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Un as en la manga - por Amilcar
Web: http://caminodefierro.blogspot.com
Un as en la manga.
Le he dado tantas vueltas, he evaluado tantas posibilidades que me declaro insolvente, vencido, no hallo nada que me satisfaga. Eso incluye, como alternativa, plantear una segunda oportunidad y la verdad, dada la perspectiva desde la cual la oteo, no me agrada nada. ¿Para qué? ¿otra vez los mismos errores, las mismas desilusiones, los mismos fracasos? Incluso las mismas alegrías carecen ya de incentivo, sabes a donde conducen. He puesto al “negro” a rebuscar entre los miles de legajos acumulados en el trastero del camino de hierro y nada. Lo que me dan no lo quiero y lo que quiero no me dan. Os dejo el comienzo de una aventis, fragmento, que dio pie a una recopilación, “Y tiempo para contarla”, más que nada para llenar el vacío. Demostración palpable de la vacuidad de mi mente. Como alternativa:
“Al pie del milenario torreón que corona el cerro de san Ginés, dominando cientos de kilómetros a la redonda, hay una multitud silenciosa e invisible que observa a los romeros mientras, en torno a la ermita del santo, realizan una procesión tras la celebración de la misa.
Un romero, José Luis, presente en la comitiva, se acerca a los observadores y con voz grave se dirige a uno de ellos:
—Chusma, espero que este año no repitáis las gamberradas de ocasiones anteriores. A ver si maduráis.
El nieto que le acompaña asido a su mano, le pregunta:
—Abuelo, ¿con quién hablas?— Sin respuesta, se reintegran a la procesión. Más tarde, el pequeño le dirá a su madre:
—Mami, el abuelo ya chochea, habla solo.
Dos veces al año suben los nativos del pueblo en romería a demostrar al mártir su devoción: el tres de mayo, para la bendición de términos y el veinticinco de agosto, acabada la trilla. Santo Ginesi, ora pro nobis, santa Ágata, ora pro nobis, santa María, ora pro nobis… El sacristán desgrana uno por uno los nombres del santoral en tanto la feligresía le responde con la letanía oportuna.
Uno de esos espectadores, es un hombre en actitud reflexiva. Observa al gentío. Su atención divaga de una a otra parte sin interés aparente en nada o nadie de los que tras el santo y el sacerdote asisten a la ceremonia. Alguien se le acerca y al ver la dirección de su mirada le dice:
—Sabías bien que esa estrella nunca luciría en tu firmamento ¿por qué no la olvidas?
—Tienes razón, ese todoterreno me tiene sorbido el seso.
—No me refería al Audi, capullo.
—Vade retro Satanás, traidor.
—Vale, veo que tienes mal día; te reto a subir a la antena.
Con los años, las antenas repetidoras para la TV instaladas en el cerro, más de mil seiscientos metros de altura, fueron sucediéndose y creciendo en tamaño y altura; a la primera para la recepción en blanco y negro, la relevaron otras de mayor envergadura y potencia. En la construcción de la segunda, que dejó enana a la primera, él colaboró perforando la roca viva a base de barrenos de dinamita, para hacer los cimientos. Por la línea del tendido eléctrico, subía y bajaba con su amigo el Xorche y luego, al atardecer, visitaban a las mozas en la fuente. La samaritana que originó su sed, nunca le ofrecería su cántaro.
Pero ahora la antena instalada superaba con creces a las anteriores. Más de sesenta metros sobre la cima del cerro, tanto, que hasta mirarla desde el suelo mareaba. Y aceptó el reto.
Comenzaron por saltar la valla y al principio todo fue relativamente fácil; poco a poco, las «paelleras» engarzadas al armazón del poste dificultaban el ascenso. Ya tocando la base del pararrayos de la antena, los dos miraron para abajo y buscaron con la mirada a la misma mujer.
—Qué deteriorada la veo.
—Puede que sí.
A continuación, le recitó al recién llegado, el Cordobés, este poema de F.A.González, atribuido a Antonio Ferrandis:
« ¡Que ni el viento la toque!
Ni mirarla, mujer, mi varadero
Ni cantarla, porque amarga es mi voz
mas yo la canto
¡Que ni el viento la toque!
porque tiene pena de muerte el viento si la toca»
—A pesar de ello, nada te va a librar de bajar de golpe, Cordobés.
Y de un fuerte empentón, lo arrojó al vacío. Mientras caía, al Cordobés solo le cupo la posibilidad de gritarle: «Chorlitooo cabritoooo…»
09 de enero de 2025.
Comentarios (18):
Patricia Redondo
16/01/2025 a las 18:25
Hola Amilcar, eres mi vecino de abajo y con gusto te hago visita para leerte y comentarte.
Me gusta mucho como escribes, eres agil , entretenido, divertido. Construyes personajes y situaciones muy originales. Le das color y vida a tus textos. Y este no desmerece.
