puedo decirte que Antonio Muñoz Molina en su última novela “No te veré morir” tarda 60 páginas exactamente en poner el primer punto.
No hace falta decir que yo no soy Muñoz Molina pero como te digo la puntuación es tan personal que el hecho de creer que sobra, falta o está equivocada es tan solo opinión y/o gusto particular.

En cuanto al hecho de “economizar palabras” en mi caso no lo creo necesario: a mi texto le faltan mas de 200 palabras para llegar a esas 750 que marcan el límite.

Respecto al narrador testigo: este tipo de narrador se caracteriza por relatar la historia desde una perspectiva externa, observando los eventos y las acciones de los personajes sin ser parte activa de ellos. En mi caso, el narrador describe las acciones y pensamientos del protagonista, pero no se involucra directamente en la historia, lo que permite al lector experimentar la curiosidad y el descubrimiento del personaje principal además de permitir una exploración más objetiva de los eventos lo que enriquece, creo, la experiencia de lectura.

En una de las frases que señalas: “un rostro masculino, enmarcado por trazos suaves que simulaban barba y cabello” me propones cambiar la palabra enmarcado por perfilado o delineado.
He de decirte que no procede porque en el contexto lo que se dice es que el rostro esta delimitado por los trazos de la barba y el cabello, por lo tanto su uso me parece mas certero que delineado que se refiere a la acción de trazar líneas o contornos de manera más precisa y técnica o perfilado.

Y lamento decirte que una escalera situada en la planta baja del interior de una casa, aunque lo más común es que conecte con los pisos principales de la casa, puede llevar a diferentes niveles o áreas de la vivienda, un ático o incluso un sótano.

Gracias de nuevo por el comentario y exhaustivo análisis del texto.
Un saludo,

¡¡Nos leemos!!

Cristina Otadui

19/02/2025 a las 17:52

Hola Otilia,

Gracias por comentar 🙂

Es cierto que un narrador testigo puede ser mas complicado porque limita la perspectiva de la historia al manejar solo la información de un personaje y no puede ofrecer una visión general y completa de lo que acontece, así la trama se hace muchas veces mas confusa.
En mi caso, y repito lo que he escrito en el comentario anterior, el narrador describe las acciones y pensamientos del protagonista, pero no se involucra directamente en la historia, lo que permite al lector experimentar la curiosidad y el descubrimiento del personaje principal además de permitir una exploración más objetiva de los eventos lo que enriquece, creo, la experiencia de lectura.

Me alegro de que el relato te haya gustado, un saludo.

¡¡Nos leemos!!

Codrum

19/02/2025 a las 18:51

Cristina,
Antes de nada pedirte perdón si me excedido o has sentido que he menospreciado tu texto. No quería para nada tomarme la libertad de reescribirlo.
Es la primera vez que entro en la dinámica de los talleres. Si me extralimite, perdón.
Estuve en un foro donde hacíamos eso para aprender los unos de los otros. Hacíamos una disección del texto de nuestros compañeros. , y por ello he aplicado mi vieja costumbre. Creo que lo que he escrito lo he argumentado y no ha sido un imperativo.

Por su puesto que tu texto es tuyo y por nada del mundo quisiera que lo cambiaras si tú no lo ves conveniente. Yo te ofrezco alternativas. Desde mi perspectiva, únicamente para abrir el abanico de opciones y poder elegir en variedad. La elección es sin duda tuya.

Te digo lo que me parece, y lo que ha costado entender o leer. La primera frase se me hizo difícil, y por eso quise comentarla.

La puntuacion es por supuesto lo más difícil a la hora de escribir. Y como lector puede hacer que un texto te guste o no.
Y son varias opciones las que se plantean al elegir palabras, puntos, comas y todo lo demás. Si a ti te gustan y lo argumentas tan bien como lo has hecho , adelante con ello 🤗
Si no tienes problemas con la cantidad de palabras, he de decirte que desde ya tienes mi respeto. Sin duda es muy difícil para mí, enmarcarme en un número determinado de palabras.

Lo único que no estoy de acuerdo contigo es en una cosa: Según la información que encontramos en la entrada del narrador testigo, ese tipo de narrador NO conoce el pensamiento de los protagonistas.( o eso creo recordar )

Mónica Bezom

19/02/2025 a las 20:13

Hola, Cristina.

