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Un as en la manga - por Dante.+18
—¿Vidente? —pregunté desconcertada.
—Sí, escuchó bien, querida… —respondió Cecilia.
—¡Qué descortés he sido! —intervino Marianne, que cerraba la puerta—. Mi amiga, Emma Soler Aragón —agregó—. Emma, la Doctora Cecilia Grierson. Una mujer extraordinaria: la primera médica de este país y la fundadora de la escuela profesional de enfermería. Ella abre el camino para todas. Creeme que la recordará la Historia.
—Mucho gusto, jovencita —repuso Cecilia que se había sonrojado—. Pero si busca una mujer extraordinaria, está a su lado —devolvió la gentileza a Marianne—. Permítame presentarle a mi colega, el Doctor Renato Jenkins.
Fue entonces cuando nuestras miradas se encontraron. Sus ojos oscuros, algo pequeños e inclinados, se encendieron al instante; al tiempo que me rehuían, clamaban por volver a mí. Los míos se abrieron de par en par y no podían dejar de mirarlo.
—Un placer, señorita Soler Aragón —dijo él inclinándose y besando mi mano.
«¿Qué es este cosquilleo? Y este… calor… estas… ¿olas? rompiendo dentro de mi pecho…», pensé.
—El gusto es mío… Doctor.
—Renato, por favor.
—Emma.
—Como decía: nuestra amiga es “vidente” —retomó Cecilia—. Verá por qué. ¿Emma?
«¡Qué vergüenza, Emma! ¡Concentrate!», me reprendí.
—S-sí, cuénteme.
—Con solo auscultar y palpar a la paciente, Marianne sospechó su dextrocardia.
—¿Qué?
—Significa que su corazón apunta hacia la derecha —señaló Renato.
—Concretamente, ¿qué importancia tiene? —pregunté.
—En la posición ordinaria del corazón esa herida hubiese sido fatal —respondió Cecilia—. Marianne, tuviste razón: el arma se rompió durante el ataque y gran parte de la hoja quedó dentro de la paciente, ejerciendo presión e impidiendo que se desangrara.
—También acertó cuando supuso que el mayor sangrado fue el inicial, que el corsé opuso resistencia, y que la trayectoria de las heridas es algo torpe —completó Renato.
—No tengo idea de cómo lo percibiste, pero esa arma tiene una curvatura particular —resaltó Cecilia.
—Jamás vimos algo así. El Doctor Rocamora tampoco —precisó Renato—. ¿Cómo se dio cuenta?
—Mientras aplicaba las gasas, llegué hasta la zona principal que, extrañamente, ya casi no sangraba. Allí palpé un reborde de la hoja y supuse de qué podría tratarse. Sí, lo que piensan es verdad: es un arma demasiado peculiar…
—¿O sea que la chica sobrevivió por estas circunstancias particulares que el atacante no imaginó, y porque Marianne estuvo allí? Y gracias a la intervención de ustedes, claro —acoté.
—No se quite mérito, querida. Usted también fue parte de esto —subrayó Cecilia.
—Yo… bueno, supongamos… Salvamos su vida, ¿pero cómo está ella? —inquirí.
—La cirugía fue un éxito, pero su estado es delicado. Es incierto cuándo recuperará la conciencia —contestó Renato con seriedad.
—Ni siquiera sabemos su nombre… —lamenté.
—Una de las tantas cosas que debemos descubrir —afirmó Marianne.
—¿Debemos? —pregunté sorprendida—. ¿De esto no debería ocuparse…?
—Sí. Pero en nuestros términos —me interrumpió.
—A propósito… Como ginecóloga y obstetra puedo confirmar tu otra sospecha, Marianne: la paciente dio a luz recientemente. Y no descarto que su bebé haya nacido con vida —reveló Cecilia.
Marianne hizo silencio. Su rostro se transfiguró, y mientras en sus ojos verdes se adivinaba el brillo de una lágrima, Cecilia tomó su mano. Renato se acercó y la abrazó.
—Señora Marianne, estoy aquí… —dijo él con calidez.
—Para vos, sólo Marianne. ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? —lo reprendió con voz quebrada y una sonrisa que destilaba una dulzura casi familiar.
«¿Qué sucede? ¿Qué significa esto?», me pregunté.
