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Un as en la manga - por Pilar (Marazul)R.

ACLARACIÓN: El relato que presento está inspirado en un microrrelato del mismo título que presenté en Literautas para la recopilación de uno de los libros. Colección del taller de escritura 2017 MONTAME UNA ESCENA: "Un as en la manga", Marazul

«El alcalde recibe a Daniel Torres, policía local condecorado, tras salvar la vida de un niño de tres años de morir ahogado»
—¡Enhorabuena Torres! —le felicita en voz alta Guti, después de leer el titular—. Te has hecho famoso, sales en el periódico.
—Gracias sargento —contesta orgulloso el chico—. Hice lo que tenía que hacer.
—Ya lo celebraremos esta tarde. Ahora a currar. Toma —en un gesto que le caracteriza le lanza las llaves del coche patrulla—. Nos vamos.

Cuando llamaron a la casa de Fidel Molina les abrió la puerta su mujer que llevaba un bebé en brazos. Era regordete y Torres, que estaba eufórico, le hizo varias carantoñas al entrar en la casa.
A ella se le notaba tensa pero no extrañada de verlos allí. Parecía que les estuviera esperando.
—¿Está su marido, señora?
—No, está trabajando.
El sargento Gutiérrez ya lo sabía, pero quería interrogarla a ella sola.
—Bien, solo queremos hacerle unas preguntas. ¿Dónde estuvo su marido la noche del viernes pasado entre las nueve y las doce de la noche?
—En casa.
La respuesta fue tan rápida que el sargento la miró fijamente a los ojos
—¿Está segura?
—Si.
—¿Su marido tiene una furgoneta Citroen color blanco?
—Si
—Pero ese día, entiendo por lo que me dice, no la sacó en esas horas.
—Así es.
Mientras anotaba algo en la libreta, se dirigió en tono amable.
—Bien señora, si recordase algún dato o cambiase de idea —esto lo dijo más despacio— llámeme. Le extendió la tarjeta que ella aceptó antes de cerrar la puerta.

Julia estuvo con la espalda apoyada en la puerta unos minutos. No sabía muy bien por qué les había mentido. Una vez que se repuso depositó a la niña en la cuna.
Pensaba en la noticia de esta mañana que la tenía atemorizada: que habían encontrado el cuerpo sin vida con signos de violencia de la chica desaparecida el viernes pasado en el viejo camino al molino. Recordaba bien ese lugar a donde solía ir con Fidel cuando eran novios para tener cierta intimidad. Se le hizo un nudo en el estómago.
Observando a la pequeña dormida en la cuna pensó en los afligidos padres de aquella pobre chica asesinada con tan solo catorce años.
Fue directamente a la cocina. Había lavado las botas el día anterior, pero en el cesto de la ropa sucia aún estaba la camisa. Las manchas de barro y sangre eran evidentes. La olió. Era un hedor desconocido, a metal, a lodo, a hojas putrefactas. No llegó a vomitar, pero el asco le hizo gritar: ¡No! ¡Vasta ya! ¡Esta vez no…!
Dobló la camisa con cuidado, la metió en una bolsa corriente, de esas de supermercado, y la escondió detrás del mueble zapatero.

Aquella tarde en Comisaría el ambiente estaba muy distendido celebrando la hazaña del nuevo héroe local. Todos menos "el Guti", como llamaban al sargento sus compañeros. Considerado un hombre afable y muy recto, que se hacía respetar más por sus actos que por sus canas, nunca bajaba la guardia y menos con el caso tan terrible que ahora les ocupaba.
Fue el único que desde su despacho vio acercarse a Julia a la Comisaría. Se fijó en que dudaba si entrar o no. Ya se daba la vuelta para marcharse cuando salió apresurado del despacho.
—Buenas tardes Julia. Por favor no se vaya, pase. Los chicos están de celebración. Yo la atenderé con total confidencialidad.
Ella balbuceó un saludo y entró. Sin decir palabra soltó la bolsa que llevaba de un supermercado de la zona encima de la mesa de Guti como si le estuviera quemando.
—No tema. Está siendo usted muy valiente. Siga haciendo su vida normal hasta que tengamos los resultados del ADN. Nosotros la protegeremos.
Al sargento le pareció que Julia le dedicaba una sonrisa antes de salir.

Anochecía. Julia se dirigía a casa de su madre para recoger a la pequeña cuando los faros de una furgoneta la iluminaron por la espalda.
Aceleró el paso.

—Pero ese día, entiendo por lo que me dice, no sacó

Comentarios (14):

Pilar ( marazul)

16/01/2025 a las 16:00

Para los que me leáis. El relato termina con la frase” Acelero el paso”. Por algún motivo se coló más texto. No hacer caso.
Gracias 😄

Patricia Redondo

16/01/2025 a las 18:44

Hola Pilar

Buen relato, se lee de inicio a fin con interés y el final te corta la respiración. personajes bien dibujados y se masca la tensión. No sé si el as en la manga lo tiene la mujer que finalmente se decide a desenmascararle o el cabrón del marido por que cuenta con el silencio de ella o porque la va a pasar por encima , pero no importa.

Corrección: ¡Basta ya! (se te fue el dedo a la v)

Nos seguimos leyendo!

