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Un as en la manga - por dopidop+18

Web: https://historietasypiruletas.blogspot.com/

Observo a mis contrincantes sentados alrededor de la mesa. Son buenos, es difícil leer en sus caras la jugada que tienen en mente. Pero a mí eso no me hace falta.

Me ha costado un huevo meterme en esta timba. Ya no es el pastizal que me he dejado para participar, si no el conseguir hacerme un hueco en este ambiente y que se me permita enfrentarme a este tipo de gente: mafiosos, traficantes…, vamos, lo mejorcito de cada casa. Somos cinco y estoy seguro de que soy el único que no va armado. Pero, creedme, eso tampoco me hace falta.

Llevan toda la partida mirándome con soberbia, incluso se les ha escapado alguna risilla insolente al descubrir mis manos. Hay mucho dinero en juego. Ellos están contentos, satisfechos. Seguros de que van a desplumar a un mindundi como yo.

El croupier me lanza una mirada impertinente, es mi turno, todos esperan mi jugada. Le doy un largo trago a mi vaso de whisky, tuerzo la boca con una sonrisa y coloco todos mis billetes en el centro de la mesa.

—All in —digo con voz firme.

El tío que tengo sentado a mi izquierda suelta un gruñido. Tiene un full de sietes y ases en la mano y está convencido de que voy de farol, aún así tarda unos segundos en pronunciarse.

—Lo veo —dice con un ligero temblor en su voz que corrige con un carraspeo.

El siguiente no tiene nada. Ni una triste pareja. Ha ido demasiado lejos aguantando hasta ahora. Él lo sabe, yo lo sé, el resto de jugadores lo saben, el croupier lo sabe. Es tan obvio que hasta vosotros, que ni siquiera estáis presentes en la partida, lo sabéis. Pese a todo, no cambia su conducta arrogante y lanza con desdén las cartas sobre la mesa. Chasquea la lengua y lanza un sonoro suspiro. Esta noche le ha tocado perder.

El tercero es el más sensato y se ha retirado en el turno anterior para conservar su dinero y dignidad. Tenía dobles parejas de jotas y nueves. Nos observa divertido desde su privilegiada situación, mientras se fuma un cigarro.

A estas alturas os estaréis preguntando cómo narices tengo toda esta información. Pensaréis que soy un tramposo, que estoy asociado con el croupier, que las cartas están trucadas, que tengo una cámara oculta… Y no. Os juro que no es así. Aunque para ser sincero, sí estoy asociado con alguien. Pero os aseguro que está muy lejos de esta mesa.

El cuarto me pone nervioso. Tiene una jugada buenísima, un póker de reyes. Pero no se termina de fiar. Necesito que le eche huevos para llevarme todo su dinero. Nos observa a los dos que quedamos y yo le miro con la misma cara de imbécil que llevo manteniendo toda la partida. Se lo piensa, pero al final se decide.

—Hemos venido a jugar ¿no? —dice con una sonrisa mientras coloca sus fajos de billetes en el centro de la mesa.

Cierro los ojos para saborear la triunfal victoria y muestro mi mano: esta vez he tenido suerte, es una preciosa y ganadora escalera de color. Los otros tiran sus cartas sobre la mesa y yo me levanto a recoger el dinero.

Esto no entra en sus planes y no me lo van a permitir. El tío que se sienta enfrente saca una pipa y me apunta a la cara.

—Deja eso ahí —me murmura con tono amenazante.

El resto sacan también sus armas. No me pilla por sorpresa, de hecho, es precisamente lo que yo esperaba. Les sonrío y empiezo a susurrar un perverso salmo que me conozco de carrerilla.

En un tremendo estruendo metálico, el suelo se abre y emergen unas espeluznantes criaturas que atacan sin piedad a los hombres. Ellos gritan, lloran, disparan, se arrastran, rezan. Pero no tienen nada que hacer. Nunca han tenido nada que hacer. Da igual que gane o pierda, yo siempre llevo un as en la manga. Los demonios los atrapan, los arañan, los desgarran. Y entre alaridos de agonía, se los llevan con ellos al inframundo.

Cuando el caos se calma, el suelo se cierra y todo vuelve a estar como si no hubiera pasado nada. Solo queda el croupier que me mira horrorizado. Recojo todo el dinero, le dejo un fardo de billetes de propina y salgo por la puerta.

Esta noche me voy a correr una buena juerga, satisfecho y orgulloso de haberle conseguido otras cuatro almas a mi amo, el Diablo.