—Según el artículo 165 del Código de Procedimientos, los médicos deben denunciar el hecho dentro de las veinticuatro horas. Como no será posible hacerlo ante el fiscal o el juez, habrá que contactar a la policía —dictaminó Marianne recomponiéndose.
—¿No es eso normal? —cuestioné.
—Sí, siempre que no venga Madariaga. O Francavilla, que es peor… —me respondió.
—¿Quiénes?
—Dos inspectores. Ya te explicaré. No hay tiempo que perder y, por ahora, la tormenta juega a nuestro favor. Tenemos que examinar el arma, a la víctima y sus pertenencias. No se nos puede escapar ningún detalle. Y ninguno de esos dos debe ser el primero en llegar.
—¿Estás loca?
—Para nada. La denuncia y las primeras actuaciones policiales tienen que ajustarse a nuestros lineamientos. Evidentemente, a esa joven alguien la quiere muerta. Por su seguridad, debemos ir hasta el fondo.
—¿Qué pensás hacer?
—Gracias al teléfono y a algunos contactos, por “pura casualidad”, el primero en llegar será Esteban Mariño, un agente novato con quien trabajé varias veces… —Entornó los ojos y sonrió.
Una vez más, Marianne tenía un as en su manga. Ojalá guardara algún otro para jugarlo con mis padres…
Comentarios (20):
Dante
16/01/2025 a las 20:43
¡Hola a todos! Gracias por haber ingresado a leer mi relato.
Para el caso en que no hubieran visto mi comentario en el post general, aclaro que este relato (“Un as en la manga”) es la continuación de dos anteriores titulados, respectivamente, “Una larga noche” y “La vidente).
Por si quisieran leerlos o para el caso en que algo no quedara claro al leer este, en el mensaje N° 20 del post general del MUE N° 66 dejé los links donde pueden acceder a ellos. También pueden hacerlo ingresando a mi (todavía bosquejo) de blog (recuerden que en Literautas si pinchan sobre el nombre de cada uno es posible que aparezca su sitio y de esa forma se puede acceder a él).
Saludos y nos seguimos leyendo
Doralú
17/01/2025 a las 22:38
Hola Dante
Un placer leerte. Como siempre, logras enganchar al texto desde el inicio por esa manera tan natural de ir desgranando la información. Me gusta el hecho que tratas temas con mucha verosimilitud, por ejemplo la dextrocardia de la paciente y el hecho de que la hoja quedó dentro ejerciendo presión e impide la pérdida de sangre.
Las descripciones breves van de la mano con las acciones de los personajes logrando un texto con buen ritmo, lleno de acción. Es una lectura que fluye, que permite recrear la historia.
Por circunstancias externas, no pude participar en el reto en esta oportunidad. Espero participar el siguiente mes.
Felicitaciones
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
18/01/2025 a las 23:22
Hola, Dante, primero gracias por apoyar el comentario que dejé en la publicación donde Iria pide opiniones sobre el taller.
Sobre este relato, me gusta tu manera de escribir, muy fluida y coloquial, pero sí o sí, hay que leerse las partes anteriores, para darle sentido a la continuidad de este capítulo.
En cuanto a los mejorables, me ha llamado la atención que escribes con mayúsculas los títulos profesionales como es la Doctora Cecilia, Doctor Rocamora.
Leo en diferentes páginas de literatura, que los nombres de títulos profesionales o cargos se escriben con minúsculas, ya que son nombres comunes, por lo tanto, se tendría que escribir: presidente Monge, el ministro Hernández, doctora Cecilia.
Llevan mayúscula inicial cuando estén después de un punto o cuando estén abreviados como Dra., Lic.
Ya me dirás si es que hay alguna regla que indique lo contrario.
Por lo demás, presto atención de lo bien que usas los guiones largos en los diálogos, es algo en lo que tengo dudas al redactar.
Un gusto leerte.
¡Saludos!
Borja
19/01/2025 a las 16:46
Hola!
Apreciado Dante, casi lamento que me tocase tu relato a comentar por el orden de publicación, pues el tuyo lo iba a leer indistintamente de que me correspondiese o no.
Como ya te dije en el anterior comentario no soy muy experto en la teórica. Así que no veo con la entidad moral de hacer un análisis pegado a cosas que no domino. Solo puedo darte mi más humilde opinión. No veo faltas de ortografía que me llamen la atención. Suena bien. Es interesante. Tienes un leguaje rico.
