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Un as en la manga - por Kelvin I. Márquez+18

Era ya avanzada la noche cuando Edgar Mills entró en su taller y vio que lo esperaba una mujer. Iba vestida con un traje verde y se movía con gracia, observando todas y cada una de las herramientas. Su cabello, de un rojo tan intenso que parecía sangre, le llegaba a la cintura. Edgar carraspeó. La mujer dio un respingo y se volvió hacia él.
—¡Señor Mills! Siento mucho la intrusión —dijo a la vez que dejaba una lámpara de aceite sobre la mesa.
—¿Qué hace usted aquí?
—Necesitaba saber si podría afilar este cuchillo —respondió la mujer, sacando un cuchillo de una vaina que llevaba en la cintura. Medía más o menos unas doce pulgadas y en su hoja había unos símbolos muy parecidos a runas. Engastado en la empuñadura, un rubí hacía juego con el cabello de la mujer.
—¿De dónde lo sacaste? —preguntó con un hilo de voz, sin apartar la mirada del cuchillo.
—Lo heredé de mi padre.
Edgar pasó el pulgar por la hoja. La sangre manó enseguida.
—No necesita afilarse —dijo y se lo devolvió.
—¿Está seguro?
Edgar asintió y fue hasta la mesa mientras la mujer regresaba el cuchillo a la vaina. Media docena de cuchillos estaban colocados en orden de mayor a menor. Un libro yacía abierto junto a un tintero. Buscaba una pluma cuando se fijó en una botella de vino y dos copas que no reconocía.
—¿Y eso? —preguntó señalándolas.
—Es parte de mi pago por su ayuda —respondió la mujer.
Edgar la miró a los ojos, tan verdes como su vestido. Cada segundo que pasaba le parecía más hermosa. Pero algo en ella le aterraba. Pensó echarla de su taller pero se arrepintió casi al instante. Si lograba que bebiera de la botella quizás podría quitarle ese traje, pensó. Solo Dios sabía que llevaba años sin estar con una mujer decente y más si era joven. Pensar en sus cálidos pechos y su cintura delgada le provocó una erección que intentó disimular sentándose en el taburete detrás de la mesa.
—Muy bien —dijo, inclinándose hacia adelante—. Pero beberás tú primero.
La mujer, con ambas copas llenas en mano, arqueó las cejas.
—¿Cree que envenené el vino, señor Mills?
Edgar no respondió enseguida. Agarró la copa que la mujer le daba pero no bebió.
—El veneno es el arma perfecta de una mujer —dijo al fin, sonriendo.
Ante sus palabras ella soltó una risita y bebió de la suya hasta dejarla vacía. Luego se dio la vuelta y procedió a llenarla de nuevo. Edgar la miraba ensimismado.
—Aún no me dice su nombre, señorita.
—Me parece que usted ya lo sabe —respondió ella con voz alegre—. ¿Se encuentra bien?
—Sí…sí, estoy bien —respondió Edgar. Intentó levantarse pero sus piernas apenas respondían. Le costaba respirar—. ¿Qué me hiciste?
—¿Yo? Nada.
Edgar la miró desconcertado. Aunque comenzaba a nublársele la vista, vio que la mujer sacó un sobre de un pliegue del vestido y lo dejó sobre el libro. Un escalofrío le recorrió la espalda. Reconocía ese sobre. Tenía escrito su nombre en tinta negra. Volvió a mirarla pero ella ya no sonreía.
—¡La hija de Jacques! —balbuceó. Agarró el cuchillo más cercano pero tropezó y cayó de bruces al suelo.
—¿Creíste que no te encontraría? —dijo la mujer—. ¿Creíste que Constance Drake permitiría vivir a los asesinos de sus padres?
Haciendo un último esfuerzo, Edgar se incorporó. La cabeza le daba vueltas y estaba cubierto de sudor.
—Nunca pensé que este día llegaría —dijo—. No te saldrás con la tuya, Constance.
Lady Constance soltó una carcajada.
—Ya lo estoy haciendo. Solo eres el tercero que cae —dijo ella, mostrándole un par de sobres más.
Fue lo último que Edgar Mills vio.
Lady Constance fue hacia la puerta. Al abrirla, una corriente de aire frío le hizo temblar. Iba a salir pero se detuvo. «Mejor que parezca un incendio», pensó mientras derramaba aceite en el suelo y lanzaba una de las lámparas. Las llamas cobraron vida al instante. Sin quedarse a mirar como devoraban todo, cerró la puerta y se alejó.
«Acertaste Mills: el veneno es el arma perfecta de una mujer » pensó mientras acariciaba la empuñadura de su cuchillo.

