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Un as en la manga - por David LlurbaR.+18

Suenan las cornetas y el gentío empieza a vitorear mi nombre. Como campeón de los últimos torneos de la floración, merecido lo tengo.
¡Gar-llan! ¡Gar-llan! ¡Gar-llan!
Estoy en el vomitorio, en el acceso a la arena del coliseo, apoyado en el lateral de la grada resguardado en la sombra. En el otro lado, veo como mi adversario se adentra hasta el centro armado con una lanza.
Nadie sabe quién es. El Forastero lo llaman algunos.
Tendré que ir.
Me ajusto el escudo y me dirijo a su encuentro. Voy dejando un surco con mi hacha según avanzo sobre la arena carmesí. Me paro frente a él y cargo el arma sobre mi hombrera.
Es un tipo alto, de unas dos varas, me saca una cabeza por lo menos. Es oscuro de piel y una melena roja sobresale por debajo de la celada; no hay duda de que es forastero, de las islas de Erye o de más allá. Lleva una armadura hecha a retales, parece que la haya ido recolectando según peregrinaba hacia aquí: Su yelmo es loriathí; su peto y escarcela de Gallión, aunque tiene una extraña placa reforzada de acero en el pectoral; las grebas solo lo protegen por delante, al igual que los guanteletes que solo le cubren medio brazo; ni gorjal, ni rodilleras ni escudo. Una decisión arriesgada o, como digo yo, una victoria asegurada. Mi afilado secreto va a ir de perlas para todas esas articulaciones desprotegidas. Disfrutaré decapitando esa cabellera para entregársela al rey. Juraría que de estas no tiene.
Suenan las segundas cornetas, las que indican el inicio del combate. El forastero coge su lanza desde el extremo bajo y apunta el filo hacia mi cara. La longitud del asta es exactamente la distancia que nos separa. No sé si me amenaza o si me está ofreciendo su arma. Esta bravuconería sentenciará su muerte.
Con un revés de mi escudo aparto la lanza y dando un paso al frente le arreo un golpe de ariete en el vientre con el ojo del hacha. Esquiva el golpe con una grácil finta y se pone en guardia empuñando la lanza como debería haber hecho desde un principio. Me ataca con la punta en picado. Me cubro con el escudo parando todos y cada uno de sus aguijonazos. Trazo un arco de abajo arriba para desviar su ataque y lo embisto para tirarlo al suelo. Al caer, arremeto con un tajo vertical para partirlo en dos, pero se safa en el último momento rodando hacia un lado, se apoya con el asta y se reincorpora. No doy tregua. Le asesto otro tajo vertical y, para bloquearlo, cruza la lanza en la trayectoria del hacha. La lanza se parte en dos, pero no consigo alcanzarlo, al revés, aprovecha la cercanía para arrearme un puñetazo que me deja de rodillas. Y sigue golpeando. Intento cubrir el embate con el escudo, pero este para, lo agarra y me lo arranca del guantelete; y con él, cae la daga oculta que llevaba debajo: mi afilado secreto. Cojo el cuchillo con la idea de rajarle un talón, pero me patea la mano al instante. Adiós daga. Me levanto de un salto, arma en ristre, y golpeo cabeza con cabeza. Tengo la mollera dura, se tambalea. Aprovecho su desestabilización para hendir la hoja de mi hacha en su pechera con un tajo horizontal. Lo consigo, pero con tan mala suerte que esta se queda atorada en la placa de acero. Le propino una patada en el vientre a la vez que tiro de la empuñadura para recuperarla, pero antes de que esta se suelte, lo que consigo es arrancarle la pechera del resto del peto.
Del hueco de la armadura brotan dos enormes senos grandes como mi cabeza. Un corte horizontal sobre ellos hace manar una fina cortina de sangre; eso ha sido mi hachazo, pero no parece una laceración mortal.
El movimiento sinuoso de sus tetas me hipnotiza de tal manera, que no presto a ver cómo atraviesa mi cuello con la hoja de la lanza partida.
Y así fallezco, ahogado, esputando mi propia sangre sobre un lecho mullido de carne cobriza, directo al paraíso de los mortales. Y de fondo, un clamor creciente en el coliseo en honor al nuevo campeón; o campeona.
¡Fo-ras-te-ro! ¡Fo-ras-te-ro! ¡Fo-ras-te-ro!

Comentarios (9):

IGNACIO

16/01/2025 a las 21:27

Hola David. Buena historia. Nos situamos en un coliseo romano o similar. Tienes ritmo, sabes describir, hay riqueza de vocabulario y consigues cierta duda sobre cuál va a ser el desenlace final de la historia. El triunfo de la amazona es una especie de final lógico para un gladiador que se había confiado en exceso. Nos leemos

Lupa Sívori

17/01/2025 a las 18:31

Hola, David, me paso por acá luego de que comentaste mi relato. Habiendo visto Gladiador 2 recientemente (mala peli, por cierto) me divirtió mucho toparme con este relato.
El texto presenta una estructura clásica de combate en una arena con un giro final que juega con las expectativas del lector. Admito que me sacó una sonrisa.
La arrogancia del protagonista lo lleva a subestimar a su adversario, estableciendo una lección de humildad y percepción sesgada basada en apariencias. El uso de descripciones detalladas, tanto del combate como de los personajes, refuerza la inmersión en la escena, mientras que el clímax combina sorpresa, ironía y fatalismo. El desenlace, con la ovación al Forastero, refuerza un cambio de perspectiva sobre fuerza, habilidad y género. Muy bien contado. ¡Felicitaciones!