Pilar (Marazul)

16/01/2025 a las 20:25

Hola Patricia: gracias por corregir ese ¡Basta ya! con V ¡Qué barbaridad, si hace daño a los ojos! Siempre hay algo que se cuela. Yo siempre digo que los buenos escritores tienen quién les corrija ja,ja…, pero los malos tenemos que hacerlo todo nosotros.
El as en la manga es la camisa. No la lava, como hizo con las botas, la guarda para tener una prueba, una ventaja, poder utilizarla en contra del marido, salvarse ella y su niña.
Muchas gracias por pasarte por aquí. Me pasaré por el tuyo
Un abrazo

Amilcar

17/01/2025 a las 00:08

Hola Pilar, soy un pésimo lector de novela negra, sin imaginación, admiro a quienes sois capaces de hilar algo de ese género. Me pasa como con el reto, me quedo in albis. salu2

Daniel Calleja

17/01/2025 a las 01:28

Hola, gracias por aclarar lo del final. ¡Lo releí tres veces antes de ver tu comentario. Me gustó, especialmente la reflexión de la mujer al mirar a su hija, sin decirlo entendemos su dilema, pues “esa chica podría ser su hija”. El lenguaje es claro y el “Vasta” resalta pero, ¿A quien se le ocurrió poner la “v” y la “b” tan juntas en el teclado? Esperemos que al marido se le rompa la furgoneta y no la alcance. Saludos

Daniel Calleja

17/01/2025 a las 01:28

Hola, gracias por aclarar lo del final. ¡Lo releí tres veces antes de ver tu comentario. Me gustó, especialmente la reflexión de la mujer al mirar a su hija, sin decirlo entendemos su dilema, pues “esa chica podría ser su hija”. El lenguaje es claro y el “Vasta” resalta pero, ¿A quien se le ocurrió poner la “v” y la “b” tan juntas en el teclado? Esperemos que al marido se le rompa la furgoneta y no la alcance. Saludos

Yvonne (María Kersimon)

17/01/2025 a las 17:14

Hola Mar Azul,
Me gustó mucho tu cuento. Cumple a la perfección con el requisito y es emocionante, intrigante, ágil y bien escrito. No lo dices, lo muestras y no deshaces el suspense con este final abierto. Se agradece la lectura.
Saludos.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

17/01/2025 a las 22:46

Buenas tardes, Mexicanas Pilar.

Hoy, de nuevo me uno en alabanza a tu trabajo. La reseña que en esta ocasión te atañe, me ha dejado temblando. la empatía que tu redacción ha dejado en mí, por tu personaje principal me avasalla.

Decirte que me siento un inútil y desecho por no poder ayudar, seria evidente si me pudieras ver. Creo que asi lo querias comunicar.

ahora veo en tu escritura un temperamento creativo el cual no pude abandonar durante la lectura,
nunca abandones este oficio en el cual no se necesitan gritos, sino un comunicar de respeto y honor.

Te felicito. PD. mi abuela se llamaba Pilar y mi hermana Pilar Guadalupe por haber nacido el 12 de diciembre.

Cristina Otadui

18/01/2025 a las 09:24

Hola Pilar,
Un buen relato, fluido, creativo, de pocos personajes…cuando releo me parece de corte cinematográfico o teatral, donde la primera frase bien pudiera ser la explicación de entrada a la escena para después de los comentarios, dar paso a la segunda y así sucesivamente. Me gusta.
Pero el final me deja un poco a medias, ese “aceleró el paso” y las frases previas no me resultan lo suficientemente rotundas para lo que va a pasar…no creo que se trate de cambiarlas o de cambiar la idea que en si es muy potente. Quizás es el tono…no lo se.
En cualquier caso como te decía al inicio es una buena historia, enhorabuena por ella.

Saludos cordiales,
¡Nos leemos!

Mónica Bezom

18/01/2025 a las 22:33

Hola, Pilar.

Un relato muy bueno, casi una crónica, en el que se plasman con acierto las emociones encontradas de la mujer hasta arribar a una decisión en justicia, pero arriesgada. No tengo objeciones, salvo el Vasta ya señalado y algunos “si” en las respuestas de la esposa, que llevan acento.

Has perfilado con acierto los personajes, lo que es de apreciar en un texto tan breve.

Ha sido un placer leerte.

Dante

19/01/2025 a las 07:06

¡Hola Pilar! (O marazul, según prefieras)

He entrado a leer tu relato y me he encontrado con que has reversionado un microrrelato que habías escrito y lo has transformado en este texto. Es un ejercicio muy interesante: encontrar inspiración en anteriores trabajos y volver a ellos transformándolos, llevándolos a otros ámbitos o límites. Al fin de cuentas, escribir es en gran medida reescribir, lo cual conlleva siempre un esfuerzo extra que de por sí es valorable.

Con respecto al relato en sí, adelanto que me ha gustado y paso a comentarlo, para lo cual me referiré primero a la forma, luego al contenido y por último expondré un comentario personal.

1.- FORMA:

1.- 1. ASPECTOS POSITIVOS:

Si bien descreo de una clasificación rígida de los géneros, en este caso creo que es claro que nos encontramos con un relato que encuadra en el GÉNERO policial.

Por otra parte, el TONO y el LENGUAJE son adecuados para el género elegido y contribuyen a sumergirnos en una historia de esa clase.

En cuanto a la ATMÓSFERA o AMBIENTACIÓN creo que en este caso debe ser analizada en conjunto con la ESTRUCTURA de la narración. ¿Por qué digo esto?

Al leer el relato noté algo que me llamó la atención y no sabía que era. Al releerlo advertí que estaba organizado en bloques: hay secuencias de acción que están agrupadas y allí el espaciado o interlineado es simple y cuando se utiliza punto y aparte, una oración o párrafo sucede a la/al anterior.

Pero cuando la secuencia (que frecuentemente implica variación de lugar, de tiempo, de acción o personajes) cambia, hay un espacio. Si uno lo imaginara no como un cuento sino como una novela, daría la sensación de que hay un cambio de capítulo.

Me pareció un recurso estilístico muy inteligente, muy interesante. Sin embargo, como podría no ser perceptible para todos o bien podría -no estoy seguro de esto- responder al formato del cuento o relato, sugeriría que examines si no te convendría trabajar un poco más en las transiciones para que fueran más suaves. De este modo, no haría falta dejar los espacios o bien y la historia fluiría de la misma manera, siendo suave el pasaje entre escenarios y acciones.