La historia me gusta. Sigue desgranándose y está bien por donde va.
Ahora, lo que quizá no me agrade tanto( desde un punto de vista de mis gustos personales, claro está) es que tal vez siento que eres demasiado preciso. Puede que un aire más vago, inconcreto, en ciertas frases le daría un aire más misterioso y sugerente. Que la historia lo es. No pretendo decir lo contrario. Pero sí que creo que subiría.
Con todo, enorme trabajo.
Un saludo y nos seguimos leyendo.
Dante
22/01/2025 a las 02:26
Hola Doralú:
Antes que nada quería decirte que lamento que no hayas podido participar este mes y que también espero que puedas hacerlo el próximo.
Luego quería agradecerte por haber ingresado a mi relato y por haberlo leído y comentado.
Me alegro que te haya enganchado y que consideres que los temas están tratados con mucha verosimilitud. La verdad es que pensar la hipótesis, reunir la información y que sonara “creíble” y a la vez accesible fue muy difícil, porque para la trama era esencial que el personaje de la chica atacada sobreviviera, y como la historia transcurre a fines del siglo XIX claramente no tendrían los personajes las facilidades que tendrían hoy… Después el reto fue que durante este diálogo “encajaran las piezas” respecto del relato anterior (cuando en el relato anterior Marianne dice “Interesante” y exclama “¡Vaya!” en esos momentos conjetura las hipótesis que explica aquí o que explican los médicos. Espero que esta parte haya sido clara y verosímil).
Te agradezco tus apreciaciones sobre las descripciones, el ritmo y la acción y me alegro que haya fluido la lectura.
Gracias también por tus felicitaciones y por el apoyo con este “experimento”.
Saludos y nos seguimos leyendo.
Dante
22/01/2025 a las 02:49
Hola Yoli:
No tenés por qué agradecerme el apoyo para tu publicación y propuestas que dejaste en la publicación donde Iria pide opiniones sobre el taller. Fue un gusto hacerlo y, más allá de que estaba y estoy de acuerdo con tus propuestas, valoro todo aporte y apoyo que se haga. Por suerte mi conjetura/temor inicial fue errónea en el sentido de que la preocupación que yo percibía por parte de Iria no era tal. Realmente pone mucho de sí y dedica mucho tiempo, pasión, esfuerzo, conocimientos y recursos y lo menos que podemos hacer es corresponderle con compromiso. Y como tus propuestas van en ese sentido, no podía hacer menos que apoyarlas. Ha sido tanto un deber como un placer.
Con respecto a este relato y lo que decís que hay que leer los anteriores para entenderlo, la respuesta es sí. En realidad este podría entenderse parcialmente como un relato que comienza in media res, pero habría cosas que extrañarían al lector.
Te cuento brevemente de que va todo esto: hace bastante tiempo tuve la idea de las dos protagonistas (que no tenían ni nombre en ese entonces y tal vez iba a transcurrir en otro lugar en vez de Argentina, como terminó ocurriendo en estos relatos; lo único que se mantuvo era la época: fines del siglo XIX). Tenía parte de la premisa clara, pero no muchos más detalles (y hasta era muchísimo más simple todo). Hasta que no sé cómo, cuando volvió el taller, y ayudado por las palabras obligatorias y el reto opcional, logré empezar a unir las piezas. Allí encontré cómo debía empezar la historia (lo que no podía determinar es cómo estos personajes llegaban a conocerse). Me di cuenta que debía y quería usar una narradora en primera persona protagonista que a su vez nos presenta a la otra protagonista y a través de sus ojos, vemos a este personaje tan particular, que, a la vez, es el principal (espero que esto sea claro en la narración).
La cuestión es que se trata de una historia que encuadra en varios géneros a la vez y, además, tiene dos protagonistas. Esos elementos hacen que salga de los moldes y por lo tanto, me fuerza a tomar apuestas de bastante riesgo. Tengo pensado desarrollar el proyecto en un ámbito más amplio, pero a modo de “test” decidí escribir distintos relatos encadenados (siempre y cuando fuera compatible con las consignas del taller, cosa en la que he tenido suerte hasta ahora). Esos relatos encadenados proceden del anterior y se vinculan con el posterior, pero guardan cierta autonomía sin ser independientes. Cada cual tiene su estructura y conflictos, pero se integran en un conflicto o trama mayor y cada uno termina en un final abierto que es como un “gancho” o “cliffhanger” para el próximo (a manera de cómo lo hacen las series entre capítulo y capítulo). Perdón por extenderme pero era para que entendieras por qué es tan raro e inusual esto de que no se entienda del todo el relato sin los anteriores.