Comentarios (13):

Jesús López

16/01/2025 a las 15:22

Sinceramente, es el relato que yo tenia pensado. Aún así es un placer leerte y esta muy bien llevado. Ojalá seguid leyendote a menudo por aquí. Disfruto mucho de tus historias con ese toque macabro final. Un saludo y nos leemos en proximas ediciones

IGNACIO

16/01/2025 a las 22:26

Hola Dopidop. Tu relato es divertido, tiene ambiente y un buen giro final. Como he leído ya varios relatos de este reto, tengo la impresión de que el título nos ha condicionado a todos a sacar “un as de la manga” en el último momento. Por lo tanto no nos sorprendemos demasiado, aunque tu opción por sacar al diablo a escena es bastante audaz. Fuera de este contexto tu relato resultaría más sorprendente. Mi consejo es que si lo publicas en otro foro, le cambies el título para aumentar el impacto final. Nos leemos, un abrazo.

IreneR

17/01/2025 a las 09:29

Buenas, dopidop.

¡Ay! A pesar de que me esperaba un giro final, por eso del as en la manga, este giro final no se me había ocurrido pensarlo en ningún momento. Ha sido totalmente sorpresivo.
Creo que es un relato muy bien escrito, que nos hace meternos de lleno en esa partida y desear saber cómo va a finalizar. Y porqué el protagonista sabe qué cartas llevan sus oponentes.

Concuerdo con Ignacio con un posible cambio de título para que el final sea más impactante.

Gracias por pasarte a leer mi relato. También te busco en todas las ediciones.

Nos leemos.

Un saludo.

Trinity

17/01/2025 a las 14:32

Hola Dopidop,
Sorprendente relato y muy buena ambientación Te mantiene atento en todo momento para saber qué va pasar al final. Te preguntas como sabe la jugada que llevan los demás,y de donde salen esos billejos que acaban con todos.Lo comprendes todo cuando sabes quién es su jefe. Por mi parte nada que objetar, enhorabuena

Daniel Calleja

17/01/2025 a las 16:43

Hola, no me tocaba leerte, pero me alegro de haberlo hecho.Me gustó mucho tu relato, el giro final, como evoluciona la historia, la claridad del lenguaje. En fin, todo. ¡Felicitaciones!

Moldy Blaston

17/01/2025 a las 20:07

Hallo Dopidop. Me he pasado por tu rincón y te mando mis comentarios.

A mi entender el estilo del relato es muy envolvente y me ha mantenido interesado de principio a fin. Al utilizar un lenguaje coloquial y expresivo le das autenticidad al narrador y lo haces más cercano. La tensión y el suspense creo que están bien logrados, especialmente en la partida de póker y el giro sobrenatural al final.
Los personajes están bien definidos y cada uno tiene una personalidad distintiva que se refleja en sus acciones y reacciones. Además el protagonista es intrigante y su habilidad para leer a los demás añade un elemento interesante a la trama.
El final me parece sorprendente. La aparición de las criaturas demoníacas añade un giro inesperado que eleva la tensión dramática y cierra la historia de manera impactante. Ese toque final deja una impresión duradera.
En general, es un relato muy entretenido y con mucho potencial. ¡Enhorabuena!

Si quieres puedes pasarte por mi relato. Es el nº 10.
¡Nos leemos!

Antaviana

17/01/2025 a las 22:18

Hola Dopidop, solo te digo una cosa: toma todo mi dinero!
Me gusta mucho tu estilo, la historia está súper bien narrada, la sabes ir planteando de manera muy intrigante y el final es boooooom!!!
Veo en comentarios que hay algunos relatos de otros compañeros con la temática juego de cartas, intentaré leer algún otro, el tuyo es el primero que leo y como te digo me ha encantado!
Si te apetece leerme, estoy en el 48
Felicidades!

Yvonne (María Kersimon)

17/01/2025 a las 22:26

Hola Dopidop,
Un cuento verdaderamente impactante el tuyo. Aunque no es mi estilo de lectura favorito admiro la soltura, seguridad y buena escritura con las que está escrito.
Saludos

Jesusa

18/01/2025 a las 11:46

Me ha parecido genial el relato sobre todo el final. Me ha tenido atenta todo el relato esperando para ver qué pasaba. Un tiroteo entre ellos, si el protagonista resultado muerto,.. . En mde decir que me han gustado mucho y me ha sorprendido el giro final. Te sigo leyendo

Dante

18/01/2025 a las 20:06

¡Hola dopidop!

Soy casi “vecino” tuyo y me ha tocado leer y comentar tu relato. Y, dado que el tuyo está en cierto modo vinculado con la suerte, debo decir que he tenido un golpe de suerte, una mano realmente ganadora: he dado con un texto que prácticamente cumple con todos los elementos formales, se lee “de un tirón” y se disfruta. Adelanto que me ha gustado mucho.

Para comentarlo, distinguiré entre los aspectos formales y el contenido y luego expondré un comentario personal.