Como verás estoy hablando de la atmósfera o ambientación como algo positivo, razón por la cual el anterior apunte no es en sí una crítica (obviamente constructiva, mi intención siempre es esa) sino una invitación a repensar la organización -por ejemplo por si decidieras publicar el cuento o presentarte algún certamen, donde la editorial o el jurado podrían no estar habituados a esta forma de organizar el relato-. No es tampoco una crítica porque tampoco pienso que esto esté objetivamente mal y porque no impide la lectura ni interfiere con la comprensión del texto. Al contrario, facilita ambas cosas.

Ahora bien, ¿por qué hago esta disgresión cuando en realidad debería estar hablando de la atmósfera o ambientación? Por la sencilla razón de que este relato exhibe dos clases de atmósfera y ambientación: una general, propia de todo el relato y que va en línea con el tono grave que lo atraviesa de principio a fin; y otra particular, o debería usar el plural particulares, ya que cada “bloque” tiene su propia ambientación.

En cualquier caso, siempre queda claro dónde estamos y los lectores “nos sentimos ahí” tanto en la comisaría como en la casa de Fidel y Julia como en la calle (al final).

La ambientación y la atmósfera que creaste están muy pero muy bien trabajadas.

El RITMO desde el punto de vista de la ACCIÓN no merece objeciones. Dado que la acción lo es, el ritmo es ágil. Tiene las pausas necesarias pero sin ser rápido o trepidante hay algo que no es: lento. Es entre moderado y rápido y a manera de analogía con la música, el pulso se siente constante.

A su vez, el RITMO se encuentra íntimamente relacionado con otros elementos formales que pueden coadyuvar o conspirar contra él: LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y GRAMÁTICA.

En general estos aspectos formales están bien trabajados, sin perjuicio de lo que te señalaré en las áreas susceptibles de mejora.

En cuanto a su SONORIDAD el texto resulta adecuado para el género, tono y lenguaje adoptados. No es poética ni tampoco “estridente”. Es precisa sin ser parca ni seca. Leído en voz alta o en silencio, el texto suena con regularidad lo que, dadas sus características de género, tono y lenguaje, me parece un acierto. En virtud de que podría mover a confusión, aclaro que la palabra “regularidad” no es un sinónimo de montonía, ya que el texto no suena monótono ni aburrido. Al contrario: si se me permite una analogía, suena como una marcha pareja pero atractiva.

Una cuestión muy importante es el PUNTO DE VISTA. El narrador es un narrador en tercera persona omnisciente. Sin embargo, va “regulando” el alcance de su “foco” y por ende de su conocimiento, y es muy claro su enfoque en relación a los distintos bloques.

Por tal motivo, el elemento formal PUNTO DE VISTA también está íntimamente vinculado con la ESTRUCTURA u organización del relato. El punto de vista se nota más cercano, con una menor distancia y un mayor conocimiento cuando estamos en la casa y cuando Julia está presente, y más lejano en la comisaría. Y en la calle es como si el punto de vista se fuera “cerrando” en Julia, a manera de una cámara cinematográfica.

Este es un acierto y muestra que has trabajado bien la cuestión. Si trazáramos un paralelo con el mundo audiovisual y por un momento imagináramos que en vez de un relato estuviésemos mirando una serie o una película, notaríamos (tal como trabajaste el punto de vista y el cambio de distancia de ese narrador tercera persona omnisciente) que cuando estamos con Julia y en su casa, y ni que decir cuando está sola, habría una sensación de mayor suspenso, inminencia y hasta opresión. Quedaríamos “pegados” a ella, empatizando con ella y pensando: ¿Qué le/nos pasará? ¿Qué hará/haremos?

En conclusión: hay un gran trabajo en este elemento que merece ser destacado como un punto alto del relato, ya que traduce una clara intención narrativa en cada parte. Queda más que claro que esto es lo que quisiste contar y lo quisiste hacer así, que el resultado es plenamente intencional y que tiene su justificación narrativa.

En lo atinente a los DIÁLOGOS, salvo alguna que otra cuestión menor a la que referiré al tratar las áreas susceptibles de mejora, puede decirse que constituyen otro punto positivo porque su representación gráfica es en general correcta, porque están bien ubicados y porque su contenido es preciso, brinda la información necesaria, mueve la acción y la trama hacia adelante y revela que cada personaje tiene su propia voz y sus características distintivas.

Las DESCRIPCIONES son otro punto alto: son pocas y están estratégicamente ubicadas. Más aún, las más destacadas son aquellas que son claves como cuando se menciona que el bebé es “regordete” (aunque no sé si no debiera decir “la bebé” y “regordeta”, pues después se alude a “la pequeña”, es decir, a una niña, que es hija de Julia) o cuando describe el olor que despedía la camisa sucia. La descripción del olor es la conexión con el lugar que Julia recuerda y también con lo que ella imagina que sucedió, circunstancia psicológica que constituye el “gatillo” que dispara sus acciones posteriores. Ya sabés lo que pienso de las descripciones: son un elemento fundamental pero muy difícil de manejar y dependen de la dosis y de la finalidad de su empleo. Ese doble “test” que propongo (y me propongo) ha sido satisfactoriamente superado por el relato.

El CONFLICTO también está siempre presente, y básicamente hay dos que se terminan interrelacionando. Por un lado los policías tienen un conflicto que podríamos denominar “sociedad-individuo” o “Ley vs. criminal”, mientras que Julia tiene un triple conflicto: el mayor, el intrapersonal (consigo misma: “¿debo entregar a mi marido o no?), otro interpersonal (o “individuo-individuo” que es ella en relación a su marido: “estoy casada con un asesino”) y el conflicto respecto de la sociedad/las fuerzas de la Ley (cuando en una primera instancia miente para encubrir a su marido aún sin sospechar todavía que es lo que exactamente había hecho). Estos conflictos se entretejen y complejizan la trama, enriqueciéndola.

Este elemento está muy bien trabajado y se aviene muy bien con el género elegido (policial).