Me gusta tu honestidad y tu confesión del comienzo (y me solidarizo , creeme que cumplir con el requisito del titulo e intentar armar un relato donde texto y titulo tuvieran sentido me ha hecho sudar al punto que casi estuve por tirar la toalla)
Me gusta la narración, los personajes y el final también, aunque , por poner un pero, no me acaba de cerrar por excesivo quizás…meterle un empellón al colega solo por que le gusta la misma mujer, demasiado me parece.
En cualquier caso ha sido un placer leerte.
Nos seguimos leyendo!
Amilcar
16/01/2025 a las 23:40
Querida Patricia, en primer lugar gracias por la visita y el comentario. Evidentemente, es comprensible que no interpretes el “relato”. Es el prólogo de un libro, mío por supuesto. Para desfacer tu incomprensión aunque destroce el misterio, te diré que “no todos los protagonistas son de este mundo” Y no, el que cae, no está “enamorado de la misma mujer”. Entiendo que te cause cierta perplejidad pero siempre hay que dejar un cierto misterio al lector. Pero este prólogo, que no termina aquí, es muy querido para mí. Por eso tuve el atrevimiento, pudiéramos llamarlo de segunda oportunidad equivalente a tener un as en la manga, de incluirlo ante la falta de sintonía con el enunciado. Que por cierto es el cuarto o quinto intento de participación. Reitero las gracias por tu interés y tu visita.
IGNACIO
17/01/2025 a las 09:49
Hola Amilcar. Buen texto. Veo que es un prólogo y que hay tela que cortar. He entrado en el blog y bucearé por ahí.
Si no se puede cumplir con el reto, no se puede. Más vale un renuncio que una trampa. En cualquier caso nos divertimos, afilamos los lápices y aprendemos cosas. Nos leemos
Amilcar
17/01/2025 a las 11:21
Gracias Ignacio por tu visita y comentario. Puedes bucear cuanto quieras en el blog, hay de todo. Pero esto no lo encontrarás. salu2
Cristina Otadui
17/01/2025 a las 17:26
Hola,
sinceramente, no entendía nada hasta que en una segunda lectura entendí que el propio texto es “el as bajo tu manga”. La verdad es que no se si este hecho desvirtúa el asunto o es una genialidad.
Poco mas que añadir al hecho de que este prólogo anuncia historia y habrá que echar un vistazo al blog para, si no encontrar, intentar descubrir esta curiosa voz que el texto anticipa.
Saludos Amílcar, nos leemos.
Amilcar
17/01/2025 a las 17:46
Gracias Cristina por tu comentario. Si, ya me lo dijo una vez una amiga, tú lo entiendes por que lo llevas en la cabeza. Lo realmente con jota, que decía el cura de mi pueblo, sería que aunque mal, no me enterara. Es lo que me pasó con el as en la manga, me descubrieron. Jajajaja. salu2
Osvaldo Mario Vela Sáenz
17/01/2025 a las 22:05
fuerte abrazo Amílcar.
Tu trabajo, como siempre dedicado a dar a conocer las costumbres que se van creado a lo largo de las épocas que pasan y quedan grabadas par ser seguidas y sagradas a la posteridad,
Al principio me pareció una oda a la desilusión. Escasez de inspiración que describes como: los mismos errores, los mism0s fracasos, las mismas alegrías, letras que carecen de incentivo.
una pausa, para con anticipación regalarnos un pasaje comunicativo que hay que resaltar: “la alternativa que incluye la perspectiva bajo la cual oteo una segunda oportunidad”.
Tras esta exposición de tus sentimientos describes luego una geografía emblemática con todas sus costumbres, y dentro de ellas cumples con el taller.
Me gustó mucho como siempre el no dejar de leer por tu estilo de mantenernos con atención puesta a lo que viene. como la aparición del niño cuyo aporte fue, a lo que iría suceder por lo que contaba de su abuelo. Te felicito. un placer leerte,
Amilcar
17/01/2025 a las 23:06
Gracias Osvaldo, tú siempre tan amable. salu2
Osvaldo Mario Vela
18/01/2025 a las 01:10
Amílcar: los diálogos han recuperado su salud gracias a ti. Un abrazo y monto agradecido-
Mónica Bezom
18/01/2025 a las 23:14
Hola Amílcar.
Destaco, de tu relato, la prosa impecable, su agilidad y el tono costumbrista sazonado con un airecillo de pícara ironía.
Me he reído con tu declaración de insolvencia, al principio.
Un gusto leerte.
Amilcar
19/01/2025 a las 12:20
Gracias Mónica, muy amable. salu2
deVespasiano
20/01/2025 a las 23:25
Buenas noches, Amilcar:
Muchas gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.
Sin duda aprovecharé tu apunte llamándome la atención hacia el lenguaje refinado que utilizó Avellaneda cuando golpeaba al pederasta, en vez de emplear términos más vulgares. Lo cambiaré cuando lo suba a mi blog que anda medio abandonado.
Ya he dejado un comentario para ti en mi relato, junto a los agradecimientos que he hecho para todos los que han leído mi historia.
Ahora trataré de comentar el tuyo que me ha gustado por la idea y no por el desenlace.
