Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Un as en la manga - por Moldy BlastonR.

La vida de Jacobo transcurría en el viejo taller de relojes de su padre. Allí, entre el tic-tac constante y el olor a aceite metálico, Jacobo aprendió a reparar todo lo roto. Pero nadie le enseñó a arreglarse a sí mismo.
A sus cincuenta años, Jacobo era un hombre invisible. Nadie lo notaba al pasear por las calles, nadie preguntaba por él. Su nombre no aparecía en ningún lugar importante.

Todo cambió el día que su padre murió.

Jacobo encontró algo inesperado: una caja de madera con el nombre de su padre grabado en la tapa. Dentro había un reloj de bolsillo, un reloj sin manecillas. En la parte trasera una inscripción: "El tiempo no se mide en minutos. Se mide en segundas oportunidades."
Jacobo pasó noches enteras intentando entender su mecanismo. Cada vez que lo giraba en las manos sentía un cosquilleo en el pecho, como si algo estuviera a punto de suceder.

Y sucedió.

Un día, mientras arreglaba un reloj antiguo para una clienta, sin darse cuenta activó el extraño mecanismo del reloj de bolsillo. El aire en el taller pareció cambiar, vibrar. Cuando levantó la vista, la clienta ya no estaba. En su lugar, había una joven versión de ella, sentada en el banco, con los ojos llenos de lágrimas.
Jacobo sintió que el corazón se le paralizaba. El reloj no medía el tiempo. Lo manipulaba.

Una mañana, Jacobo se encontró con un accidente en la calle. Un niño había sido atropellado. Sonido de gritos y sirenas. En un impulso, sacó el reloj y giró el mecanismo.

El tiempo retrocedió.

Esta vez, Jacobo llegó antes. Saltó a la calle, empujó al niño fuera del camino y cayó al suelo en su lugar. Los transeúntes lo vitorearon como un héroe. Los vídeos inundaron las redes sociales. El hombre invisible se volvió viral.
Pero Jacobo sabía que no era un héroe.
La fama se volvió insoportable. Todos querían saber quién era el hombre que siempre aparecía en el momento justo. Le ofrecieron entrevistas, contratos de televisión, incluso documentales. Pero Jacobo sentía que el reloj le estaba cobrando un precio.
Cuando lo usaba, su cuerpo se sentía más débil. Era como si el reloj le arrebatara años de vida cada vez que corregía el destino. Mirándose en el espejo Jacobo supo que debía tomar una decisión.

Una tarde, sin poder resistir la tentación, activó el reloj. El aire en el taller cambió, vibró. En seguida reconoció el olor a tabaco y barniz. Y allí, sentado junto a la mesa de trabajo, estaba su padre. Vivo.
Jacobo creyó desmayarse. Su padre levantó la vista y lo miró con una mezcla de ternura y sabiduría.
—Jacobo… Sabía que volverías.
La voz del anciano era firme, pero sus ojos brillaban con una tristeza anticipada. Jacobo cayó de rodillas, incapaz de contener el llanto. Se abrazaron, y durante minutos, el tiempo dejó de existir.
Pasaron días mientras trabajaban juntos en el taller como si nada hubiera cambiado. Jacobo le contó todo: su soledad, la fama accidental y el peso del reloj. Pero cuanto más tiempo pasaba, más notaba cómo su cuerpo se debilitaba.

Una noche, su padre lo llamó al banco de trabajo.
—Hijo, no puedes quedarte aquí. Lo sabes, ¿verdad?
Jacobo negó con la cabeza, las lágrimas cayendo de nuevo.
—Papá, no puedo perderte otra vez. No quiero volver a estar solo.
El anciano sonrió.
—Nunca estuviste solo. Estuve contigo en cada tic-tac, en cada engranaje que arreglaste. Pero ahora debes regresar. Tienes un regalo que otros necesitan. Tu tiempo vale más de lo que crees. Utiliza ese as en la manga para ayudar a quienes lo necesitan. Y prométeme que nunca más lo usarás para huir.
Jacobo lloró en silencio, sabiendo que no podía negarse.
Después de un abrazo eterno y con el corazón roto, activó el mecanismo una última vez. El taller vibró y se desmoronó alrededor de él. Cuando abrió los ojos, estaba de vuelta en el presente.

Pero esta vez, algo había cambiado.

Sobre la mesa de trabajo había una pequeña nota que no estaba allí antes. La letra era reconocible para él:
"Recuerda: el tiempo no se mide en minutos, sino en segundas oportunidades. Vuelve a vivir."

Jacobo sujetó la nota contra su pecho y, por primera vez en mucho tiempo, sonrió. Sabía que ya no necesitaría el reloj. Su padre le había dado la herramienta más importante: la capacidad de seguir adelante sin miedo al tiempo.

Comentarios (12):

Mónica Bezom

16/01/2025 a las 21:55

Hola, Moldy.

He disfrutado leyendo tu relato; has escrito una historia entrañable y original cuyos personajes son portadores de equilibradas dosis de ternura y sabiduría que la determinan y contienen (a la historia).
“Hijo, no puedes quedarte aquí. Lo sabes, ¿verdad?”: me han encantado y emocionado estas palabras del padre.