1.- FORMA:

1.- 1. ASPECTOS POSITIVOS:

En general soy de la idea de que la división entre géneros no es o no debiera ser estricta. Esto me permite sostener -y creo que hay elementos en el texto que respaldarían esta posición- que tu relato encuadraría en el GÉNERO realista con toques sobrenaturales (lo sobrenatural está siempre presente y es incluso decisivo tanto en el desarrollo -cuando todavía el lector no lo advierte o puede que no lo advierta explícitamente- como en el clímax y luego en el final -cuando ya es evidente o cuando el narrador protagonista incluso lo refuerza con su confesión final-. Pero por otro lado, la literalidad de la trama y su desarrollo permanece en “este plano”, en el natural y está contado de manera realista y muy pero muy visual.

Asimismo, el TONO y el LENGUAJE utilizados son perfectos y absolutamente coherentes con el género/los géneros en los que es posible encuadrar el relato.

La ATMÓSFERA o AMBIENTACIÓN es sencillamente genial. Es tan buena que termina siendo visual y refuerza las descripciones (ya volveré sobre esto) al punto de constituir una descripción por vía indirecto. Es tremendamente visual y, ayudado por la excelente decisión de narrar en tiempo presente, permitiría imaginar la historia en el medio audiovisual. Esa ambientación nos mete ahí en esa sala, casino o garito (yo me inclinaría por esta última opción, en las dos acepciones que trae el Diccionario de la RAE: “Casa clandestina donde juegan los tahúres o fulleros” o “Establecimiento de diversión, especialmente el de mala fama.”) Los personajes, sus personalidades y sus acciones contribuyen a construir la ambientación, y ésta, a su vez, incide sobre sus emociones y reacciones. Es un círculo narrativamente virtuoso aunque llevado a la literalidad o al contexto de los personajes sea, paradójicamente un círculo vicioso. Perfecta dualidad que sirve para impactar e involucrar más al lector.

El RITMO, visto desde el punto de vista de la ACCIÓN, es ágil pero no rápido o trepidante. Nos permite saborear cada parte, y avanza armónicamente hasta la conclusión final. Nunca se frena ni es aburrido. Es en general constante y las pausas que puedan existir más que un freno o interrupción son una pequeña disminución que permite concentrar la atención, disfrutar el instante y prepararse para retomar y avanzar. Todo esto que he dicho y que podría sonar denso, se podría resumir en una sola palabra: FLUYE. El ritmo fluye porque la acción fluye. En esto creo que también tiene muchísimo que ver la, como dije, excelente decisión de haber narrado en tiempo presente, que torna a los hechos como cronológicamente más inmediatos y les otorga mayor inmediación (contacto) al lector respecto de ellos.

A su vez, el RITMO puede ser analizado a la luz de otros elementos formales que podrían favorecerlo o conspirar contra él: LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y GRAMÁTICA.

No hay faltas de ortografía, no hay incorrecciones desde el punto de vista gramatical, la construcción de las frases es, en general, excelente y la puntuación, también en general, es acertada.

Sólo hay una oración en la que me parece que habría que efectuar una ligera corrección. Donde dice: “Ya no es el pastizal que me he dejado para participar, si no el conseguir hacerme un hueco en este ambiente y que se me permita enfrentarme a este tipo de gente” me parece que en lugar de “si no” debería utilizarse “sino”. Sostengo esto porque aquí no se introduce una oración condicional negativa. (Por ejemplo: «No podrás ir al parque si no recoges todos tus juguetes») ni tampoco sustituye «de lo contrario» (verbigracia: «Su madre le ha pedido que recoja todos los juguetes, si no, no podrá ir al parque»). En realidad, se habría utilizado la palabra como contraposición a algo previamente negado (Ejemplo: «No tienes que traer el azul, sino el naranja»). En el relato antes se niega o relativiza (“Ya no es el pastizal”) y luego se usa la palabra en examen, por lo que debería escribirse “sino” en lugar de si no. Aclaro que todos estos ejemplos e hipótesis los he extraído de un post de Literautas intitulado “¿Se escribe «sino» o «si no»? Ejemplos y guía definitiva” (no he copiado el link porque si lo hiciera es posible que este comentario no se publicara automáticamente).

La SONORIDAD del relato, tanto si se lo lee en voz alta como en silencio, es adecuada y atractiva y resulta acorde con la trama, el género y el tono.

Con respecto al PUNTO DE VISTA resulta claro que es un narrador protagonista. Si bien esta clase de narrador ofrece una visión limitada, es una excelente decisión narrativa. Esta clase de narrador y punto de vista, en conjunción con el tiempo verbal presente genera una inmediación (del lector con la historia y los personajes) y una inmediatez (cronológica) que torna mucho más atrapante a la trama.