Me ha gustado tu relato así como la fuerte impronta que sugiere la simplicidad del título: “La casa”. Muy buen punto.

La narrativa avanza a través de excelentes y oportunas descripciones que van ambientando la historia de modo sugerente primero e inquietante después, hasta arribar a una lograda atmósfera de suspenso. La Boca de la Verdad en la que transmutaría la grieta frente al vecino intruso y el consecuente final abierto resultan propicios para un texto de naturaleza informativa, pero no exento de buen suspenso.

Tengo un par de observaciones menores, a ver qué te parece.
Cuando dice que el vecino “los domingos madrugaba, salía temprano a pasear, sin rumbo fijo, sin planes establecidos, ni ruta, ni compañía.
Al girar la esquina vio la cancela…”, me parece que tal vez cabría precisar: “Ese domingo” al girar la esquina, o algo por el estilo que indique que ingresó a la casa un domingo en particular.

“El silencio, en aquella mañana temprana, apenas roto por el susurro de las corrientes de aire o de algún animal refugiado en el interior.”, creo que quizás le está faltando algo, como por ejemplo: “El silencio, en aquella mañana temprana, “era” apenas roto…”. Fíjate.

Finalmente decirte que coincido con las palabras de Ignacio y que la frase “la curiosidad venció a la prudencia” me ha encantado, aparte de cuadrar perfectamente en el relato.
Ha sido un placer leerte.
Saludos.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

19/02/2025 a las 21:37

Hola Cristina, de la primera lectura saque la conclusión de que tu relato no se detiene. Escritura clara que se mueve ligera sin importar el escenario.

En la segunda, me di cuenta de que te gusta escribir y estas consciente de como comunicarlo.

ya con las dos unidas, te felicito por una mente ágil para acomodar el único requisito del texto y le das vida propia, y ves una boca que es parte de un rostro: excelso.

Se, que el rostro que yo imagine es muy distinto al que otros puedan imaginar. Bien logrado

Cristina Otadui

20/02/2025 a las 08:34

Hola Mónica,

encantada de que te haya gustado el relato.
Estoy de acuerdo en tus dos apreciaciones: realmente la incorporación de “era” o señalar “a que domingo” se refiere lo narrado aportan claridad pero al escribir me gusta eliminar vocablos (en el caso de “era”)…no puedo explicarlo bien, no soy una experta. Cuando repaso una y otra vez en voz alta el texto el tono, la inflexión de la voz, el silencio de la coma me lleva a esta eliminación… en este caso que señalas y en otros muchos que tengo.
Con el asunto de señalar de forma concreta que domingo era lo siento igual: ¿hay que dar tantas explicaciones? ¿hay que darle al lector todo? Y si no se lo das ¿puede que no entienda nada?
Si lo miro desde el punto de vista gramatical ¿hay alguna incorrección?
Todas estas preguntas son las que me hago cuando decido dejar una frase tal cual o modificarla y estoy segura que, tome la decisión que tome, siempre tendré duda.

Gracias por comentar y compartir, un saludo
¡¡Nos leemos!!

Cristina Otadui

20/02/2025 a las 08:39

Hola Osvaldo,

Pues si, me gusta escribir… ¡me gusta mucho!
Escribo a diario, por la mañana temprano, generalmente hasta las 09:00 y resulta muy gratificante. A veces no siempre consigues dar con la frase o la imaginación esta mas torpe pero lo paso realmente bien.
Gracias por tus palabras, por comentar y por compartir
Un saludo

¡¡Nos leemos!!

María Jesús

21/02/2025 a las 13:32

Hola Cristina: Me ha gustado mucho tu relato, es bonito, bien detallado, preciso, sin sobrecargar las frases, que es un recurso que a mí me aburre. Has descrito tan bien la casa que me ha parecido estar dentro de ella. La verdad es que me he quedado con ganas de más. Me gusta mucho tu forma de escribir. Te seguiré leyendo. Un saludo.

Cristina Otadui

21/02/2025 a las 16:52

Hola María Jesús,

me alegro que te haya gustado. Espero seguir escribiendo y mantener el interés de los que os pasáis por mis relatos.
Gracias!!
Un saludo,

¡¡Nos leemos!!