Gracias por tus comentarios sobre la escritura, y me alegro que te haya gustado. Y por supuesto, también te agradezco que me hayas hecho notar lo de los títulos. Era algo que Vespasiano, un gran compañero Literauta me había señalado y yo le dije que no estaba seguro. Incluso pensaba que si se designa a la persona debería ir en mayúsculas. Pues no: he investigado y tanto vos como Vespasiano estaban (y están) en lo cierto, por lo que deberé corregir este error ortográfico y ajustarme a las convenciones de la RAE en la materia.
En consecuencia, NO: no hay una regla que indique lo contrario a lo que certeramente me apuntaste.
En relación al uso de los guiones en los diálogos, es cuestión de práctica. Siempre me costó eso y diría que todavía me cuesta. Cuando tengo dudas (y esta no fue la excepción) acudo a las guías publicadas en Literautas. Fijate que Iria compartió los links en su post general (el mismo en el que nos pide opinión). No te los copio ahora porque si no esta respuesta no sería publicada automácticamente y puede que se pierda (de lo contrario lo haría y con todo gusto, ya que podría facilitarte esta cuestión). En lo que concierne a mi relato, aprovecho a llamar la atención sobre dos ejemplos:
“—En la posición ordinaria del corazón esa herida hubiese sido fatal —respondió Cecilia—. Marianne, tuviste razón:…” En la transcripción parcial de esta línea fijate que después de la acotación (guión-acotación-guión) va un punto, y que la acotación empieza en minúscula. La minúscula es porque el verbo “respondió” es un verbo “dicendi” (o del habla).
“—Gracias al teléfono y a algunos contactos, por “pura casualidad”, el primero en llegar será Esteban Mariño, un agente novato con quien trabajé varias veces… —Entornó los ojos y sonrió.” En este otro parlamento, como notarás, a diferencia del anterior la acotación inicia en mayúsculas. La explicación es simple: “entornó” es un verbo NO dicendi, es decir un verbo que no es del habla, y entonces la convención sobre la representación gráfica de los diálogos (que podés comprobar en los post de Literautas) indica que debe ir mayúsculas. Esta fue la primera vez que usé un verbo no dicendi en una acotación. El límite de 750 palabras me exigió economía de palabras (porque lo había pasado) y entonces debí utilizar esta clase de verbos. Y al usarlo, me tuve que ajustar a la convención.
Perdón por haberme detenido sobre esto, pero ya que manifestaste de tus dudas al redactar los diálogos, por si acaso te comento este detalle y te recuerdo las guías de Literautas.
Me hubiera gustado leerte pero veo que lamentablemente no has podido participar. Sin embargo, si lo querés, podemos hacer lo siguiente: una vez que devuelva los comentarios y comente a algunos compañeros más, aunque se trate de alguna edición pasada, puedo pasar y comentar un relato tuyo. Si estuvieras de acuerdo, podés decirme cuál preferirías.
Si para vos ha sido un gusto leerme, para mí ha sido un gusto que me hayas leído.
Saludos.
Dante
22/01/2025 a las 02:58
Hola Borja:
Gracias por lo que me expresás de que hubieras leído mi relato indistintamente de si te tocaba o no.
Como creo que te dije respecto a tu anterior comentario, no hay nada malo en que no seas o no te consideres experto en lo teórico o que prefieras hacer tu análisis y comentario desde un punto de vista más personal. Eso no es malo, al contrario es bueno. La idea es siempre leer, disfrutar y aportar de nuestra óptica y conocimientos y experiencias personales, y todos los puntos de vista cuando son honestos y respetuosos como el tuyo suman y suman mucho.
Me alegro que te guste el lenguaje y la historia y su desarrollo.
Con respecto a lo que no te agrada tanto, agradezco que lo hayas expresado. Reflexionaré sobre el punto.