Si alguien leyera con cierto detenimiento, pero a la vez con cierta superficialidad e inadvertencia, podría cuestionar: “sí, es un narrador protagonista y, como tal, se supone que no se mete en los pensamientos de los demás o no sabe lo que los demás harán o lo que tienen. Sin embargo aquí ocurre…”

Ese “reproche” no tendría asidero. La réplica es tan sencilla como contundente. Primero: el narrador nos cuenta que sabe más de lo que debiera saber. Al principio nos da pistas, luego nos lo muestra y finalmente confiesa cuál es su “fuente”. Segundo: si bien conoce cuáles son las cartas de los demás, lo que hace, como buen jugador de poker, es inferir en base a signos externos lo que podría haber en el fuero íntimo o predecir comportamientos esperables en los rivales y en el croupier. Nunca, pero nunca “lee” los pensamientos -recordemos que se trata de alguien que no tiene esa habilidad- ni ingresa objetivamente dentro de los otros personajes. En conclusión: pese a cierto “aflojamiento” que está perfecta y narrativamente justificado, en todo momento hay coherencia con el punto de vista elegido.

En relación a los DIÁLOGOS pueden decirse dos cosas, ambas positivas. La primera es que están correctamente representados desde el punto de vista gráfico, pues responden a las convenciones en la materia (tanto en los parlamentos en sí como en las acotaciones). La segunda es que el contenido es preciso y relevante. Además, contribuyen junto con la narración de secuencias de acciones, gestos y signos externos, a delinear a cada personaje. Cada cual tiene un “color”, una voz, una personalidad distintiva.

A su turno, las DESCRIPCIONES son tan medidas como adecuadas. No son ni muchas ni pocas, son las necesarias. Esto es un gran activo, un punto a favor, ya que la descripción es uno de los elementos formales más útiles y a la vez más difíciles en materia narrativa. Siempre estamos expuestos a pecar por defecto o por exceso, siendo más frecuente lo segundo. Desde que se retomó el taller he encontrado una comparación que me resulta atractiva y gráfica: las descripciones son como aquella frase según la cual la diferencia entre la medicina y el veneno está en la dosis. Creo que sucede algo así. Y más allá de la cantidad, en las descripciones también hay que evaluar un aspecto cualitativo: el por qué y el para qué se utilizan. Demás está decir que tanto a nivel cuantitativo como cualitativo este relato sale más que airoso.

Por otra parte, y como ya adelantara al referirme a la ambientación o atmósfera, éstas complementan a la descripción y constituyen una “descripción por vía indirecta”. De manera tal que tanto las descripciones propiamente dichas (incluidas en la justa proporción) como esta “descripción indirecta” se complementan mutuamente de tal manera que sirven para contar menos y “mostrar” más, lo que es algo destacable. (En este punto quisiera recordar el consejo de Antón Chéjov según el cual es preferible mostrar que contar. Si mal no recuerdo, y cito algo de memoria -por lo que me puedo equivocar- se le atribuía una frase más o menos como “No me digas que la luna brilla. Más bien muéstrame cómo sus rayos se reflejan en los cristales rotos”. A esto me refiero cuando resalto cómo se complementan virtuosamente las descripciones elegidas con la “descripción indirecta” que, en gran medida, viene dada por la ambientación o atmósfera).

El CONFLICTO es omnipresente en el relato: siempre, pero siempre está y nunca abandona la escena. El conflicto inmediato es interpersonal: individuo-individuo/s. Lo que es obvio, pues a nivel literal e inmediato se trata de una partida de poker y de dinero.

Pero hay un conflicto mediato y soterrado: el conflicto individuo-ente/s sobrenatural/es, que aparece luego. Este conflicto parece de planteo sorpresivo y resolución casi inmediata. Sin embargo, bien leído (o releído) que fuera el relato estuvo siempre presente. Casi que podría decirse que refleja los dos primeros puntos de la tesis de Ricardo Piglia sobre el cuento según las cuales “Un cuento siempre cuenta dos historias” y “ Un relato visible esconde un relato secreto que, cuando al final del primero, surge a la superficie, provoca un efecto sorpresa.”.

He dicho que hay un conflicto inmediato y otro mediato y soterrado. Decidir cuál es el principal determina el modo en que leemos el relato (sobre esto volveré al tratar de los personajes).

La INTRIGA es un elemento formal derivado del conflicto. Vaya que hay intriga en este relato… En todo momento el lector se pregunta: “¿qué sucede después?” Y reclama: “¡Quiero más!” El narrador, a su turno, responde a la curiosidad sembrando más intriga y redoblando la apuesta (¡qué término más apropiado, considerando la trama!) hasta conducirlo a un final tan sorprendente como justificado y satisfactorio.

Finalmente hay que examinar el elemento PERSONAJES. Acerca del narrador en primera persona algo he dicho. También he señalado, al tratar de la ambientación y los diálogos, que cada cual es perfectamente reconocible, que tiene su “color”, su voz, su personalidad, sus rasgos distintivos.