No le encuentro peros, salvo unas comas demás, a mi juicio:
“Se abrazaron, y durante minutos, el tiempo dejó de existir”. Quitaría ambas comas de este párrafo o, por lo menos, la primera que antecede a la “y”.

¡Enhorabuena!

Un placer leerte.

Hilda G.M.

17/01/2025 a las 09:30

Hola, Moldy.
Me ha encantado tu relato. Creo que el personaje de Jacobo está muy bien logrado y aunque el oficio de relojero ya sea algo anacrónico para esta época en la que la mayoría prefiere desechar las cosas en lugar de llevarlas a arreglar, pienso que no podías haber elegido otro mejor para él en una historia en la que el tiempo juega un papel tan importante. Solo me parece que lo de “activó el mecanismo una última vez” no resulta coherente, puesto que el padre le ha dicho que tiene un as en la manga que debe usar para ayudar a quienes lo necesiten, es decir, que deberá volver a utilizarlo. A lo mejor es que no he entendido correctamente esa parte. De cualquier forma, lo he leído con verdadero placer. Gracias por compartirlo.
Saludos

IreneR

17/01/2025 a las 09:36

Buenas, Moldy.

Me ha gustado tu historia. Muy emotiva y con mucha carga sentimental. La forma en la que has metido el as en la manga me ha parecido acertada y que queda bien con el texto y la trama.
Creo que es una historia con potencial, algo que podrías desarrollar un poco más y sacar algo más largo.

Nos leemos.

Un saludo.

Irene

María Jesús

17/01/2025 a las 13:37

Hola Moldy: Tu relato me ha parecido que derrocha imaginación y fantasía, y lo he disfrutado mucho.
Un saludo.

Otilia

17/01/2025 a las 17:58

Hola, Moldy, gracias por leer y comentar mi relato.
Tu historia me ha gustado. Has conseguido una atmosfera “vintage” y unos personajes llenos de ternura. Por eso esta frase rompe la fantasía “Los vídeos inundaron las redes sociales. El hombre invisible se volvió viral”. Solo es mi opinión.
Esta frase “Un día, mientras arreglaba un reloj antiguo para una clienta, sin darse cuenta activó el extraño mecanismo del reloj de bolsillo” puede equivocar ¿qué reloj? ¿El de la clienta o el suyo? Ya sabemos que es el suyo, pero podías escribir mientras atendía a una clienta. Moldy, sigue siendo mi humilde opinión y la historia es tuya.
Felicidades por el relato. Saludos.

Cami

17/01/2025 a las 20:27

Qué linda historia!!! Nostálgica. Me encantó haberte leído en palabras tan sencillas. Me gustó mucho, sin dudas. Nos leemos! Abrazo

Moldy Blaston

18/01/2025 a las 11:37

Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios, todos muy interesantes y acertados. Gracias también por los ánimos que ayudan a seguir escribiendo.
¡Nos leemos!

Cristina Otadui

18/01/2025 a las 13:05

¡¡Bendita imaginación la tuya Moldy Blaston!!
Que historia tan bonita, tan entrañable, llena de ternura… el hombre invisible, el salto en el tiempo, el padre relojero…de pronto me viene a la cabeza el cuento de Pinocho donde el querido muñeco de madera sigue su viaje sin perder la esperanza de convertirse en un niño de verdad al igual que tu protagonista, sigue adelante sin miedo al tiempo,
Un placer leerte

Gracias

Patricia Redondo

18/01/2025 a las 17:32

La historia es hermosa. Los personajes entrañables y tiernos. No soy muy amiga de la literatura fantástica. En mi ignorancia tengo el prejuicio de pensar que es un recurso fácil, a utilizar cuando la realidad no nos da lo suficiente para contar o resolver una historia (tonta de mí…). Pero cuando se hace bien, es tan hermoso y tan válido como cualquier texto, se acerque a la realidad o vuele entre las nubes de lo fantástico

Me ha gustado leerte

Gracias por tu visita y comentarios

Seguro que nos seguimos leyendo!

Yvonne

20/01/2025 a las 20:17

Hola Moldy,
Me ha enganchado tu cuento. El tiempo es una dimensión misteriosa que siempre me ha intrigado así que he tenido ganas de seguir leyendo. El viaje en el tiempo es un tema manido pero así cómo lo manejas tú, resulta otra cosa, más parecida al don de escaparse del tiempo y experimentarlo de manera no lineal. Trascender el tiempo.
El episodio de la fama te vino bien para cumplir con el reto y lo has logrado bien, con los dos. Pero lo que más me ha resonado ha sido el encuentro del chico con el padre y su desamparo al verse obligado a regresar. Tiene mucha fuerza y lo siento muy vívido así cómo lo describes. Saludos.

Rufino Manzaneque Ramos

21/01/2025 a las 10:50

Saludos Moldy,para imaginación esta vez la has bordado,vaya relato que te has marcado.
Final sorprendente aunque previsible.
Los compañeros ya han dicho mucho y yo estoy con ellos.
Gracias por haber leido el mio y seguramente nos seguiremos leyendo.
Solo te digo que mantengas La imaginación que tanta falta hace a veces.

Moldy Blaston

21/01/2025 a las 11:06

Muy agradecido por vuestros comentarios. Realmente ayudan tanto para correcciones como para tomar impulso para próximos relatos.
Nos leemos….

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *