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Un as en la manga - por Verso sueltoR.
El diecisiete de enero el cultural de “La nación” publicó la foto de la entrega de premios del concurso Literópatas. En la instantánea, reproducida en los principales periódicos de diversos países, Fausto Saavedra, el ganador, mira con arrobo a la finalista. Es su consagración como escritor tras una carrera mediocre y piensa que ostentar ese galardón supone ganar fama, dinero y, lo más importante, conquistar a Margarita que, a su lado, tiene la vista perdida en un punto difuso del infinito.
Fausto ha deseado a Margarita desde que la vio por primera vez hace ya cinco años, aunque decir primera vez es falsear la verdad: no ha dejado de desearla un solo instante. Desde que consiguió las fotos no ha parado de acariciar la idea de que el Literópatas es la llave de su corazón y, al anunciarse el veredicto, exultante, le vienen a la mente los recuerdos de las últimas semanas. Se ve a si mismo en pijama la noche antes de cerrarse el plazo, poniendo en la máquina de escribir dos folios separados por papel carbón. Es un bicho raro, no utiliza ordenador ni teléfono móvil, vive aislado del mundo; todas sus novelas tienen lugar antes de Internet y hablan de lo incompleto, del deseo aniquilador, el deseo insatisfecho, su tema favorito, su único tema. Todos los editores se lo dicen: “abandona la zona de confort”. Pero nunca lo ha conseguido y sabe que necesita un milagro para que el vaivén de olas de tinta que empapan el folio resulte ganador. De repente, pensativo y con los dedos suspendidos en el aire, le viene a la mente el título con el que ganará la partida que siempre ha perdido en la realidad: “Un as en la manga”. Un título imbatible, piensa; algo más que un milagro.
Escribe la trama sin esfuerzo. Pensando en Margarita, los dedos teclean al dictado del corazón. La certeza de su éxito le libera de la cárcel de frustración en que vive y las palabras vuelan como gaviotas por encima de las cadenas. Con el primer rayo de sol pone el punto final. Extrae los folios del rodillo, los posa con mimo sobre la mesa y lee con morboso deleite. Dobla el original y lo introduce en un sobre dirigido a “Editorial Muntaner. Avenida Mefistófeles s/n. 00666". Antes de cerrarlo introduce otro sobre más pequeño que saca de un cajón y en el que escribe: “Entregar al director”. Dentro, las fotos y una escueta nota. Pone su viejo despertador a las doce y se echa a dormir. Tendrá tiempo suficiente de certificar el envío con su relato antes del cierre de la estafeta de Correos; bajo ningún concepto lo enviará por internet, faltaría más.
…
En la foto de entrega de premios, Eduardo Muntaner rodea con ambos brazos a Fausto y a Margarita. Tiene los ojos cerrados, el flash le ha sorprendido pegando un puñetazo en la mesa al leer la nota del maldito sobre, ”ya sabes lo que tienes que hacer con Un as en la manga si no quieres que estas fotos tan bonitas salgan en los papeles”. A su lado, Margarita disimula su rabia con elegancia; el segundo premio es una afrenta, como accionista mayoritaria y esposa del director de la editorial se cree con patente de corso. Esa misma mañana se lo ha dicho bien claro a su marido cuando se ha enterado que quedará segunda. “Eres un calzonazos, te vas a enterar de lo que vale un peine”.
Desde que recibió la nota hasta la víspera de la gala, Eduardo ha chantajeado a unos y a otros, ha mentido y maniobrado hasta conseguir el máximo de votos para “Un as en la manga”.
…
Los siguientes días Fausto telefonea insistentemente a Margarita. Ella no se pone. Él le envía flores y bombones con tarjetas inflamadas de amor. Pasan los días, Fausto se desespera, no sabe qué pensar. Hasta que, por fin, recibe una carta suya; la abre emocionado, aspira el perfume que sale del sobre, es una copia de su relato que se titula “Nunca seré tuya” con una dedicatoria: "Troglodita de mierda, escribes como el culo pero espero que al menos sepas leer el título. Olvídame.
A estas alturas, Eduardo ya sabe lo que vale un peine; Margarita lo ha plantado y ha vendido las acciones al principal competidor de la editorial.
Comentarios (6):
IGNACIO
16/01/2025 a las 20:16
Hola Verso Suelto. Tu relato es muy interesante. Adaptas la historia de Fausto al tema propuesto y a la época actual. El final, de traca, lo mejor.