Ahora profundizaré un poco más.

El personaje menos complejo, y en cierto sentido más estático (porque siempre jugaría el mismo rol y no habría mezcla ni variación de ese rol) es el croupier: es un personaje secundario. Relevante pero secundario. Y en una primera aproximación, es “inocente” o no tiene consciencia del verdadero papel que juega en la trama mayor. En la trama mayor es claramente un peón involuntario y un ayudante de… (lo dejo en puntos suspensivos porque la respuesta merece un tratamiento más extenso).

Los otros cuatro jugadores son antagonistas en cuanto a la partida de poker. Si miramos el asunto exclusivamente desde la partida de poker, la historia pasaría a ser coral, con la balanza inclinada levemente hacia el narrador, que, en esta óptica, sería protagonista.

Sin embargo, y pese a la catadura moral de cada uno de los jugadores, en la trama mayor ni siquiera son peones: son directamente víctimas del Mal (con mayúsculas). Mal al que con sus proyectos de vida y acciones han servido, sí. Pero no dejan de ser víctimas.

Vuelvo al narrador. En un plano literal o más inmediato o bien, si nos ceñimos a la partida de poker, es claramente el protagonista. Es el que lleva la trama y al que le suceden los hechos principales y el principal afectado por ellos. Respondería a la etimología de protagonista (del griego “proto” y “agón”, el primero en la acción, el primero en la lucha). Pero podemos preguntarnos: en la trama mayor, ¿es realmente el protagonista o es ayudante del protagonista? ¿O se nos muestra como protagonista y él mismo cree serlo hasta que en su confesión final de manera consciente o inconsciente termina admitiendo que es un ayudante?

Antes de escribir esto he pensado si, para no incurrir en una contradicción real o aparente, no debería borrar y corregir las veces que he referido a “narrador protagonista”. Lo dejaré como está, porque este es un nivel más profundo de lectura y corregir aquello enturbiaría lo que sigue resultando válido acerca del punto de vista. Tomarlo aún provisionalmente como protagonista para calificarlo así además de narrador en primera persona resulta adecuado para aquel propósito (el de circunscribir el punto de vista).

Ahora llegó el momento en el que el elemento personajes se vincula con lo dicho respecto del conflicto: ¿cuál es el conflicto principal: el inmediato o el mediato y soterrado? Decidir esto determina el modo en que leemos el relato.

Si el conflicto principal es el inmediato, claramente nuestro narrador es el protagonista.

Ahora bien, si el conflicto principal es el soterrado y mediato, el protagonista pasa a ser otro…

Sí, desde ese punto de vista el protagonista sería el Diablo, y aquí aparecerían también otros ayudantes del protagonista: los demonios. Si se sigue esta línea argumental, ahora es posible llenar los puntos suspensivos al hablar del croupier en la “trama mayor”: de un simple personaje secundario deviene en un involuntario ayudante del protagonista.

En conclusión: el elemento personajes está magistralmente trabajado y la ambigüedad que he señalado enriquece la experiencia de lectura, y, en definitiva, es una muestra contundente de la íntima e indisoluble ligazón entre todos y cada uno de los elementos formales, lo que revela la extrema solidez de la narrativa que tengo el gusto de analizar.

1.- 2. ÁREA SUSCEPTIBLE DE REEXAMEN:

En lugar de apuntar áreas de mejora, te señalaría un área susceptible de reexamen, que es la puntuación.

Hablo de reexamen, que en realidad sería muy limitado, focalizado, y no de mejora porque en realidad todo es correcto. No hay ninguna infracción a normas objetivas de puntuación, pero sí puede haber pequeñas cuestiones opinables.

En general he notado que hay algunas oraciones que tienen varias comas. Eventualmente podrías considerar si no convendría separarlas en dos y utilizar algún que otro punto y seguido o en su caso, punto y coma cuando la interrelación es mayor, o bien dos puntos para mayor inmediatez.

Esto que te señalo son consideraciones meramente subjetivas, de preferencia personal y puramente opinables.

Con respecto a las comas, aún cuando fuesen correctas e inobjetables, cuando son varias producen el efecto de alargar la oración y frenar un tanto el ritmo de la lectura.

Los puntos y seguido, por otro lado, tienen un doble efecto. Por una parte, al ser un punto implican una pausa mayor y otorgan un respiro. Pero por el otro, acortan las oraciones y también pueden servir para acelerar o dotar a la lectura de mayor agilidad. En esto siempre sigo un consejo de una autora, Paula Arenas, que en su libro “Curso de escritura creativa” dice algo así como que las oraciones largas sirven para frenar el ritmo, para marcar pausas, mientras que las oraciones cortas lo agilizan y son útiles para “acelerar”. Y en ese sentido, los puntos y seguido tienen un rol fundamental.