En cuanto a la INTRIGA, ésta deriva del conflicto. Por lo que al haber tantos y tan profundos conflictos, la intriga queda garantizada. En todo momento el lector se pregunta qué pasará y “quiere más”. A lo que el narrador responde: “¿Ah sí, querés más? ¡Tomá!” Y lo que recibimos es más conflicto, más intriga. La tensión narrativa aumenta cada vez más y nos conduce a un final abierto que nos hace preocupar por Julia y nos deja con ganas de más.

En este contexto quisiera también indicar un elemento muy importante en cuanto a la intriga: el COMIENZO “IN MEDIA RES” o en el medio de la acción.

El comienzo que elegiste es FABULOSO y extremadamente visual. “Muestra” en lugar de “contar” -haciendo honor al consejo de Chéjov-: un personaje lee un titular de un periódico y luego lo deposita y da la palabra a otro. Esto nos muestra que la acción ya se venía desarrollando y nosotros, lectores, nos incorporamos justo ahí. Es indudable de que algo pasaba y de que eso, que no entendemos del todo porque “llegamos tarde”, era algo importante. Algo que valía la pena. Ahí lograste captar nuestra inquietud, y luego, a través del conflicto y la intriga, que se retroalimentan entre sí, lograste sostenerla en todo momento y no la abandonamos hasta el mismísimo final, puesto que nos preguntamos: “¿Qué le sucederá a la pobre Julia?” Sí, la “pobre” Julia porque para esa altura ya sería imposible no empatizar con ella. A lo que sigue otra conclusión, que es casi un axioma (que se me está ocurriendo ahora mismo): si como lector te importa lo que sucede o puee sucederle al personaje, es porque el conflicto está bien planteado y la tensión narrativa (que es indisoluble de la intriga) bien administrada. Dicho en términos más sintéticos y sencillos: significa que la autora hizo muy bien su trabajo.

Llegamos ahora a los PERSONAJES, elemento formal fundamental, uno de los más intensamente ligados al contenido.

Dentro de lo que permite un ámbito tan acotado como el de un relato tan breve, los personajes son claramente reconocibles, están bien delimitados, cada uno tiene su “personalidad” y voz propia.

En cuanto a la clasificación de los mismos, hay algunas cuestiones más simples y otras más complejas.

Lo que es claro y en principio no admitiría discusión es que Fidel Molina, el marido de Julia, es el antagonista.

También son claros los personajes secundarios, sean explícitos (la víctima, sus padres, la bebé de Julia) o implícitos (los demás policías de la comisaría, que no se nombran pero se intuyen cuando el narrador dice: “Aquella tarde en Comisaría el ambiente estaba muy distendido celebrando la hazaña del nuevo héroe local. Todos menos «el Guti», como llamaban al sargento sus compañeros.” Es evidente que si hay una celebración y se menciona por lo menos a dos personas -el nuevo héroe local, Torres, y el sargento- hay un grupo. Si comparten el lugar, que es un ambiente de trabajo, son colegas, lo que es más evidente aún porque lo grafica la palabra “compañeros”. Y si Torres y Guti son policías, los demás también lo son y trabajan en la misma comisaría).

Lo que no es claro es quién es el o la protagonista. O si tenemos más de uno. El haber organizado la historia en bloques lleva a esta pregunta.

Esto no es algo malo, en absoluto. Es un poco extraño y quizás inconveniente en un relato breve, pero no lo sería en una novela. Tampoco me animo a decir que esto está mal.

Lo considero una apuesta de riesgo que has hecho y que te salió bien. Has salido de la zona de confort y eso de por sí es valorable. ¿A qué le llamo, en este caso, “zona de confort”? A que te podrías haber refugiado en el “manual” y decir: “ah no, un relato breve debe tener pocos personajes y un solo protagonista”. ¿Hubiera sido inconveniente? No, todo lo contrario. Pero vos subiste la apuesta y creo que ganaste: el resultado te fue favorable como escritora y nos fue favorable a los lectores.

Si me pedís mi opinión, yo diría que tenemos dos protagonistas: por un lado, Julia, y por el otro, el sargento Gutiérrez, el Guti. Esto se debe a que tenemos dos esferas donde los conflictos se desarrollan paralelamente, hasta que las líneas paralelas se van acercando, se tocan en un punto y dejan de ser paralelas: una esfera es la privada (la casa y la familia de Julia) y la otra es la pública (la investigación policial). Lo cual es posible porque el hilo conductor es el mismo: idéntico antagonista que habita o transita ambos “mundos”.

Si esta lectura fuera correcta, Torres pasaría a ser ayudante del protagonista. Salvo que decidieras expandir el relato y él adquiriese “agenda y vuelo propios” y deviniera un tercer protagonista, tornando entonces la historia en coral.

Te felicito por el gran trabajo que hiciste asumiendo una apuesta de alto riesgo narrativo y haber obtenido tan buen resultado.

1.- 2.- ÁREAS SUSCEPTIBLE DE MEJORA:

En cuanto a la ORTOGRAFÍA, sólo he notado dos pequeñas fallas que en realidad deben ser errores de tipeo: cuando el sargento pregunta “¿Su marido tiene una furgoneta Citroen color blanco?”, Julia responde: “Si”. En este caso se trata de un pronombre afirmativo, no el condicional “si”, por lo que “Sí” debe llevar tilde. La otra falta -seguro un error de tipeo involuntario, ya que son letras que están justo al lado en el teclado- está en la exclamación de Julia: “¡No! ¡Vasta ya! ¡Esta vez no…!” En lugar de “Vasta” debería decir “Basta”.

Con respecto a la GRAMÁTICA, hay algunos detalles que merecerían cierta atención.

En primer lugar, sugeriría que revisaras la utilización de la palabra “ahora” en esta oración: “Considerado un hombre afable y muy recto, que se hacía respetar más por sus actos que por sus canas, nunca bajaba la guardia y menos con el caso tan terrible que ahora les ocupaba.” “Ahora” se relaciona con el tiempo presente, por lo que al haber sido narrado en pasado el relato, su uso no parecería aconsejable. Entre otras variantes, podrías consierar “en ese momento”. Con lo que quedaría: “Considerado un hombre afable y muy recto, que se hacía respetar más por sus actos que por sus canas, nunca bajaba la guardia y menos con el caso tan terrible que en ese momento les ocupaba.”

