<< Volver a la lista de textos
Un as en la manga - por Brandon QuirogaR.+18
Meses después, mientras se colocaba la boquilla de una Smith&Wesson bajo la barbilla, Rodrigo Pola recordaría la sucesión de acontecimientos que le quitarían su fuerza de espíritu, sus deseos de seguir viviendo.
—Estoy en una reunión. Voy a llegar un poco tarde. Sí, sí… espero que me den el aumento. Voy a preguntar… Sí… Otro trabajo. Sí, amor. Te veo luego, te amo.
Esteban Pola terminó la llamada, dejó el teléfono en el bolsillo de la chaqueta que colgaba de una silla, suspiró y regresó a la cama.
—¿Ya sabe que vos…? —preguntó Xochilt De Ovando apoyando la mejilla en el pecho de Esteban.
—Sí, sí… Fue la primera a la que se lo dije.
—¿Y qué te dijo?
—Que fui un pen…
—Sh, sh, sh, sh,… Tiene razón, pero no me gusta que te tratés así.
—La cuestión es que en un principio me puteó. Después quiso tranquilizarme, y de paso tranquilizarse a ella, proponiéndome… alternativas.
—¿Y esas eran…?
—Ninguna que solucionara algo. Todos son agujeros que debo cavar para meterme en otro. Pedir préstamos a un banco… Hipotecar la casa… Cosas así.
—¿Y ya sabe ella con quién te endeudaste?
—No. No, aún no.
—Decímelo a mí. Tal vez te pueda ayudar con algo.
Esteban guardó silencio durante unos segundos antes de decir:
—Con los pandilleros.
—¿Con cuáles de ellos?
Esteban se lo dijo. Y esa fue la última noche que supo de Xochilt.
La llamó para pedirle una explicación, pero solo recibió la respuesta automatizada que le informaba que el número que usted marcó está apagado o…
Pero ahora, con la pistola en la barbilla, se dijo que la comprendía a la perfección. ¿Quién quería relacionarse con alguien con los problemas que él tenía?
—¿Y cuánto debés? —preguntó Katherine con ojos de espanto cuando le contó.
—Treinta y cinco mil.
Katherine gritó.
—Dios mío, amor. ¿Y en qué te gastaste eso?
—En todo esto —dijo señalando la sala de la casa.
Pero era mentira. El juego de sala, el televisor, la cocina, la refrigeradora incluso la cama, lo había sacado a cuotas y lo debía a las sucursales La Curacao, Prado y Simán, pero en todo eso no debía más de cinco mil dólares.
Más de veinticinco mil se los debía a los pandilleros.
También debía una deuda de cinco mil al banco Hipotecario, deuda que, sumado a los anteriores, consumía casi todo su salario. El motivo de ese préstamo fue para pagar a los pandilleros una pequeña suma cuando lo amenazaron la primera vez. Pagada la deuda, les prometió que en tres meses les pagaría lo restante.
No lo logró.
Al contrario, la deuda fue aumentando semana tras semana.
Tenía ataques de ansiedad y lo único que lo tranquilizaba era inhalar cocaína. El chico que le proporcionaba la droga lo hacía en secreto porque también él estaba amenazado. Al final, lo descubrieron.
El día que encontraron el cuerpo desmembrado del chico en la Carretera de Oro fue el mismo día que Esteban se dio cuenta de que habían secuestrado a su mujer.
—Por el amor de Dios, no la vuelvan a tocar —rogó Esteban al teléfono mientras veía el dedo anular de su mujer ensangrentado sobre la mesa —. El que la cagó fui yo.
—Pues sí, va, pero vos y yo sabemos que esto es puro negocio, ¿me entendés, va? Y si no pagás te vamos a obligar.
—Sí, créanme que yo lo sé. Pero, por favor, ella…
—No, mi perrito. Si no pagás cinco mil grandes esta semana te la vamos a machetiar. Apuráte. Además, vos sabés también qué fue lo que hizo. Y nosotros no andamos con esas casacas.
—Quiero hablar con ella.
—Comé mierda.
No puedo no puedo no puedo. Es imposible.
Colocó el dedo en el gatillo. Perdonáme, amor, por dejarte sola, pero vos y yo ya estamos muertos. ¿Por qué fuiste a la policía y le contaste?
—Hubiera preferido saber que te lo gastaras en putas —le dijo ella.
—No te preocupés, tengo un plan, un as bajo la manga para salir de esta mierda.
Cerró los ojos y pensó en lo que en esos momentos le estarían haciendo a Katherine. Lloró. La imagen era demasiado terrible como para soportarla y la culpa, demasiado inmensa como para querer seguir viviendo.
Apretó el gatillo.
Fragmento de un noticiero matutino:
NACIONALES.
Hombre se suicida luego de matar a su esposa en Mejicanos por una deuda con las pandillas. Según autoridades, la deuda ascendía…
Comentarios (4):
Otilia
17/01/2025 a las 11:53
Hola, Brandon, gracias por tu relato. Siguiendo los consejos para comentar de Literautas he hecho una lectura rápida y tu historia me ha gustado, aunque es muy dura.
En cuanto alguna cosa mejorable, creo que ese Rodrigo que aparece será Esteban, ¿no?
“Pola recordaría la sucesión de acontecimientos que le quitarían su fuerza de espíritu, sus deseos de seguir viviendo” en esta frase pondría “quitaron”.
“¿Quién quería relacionarse con alguien con los problemas que él tenía?” en esta escribiría “querría”.
Brandon, solo es mi opinión. Felicidades por tu historia.
Saludos.
Cristina Otadui
19/01/2025 a las 17:46
Hola,
bueno Brandon Quiroga he de decir que me ha resultado complicado seguir la narrativa por la cantidad de ¿localismos? que empleas. Para muestra un botón: “Xochilt De Ovando”: este nombre no lo había oído en la vida; ni siquiera sabía si te referías a un hombre o a una mujer.
Los personajes, la historia… me resultan confusos, inconsistentes: una amante que desaparece de pronto, una mujer que aparece y que al minuto siguiente es secuestrada, el chico de la droga que aparece ¡desmembrado!… imagino, tal como comenta Otilia, que Rodrigo es un gazapo y el nombre de tu protagonista es Esteban.
¿Y el final? ¿Acaba Esteban matando a su mujer? ¿No estaba en manos de los pandilleros?
Creo además que Smith & Wesson es una marca comercial con infinidad de modelos. Deberías elegir uno que sea adecuado a la acción que cuenta tu historia.
Tampoco acabo de ver el “As en la manga” porque si se refiere a la muerte y/o suicidio no resuelve nada: ¿es la muerte de los protagonistas una ventaja?
Para mi todo resulta demasiado confuso.
En cualquier caso escribir supone esfuerzo y dedicación y por ello te doy las gracias.
Un saludo,
¡¡nos leemos!!
María Jesús
19/01/2025 a las 20:16
Hola Brandon: Tu relato, un pedazo de novela negra tiene su interés aunque, como ya te han comentado, habría que pulirla un poco, pero la idea en sí resulta interesante.
Un saludo.
Brandon Quiroga
21/01/2025 a las 03:05
Muchas gracias a los tres por sus comentarios y sus retroalimentaciones. Les agradezco haberse tomado el tiempo para leerlo y dar sus realimentaciones. Las voy a tomar en cuenta.
Respecto al nombre del protagonista, debo decir que me equivoqué. El nombre es Esteban. En un principio era Rodrigo, pero no lo cambié Jajsjdjajs No cambié todos los Rodrigos que habían.
Nos seguimos leyendo. Muchísimas gracias.