Comentarios (18):

Kelvin I. Márquez

17/01/2025 a las 03:23

Primero que nada, saludos a todos. Dejo aquí el enlace de un relato que escribí hace años en el cual Lady Constance fue creada. Taller 28 de Literautas. No es necesario leerlo para entender este relato aunque si se notara la importancia de ciertos objetos.

https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-28/4014

Kelvin I. Márquez

17/01/2025 a las 03:37

También debo aclarar que hay ciertas discrepancias en cuestiones de descripciones y nombres las cuales cambiaron al corregir el cuento poniendo en practica los consejos de los compañeros.

Mariano García Miqueo

17/01/2025 a las 14:53

Excelente obra, Kevin. Te confieso que me encantaría poder escribir historias como esta en la que el ritmo narrativo, los diálogos imperdibles y el suspenso hasta el final son su marca registrada. Felicitaciones por tan excelente obra

Antaviana

17/01/2025 a las 21:14

Hola Kevin, únicamente felicitarte por tu relato: por la historia, por los diálogos y sobretodo por la atmósfera que creas.
Muy bien narrado
Soy tu vecina del 48

Juli Blanco

17/01/2025 a las 23:15

Hola Kelvin! Me gustó tu relato, tiene la dosis justa de misterio y se lee de un tirón.
Está muy bien narrado. Solo un detalle que puedo remarcar, es que, si bien está narrado en tercera persona, entiendo que el punto de vista es el del señor Mills, pero hay un momento del relato, hacia el final, donde relatas lo que piensa Lady Constance y eso puede ser un poco inconsistente, pero con una vuelta de tuerca seguro se puede resolver.
Felicitaciones por tu relato!
Si querés pasar por el mío, es el 50 (:

Kelvin I. Márquez

18/01/2025 a las 03:37

Mariano, Antaviana y Juli, gracias por sus palabras. Lo único que puedo decir es que para este relato (y el que dejé en el enlace) tuve que imaginarlo por completo, lo cual se me hace bastante complicado porque en la mente lo veo como una escena de una película. Y llevar eso al papel e intentar que el lector pueda imaginarlo también es una tarea difícil.

En cuanto al cambio de punto de vista fue adrede ya que Edgar Mills murió y me pareció interesante que fuera Lady Constance quien tuviera la última palabra.

De nuevo gracias a todos y nos leemos!

Trinity

18/01/2025 a las 07:40

Hola Kevin,
Me ha gustado tu relato, muy intrigante.
Al principio cuando quiere que le afilen el cuchillo no entiendo porque le ofrece una copa de vino por la ayuda, si en realidad no llega a afilarlo, porque no era necesario.
Al seguir leyendo comprendo que es todo un compendio para vengarse por haber asesinado a di padre.
Entretenido y con suspense. Saludos.

Yvonne (María Kersimon)

18/01/2025 a las 23:58

Hola Kevin,
Está bien narrado y reconozco que engancha. Al ser todo diálogo resulta ligero. De contenido también es ligero pues es sólo acción y usa argumentos manidos como el sexo, la venganza, detalles visuales impactantes como el pelo rojo, la hoja larga y afilada. Todo ello causa un efecto en la mente del lector tan espectacular como efímero. Un instante de divertimento sin más pretensión. No vi o no supe ver donde estaba el as en la manga de quien.

Kelvin I. Márquez

19/01/2025 a las 03:54

Trinity, Yvonne, muchas gracias por leer y comentar mi relato. En cuanto al as en la manga es la forma en que Lady Constance usa el veneno. Ella va a afilar su cuchillo que en realidad no necesita filo. Lleva la botella y las copas, lo que provoca que Mills piense que el vino esta envenenado cuando en realidad lo que si estaba envenenado era el cuchillo. Al pasar el pulgar, Mills se corta. Ese es el as en la manga. Por esa razón el final es la aceptación de Lady Constance sobre usar veneno como arma mientras acaricia la empuñadura del cuchillo.
Nuevamente gracias y nos leemos!

Yvonne

19/01/2025 a las 11:37

Siento mucho no haber adivinado la trampa del cuchillo. Sólo me quedé perpleja por no ver indicación de que bebiera. ¡Mi cerebro lerdo!

Cristina Otadui

19/01/2025 a las 11:50

Tu relato me devuelve a todas aquellas novelas de capa y espada que leí hace mucho. Las historias de los mosqueteros, Cyrano, Lagardére. Intrigas, venganzas, folletines llenos de mujeres hermosas pero ¡tan peligrosas!…no me extraña que en tu cabeza lo veas como en una película: tu historia parece una escena cinematográfica.
He de reconocer que tuve que releer para ver el veneno en el cuchillo y cuando lo descubrí me encantó…¡canasta y punto para ti!
Gracias por pasarte por mi texto.

¡¡Nos leemos!!