En segundo término, convendría revisar la concordancia de algunos tiempos verbales:

“«El alcalde recibe a Daniel Torres, policía local condecorado, tras salvar la vida de un niño de tres años de morir ahogado»” Creo que aquí el infinitivo no ayuda.

En su lugar, podrías considerar: “«El alcalde recibió a Daniel Torres, policía local condecorado, tras salvar la vida de un niño de tres años de morir ahogado.»” O: “«El alcalde recibe a Daniel Torres, policía local condecorado, quien salvó la vida de un niño de tres años de morir ahogado.»” O si quisieras mostrar una conexión causal entre la condecoración y el acto heroico, también sería admisible: “«El alcalde recibe a Daniel Torres, policía local condecorado por salvar la vida de un niño de tres años de morir ahogado»”

“Mientras anotaba algo en la libreta, se dirigió en tono amable.” Si bien el relato se encuentra narrado en pasado, en esta oración coincide un pretérito imperfecto (“anotaba”) que revela una acción desarrollándose en el pasado y un pretérito perfecto simple (“se dirigió”) que alude a una acción terminada en el pasado.

Dado que esta oración constituye una transición entre una línea de diálogo y otra y más que una acotación es una verdadera intervención del narrador, quizás sería más conveniente:

“Después de anotar algo en la libreta, se dirigió en tono amable:” Luego de los dos puntos, a renglón seguido iría el parlamento de Guti. Quizás no sería inconveniente también consignar quién anota y a quién se dirige (sobre todo esto último, porque la frase se siente como incompleta). Esta sugerencia la hago porque si bien por el contexto se infiere quiénes son los sujetos tácitos, no hay que perder de vista que estamos en una secuencia de diálogos y aquí vuelve a retomar el narrador, aunque más no sea para pasar a otro diálogo.

La otra posible incoherencia de tiempos verbales está al final. Si bien se trata de dos bloques distintos, lo cierto es que el párrafo anterior se encuentra en pretérito perfecto simple y aquí, cuando la trama retoma, se usa el pretérito imperfecto. Quizás lo que ayudaría una transición y luego reformular los tiempos verbales del párrafo. Por ejemplo:

“Julia ingresó a la acera y, al advertir que anochecía, se puso en marcha hacia la casa de su madre para recoger a su pequeña. De pronto, los faros de una furgoneta la iluminaron por la espalda. Ella comenzó a acelerar el paso.”

Podrías también fundir en una misma oración la acción de acelerar el paso con la anterior, pero me da la sensación que tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo) fue separar las acciones. También podrías mantener el punto y aparte original, lo que no está mal para destacarlo. Pero como entiendo que quisiste establecer una relación causal, la contigüidad de un punto y seguido no sería desaconsejable. Por otro lado, y aunque se trate del final, le brinda más inmediatez y nos dejaría la sensación de que la acción se acelera hasta un corte abrupto que nos hace suponer el inicio de una persecución o incluso de algo peor.

De ese modo, tanto como final abierto como “gancho” o “cliffhanger” para una continuación a través de este pequeño “truco” con la puntuación tendrías un resultado satisfactorio garantizado.

“Aquella tarde en Comisaría el ambiente estaba muy distendido celebrando la hazaña del nuevo héroe local.” Esta oración cercana al final podría ser observable desde el punto de vista de la gramática y de la ortografía: dado que es un lugar específico y no más genérico o abstracto, comisaría debería ir precedido del artículo “la” y por otro lado, debería escribirse con minúscula por ser un sustantivo común (no se nombra a una comisaría en particular aunque se trate de una particular. Supongamos que el nombre fuese Comisaría Segunda. Allí sería el nombre particular de esa comisaría. Pero aquí se refiere al sustantivo genérico. No obstante ello, en relación a los personajes se trata de un lugar concreto, de ahí la necesidad del artículo “la”).

Como había dicho anteriormente la PUNTUACIÓN es en general correcta, aunque hay algunas oraciones en las que podrías considerar algunas variantes:

“Te has hecho famoso, sales en el periódico.” En su lugar podría funcionar mejor: “Te has hecho famoso: sales en el periódico.” Esto iría bien porque hay una relación de causa efecto explicitada en la segunda parte de la oración que refiere a la primera (invirtiendo los términos: por salir en el periódico te has hecho famoso).

“Bien señora, si recordase algún dato o cambiase de idea…” Estimo que aquí convendría subdividir las oraciones en dos y ajustar levemente la puntuación: “Bien, señora. Si recordase algún dato o cambiase de idea…” Esto se justificaría porque “señora” es un vocativo y antes de él debería ir una coma. Por otro lado, como lo que sigue es una unidad de sentido distinta que, además es condicional (“si dado x será y”) para mayor claridad y fluidez sería conveniente separarla con un punto y seguido.

“Una vez que se repuso depositó a la niña en la cuna.” Esta oración ganaría en claridad y fluidez si se agregara una coma después de “repuso”: “Una vez que se repuso, depositó a la niña en la cuna.” De esta manera queda clara la secuencia cronológica: primero se completa la acción de reponerse y luego se ejecuta la de depositar a la niña en la cuna.

“Observando a la pequeña dormida en la cuna pensó en los afligidos padres de aquella pobre chica asesinada con tan solo catorce años.” En esta oración habría una ligera incorrección o incoherencia de tiempo verbal dado que el gerundio da idea de una acción simultánea, y lo que ocurrió vino después de depositar a la niña en la cuna. Quizás sería preferible: “Mientras observaba a la pequeña dormida en la cuna…” Por otra parte, la oración ganaría en claridad si se colocara una coma después de “pequeña”, ya que esa parte funciona como introductoria para lo que viene después (que es donde se muestra la empatía de Julia con los padres de la víctima). En adición a ello, podrías considerar cambiar “la pequeña” por “su pequeña”, dado que ese posesivo revelaría mayor relación de causa-efecto y le daría más impacto emocional a la parte donde querés mostrar la empatía de Julia. Considerando estos ajustes, la oración quedaría así: “Mientras observaba a su pequeña dormida en la cuna, pensó en los afligidos padres de aquella pobre chica asesinada con tan solo catorce años.” (El “su” encierra un subtexto terrible: “Julia, podría haber sido tu hija…”. Y creo que aquí radica tu intención narrativa y hace tan poderosa y conmovedora a esa escena).