Vuelvo a reiterar: tu puntuación es excelente, no estoy diciendo que algo esté mal. Sólo digo que podrías reexaminar si en todos los casos se ajusta a tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste contarlo, más allá de cómo efectivamente lo contaste).

Son apenas unas pocas oraciones en las que podría efectuarse este reexamen focalizado:

“Llevan toda la partida mirándome con soberbia, incluso se les ha escapado alguna risilla insolente al descubrir mis manos.” En su lugar podrías considerar “Llevan toda la partida mirándome con soberbia. Incluso se les ha escapado alguna risilla insolente al descubrir mis manos.”

“El croupier me lanza una mirada impertinente, es mi turno, todos esperan mi jugada.” En su lugar, podrías evaluar: “El croupier me lanza una mirada impertinente. Es mi turno, todos esperan mi jugada.” O bien: “El croupier me lanza una mirada impertinente: es mi turno, todos esperan mi jugada.” O “El croupier me lanza una mirada impertinente: es mi turno. Todos esperan mi jugada.” Los puntos y seguido dan una pausa mayor y otorgan un poco más de velocidad. Los dos puntos, si evaluaras utilizarlos, implican una interrlación mayor y dan una mayor inmediatez. Sobre todo los siento como naturales respecto de la mirada del croupier.

“El resto sacan también sus armas. No me pilla por sorpresa, de hecho, es precisamente lo que yo esperaba”. En su lugar podrías considerar “El resto sacan también sus armas. No me pilla por sorpresa. De hecho, es precisamente lo que yo esperaba.” O “El resto sacan también sus armas. No me pilla por sorpresa: de hecho, es precisamente lo que yo esperaba”.

“Da igual que gane o pierda, yo siempre llevo un as en la manga”. En su lugar podrías evaluar: “Da igual que gane o pierda: yo siempre llevo un as en la manga”.

Estos apuntes son meramente subjetivos y eventuales. No hay ninguna razón por la que siquiera debieras considerarlos. Sólo te invito a hacerlo porque la intención narrativa que percibo que tuviste quizás vaya más en línea con algunos de estos ajustes que con las comas utilizadas en estas oraciones.

No estamos hablando aquí de una corrección o mejora en sentido estricto sino que estaríamos “hilando fino con hilos de oro” en función de la intención narrativa que creo que en definitiva, es una categoría de análisis útil y es lo que siempre debería guiarnos al escribir.

2.- CONTENIDO:

El contenido del relato es tan rico como atrapante.

La primer sorpresa que me llevé fue cuando leí “creedme”, es decir un verbo conjugado en vosotros, lo que revela que el narrador es español. Esta sorpresa vino dada porque antes el narrador había dicho: “Me ha costado un huevo meterme en esta timba.”, expresiones claramente rioplatenses. No tenía ni idea que en España se utilizara “me ha costado un huevo” y “timba” para referir a los juegos de azar, en especial de cartas. En este sentido, he aprendido algo.

Yendo ahora al contenido en sí mismo considerado, la historia “inmediata” trata de un tema actual que en realidad es universal y en cierto modo “eterno”: el juego, la “timba”. En estos días suele ser una dolorosa noticia (al menos en Argentina) el fácil y casi irrestricto acceso de menores de edad a juegos de azar online…

Ese ambiente está mostrado de manera magistral y como lo que es: decadente. Una cosa es jugar con amigos o personas conocidas por mera diversión y otra muy distinta es hacerlo al nivel en que lo hacen los personajes del relato. Esto es claramente un vicio y es la puerta abierta hacia el infierno.

La palabra infierno, que hasta aquí podría usarse de manera figurada, conecta perfectamente con el significado literal. De modo tal que la historia/conflicto inmediato confluyen con la historia/conflicto mediato y soterrado. En el final se abrazan de modo genial el significado metafórico con el literal de un mismo término.

Asimismo, me despierta una reflexión sobre el azar. ¿Realmente existe el azar en relación al destino humano (sea que se lo mire desde el punto de vista psicológico o filosófico existencial a través de la categoría “proyecto de vida”, sea que se lo enfoque desde una óptica religiosa como “destino eterno” o existencia ultraterrena después de la muerte)?

La respuesta que daría el relato es negativa. Sí, el azar puede estar presente en las manos de la partida. Pero antes de comenzar a jugar y antes de cada partida se DECIDE participar en ella. Cierto es que, como todo vicio, con el tiempo la voluntariedad puede quedar menguada o casi anulada. Sin embargo, al momento de entrar sí se conserva un margen mayor o menor de libertad.
Por otro lado, en cada partida, para poder engañar a los otros, es preciso un grado de discernimiento (saber dónde estamos, qué sucede, qué está en juego, cuáles son las consecuencias), de intención (qué es lo que se quiere hacer o evitar) y libertad (adhesión consciente y decidida al curso de acción por el que se opta), con lo cual habrá voluntariedad.

