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Un as en la manga. - por María JesúsR.
La profesora de música había decidido que ese año, al finalizar el curso, se realizaría una comedia musical. El proyecto era ambicioso, ya que la obra escogida sería Siete novias para siete hermanos, un musical que entusiasmaba a Virginia, la profesora, pero que ninguno de los alumnos, jóvenes de segundo de la ESO, conocía.
Unos días después, Virginia proyectó la película para que los alumnos tuvieran una primera toma de contacto. Al finalizar, hubo reacciones de todo tipo: en general, las chicas estaban entusiasmadas con el argumento, pero los chicos consideraban que la trama era un auténtico pastelazo.
―Encima, hay que saber bailar ―protestó uno de los alumnos.
―Tranquilos, no se os pedirá un nivel tan exigente. Lo que pretendo es que os mováis un poco. Pero mi objetivo principal son las canciones. La próxima semana haré la selección de los actores; para ello os haré una prueba de voz. Los que mejor cantéis tendréis los papeles protagonistas, aunque toda la clase formará parte del coro.
Durante toda la semana no se habló de otra cosa. Algunos estaban deseosos de conseguir un papel en la obra, sobre todo las chicas, que soñaban con interpretar el papel protagonista. El día de la audición, el nerviosismo flotaba en el ambiente. La profesora hizo una primera selección de las chicas que tenían el perfil que buscaba para las “novias” del musical. Entre ellas no se encontraba Leticia, una de las alumnas que no destacaba precisamente por su físico: era bajita, ligeramente regordeta y muy tímida.
La selección ya estaba prácticamente cerrada cuando Leticia le pidió a la profesora que le hiciera la prueba de voz. Virginia consideraba que Leticia no daba el perfil para ningún papel protagonista, pero no podía negarle el derecho, así que accedió a realizar la prueba.
Cuando Leticia comenzó a cantar, todos los asistentes se quedaron boquiabiertos al escuchar el registro vocal de la chica. No solo eso: también se había preparado a conciencia el papel y no solo cantó, sino que bailó con gracia y soltura la pieza que la profesora había escogido para la prueba.
La profesora, emocionada e impresionada, no dudó en darle a Leticia uno de los papeles protagonistas. Su talento y dedicación conquistaron a todos, y aquella decisión no solo transformó el musical, sino también a Leticia, quien descubrió en sí misma una confianza que nunca había imaginado. La obra fue un éxito, dejando a la clase una lección inolvidable: el talento y el esfuerzo siempre brillan más allá de las apariencias.
Comentarios (10):
Mónica Bezom
16/01/2025 a las 22:46
Hola, María Jesús.
Me ha gustado mucho tu historia; tiene una dinámica muy bien ajustada diría y, además de bien contada, un final emotivo y aleccionador acerca de los prejuicios que, aun inconscientemente, nos rebajan la vida. Has narrado perfectamente un retrato de mirada compasiva sobre tales situaciones.
Te comento algunos peros menores que me ha parecido advertir:
En el último párrafo hay una coma que sobra delante de la “y”:
“conquistaron a todos, y aquella decisión”.
“Siete novias para siete hermanos” debería ir entre comillas, por tratarse de una cita textual.
Me chirrió un poco “la profesora” nombrada dos veces en tres líneas:
“…la pieza que la profesora había escogido para la prueba.
La profesora, emocionada”
En su lugar podrías poner:
“la pieza escogida para la prueba.
La profesora, emocionada”. Y solucionado.
Ha sido un placer leerte.
Amilcar
17/01/2025 a las 09:39
Y fueron felices y comieron perdices jajajajajaja. Muy bien. salu2
Jesusa
17/01/2025 a las 12:20
Me ha gusta la moraleja del fiinal. Muy buena idea. Té seguiré leyendo
IGNACIO
17/01/2025 a las 15:23
Hola María Jesús. Nos has contado un cuento clásico con moraleja incluida. Está bien redactado, es conciso y explica lo fundamental. Me recuerda mi niñez por la película “Siete novias para siete hermanos”.
