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Un as en la manga - por CascadaCarbon

Los sucesos que estoy por narrar no son producto de la imaginación: son acontecimientos recientes que pude confirmar a través de mis fuentes en el lugar de los hechos. Estos eventos transformaron para siempre el destino de mi pueblo.

Durante décadas, el reino de Virelia, mi tierra natal, había permanecido cautivo bajo el yugo de un tirano que se apoderó del mando mediante estrategias deplorables y universalmente repudiadas. Este ser despreciable, Nicanor Moreli, destacaba por su limitada comprensión de los asuntos más básicos de la vida y por su preocupante falta de sentido común. Su permanencia en el poder se sostenía únicamente por la crueldad de sus secuaces y el terror que habían esparcido a lo largo y ancho del reino.

Moreli, consciente de su ilegitimidad, mantenía una fachada de normalidad ante los demás reinos de la región, pues sus conexiones mercantiles dependían de esta apariencia de estabilidad. Por ello, continuó realizando elecciones periódicas, una farsa que todos conocíamos, pero que nadie se atrevía a rivalizar seriamente.

En nuestros últimos comicios, una candidata desafió el status quo con corazón, fuego y espuelas. Marta Camila Muñoz, conocida por todos como MCM, se había convertido en un símbolo de esperanza para Virelia. Su figura representaba todo lo que mi pueblo anhelaba en estos tiempos oscuros: valentía, perseverancia, justicia y una genuina compasión por el sufrimiento ajeno.

Conforme se acercaban las elecciones, los seguidores de MCM crecían exponencialmente, inspirados por su mensaje de esperanza y cambio. Moreli, sintiendo que perdía el control, recurrió a la difamación, acusándola de ser una espía de reinos enemigos que buscaba vender el futuro de Virelia a intereses extranjeros.

La noche del sufragio, mientras MCM pronunciaba un discurso en Plaza Central, los guardias de Moreli intentaron arrestarla. Fue entonces cuando se evidenció que durante años había construido una red secreta de aliados dentro del propio régimen, incluyendo a varios guardias cercanos al tirano, quienes se negaron a cumplir sus órdenes. La revelación sacudió los cimientos del reino y le permitió a MCM conseguir tiempo suficiente para irse a la clandestinidad, donde continuó su lucha.

El reino se dividió y la guardia real, pilar fundamental del régimen, comenzó a fragmentarse. La deserción de sus compañeros había plantado la semilla de la duda en sus filas. Por un lado, estaban quienes veían en MCM la posibilidad de un nuevo amanecer; por otro, aquellos que, por miedo o conveniencia, seguían aferrados al viejo orden. En su desesperación, estos últimos buscaban incansablemente la ubicación de la luchadora por la libertad. La tensión en las calles era tan densa que podía cortarse con un cuchillo.

El momento decisivo llegó cuando Moreli, desesperado, amenazó a los demás reinos con guerra total si interferían en los asuntos internos de Virelia. Esta amenaza provocó el efecto contrario: el apoyo regional a MCM aumentó, llevando a la creación de un grupo armado para restaurar la paz en el reino. Todo gracias al incansable clamor popular que pedía ayuda para expulsar finalmente a Moreli

Una vez que este ejército llegó a las entradas del reino, los guardias que aún permanecían leales al usurpador del trono bajaron sus armas para permitir que Moreli fuese entregado a la justicia y pagara por sus delitos y mentiras. El tirano, viéndose abandonado por sus últimos defensores, intentó huir del palacio por un pasaje secreto que había ordenado construir años atrás. Sin embargo, no contaba con que en ese oscuro túnel que debía ser su salvación, fuese capturado por los mismos guardias que una vez le juraron lealtad.

Con el pasar de los días y con un abrumador apoyo por parte del pueblo, MCM y su mano derecha, Eugenio García, ocuparon el trono. Su primer acto como regentes, sorprendiendo a todos: en lugar de buscar venganza, establecieron un Consejo de la Verdad y Reconciliación. Este organismo no solo se encargaría de documentar los crímenes del pasado, sino también de sanar las profundas heridas dentro del reino.

Hoy, mientras escribo estas líneas desde el exilio, recibo noticias esperanzadoras sobre mi posible retorno a Virelia. El reino está transformándose. Las cicatrices permanecen, pero bajo el liderazgo de MCM y Eugenio García, la alegría y el optimismo han comenzado a florecer nuevamente. Los virelianos hemos aprendido una lección invaluable: el verdadero as bajo la manga nunca fue un arma secreta o una estrategia militar, sino la inquebrantable fe de un pueblo en la posibilidad de vivir un futuro mejor.

Comentarios (5):

Patricia Redondo

17/01/2025 a las 15:57

Una vez cumplo con el cometido de leer y comentar los tres relatos siguientes al mio suelo buscar al azar por lo menos otros tantos al azar para participar más activamente , aprender y enriquecerme.