Dos observaciones. Hay cierta confusión en la historia y me parece que se rompe la concordancia en los tiempos verbales; al principio hay un “publicó” que no pega con un “mira”.
Una curiosidad, creo que tu relato y el mío tienen una cosa en común, una referencia de pasada a la misma ciudad, Barcelona.
Nos leemo.
dopidop
16/01/2025 a las 20:42
¡Hola Verso Suelto!
Soy tu compi de mas arriba y me toca comentarte, así que allá vamos.
Primero resaltar que se me ha hecho un relato fácil y entretenido de leer, me presentas a Fausto, un personaje en toda su rama de significados que ya me cae mal desde el principio, y cuentas una historia de amor, mezquindad, engaños y chantaje que está a la orden del día. Es genial que al final se tenga que dar con un canto en los dientes y que la única que salga bien parada, sea Margarita (aunque se haya tenido que quedar con el segundo premio)
Por otro lado, las referencias (a Fausto, al diablo, …) están muy bien llevadas. La dirección de correo me ha sacado una sonrisa.
Me encanta lo de “Literópatas” incluso lo he buscado a ver si existía, por que quiero ser miembro de esa secta 🙂.
No hay nada que me haya sacado del relato, más allá de lo que te ha comentado Ignacio.
En resumen, un buen texto. Te por seguro que buscaré el mes que viene. Nos leemos por estos lares.
¡Un abrazote!
IreneR
17/01/2025 a las 10:24
Buenas, Verso Suelto.
Una historia muy original y mezquina. Vaya jeta tiene Fausto, aunque con ese nombre…
Me ha gustado la idea de la que parte, aunque no sé si al final te has quedado sin palabras, pues me ha parecido un tanto confuso y me ha costado bastantes relecturas enterarme de cómo acababa… O igual soy yo que estoy espesa.
Nos leemos.
Un saludo.
Irene
Yvonne (María Kersimon)
18/01/2025 a las 16:54
Hola Verso Suelto,
De entrada, me ha gustado el tema con su punto de ironía, una buena sátira de cierto mundo editorial con sus pseudo concursos y ganadores prefabricados (no daré nombres) y de ciertos escritores arribistas de tres al cuarto. Este punto de ironía y crítica social, lo he visto en otros de tus cuentos y me ha gustado.
Este relato cumple con las exigencias del título. El hecho de titular su novela ¨un as en la manga¨ hace al escritor doblemente paleta por vanagloriarse con su doblez. Reslatas varias veces el cariz mefistoféfico del personaje de un modo irónico. Está bien. Pero me ha faltado conocer el contenido de las fotos, era un ingrediente más de la intriga, que aunque no esencial, despertaba la curiosidad y dejaste sin respuesta. Los lectores son morbosos, jeje. Tampoco el lector tiene conocimiento del contenido del nuevo libro, de si es diferente al de siempre; es una pregunta que uno se hace al leer.
He de decirte que me estorbó la lectura la mezcla de tiempos verbales y que me perdí en un par de ocasiones, teniendo que volver más arriba para asegurarme de la cronología de los hechos.
Ningún tropiezo más de forma. Sin embargo la descripción que haces del personaje en la introducción me hubiera convencido más si me la hubieras mostrado en vez de describirla. Puede ser complicado mostrar la mezquindad pero es moneda común así que no tanto.
Me gusta leerte y volveré a hacerlo. Siempre me resulta grata la lectura.
Mónica Bezom
25/01/2025 a las 15:16
Hola, Verso Suelto.
Me ha gustado mucho tu relato; lo leí con avidez y admiración de ciertas líneas poéticas que me encantaron: “el vaivén de olas de tinta que empapan el folio…”; “las palabras vuelan como gaviotas por encima de las cadenas…”. También me ha gustado cómo describes su escritura a máquina, en fin, encontré muy acertadas y poéticas las descripciones.
¡Felicidades!
Nos estamos leyendo.
Daniel Escobar Celis
04/02/2025 a las 01:53
Al final el as bajo la manga no le funcionó. Jeje, no puedes comprar la voluntad de las personas.
Bueno, el relato ha estado entretenido y lo he leído del tirón.
Coincido en que tienes unos fragmentos poético, y buen en fin me ha gustado. Sigue escribiendo nos seguiremos leyendo.