“Buenas tardes Julia. Por favor no se vaya, pase.” Aquí debería consignarse una coma después de “Buenas tardes” ya que luego se utiliza el nombre propio Julia, que funciona como vocativo.

Otra área susceptible de mejora estaría en la CONSTRUCCIÓN DE LAS FRASES, donde podrías reexaminar algunas y en su caso, reformularlas ya que ello brindaría mayor claridad al texto y fluidez al ritmo y a la lectura:

“Pero ese día, entiendo por lo que me dice, no la sacó en esas horas.” En su lugar podrías considerar: “Pero por lo que entiendo que me dice, ese día no la sacó en esas horas”.

“Se fijó en que dudaba si entrar o no. Ya se daba la vuelta para marcharse cuando salió apresurado del despacho.” En vez de esta formulación podrías considerar: “Reparó en que ella dudaba si entrar o no. Ya se daba la vuelta para marcharse cuando él, apresurado, salió del despacho.” De este modo quedarían más claros los sujetos de la secuencia, se utilizaría un verbo si se quiere más preciso (“reparar” -y muy apropiado para un policía experimentado y observador-), se mantendría la coherencia de los tiempos verbales y se mejoraría la estructura, haciendo que la relación temporal entre ambas acciones (Julia que se da la vuelta para marcharse y Guti que sale apresurado del despacho) sea más directa. Asimismo, la inserción de la coma después de “cuando” también ayuda a separar la idea de la acción que sigue.

“Sin decir palabra soltó la bolsa que llevaba de un supermercado de la zona encima de la mesa de Guti como si le estuviera quemando.” Si bien más arriba el narrador nos dice que Julia guardó la camisa en una bolsa como de supermercado y es muy posible que aquí tu intención narrativa hubiese sido señalar un supermercado determinado (al que quizás por razones legales no quisiste poner el nombre), la estructura de la oración se hace un poco larga y algo menos clara. Es posible también inventar un nombre de supermercado, o mejor, tal vez sea prescindir de ese detalle que podría desviar un poco la atención y nos llevaría también a revisar la puntuación. En su lugar te invito a considerar la variante: “Sin decir palabra, soltó la bolsa que llevaba encima de la mesa de Guti como si le estuviera quemando”. De esta manera se prescindiría de un dato que podría resultar superfluo y se ganaría en fluidez y claridad.

Por último, podrían exponerse algunas consideraciones en relación a la REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LOS DIÁLOGOS, que es en general correcta salvo en unas pocas excepciones:

“—Ya lo celebraremos esta tarde. Ahora a currar. Toma —en un gesto que le caracteriza le lanza las llaves del coche patrulla—. Nos vamos.” Este parlamento es correcto y en lo sustancial está bien graficado. Sin embargo, hay un pequeño inconveniente en la acotación: no se inicia con un verbo, y el que se emplea es un verbo “no dicendi”, es decir uno que no es de habla. Lo que correspondería sería invertir el orden de la frase para que arranque con el verbo y al ser éste no dicendi, debe ir en mayúsculas. Por lo que quedaría: “Toma —Le lanzó las llaves del coche patrulla mediante un gesto que le caracterizaba—. (Fijate que también he cambiado el tiempo verbal porque si bien la línea de diálogo debe ir en presente, las acotaciones deben seguir el tiempo verbal de la narración: aquí las consignaste en presente mientras la narración está en pasado).

“—Bien señora, si recordase algún dato o cambiase de idea —esto lo dijo más despacio— llámeme.” En esta línea de diálogo debería reformularse la acotación, ya que no inicia con un verbo y, por otra parte, faltaría una coma, ya que es claro que Guti hace una pausa. Quedaría así (considerando también una observación hecha al tratar de la puntuación): “—Bien, señora. Si recordase algún dato o cambiase de idea —dijo más despacio—, llámeme.” (Fijate que la coma, que representa la pausa que se percibe que hizo Guti, debe ir después de la raya o guión largo que cierra la acotación, ya que se trata de un verbo dicendi. Esto podés corroborarlo en las guías de Literautas sobre representación gráfica de los diálogos).

“…No llegó a vomitar, pero el asco le hizo gritar: ¡No! ¡Vasta ya! ¡Esta vez no…!” Dado que el narrador utiliza dos puntos, nos está mostrando una cita textual de algo que dijo Julia. Por lo tanto, o debe representarse entre comillas o con raya de diálogo.

Dado que habías elegido representar los diálogos con guiones o rayas y que lo que está antes de los dos puntos es una intervención del narrador que está exponiendo la trama, no veo por qué la solución debería ser diferente de la oración que analicé al tratar de la coherencia de los tiempos verbales (“Mientras anotaba algo en la libreta, se dirigió en tono amable.”, que sugerí cambiar por “Después de anotar algo en la libreta, se dirigió en tono amable:”). Por lo que considerando estas apreciaciones quedaría:

“…No llegó a vomitar, pero el asco le hizo gritar:”
“—¡No! ¡Basta ya! ¡Esta vez no…!”

Tal como habrás visto, varias de estas consideraciones apuntadas como áreas susceptibles de mejora son en realidad opinables. Otras sí requerirían un leve ajuste a convenciones de representación o a reglas gramaticales, pero son las menos. Y en lo que hace a las opinables o subjetivas, las he formulado en general teniendo presente la intención narrativa que percibo que tuviste (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo, más allá de cómo ello se concretó).