Kelvin I. Márquez

20/01/2025 a las 03:06

Gracias a ti Cristina por tus palabras. Respecto a las novelas que mencionas he de decir que varios lectores han llegado a encontrar un parecido de Lady Constance con Milady de los 3 mosqueteros. Puede que lo haya pero puedo decir que no es intencional. En cuanto a lo de película me temo que las historias que mejor me quedan son las que imagino de esa forma. Por eso es que escribir una novela me cuesta mucho.

Yvonne, no creo que tu cerebro sea lerdo. Entiendo que debí indicar de una mejor manera que el cuchillo estaba envenenado pero no lo hice porque pensé que dañaría el impacto del final. De todos modos creo que veré como lo hago y de paso elimino uno de los dos pero que están demasiado cerca en el párrafo en que Mills planea aprovecharse de ella.

Gracias nuevamente por sus palabras y por leer mi relato.
Nos leemos!

IreneR

20/01/2025 a las 18:12

Buenas, Kelvin.

Un relato muy bien escrito y fácil de leer. Engancha desde el principio y tiene un ritmo tan rápido que uno llega al final sin darse cuenta.
Mientras lo leía me dio la sensación de que estaba dentro de una escena de una historia mucho más larga, que esto solo era un trozo de algo más grande. Luego he leído tu comentario y ya todo ha encajado.
Me ha resultado curioso que el as en la manga aparezca justo al principio, cuando, por lo general, suele ser al revés. Pero no queda mal, pues el desenlace sí que es al final.

Solo un posible apunte para mejorar:
-“Si lograba que bebiera de la botella quizás podría quitarle ese traje, pensó.”. Escribes el pensó, con lo cual es un pensamiento y estos se suelen poner entre comillas.

Gracias por leer mi relato.

Nos leemos.

Un saludo.

Irene

CARMELILLA

22/01/2025 a las 17:19

Hola, Kelvin. Gracias por leer y comentar mi relato.
En tu relato muestras muy bien la escena, resulta fácil imaginar el lugar dónde se desarrolla.
Describes muy bien la sensación libidinosa que le sugiere Lady Constance al señor Mills.
El diálogo hace que el relato fluya y la intriga siga su curso hasta el final.
Todo se lee con fluidez, no hay confusión ni despiste, aunque he de confesar que me quedé pensando cuando había echado el veneno en el vino, yo tampoco supe entrever que había sido el cuchillo y por lo tanto ese era el “as en la manga”.
Trama bien planteada, sin leer todo lo que ya tienes escrito previo a esta escena, sitúas perfectamente el conflicto y a los personajes. sobre todo a Lady Constance.
Muy buen trabajo.
Saludos y hasta pronto.

Pilar (Marazul)

22/01/2025 a las 20:03

Kelvin, tu relato tiene muchos ingredientes buenos: perfecta ambientación y descripción de los personajes, intriga, venganza, sensualidad…Esa mujer que describes tiene elegancia hasta para matar. Juegas al despiste en el momento de afilar el cuchillo, pero luego todo cuadra.
Narras una escena en donde el planteamiento y el nudo probablemente estén en otro relato anterior. Pero no importa porque nos describes un desenlace perfecto: el lector puede adivinar las causas de semejante final.
Me ha gustado mucho ¡Enhorabuena!

Mónica Bezom

22/01/2025 a las 22:19

Hola, Kelvin.

Un relato que se deja leer y atrapa el interés del lector. Has sabido crear una atmósfera inquietante en la que los personajes obedecen a la intensidad. Me han gustado mucho los diálogos y el desenlace inesperado, por lo menos para mí.

En cuánto a los diálogos, me despistó un poco que Edgar tratara alternativamente de tú y de usted a la mujer:
“Qué hace usted aquí?”; “¿De dónde lo sacaste?”; “Aún no me dice su nombre, señorita”.
Por fuera de esto, me ha parecido una historia estupenda.

Un placer leerte.

Osvaldo Mario Vela

29/01/2025 a las 15:34

Buenos días Kelvin. Ante todo, quiero las gracias por tu visita a mi relato y comentarlo-

Del Tuyo, que puedo decir, un relato que nunca me permitió abandonar la lectura. Tu paso por la historia atractivo y de una rapidez frenética que me sorprendió al llegar al último párrafo y repetir la frase clave de la historia «Acertaste Mills: el veneno es el arma perfecta de una mujer».

Simplemente, tu escrito es un guion cinematográfico al que no se le escapa ningún detalle. Alguien como yo podria pensar que en la escritura como en los buenos vinos el añejamiento es una cualidad necesaria. Ocho años de maduración en el tintero de las letras.

Te felicito y nos leemos el próximo mes.

José Torma

12/02/2025 a las 00:00

Amigo Boricua.

Muy bueno, me gustaron las descripciones y sobre todo el uso de los diálogos para llevar la acción.

La venganza es dulce y Lady Constance, esa vieja conocida, lo tiene claro.

Un abrazo.

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