Estoy de acuerdo con que a veces un aire más vago, menos concreto o en algunas frases, puede darle un aire más misterioso y sugerente. Sin embargo, en esta historia en particular puede que me cueste porque por un lado hay distintas cosas que se cuentan, muestran o se dicen en los diálogos que son informaciones que se van desgranando para no “jugarle sucio” al lector mientras la trama avanza y en relación a la dilucidación de los diferentes misterios y resolución del caso. Por otro lado, la narradora tiene unas características particulares: es una joven cuyo sueño es ser periodista y que es una persona observadora, lo cual también “tiñe” (o debería teñir) su forma de narrar.
Dadas estas limitaciones que tengo, te agradecería si pudieras indicarme si lo que decís acerca de la precisión tiene que ver con acciones, diálogos, detalles, o lo que fuere. Me servirá para reflexionar sobre el punto y ver si conviene o debo mantener lo que está o si debo reformular algo.
De nuevo, muchas gracias por tu observación sincera.
Pronto pasaré por tu relato y lo comentaré.
Saludos y nos seguimos leyendo.
Borja
22/01/2025 a las 18:54
Hola!
Bueno, lo leí un par de veces más para intentar ser lo más preciso posible. Entiendo lo que dices sobre no “putear” al lector guardando secretos que son necesarios para la comprensión. Pero no es eso a lo que me refiero. Ya te digo, después de releerlo varias veces creo que qué tal vez sea el tono. Qué es demasiado preciso. Demasiado consciente. Es decir. Parece que el narrador sabe demasiado. Que me desgrana el contenido pero no termina de encajar perfectamente. Como una pieza que requiere ser lijada un poco por un lado para que se ajuste.
O por decirlo de otra forma (es que lo leí en algún sitio y no sé si tiene nombre o solo es explicación, por eso lo pongo así):
El narrador( o el tono? (que no sé nombrar con exactitud. ¿El tono lo marca el narrador?, en fin… ya ves mis dudas…) sabe más que el lector. Siempre tiene que ser así. Pero no se debe notar. Debe haber cierto artificio de naturalidad. Yo sé, pero si no te cuento nada antes es porque no era el momento. Y los descubrimientos y avances tienen que parecer que son simultáneos. Dándole así al lector la posibilidad de sentirse tan inteligente como el narrador ( que todo lo sabe).
Cuando leo, encuentro que los libros que más me agradan, trabajan esta inconsciencia simulada en el uso de oraciones imprecisas y abiertas. Oraciones que he te hacen tener una idea general, pero no concreta. Lo cual abre más abanico de la imaginación del lector.
No puedo ponerte un ejemplo concreto en una frase o en otra. Pues como ves es algo un poco abstracto e implica la reformulación. Pues no es cambiar algo y ya. Pues el significado y la comprensión varía.
También decir que, es tu historia y tú la conoces. Tal vez si sea acertado tratarla así, sabiendo lo que va a venir. 750 palabras dan para expresarse hasta ahí. Y a veces no son las suficientes para poder establecer juicio.
Cuántas veces he leído algo que he pensado, esto no debería ser así. Y vas leyendo, leyendo y al final entiendes el motivo. Y llegas a creer que en realidad no había modo mejor de hacerlo.
En fin. Un saludo.
Alicia Commisso
23/01/2025 a las 16:21
Hola,Dante:
Siempre es un gusto leerte.
Todos los comentarios de los compas me parecen muy acertados.
Con respecto a este relato en particular, me sorprendió como a Yoli, las mayúsculas en los nombres de los profesionales ya que fue uno de los errores, que por suerte, corregí por tus consejos en el cuento “Café con chocolate”.
Me encantó la historia, se lee y se interpreta con claridad.
Es muy tuya. Con diálogos y expresiones que resaltan por su personalidad de cada personaje.
¡Te felicito y te agradezco todo el apoyo que brindás a los trabajos de los participantes!
Un placer saludarte y seguir leyéndote.
Pilar (Marazul)
23/01/2025 a las 19:11
Hola Dante:
He leído tu relato varias veces. Tres es el número perfecto para hacerme con él. Incluso con lápiz y papel voy anotando. Lo considero necesario, ya que se trata de un capítulo integrante en una historia más larga, como ya nos has explicado. Para ser un relato corto hay muchos personajes: Emma, Cecilia, Marianne, Renato…Aparte se nombra a la chica herida, que no asesinada, a dos inspectores y a Mariño, el novato.