2.- CONTENIDO:

El contenido del relato es atrapante y responde a un policial en toda regla.

Es muy loable que en un espacio tan pequeño hayas escrito una historia policial entera, que responde a las convenciones del género (más allá de que aquí el sospechoso esté claro desde un principio y no se mencione a otros, por el conflicto que se le genera a Julia ese aspecto queda equilibrado).

La trama concita la atención en todo momento, y está muy bien construida.

Creo que los personajes merecen un párrafo aparte y en especial dos. Julia y el sargento Gutiérrez.

Según he percibido hay algo que flota en el aire o se esconde entre líneas, en los intersticios del texto que es una posible atracción mutua entre ellos:

“Nosotros la protegeremos.”
“Al sargento le pareció que Julia le dedicaba una sonrisa antes de salir.”

Más allá de su deber de policía, Gutiérrez utiliza un verbo muy sugerente: proteger (que puede tener doble intención, incluso siendo inconsciente la segunda).

Lo otro es una percepción de él, que pudo haber sido una autosugestión engañosa (aquí se lo describe a Gutiérrez como alguien de mediana edad por lo menos -”se hacía respetar más por sus actos que por sus canas”, la referencia a las canas no es casual- y Julia es una mujer que dado que tiene una beba, es posible que sea algo o bastante más joven y que se ubique en el rango etario entre 25 y 40 o algunos años más). O bien puede ser que, en efecto, por ser un hombre con gran experiencia profesional o de vida haya observado un signo externo por el que dedujo eso.

De parte de Julia el narrador no nos dice nada. Pero más allá de su asco, de su miedo, de su humillación y del sentirse traicionada, el hecho de haber soltado la bolsa sin decir palabra también revela un acto de confianza en Gutiérrez. Una confianza que es inconsciente y que lleva aparejada una liberación interior. Una actitud que aunque no necesariamente la conlleva, tampoco excluye cierta intimidad.

En fin, la pregunta queda en el aire.

Por otro lado y en base a lo que expuse al analizar los elementos formales “conflicto” y “personajes”, dado que ambos podrían ser considerados protagonistas y comparten, desde puntos de vista distintos al mismo antagonista (Fidel, el marido de Julia), no sería extraño que los destinos de Julia y de Gutiérrez confluyeran.

Me resulta atractiva esta ambigüedad que, unida los aciertos que enumeré al tratar de los elementos formales o de algún aporte en las áreas susceptibles de mejora y de un pequeño ajuste formal a la oración final, nos hace pensar si este proyecto no podrá expandirse en otro ámbito (como un relato más largo o eventualmente como una novela). Las semillas están plantadas. De vos dependerá hasta dónde querés que crezca la “planta”…

También me atrajo mucho lo bien construidos que están los personajes y, en especial, Julia. Julia tiene una verdadera transformación y es un personaje en el que la empatía está muy marcada y que es una madre con todas las letras (de ahí sale su empatía, en definitiva). Comienza siendo ambigua y cuando dice “¡No! ¡Basta ya!” traduce esa ambigüedad anclada en el pasado, y luego saca lo mejor de sí, desde su maternidad y se abre a la empatía. Y desde ahí decide su curso de acción hacia lo doloroso pero moral y legalmente correcto.

Me ha intrigado mucho la frase que Julia sugiere y corta con unos (narrativamente MUY astutos) puntos suspensivos: “¡Esta vez no…!” Si dice “Esta vez” es porque hubo otras veces. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué sucedió las otras veces? ¿Qué calla Julia? O ¿qué soportó Julia? Lo que nos muestra que hay un pasado de Fidel que no conocemos y podemos conjeturar que son delitos similares o que Julia es una víctima, como mínimo de infidelidades. Lo cual la torna un personaje ambiguo y vulnerable que se torna querible y más aún, cuando saca lo mejor de sí, su empatía y su brújula moral y legal. Esta frase abierta también constituye una semilla para continuar la historia o eventualmente, para escribir una precuela.

Y volviendo a mi “tesis” del doble conflicto (a nivel macro) y del doble protagonista y de la insinuada posible, futura y eventual atracción y relación entre ellos, cabe preguntarse: ¿cuál es el as en la manga? ¿el acto de Julia de ocultar la bolsa detrás de un mueble? ¿El hecho de que Gutiérrez cuenta con la bolsa que posiblemente sea la prueba de cargo decisiva, si el ADN la confirma? O… ¿No será Julia el as en la manga de Gutiérrez y Gutiérrez el de Julia? (Gracias a ella él descubre y encarcela al culpable; gracias a él ella se alejará para siempre de un pasado tormentoso) De ser esta última lectura la correcta o si al menos fuere posible sostenerla, la tensión privado-público que señalé al tratar del elemento formal “conflicto” se mantendría a nivel contenido y estaría trabajada con gran maestría.

3.- COMENTARIO PERSONAL:

Me ha gustado mucho el relato. Me atrapó desde el inicio, lo leí “de un tirón” y está escrito de manera clara, sencilla (en el buen sentido) y muy efectiva.

Más allá de alguna mejora formal que puedas hacerle, funciona tal como está y a la vez tiene un potencial tremendo para que lo desarrolles como quieras.

Has hecho un gran trabajo y sobre todo teniendo en cuenta que partiste de la reversión de un microrrelato. En un microrrelato estaba contenida la semilla de una historia que puede ser lo que vos quieras, que puede tener la extensión y complejidad que quieras darle y que incluso podría adaptarse a otros medios (ejemplo audiovisual).

Felicitaciones y gracias por compartir este relato con nosotros.

Saludos. Nos seguimos leyendo.

P.D.: Te invito a pasar por mi relato. Es el N° 19. Cuando comentaste mi relato anterior (el N° 51 del MUE pasado, intitulado “La vidente”), me dijiste: “Es verdad que me llama la atención el título: «La vidente», cuando solo haces referencia a ella en la frase final. Eso, querido Dante, te obliga a contar con ella para la continuación.”