Don Kendall M

23/02/2025 a las 18:09

Hola, Cristina:
Me gusta el texto que propones.
1 – En cuanto al aspecto formal, tal vez me gustase más el texto metiendo mano al párrafo final, desde luego EMDO, con el único argumento que expongo a continuación de la propuesta:
Reordenando vocablo “quizás”: Alargó la mano quizás pensando que quizás, finalmente, pudiera descubrir alguna de las verdades que tanto ansiaba escuchar.
La consecuencia perseguida es que se mantenga la objetividad del narrador testigo, siendo una de sus principales características el impedimento para mostrar la actividad de “pensar”
más allá de una presunción, como muy bien podría ser en este caso. De cualquier manera, insisto en que solo es una opinión, despreciable como la de cualquiera sobre la cual prima la autoría del trabajo. Quede claro.
2 – Respecto a la narrativa en sí, EMDO señala conocimiento y manejo de las técnicas para hacer un relato redondo en cuanto al argumento, la trama y el ritmo adecuado con el recurso a las descripciones que marcan a la perfección las notas y las pausas como si de un blues del Delta se tratara.
3 – Con tu permiso, aprovecho el este “tu espacio” accidental en este taller de Literautas para agradecer tu visita y comentario al texto que propongo en esta convocatoria (“Cerrando grietas”).
Y quisiera matizar, que efectivamente es un “narrador omnisciente”, a mí me gusta más mencionar a esta figura irreal con su característica principal y casi única o al menos imprescindible : voz narrativa.
Si me permites voy a hacer un corta y pega de un texto de Janet Burroway:
La tercera persona, desde la cual el narrador cuenta el relato, se puede subdividir según el grado de conocimiento u omnisciencia que asume el narrador… Las posibilidades de la narración pueden ser omnisciencia editorial, omnisciencia limitada y narración objetiva, pero entre los extremos de la omnisciencia editorial (conocimiento total) y la narración objetiva (sólo observación externa) las posibilidades de la omnisciencia limitada son infinitas.
Pues en esas estamos. El texto al que nos referimos al igual que este tuyo que propones estarían en este continuo en uno de los extremos de la omnisciencia objetiva.
Dicho sea de paso, es la razón por la que me gusta más la reordenación de tu párrafo final que te hago, en el caso que tu narrador (voz narrativa) no haga trampas al final del relato mostrando una omnisciencia que le permita “conocer” lo que piensa “él” (el personaje)
En resumen, gracias por tu propuesta, gracias por tu visita
Un abrazo y salud

Hilda G.M.

24/02/2025 a las 07:30

Hola, Cristina.
Como me he tardado en venir, no me queda nada que añadir a lo que ya te han escrito los compañeros. Solo comentarte que me ha gustado tu texto y que me parece muy interesante el final.

Saludos y gracias por compartirlo.

Cristina Otadui

25/02/2025 a las 13:16

Hola Don Kendall M.

Lamento mi ignorancia pero ¿Puedes decirme qué significan y/o a que hacen referencia las iniciales EMDO?
Gracias, saludos

Don Kendall

25/02/2025 a las 15:46

Hola, Cristina
EnMiDespreciableOpinión. Lamento el uso del acrónimo sin la correspondiente explicación. Lo siento. Saludos

Cristina Otadui

26/02/2025 a las 11:14

Don Kendall

¡¡BUENISIMO!!

Vespasiano

26/02/2025 a las 15:55

Buenos días, Cristina:
Gracias por pasarte por mi relato y dejar tu comentario.

Del tuyo me ha gustado la idea de utilizar esa grieta como la “boca de la verdad”, lo que transmite misterio a la escena. Uno piensa que si mete allí la mano se la va a cortar o la va a retener para siempre.

Un par de cosillas que me han llamado la atención:
“…eran sus colores y el descuidado jardín que se “adivinaba” lo que daba a la vivienda un aspecto ajado, deslucido”. (El “descuidado” jardín se “VEÍA”, no se adivinaba).

“…empujó hacia dentro la verja y traspasó el umbral”. (Creo que bastaría con decir: ““…empujó la verja y traspasó el umbral”.

“El panorama “fue” desolador: la poca luz que entraba dejaba a la vista un sinfín de polvo, hojas secas, pintura descolorida y algún mueble abandonado y roto”. (En esta oración creo que encajaría mejor sustituir “fue” por “ERA”).

“un caballito opaco, policromado e infantil”. (Opaco y policromado, a mi entender se contradicen. Y el caballito infantil se sobreentiende).

Espero seguir leyéndonos.

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