Esto equivaldría a postular que, aún cuando el azar juegue un rol, ese rol será secundario o aparente y que el principal arquitecto del destino de la persona es, en última instancia, su voluntad libre. En definitiva, fueron los personajes los que decidieron someterse a las consecuencias del azar. Los que dejaron librada su suerte al azar.

En ese contexto, el Diablo no haría más que reclamar lo que cree que es suyo, porque más allá de la acción determinante del narrador (que sería una suerte de cobrador que recibe su comisión a cambio del éxito en la labor de cobro), sus contrincantes ya habían entregado o vendido su alma hace mucho. Incluso sin saberlo (nótese las “distinguidas ocupaciones” que detentaban: mafiosos, traficantes, “lo mejorcito de cada casa”).

En este orden de ideas, podríamos pensar si acerca de lo dicho respecto de los elementos formales conflicto y personajes no habría una clave de lectura en el texto: cuando hacia el final ocurre lo que yo le llamaría la “confesión final del narrador” donde refiere al Diablo como su amo.

Llamar a otra persona como amo significa una admisión como mínimo inconsciente de la ausencia de dominio propio, de la renuncia a la propia dignidad, de la renuncia a la propia libertad, de su propia miseria. Se puede tener todo, pero si se responde a un amo, en realidad no se tiene nada. Porque no se tiene a sí mismo. No se tendrá paz, no se tendrá verdadera libertad, no se tendrá verdadera felicidad. Se trata de un condenado que vive como si fuera libre pero ya en esa aparente libertad (la buena juerga que se va a correr) ya está condenado.

Este final también revela otra cuestión, que se grafica con una palabra multívoca (cuyo significado varía según el enfoque o la ideología que adopte quien la utiliza): la alienación.

Más allá de que el narrador ha recibido dinero y va a correr una buena juerga, como literalmente nos manifiesta, en realidad está contento por algo inmaterial que no es propio. Está contento, está satisfecho por haber beneficiado a su amo, y allí se encuentra su alienación. Se ha hecho extraño a sí mismo, ha dejado de ser quien es, y su interés queda exterminado o cuanto menos desplazado por el interés de aquel a quien ha decidido servir.

Incluso esa alienación implica no sólo una traición a sí mismo, sino también a su especie. Aún cuando fueran las personas más despreciables, esos contrincantes no dejaban de ser seres humanos. Siendo el narrador un humano, prefiere satisfacer a quien no lo es, a costa de un destino de sufrimiento eterno para sus congéneres. Además de obrar perversamente y devenir él mismo perverso, consuma una traición a la humanidad.

De esta manera, la historia literal y su conflicto inmediato nos llevan hasta la historia “de fondo” basada en el conflicto soterrado y mediato y del tema del juego (propio de la primera) llegamos al tema “de fondo”: el Mal con mayúsculas.

En cierto modo, viendo a los personajes, parecería una concreción gráfica del refrán “quien mal anda, mal acaba”.

Pero más allá de esa dosis de sabiduría popular literaria y magistralmente concretada, el mensaje que resuena es “con el Mal NO se juega”. O “el propio destino y el de los demás no se pueden dejar librados al azar. La libertad es, en el fondo, lo único que tenemos porque implica que nos tenemos, que somos dueños de nosotros mismos”.

3.- COMENTARIO PERSONAL:

Me ha encantado el relato y me alegro de que la suerte me haya favorecido (sí, lo digo pese a que previamente he criticado al azar) teniendo que leer y comentar este texto.

Resalto con agrado la íntima e indisoluble relación entre los diversos elementos formales -todos ellos destacados como positivos- y entre éstos y el contenido, lo que ocurre con tal maestría que se benefician mutuamente formando un virtuoso círculo narrativo.

Todas las decisiones narrativas se encuentran plenamente justificadas y merecen un juicio laudatorio. Alabanza o elogio que no son condescendientes sino sinceros, basados en una cuidadosa lectura y análisis.

El contenido es rico, atractivo y profundo y gracias a la deliciosa y saludable ambibüedad que pueden exhibir algunos elementos formales (como el conflicto y los personajes) ofrece diversas experiencias de lectura para diversos lectores.

En todos los casos, sea cual fuera la óptica y la profundidad con la que se leyera el relato, hay algo asegurado: el entretenimiento, el goce estético y literario. Se lee “de un tirón” y se disfruta.