Me alegro de habre recalado en el tuyo por que es un buen texto. Está escrito con un estilo fluido y preciso, interesa de principio a fin , es coherente y tiene un buen final (con moraleja incluida) que casa perfectamente con el título que nos han propuesto (sin caer en tópicos de naipes , jugadores o prestidigitadores). Algo que a mi me ha resultado especialmente dificil.

En resumen , buen relato , un placer leerlo y te animo a que leas el mío solamente si te apetece (estoy en el 4 por si me buscas)

Nos seguimos leyendo!

Mónica Bezom

17/01/2025 a las 17:04

Hola, Cascada Carbón.

Tu texto es un grito a la libertad en la querida República de Venezuela. Que la inquebrantable fe de un pueblo en la posibilidad de un futuro mejor constituya el as en la manga en su historia me parece un acierto que trasciende lo literario. Asimismo, me ha conmovido que una vez acabada la dictadura, el gobierno electo desestimara la venganza y apostara por la reconciliación.
El estilo sobrio y apasionado a la vez calza de maravilla en tu relato / testimonio.

Me ha gustado leerte.

Dante

18/01/2025 a las 06:41

Hola CascadaCarbon:

Con respecto a los aspectos formales, el texto prácticamente cumple con todos ellos, lo cual es algo positivo.

En cuanto al género, si uno se atiene a la literalidad, que habla de reinos y le da el nombre de “Virelia” al reino al que pertenece el narrador, pareciera encuadrar en la fantasía. Fantasía que, en cierto sentido, parecería ser épica (aunque no haya batallas o ejércitos combatiendo o un héroe individual, que son los elementos que se asocian comúnmente a la épica, la misma de todos modos está presente). Sin embargo, también se mezcla con una marcada dosis de realismo, tanto en la literalidad como en su sentido profundo. Es un ejercicio arriesgado combinar dos géneros en apariencia opuestos, pero el relato ha salido airoso.

El lenguaje y el tono son acordes a esos géneros.

El ritmo del relato es más bien constante y está bien para la historia que se quiere contar. El ritmo se ve favorecido por la acción (que es la que marca su marcha) y también juegan a favor los otros elementos formales que de por sí inciden en el ritmo: la ortografía, la gramática, la puntuación y la construcción de las frases. En general puede decirse que no habría objeciones en esos rubros, lo cual es altamente positivo.

La sonoridad del relato es adecuada y las descripciones también. No abundan innecesariamente ni tampoco son inexistentes o escasas.

Uno de los detalles salientes es que no hay diálogos. No está mal, porque más allá de que es un relato literario de ficción (aunque tenga correlatos en la realidad a la que refiere), la forma elegida es como la de una crónica que culmina en una opinión y/o deseo. El narrador hace las veces de cronista de sucesos dramáticos y avizora un futuro mejor para sí y para su pueblo. Con lo cual, en ese contexto, y considerando el límite de 750 palabras, incluir diálogos hubiera sido absolutamente inútil y hasta contraproducente.

También existe conflicto en el relato, el cual se expone de manera clara: el conflicto individuo-sistema y el conflicto pueblo-tirano.

La intriga se deriva del conflicto y puede decirse que está presente. Sin embargo, puede que en un límite tan estrecho el pasaje de una etapa a otra, sobre todo el futuro que cree el narrador que podrá llegar (subrayo que dice que recibe “noticias esperanzadoras” que le permitirían volver) se sucede con rapidez y disminuye un tanto la expectativa del lector. No está mal trabajado pero eventualmente podrías reparar en este elemento formal y, eventualmente, considerar una “vuelta de tuerca” si expandieras el relato en un ámbito mayor (no necesariamente debiera ser una novela corta o novela ni tampoco un relato largo: bien podría ser un relato breve pero más extenso que en Literautas).

Todos los personajes juegan un rol en la historia, lo cual es positivo.

El antagonista es evidente y así está presentado: el tirano.

El narrador está en primera persona y no es claro que sea protagonista, tampoco es testigo de primera mano. Pero se asemeja más a un narrador primera persona testigo, el cual no es fácil de dominar. Felicitaciones por esto.

Sostengo que no puede decirse en sentido estricto que sea testigo porque ya en el primer párrafo el narrador establece el “contrato” con el lector y le advierte: “Los sucesos que estoy por narrar no son producto de la imaginación: son acontecimientos recientes que pude confirmar a través de mis fuentes en el lugar de los hechos…” Es decir que se basa en testimonios y en base a ellos construye su relato. Se trataría de un narrador cronista, si se me permite la expresión. El narrador cuenta la historia, pero se sitúa a cierta distancia, como un personaje menor.

MCM y Eugenio García no son, a mi entender, los protagonistas, sino los ayudantes del protagonista.

El protagonista es el pueblo, lo que creo queda remarcado en el final cuando el narrador afirma que el as en la manga era la “inquebrantable fe de un pueblo en la posibilidad de vivir un futuro mejor”. Si el as en la manga es la fe, el que tenía el as en la manga es el pueblo. Y si el as en la manga decide la suerte de la partida, quien tiene el as es su dueño. Por ende, es el protagonista.