Esto me demuestra que trabajas mucho y bien tus escritos (se nota tu vocación como escritor y como profesor; lo disfrutas). Y no sólo trabajas a fondo los tuyos, sino también los de los demás compañeros; por cierto, con mucha generosidad al dedicarnos tu tiempo.
Esa novela promete y estoy segura que conseguirás hilvanar los siguientes capítulos con las propuestas que nos vaya indicando Literautas.
Destaco lo bien que te documentas; en este caso en cuanto a temas médicos y a la época en que se desarrolla.
Me gustó especialmente ese flirteo o empatía entre Emma y el doctor Renato. Ese toque frívolo aporta naturalidad y frescura. Nunca ha de faltar un romance en una novela. Y creo que la tuya tiene muchos ingredientes.
Por otro lado tienes una forma muy personal de escribir. Dominas el oficio de la escritura en cuanto a la forma. En cuanto al significado creo que tus escritos son complejos, para mentes atentas y despiertas.
En fin, Dante, agradezco los comentarios y aportaciones que has hecho a mi personal “as en la manga”.
Seguimos trabajando y disfrutando
Un cordial saludo
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
23/01/2025 a las 22:49
Hola, Dante, gracias por el ofrecimiento de revisar alguno de mis relatos anteriores.
Sería el #49 titulado: ¿Quieres ser mi cobija con orejas? de la MUE #64, en el momento que puedas, no hay prisa 🙂
Nos seguimos leyendo.
Fernando Rodríguez
24/01/2025 a las 13:51
Leído en individual cuesta trabajo entenderlo. Quizás hilvanado con los otros, el sentido sea otro, pero yo no lo he hecho y de ahí mi dificultad. El texto es ameno al ser, casi en exclusiva, diálogos y aunque son varios los personajes, una vez lo repasas un par de veces, ves donde quieres llegar. Eso en un relato más largo o continuaciones de anteriores o posteriores, suponen un hilo conductor lógico. Aquí ya te digo que me ha costado, pero la buena construcción de los personajes, y las descripciones compensan ese desconcierto inicial. Buen trabajo técnico y de lenguaje apropiado.
Dante
25/01/2025 a las 01:18
PARA BORJA:
¡Hola Borja! Gracias por tu gentileza de ampliar esos conceptos.
Lo que me decís me mueve a la reflexión. Estuve pensando algunas cuestiones que podrían tener que ver con el límite de 750 palabras que me han forzado a prescindir de escenas que podrían mostrar algunas cosas más de la narradora (sobre todo reacciones y percepciones emocionales; que las muestra, pero no tanto como me gustaría). Acerca del tono y conocimiento, también lo he relacionado con algunos conceptos teóricos. A la luz de ellos trataré de reflexionar al respecto, sobre todo teniendo en vista el desarrollo en un marco mayor al del taller (que es más experimental que el proyecto en sí, y donde he ido más a lo central para poder observar cómo se perciben algunos elementos formales, el contenido y trama en sí y, sobre todo, las dos protagonistas).
En base a la reflexión, que agradezco hayas motivado con tu aporte, podré determinar cuál es la mejor manera de contar la historia (en su marco de desarrollo definitivo).
Muchísimas gracias por tu comentario.
Saludos y nos seguimos leyendo.
Dante
25/01/2025 a las 01:25
PARA ALICIA COMISSO:
¡Hola Alicia!
También es un gusto para mí leerte. Ya pasaré por tu relato, y aprovecho para reiterarte que “Café con chocolate” me gustó muchísimo y recomiendo su lectura.
Con respecto a lo de los títulos profesionales, gracias a Vespasiano que fue el que primero lo notó y luego Yoli que lo volvió a subrayar, he podido investigar y definitivamente lo corregiré. Me alegro que también hayas podido solucionar ese inconveniente.