Por cierto, he subido algunos de mis cuentos a Spotify (prometo no usar taaaanto lunfardo, ja). Si querés darte un vueltón, es por acá:
https://open.spotify.com/show/1kf01qxrscrZ9EstRmsHhl?si=4f48143c11bd4706

Abrazo desde Arg.

Verso suelto

17/01/2025 a las 19:12

Hola David. Has hecho un buen trabajo. Utilizas un vocabulario muy rico y describes muy bien el combate, con muchos verbos de acción, mezclados con los pensamientos del combatiente.

He visto una palabra que, creo, es un error; safa, entiendo que debe decir zafa del verbo zafar.

Nos leemos

Kelvin I. Márquez

20/01/2025 a las 02:35

Saludos David

El final me dejó bastante sorprendido. Totalmente inesperado pero perfecto. A pesar de que el campeón pensaba que tenía el as en la manga, la realidad es que era el forastero.
Envidiable la forma como describes la acción y los pensamientos del protagonista sin que haya confusión alguna. Es algo que siempre he encontrado difícil de lograr.

Felicitaciones y nos leemos!

Otilia

20/01/2025 a las 19:01

Hola, David, gracias por tu relato.
Me ha gustado la historia tiene ritmo, vocabulario, acción y buena descripción de la lucha cuerpo a cuerpo. Podemos decir que el as en la manga estaba en las tetas del forastero.
Mejorables solo veo “safa” ¿es zafa? Y esta frase “Y sigue golpeando. Intento cubrir el embate con el escudo, pero este para, lo agarra y me lo arranca del guantelete”, ese “pero este para” me ha sacado de la lectura.
En resumen, ¡felicidades!
Nos leemos.

Psicolochimpun

20/01/2025 a las 19:09

¡Hola, David! Gracias por comentar mi texto. El tuyo me ha parecido una maravilla. ¡Qué adrenalina! No sé si el as bajo la manga era el cuchillo (más evidente) o los pechos de la contrincante, que también han marcado la diferencia. Me ha gustado mucho, de verdad. Nada que objetar.

Yvonne

20/01/2025 a las 21:25

Hola David,
Un ritmo trepidante que hace de la lectura una vivencia. Es todo muy visual y me ha llamado la atención la tecnicidad de los términos que le añade realismo. Me pregunté si habías investigado o si era inventado.
El final con un toque de genialidad. Me ha hecho pensar en las amazonas del rey de los Fon del antiguo Niger que luchaban con el pecho descubierto y ese detalle aturdía al oponente.
Bien logrado. Felicidades

IreneR

21/01/2025 a las 09:06

Buenas, David.

Me ha gustado tu relato. A pesar de todas las palabras técnicas que utilizas en la lucha, el texto no se hace pesado o difícil de leer, sino que le da más valorar y riqueza.
Al mostrarse el protagonista tan arrogante, creo que ya muchos nos esperábamos que al final fuera él quien perdiera, su as en la manga no sirvió de mucho… Lástima…

Lo que no me ha gustado es que haya perdido por ver unos pechos… Que estos le hayan atontado tanto como para que pierda la vida. Me parece un final un poco superficial.

Sobre gramática o puntuación solo he encontrado el error de ese “safar”.

Gracias por pasarte por mi relato.

Nos leemos.

Un saludo.

Irene

Wolfdux

03/02/2025 a las 23:45

Hola David,

Llego tarde, pero llego. Vaya sorpresa de relato. Me ha gustado mucho. Tiene una gran fuerza visual y un ritmo trepidante que te sumerge en la acción desde la primera línea. La narración en primera persona permite sentir la confianza, la arrogancia y la caída final de Garllan con una intensidad impresionante.

La ambientación del coliseo está lograda. El uso de términos técnicos es un detalle excelente que refuerza la autenticidad la historia.

El giro final es impactante y tiene un gran peso narrativo. La revelación de su género desconcierta a Garllan justo en el momento en que podría intentar una última maniobra. Su desconcierto le cuesta la vida, en una ironía brutal que enfatiza su error.

El cierre del relato es brillante, con ese cambio de cánticos que sella la transformación de la forastera en la nueva campeona.

En términos de estilo, el relato tiene un lenguaje muy directo y dinámico. La alternancia entre frases cortas y descripciones más detalladas mantiene el ritmo sin ralentizar la acción. La elección del tiempo verbal en presente es un acierto, ya que refuerza la sensación de inmediatez.

Un relato magnífico. !Nos leemos!

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