He cumplido con tu premonición: desde allí arranca el relato que además de adentrarnos un poco más en las aventuras de Emma y Marianne, ahonda en la trama y en dos personajes (uno de los cuales había aparecido y era notorio en “La vidente” pero no había sido nombrado; y el otro, o mejor dicho, la otra, es un personaje que fue una persona real y que la continué reconstruyendo a modo de homenaje para que la conozcan personas que pueden no conocerla).

Si quisieras pasarte por la tercera parte de la historia, serás bienvenida y estaré agradecido.

Kelvin I. Márquez

21/01/2025 a las 04:09

Saludos Pilar(Marazul)

El suspenso que se lee en tu relato mantiene al lector en vilo, lo cual es muy positivo. Ese final deja mucho a la imaginación y es eso lo que lo hace excelente. Imagino que habra continuación en algún momento en donde se sabrá si Julia logró escapar o no. En cuanto a cosas a mejorar, los compañeros ya te lo han mencionado así que no repetiré.

Felicitaciones y nos leemos!

Pilar (Marazul)

21/01/2025 a las 18:56

Hola compañeros lirerautas:
Os agradezco a todos que os pasarais por aquí. Siempre seréis bien recibidos. Yo me iré pasando por los vuestros para dejar mi comentario.
Gracias Patricia, Amilcar, Daniel, Ivonne, Osvaldo (bien por esas dos Pilares que hay en tu vida), Cristina, Kelvin y Dante. Este último por el tiempo y la dedicación que destina a comentar nuestros relatos se merece GRACIAS con mayúsculas.
Tengo en cuenta todo lo que me sugerís, por ejemplo ese error de ortografía tan garrafal, ese ¡Basta! con “V”.
En cuanto al final del relato, he preferido dejarlo abierto para que no resulte todo tan fácil. He de decir que tengo tres finales diferentes, pero me parece interesante que cada cual imagine el suyo. Si más adelante, en una nueva historia, pudiera encajar la continuación, lo cerraría. Pero es que ahora están de moda las series y me he apuntado a esa nueva moda.
Dante: tu comentario es digno de dedicarle un poco más de atención. Lo estudiaré. Solo decirte que mi intención, y lo tenía claro, era contar la historia en dos escenarios diferentes: Comisaría y casa de Julia. También quise poner el punto de vista desde la perspectiva del comisario Guti y desde la de Julia (el marido en realidad no aparece, solo se nombra). Y como había una puerta de por medio, pues ¡qué mejor, para separar las escenas! De ahí la separación doble al escribir.
En fin, que intento arriesgar y experimentar. Es un juego que me gusta, aunque no sé si lo hago bien.
Me pasaré por vuestros relatos y por alguno más. Saludos cordiales

Dante

21/01/2025 a las 22:19

¡Hola Pilar! Antes que nada, gracias por tu agradecimiento hacia mi comentario.

He leído tu devolución a nuestros comentarios y me pareció oportuno detenerme en algo: “el marido en realidad no aparece, solo se nombra”.

Cuidado con esto… (Digo “cuidado” en el mejor de los sentidos). Introdujiste una cuestión interesantísima. Un personaje puede estar apenas nombrado pero no por eso pierde ni su relevancia ni la función o papel que juega en la historia.

Sucede que la historia es más amplia que la trama o que nuestra narración y también es posible que un personaje no aparezca con acciones explícitas o formales pero que igualmente ACTÚE en y para la trama, modificándola y modificando a otros personajes a quienes afecta con sus acciones, reacciones u omisiones. Para graficar esto podemos pensar en el incidente detonador, que puede estar antes del inicio de la historia (o de su narración) y que hasta podría no ser narrado: ese hecho, que en general estará causado por alguien, puede no estar a la “vista” y resultar igualmente determinante. Por otro lado, es posible que el personaje “actúe entre bambalinas” o que “la cámara no lo siga” y sólo conozcamos o deduzcamos (u otros personajes lo hagan por nosotros, como Julia y Gutiérrez, en este caso) los efectos o consecuencias de la acción de ese personaje. Estas cuestiones son muy frecuentes en el género policial y lo que he señalado para graficar, lo podría llevar a un plano más concreto: supongamos un cuento, novela, película o capítulo de serie que inicie mostrando un cadáver. Es claro que el incidente detonador es el homicidio, el que no vimos ni se nos cuenta mientras se produce. Y también es obvio que alguien fue responsable de él. Ese alguien (que será el antagonista) será primero mencionado (ni los personajes ni nosotros sabemos quien es y quizás hasta lo ignora todavía o no nos lo cuenta el narrador -si fuera en tercera persona-). Y siendo sólo mencionado vaya si no actuó ¡y cómo! Del mismo modo, si ahora lo llevamos a tu relato y lo pensáramos en términos “visuales” o “audiovisuales”, en estas escenas o “capítulo” veríamos todo desde la óptica de Julia y de los policías, y tal vez se nos mostrara a la víctima, a la televisión dando las noticias, etc. y quizás ni siquiera hayamos visto el rostro del marido (sospechoso). Sin embargo, del contexto se infiere que aunque no se nos ha mostrado él ha accionado y sigue accionando. Incluso al final podríamos suponer que las luces que alumbran a Julia pertenecen al vehículo de aquel…

Te invito a que reflexiones sobre este punto y que, más allá de que hayas querido mostrar todo desde el punto de vista de Julia y de Gutiérrez (cosa que lograste de modo excelente) eso no quita de la relevancia capital que tiene el personaje que solamente fue nombrado.

Con respecto a la idea de la puerta y el doble juego literalidad/simbología que encierra (en relación al concepto de separar, dividir y su incidencia en la ambientación y el punto de vista), te digo una sola cosa: es una genialidad. Muy original e inteligente decisión.

Me alegro que intentes arriesgar y experimentar. Y sí: es un juego que jugás bien y que también es motivo de alegría que te guste.

Saludos.

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