Gracias por tus palabras acerca del relato. Me alegro que te haya gustado la historia, que hayas podido leerla e interpretarla con claridad y, sobre todo, lo que marcás de los diálogos y expresiones en relación a la personalidad de cada personaje. Aunque será una historia que encuadra en muchos géneros simultáneamente y su trama será compleja (pero espero que entretenida para los lectores), el punto que es mi objetivo principal son los personajes, y muy en particular las protagonistas y el mecanismo narrativo elegido (una narradora protagonista que cuenta la historia de otra protagonista que es el personaje principal). Si los diálogos y expresiones ayudaron en ese sentido, me doy por satisfecho.
Gracias también por tus felicitaciones, y en cuanto al apoyo, siempre debe ser mutuo y colectivo entre todos los participantes, por lo que en cuanto pueda contribuir, lo haré, y, a su vez, estoy abierto a las contribuciones de los demás.
También es un placer para mí saludarte y leerte.
Dante
25/01/2025 a las 02:38
PARA PILAR:
¡Hola Pilar!
Gracias por tu comentario y, sobre todo, por la atención que le dispensaste a este relato y a los anteriores. Gracias por leerlo tan a conciencia y con tanta profundidad. Me siento muy honrado.
Es cierto que hay muchos personajes. No debería ocurrir o debería ser excepcional en un relato corto. El tema es que este relato (como los anteriores) hacen las veces de un “pseudo capítulo” de una novela (o por lo menos, relato más largo) y es por eso que aparecen. Algunos actúan, otros están nombrados y sirven a manera de “gancho” para lo que vendrá.
Te agradezco el reconocimiento a mi trabajo y lo relativo a los comentarios. Con respecto a la manera de trabajar, tengo que decir que he notado (y me alegra) que en Literautas es un denominador común el trabajar seriamente los relatos. En cuanto a comentar, como he dicho en otras oportunidades, creo que es una de las actividades más importantes del taller que nos permite aprender. Por lo que en la medida que pueda ayudar, siempre estaré contento por hacerlo y también abierto a recibir los aportes de los demás.
Me alegra que pienses que la novela promete. Esto me alienta a seguir y, por supuesto a redoblar los esfuerzos. Esfuerzos que en buena medida deben dedicarse a la documentación (que me alegro que te haya gustado y destaques) y a la planificación. Si bien tengo las ideas generales de los personajes principales y de la trama y subtramas, a partir de ahora todo se complejiza y habrá que planificar mucho. Probar, escribir y reescribir.
No sabés lo contento que me pone que te haya gustado especialmente la escena entre Emma y Renato. Me costó muchísimo encontrarle o por lo menos aproximarme a él. Que lo hayas destacado es muy importante para mí.
Con respecto a esa escena en particular, es cierto que le da un toque frívolo y que aporta naturalidad y frescura. Esa fue, en parte, la intención. Primero porque Emma es joven y segundo porque en el primer relato (“Una larga noche”) ella está hastiada de las reuniones de la alta sociedad, a la que pertenece, reuniones y fiestas en las que sus padres quieren encontrarle un marido. Esta escena es todo lo contrario: a ella que no le importaban esas cosas (y que en realidad le gustaría poder ser ella misma), de pronto se encuentra con una “sorpresa” (que ya había advertido hacia la parte final del segundo relato, “La vidente”). Y se encuentra con cosas que ni siquiera puede reconocer del todo ni ponerles nombre. Por eso narrativamente necesitaba ese aporte de frescura, y me alegro que haya podido transmitírtelo.
Sin embargo, el flirteo este no es en sí frívolo (aunque es posible que así se note ahora y no está mal). Es un casi spoiler, pero dada la atención que le dispensaste a la lectura, creo que es justo que te lo comparta. Aquí está el inicio de un romance que no será incidental: además de aportar al arco dramático de ambos personajes, servirá para tratar una de las aristas del género drama social (estará presente con varias “caras” ese género), y tendrá que ver con una cuestión profunda y dolorosa.
Te agradezco también tus palabras respecto de mi estilo. No sé si mis escritos son complejos, en general no es mi intención. Confío en los lectores e intento que ellos disfruten, aunque es posible (y muy probable) que no siempre lo logre y que deba trabajar en eso.
No tenés nada que agradecerme en relación a los aportes que hice en tu “as en la manga”: he disfrutado mucho de su lectura y me alegro de haber contribuido con algo útil.
Finalmente, tomo tus palabras y me uno a ellas: seguimos trabajando y disfrutando.
Saludos.