Creo que en el relato no sobra nada pero si falta algo. Nos dices que Leticia es bajita y regordeta. Eso son características físicas y cada uno es cómo es. Nos cuentas también que Leticia es muy tímida. Sin embargo se ha atrevido a pedir el papel, preparar la prueba y realizarla sin que su timidez la traicione. Podrías habernos explicado el conflicto que ha sufrido Leticia y el acopio de voluntad que le han llevado a conquistar su papel en la obra. Esa voluntad ha sido su “as en la manga”.
Nos leemos. Saludos
Yvonne
17/01/2025 a las 21:02
Hola María Jesús.
Nos has ofrecido un clásico que me recuerda los cuentos que leía de chica. Una historia cuya moraleja enseña a no discriminar, y también que la voluntad y el tesón pueden vencer cualquier obstáculo.
Está escrito con soltura, sin errores que dificulten la lectura, por lo que se lee muy bien.
Saludos
Cristina Otadui
18/01/2025 a las 12:53
Es sencillo y fácil, bien hilvanado. Una historia clásica, con final clásico y la lección que todos debiéramos de tener aprendida: las apariencias engañan y el potencial de las personas puede llegar a ser sorprendente.
Estoy de acuerdo con IGNACIO en que al personaje de Leticia le falta historia: podría decirse que se echa de menos “la historia dentro de la historia”.
Por lo demás felicidades y… ¡¡nos leemos!!
Un saludo María Jesús
PD: Me encanta Siete novias para siete hermanos 🙂
Pilar (Marazul)
21/01/2025 a las 17:36
Hola María Jesús:
Nos presentas un relato claro, que se lee y se entiende muy bien.
Buen ritmo y vocabulario correcto y apropiado para lo que se está contando.
En cuanto al sentido del texto tratas un tema común, de siempre y muy actual últimamente. Es verdad que aquí no hay acoso escolar, pero sí cierta discriminación por el físico.
Que se descubra el talento de Leticia para el baile y el canto, es una buena lección para los que no creían en ella. Hay tímidos que cuando están seguros de sus cualidades pueden ser muy atrevidos. Así que ¡bien por la chica!
Y ese “as en la manga” que tuvo oculto y supo sacar en su momento encaja también perfectamente con el reto ya que consiguió destacar y triunfar entre los suyos.
Es una bonita historia con moraleja y final feliz. Solo he echado en falta un poco de misterio, pero son cosas mías je,je…
Encantada de leerte, María Jesús.
CARMELILLA
22/01/2025 a las 19:14
Hola, Maria Jesús.
Gracias por leer y comentar mi relato.
Con tu relato es fácil imaginar a esa “panda de adolescentes” y sus características.
Me ha parecido que quizás algunas comas sobra, pero teniendo en cuenta que es mi asignatura pendiente, de manera que puedo estar equivocada.
Se lee con fluidez y utilizas un lenguaje claro y sencillo.
No sé si el conflicto que has querido expresar tiene que ver con el valor de la apariencia física, pero desde luego quién ejerce a la perfección la discriminación precisamente por ese motivo es la propia profesora quién ni había tenido en cuenta a Leticia.
La discriminación intencionada y sin tener intención, nos rodea, sólo tenemos que mirar y mirarnos.
Es cierto que el relato no tiene intención integrante, pero desde luego no desmerece tu trabajo.
Hasta pronto.
Saludos.
CARMELILLA
22/01/2025 a las 19:16
Perdona, Maria Jesús, en el final de mi comentario he querido decir: “acción intrigante”.
Saludos otra vez.
JOSÉ MARÍA
23/01/2025 a las 18:15
Hola Maria Jesus, relato bien contado, quizás alguna coma de más y algún que otro error nada del otro mundo, aquí la moraleja seria, “las apariencias engañan”.Un placer leerte y espero leerte pronto. José Maria.