Por último, no sé si llamarle sugerencia o invitación a lo que viene, y por anticipado, pido disculpas si fuera tomado como cierto atrevimiento. Ignoro si has considerado ampliar este relato o en su caso integrarlo en una trama mayor y con otros personajes. En una historia hasta podríamos decir coral, donde hubiera otros narradores como este. Pero que obtuvieran almas de otro motivo. Este narrador las obtuvo gracias a la codicia. Otros (u otras) podrían hacerlo merced a otros pecados capitales. E incluso entre sí, esos personajes (en esa misma novela o en otras) podrían tener entre sí un enfrentamiento atroz. Estas posibilidades se me ocurrieron dada la riqueza y profundidad del contenido y las preguntas que suscitan en el lector invitándolo a reflexionar. Todo esto, además sería factible gracias a ese equilibrio entre realismo y elementos sobrenaturales mesuradamente relacionados entre sí.

Asimismo, y dado lo visual que es el relato y su ambientación, estoy seguro que si considerases una adaptación audiovisual funcionaría de maravillas. Y también a nivel teatral (aunque sería muy difícil recrear la entrada de los demonios desde el subsuelo y que todo quede igual después) causaría un terror y una sorpresa inolvidable para esos espectadores.

Felicitaciones por este gran trabajo.

Espero que hayas disfrutado escribiendo el relato como nosotros al leerlo.

Saludos. Nos seguimos leyendo.

P.D.: Te invito a pasar por mi relato (el N° 19). Si quisieras pasar y leerlo, aclaro que es la tercera parte de varios relatos encadenados. Se trata de un experimento que estoy haciendo, que encuadra en varios géneros, en el que además se nombran o aparecen en la acción personajes que fueron personas reales y que es una historia con dos protagonistas (una de ellas es la narradora).

Los otros dos relatos que preceden a este (“Un as en la manga”) se titulan “Una larga noche” (el primero) y “La vidente” (el segundo). A ellos se puede acceder si entrás al relato N° 51 del MUE N° 65 (en el primer comentario está el primer relato y en el relato en sí está “La vidente”). O bien, se pueden leer en orden en mi (por ahora bosquejo) de blog (recordá que en Literautas si tocás arriba del nombre o pseudónimo de cada participante si éste dispone de un blog o sitio web podés pinchar y acceder a él).

Mónica Bezom

18/01/2025 a las 23:55

Hola, Dopidop.

Uff,¡qué relato estupendamente narrado!

Confieso que al empezar a leer me acomodé en una partida de naipes en la que, en algún momento, el narrador sacaría a relucir algún as en la manga, como corresponde. Poco me duró el acomodo en la butaca ya que el hilo narrativo arroja pequeñas puntadas inquietantes muy bien hilvanadas, vbrg.: “soy el único que no va armado. Pero, creedme, eso tampoco me hace falta”; “Aunque para ser sincero, sí estoy asociado con alguien. Pero os aseguro que está muy lejos de esta mesa”.
Colocas la sospecha a secas en el lector, que la porta con dignidad, aun ignorando qué clase de sospecha debe albergar. Las descripciones de los jugadores y croupier, sus posibles cálculos, gestos y diferentes tonos de arrogancia, son sobrias pero completas; dices lo necesario y algo más con poco; de paso implicas al lector: “A estas alturas os estaréis preguntando cómo narices tengo toda esta información. Pensaréis que soy un tramposo, que estoy asociado con el croupier, que las cartas están trucadas, que tengo una cámara oculta… Y no. Os juro que no es así”. Pues aquí ya empieza uno a maquinar subido a la máquina de tu historia, que -huelga decirlo- gana en velocidad.

El final es perfecto, un acierto, ¡genial, diría!

Tengo una sola observación, muy personal, pero va: yo que tú omitiría ser explícito y poner que el amo es el diablo. Lo hubiera finalizado: “Esta noche me voy a correr una buena juerga, satisfecho y orgulloso de haberle conseguido otras cuatro almas a mi amo”. Se sobreentiende de todos modos.
En fin, excelente texto, lo he disfrutado. Te felicito.

Fernando Rodríguez

24/01/2025 a las 13:27

Me ha resultado agradable de leer. Mantiene un ritmo lento pero siempre ascendente hasta alcanzar el clímax. Nada menos que el diablo es quien le envía, y encima, le hace ganar. Menudo chollo. El problema vendrá después, o no, esa es la ventaja de estos relatos cortos, que no hay que seguir, ni siquiera, imaginar.
El argumento me ha parecido correcto y los personajes bien descritos. Incluso esos bichitos que nadie esperaba, hacen su función también en el relato, dan un punto de vista ciertamente tenebroso.
Me ha gusto leer este texto y asimilo que todo cabe, es la ventaja de escribir, que hacemos con las situaciones y personajes lo que queramos.

Verso suelto

30/01/2025 a las 16:45

Hola Dopidop. Después de todo lo que te han dicho los compañeros solo me queda decirte que EXCELENTE TRABAJO.
Un saludo.

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