Esta es una apuesta interesante: en lugar de un protagonista o héroe individual utilizaste un “héroe colectivo” (Tomé esta expresión de la manera en que se suele referir a una historieta argentina llamada “El eternauta”, a la cual se distingue de otras más “usuales” o “comunes” en los que el héroe es individual).

Con respecto al contenido, más allá de que el paralelismo con acontecimientos recientes o de actualidad inmediata es evidente, creo que tu relato constituye un recordatorio acerca el poder de la Literatura tanto a nivel de expresión como de posibilidad de reflexión.

En efecto, a través del cruce entre realismo y fantasía épica (si se me permite el uso de épica, con las reservas que hice al principio) sirve para hablar de cuestiones políticas o de actualidad como así también, eventualmente, para exponer un punto de vista y tornarlo comprensible para quien no está familiarizado con esa realidad o conflicto.

En este sentido, para el caso en que considerases expandir la historia más allá de este taller, te sugeriría que analices si no sería conveniente darle un toque más fantástico a ciertos nombres y hechos y tratar de suavizar y explicitar más extensamente ciertas relaciones de causa-efecto. De esta manera al tomar más distancia, quizás termines atrayendo más al lector o a más lectores (porque habrá quienes ingresen por el género y después descubran qué había detrás -y previamente habrán disfrutado de la lectura-) y tal vez el mensaje termine resonando más. (Haciendo una analogía sería como “Juego de tronos”: son reinos ficticios con estética casi o pseudo medieval, pero claramente habla acerca del poder. O lo mismo podría decirse de la Guerra de las Galaxias, aunque encuadra en ciencia ficción).

Por otra parte, sea que lo mantengas en este ámbito, sea que lo expandas a otro, sea que realices modificaciones o que no lo hicieras porque tu propósito narrativo estaría cumplido de esta manera, un punto del contenido que podrías examinar, si lo considerases pertinente, es señalar que el protagonista, el pueblo, ha depositado su confianza en los nuevos líderes, pero que no deja de asumirse él mismo protagonista y que “no les ha firmado un cheque en blanco”, puesto que trabajar sobre esto revelaría un desarrollo del arco dramático del personaje “pueblo” que va desde una situación inicial (sometimiento) hasta una final (liberación con autoconciencia de protagonismo).

En resumen: tu relato cumple con los elementos formales y éstos son coherentes en relación al contenido. Tal como está el relato se sostiene y su mensaje resulta claro, aunque si quisieras, podrías merituar algunos cambios o adaptaciones para el caso en que quisieras ampliarlo o llevarlo a un ámbito distinto de Literautas.

Saludos. Nos seguimos leyendo.

P.D.: Te invito a pasar por mi relato (el N° 19). Si quisieras pasar y leerlo, aclaro que es la tercera parte de varios relatos encadenados. Se trata de un experimento que estoy haciendo, que encuadra en varios géneros, en el que además se nombran o aparecen en la acción personajes que fueron personas reales y que es una historia con dos protagonistas (una de ellas es la narradora).

Los otros dos relatos que preceden a este (“Un as en la manga”) se titulan “Una larga noche” (el primero) y “La vidente” (el segundo). A ellos se puede acceder si entrás al relato N° 51 del MUE N° 65 (en el primer comentario está el primer relato y en el relato en sí está “La vidente”). O bien, se pueden leer en orden en mi (por ahora bosquejo) de blog (recordá que en Literautas si tocás arriba del nombre o pseudónimo de cada participante si éste dispone de un blog o sitio web podés pinchar y acceder a él).

Borja

23/01/2025 a las 07:25

Hola!
Lo primero de todo disculparme por la tardanza. No encuentro tiempo para sentarme y poder leer los textos con la calma que se merecen.
A ver. En lo tocante a aspectos formales, no soy un gran experto. Pero no encuentro nada que me llame la atención. Todo parece correctamente escrito.
En lo tocante a la historia. Me gusta que esté pensada y escrita como ese tipo de historias que hacen referencia a hechos y tiempos épicos. Que inflama eso que todo hombre(o mujer) lleva dentro. La necesidad de sentir que se puede resistir. De ser la resistencia.
Lo que menos (solo son mis simples opiniones. No soy más que otro aficionado), tal vez añardirle un poco más de épica( perdona que me repita). De fuerza. Más agresividad. Más dolor por lo que causa el tirano y más esperanza por MCM. (Que se siente, pero yo quiero más. Jjjj)
Pero vamos, solo es un punto de vista.
Te felicito por el inmenso trabajo. Nunca es fácil.
Un saludo.

María Jesús

23/01/2025 a las 21:05

Hola Cascada Carbón (que bonito nick): Aunque yo no soy aficionada a este tipo de relatos debo reconocer que el tuyo me ha interesado por la forma clara y concisa con la que lo has narrado. Ojala hubiese un político que al acabar con un tirano, no termine siendo él a su vez un corrupto pero me temo que eso hay que dejarlo a la fantasía.
Te felicito porque has hecho un gran trabajo.
Un saludo.

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