Dante
25/01/2025 a las 02:45
PARA FERNANDO RODRÍGUEZ:
¡Hola Fernando!
Gracias por haber leído mi relato y haberlo comentado.
Es cierto que leído individualmente puede que cueste entenderlo, porque forma parte de una serie de relatos encadenados (este es el tercero).
Sin embargo, me ha interesado mucho tu experiencia de lectura de que hayas podido entenderlo y haya algunos elementos que te han gustado.
Que no hayas leído los relatos anteriores y hayas podido brindarme un comentario tan interesante y preciso me alegra porque una de las ideas que tuve al concebir este “experimento” era que si bien los relatos fueran interdependientes, conservaran cierta autonomía y tuvieran su propio conflicto aunque se integraran en el conflicto de la trama principal o mayor. Por lo que veo en tu caso, es posible que haya logrado ese objetivo.
Gracias por tus palabras y me alegro de que, entre otras cosas, consideres buena la construcción de los personjes (este es uno de mis objetivos prioritarios en este proyecto) y que te haya resultado ameno, a pesar de la dificultad contextual, gracias a los diálogos (tengo que decirte que estructurar los diálogos para que fluyera esta parte de la historia no fue una tarea sencilla. Por lo que si lo has encontrado ameno, estoy más que satisfecho).
Saludos y nos seguimos leyendo.
Borja
29/01/2025 a las 19:09
Hola, apreciado Dante.
Muchas gracias por tu comentario tan profundo y profesional. Aún sin que te correspondiese. Alabó tu trabajo y tu dedicación. Un esfuerzo así merece recompensa. Gracias.
Por otra parte, sí que tienes razón. Pepe es José Artiles. Hago que lo llamen Pepe para degradarlo de algún modo. No le puse pepito por qué me parecía demasiado ridículo. Le di el cargo de subsecretario por qué era una palabra. Acabé apurado. A las 8 y media del día 15. No lo pude editar. Y pues ahora me doy cuenta de que tengo unas treinta palabras o así (sobretodo las vergonzantes repeticiones de “presidente y vicepresidente “) que podría quitar para poder puntualizar mejor cosas como que Pepe es José.
Sobre lo del poder. Bueno, en el fondo todas las historias tratan de poder. Del poder en bruto. Del poder desentrañar el misterio. Del poder estar con el amor de tu vida… siempre es poder o no poder. Como diría sheakpeare( o como se llame el inglés) jjjj. Perdón por el chiste malo.
Muchas gracias por tu apoyo. A ver cómo sigue avanzando esto.
Un saludo.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
29/01/2025 a las 22:44
Hola Dante, un abrazo más para ti igual a los muchos que ya hemos compartido aquí en Literautas.
Primero que nada, quiero agradecer la vuelta que te diste por mi relato y la extensa circulación de comentarios, apuntes y de verdades que yo mismo desconocía de ni escritura, detalles que que tu pudiste sacar en claro.
en cuanto a tus letras aplaudo la brillantez, la velocidad frenética e impecable en ellas, para narrar la historia. De tu parte, es mucha la sapiencia y la entrega a la narrativa lo que aportan tus escritos, pero mucho más interesante son los comentarios que haces y desmenuzas con diligencia, para ayudarnos.
Ahí en mis comentarios, dejé un agradecimiento por la energia y profundidad que me regalaste, Gracias.
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
31/01/2025 a las 03:12
Hola, Dante, contesté a tu comentario, en mi relato de MUE 64: ¿Quieres ser mi cobija con orejas?
Y anotarte sobre guion, que dejó de tildarse desde el 2010.
Nos leemos!
José Torma
11/02/2025 a las 23:52
Estimado Dante.
La vida nos pone en circunstancias que, aunque compartamos con gente gustos afines, siempre habrá los que destacan por tener talento natural y otros por “macheteros”, en México se dice de una persona que se afana mucho ya que no le viene natural el hecho.
A mi me gustan mucho los relatos que se llevan con diálogos, tienen un ritmo diferente a cuando es una larga prosa. Aquí tu das cátedra una vez mas de como va esto de juntar palabras para contar.
Me deje llevar en la vorágine de lo que estaba pasando. Lo disfruté enormemente.
Un abrazo y disculpa la tardanza, este mes se ha empecinado en llevarme la contra en la vida real.
Saludos.