En la descripción inicial del entorno de la romería y de la actitud del protagonista, intuyo que ya tuviera premeditado el encuentro y la apuesta con el “colega” que le estorba.
“Al pie del milenario torreón qued corona el cerro de san Ginés, dominando cientos de kilómetros a la redonda, hay una multitud silenciosa e invisible que observa a los romeros mientras, en torno a la ermita del santo, realizan una procesión tras la celebración de la misa.
Te dejo con la mejor intención mi opinión acerca del párrafo anterior: (1) ¿Por qué inicias la narración con (“) comillas?
(2) …hay una multitud silenciosa e invisible (¿invisible por qué?) que observa a los romeros (que) en torno a la ermita del santo, realizan una procesión tras la celebración de la misa.
—Sabías bien que esa estrella nunca luciría en tu firmamento ¿por qué no la olvidas?
—Tienes razón, ese todoterreno me tiene sorbido el seso.
—No me refería al Audi, (¿No sería un Mercedes?) capullo.
“La samaritana que originó su sed, nunca le ofrecería su cántaro”. (Inteligente y poética metáfora).
“…las «paelleras» (este debe ser un término propio utilizado por los trabajadores que instalan esas antenas).
La introducción del poema me ha parecido muy oportuno pues refleja en su proceder los celos enfermizos del protagonista, que le lleva a empujar al “colega” hacia el abismo.
« ¡Que ni el viento la toque!
Ni mirarla, mujer, mi varadero
Ni cantarla, porque amarga es mi voz
mas yo la canto
¡Que ni el viento la toque!
porque tiene pena de muerte el viento si la toca»
Nos seguiremos leyendo en futuros retos.
Amilcar
21/01/2025 a las 20:35
He de decir que estaba “temiendo” tu visita ya que al acusarme de salir por peteneras me temía que así fuese. Pero veo que no es tan fiero el león como lo pintas.
1.-Las comillas, porque forma parte de otro relato que no tiene nada que ver con el reto y además, es incompleto.
2.- Veo que ninguno que habéis leído y comentado, habéis “visto” el fondo del desarrollo. De haberlo hecho, el comentario del nieto a su madre, os habría iluminado. Incluso lo dice el relato: «hay una multitud silenciosa e invisible». El “que” podría incluirse, por qué no. Pero no lo voy a desvelear más de lo que está.
¿En qué te basas para presumir que era o fuera un Mercedes y no un Audi?
Las ¿paelleras? puedo prometer y prometo que no me lo he inventado.
¿Celos del protagonista? ¡¡Qué va!! Fueron y siguen siendo amigos por toda la eternidad.
Como ya advertía en el preámbulo del relato, esto es un parche de emergencia que figura, aquí incompleto, en un relato de más de 250 páginas. Veo con pesar que ha sido un inmenso error por dos motivos: en él queda al descubierto el alma del protagonista y no ha sido entendido. (Mejor así)
En fin, creo que con este comentario, queda clausurada mi actividad en este foro. salu2
José Torma
24/01/2025 a las 01:49
Amilcar.
Hermano, no sé si eres un loco o un genio o tal vez de todo un poco. Disfruto mucho enredarme en tus relatos, pero más en tus acotaciones en los comentarios. Lo tienes muy claro tu y nos toca a nosotros emparejarnos contigo.
Desenfado total, que ya empiezo a seguirte el hilo de a poco.
A mi se me puso que eran imaginarios, pero no porque sea muy listo o mas que tú, fue solo una sensación que ahora que veo tus apuntes, me congratulo de haber tenido.
Un abrazo compañero.
Amadeo
25/01/2025 a las 12:41
Almilcar:
Primero leo una disculpa y luego dos historias que no pude ensamblarlas. Tal vez por los modismos de tu lengua. (Soy argentino).
No puedo opinar desde lo técnico.
Espero haber colaborado como lector.
Nos leemos.
Cordiales saludos.
Amadeo (35)
Pilar.C
25/01/2025 a las 18:45
Hola Amilcar:
A mi me pasa como a tu amiga: que “tu lo entiendes porque lo llevas en la cabeza”. Y también como Patricia pensé que el motivo del fuerte empentón/empellón fue para quitarse de en medio al rival.
En fin, que no he dado una. Pero una vez leído los comentarios y tus explicaciones ya lo voy entendiendo.
Lo que sí está muy claro es tu forma correcta al escribir, original, muy personal y con ese toque humorístico que me ha hecho sonreír.
Me gustó leerte.
Saludos
Amilcar
26/01/2025 a las 15:16
Amadeo, encantado de que te hayas pasado por este tragicómico espacio. Gracias. salu2
Amilcar
26/01/2025 a las 15:20
Pilar.C Es un honor y un placer recibirte en la cueva del dragón. Me sabe mal que no me entendáis pero, ¿si te digo que son dos dimensiones diferentes, lo verías más diáfano? Solo hay uno que ve ambas: Pepelui. Unos están y otros no. Y hasta ahí puedo contar. salu2