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Un as en la manga - por Fernando Rodríguez

UN AS EN LA MANGA

Verdad o sugestión, a Carolina le sirvió. Por fin sentía la liberación de un peso que demasiado tiempo le ha había estado oprimiendo. Saber que, con su padre, la persona más importante de su vida, estaba en paz, era algo que le permitía ser libre, ahora casi en el ocaso de sus días

Decidió no volver a Madrid, la existencia allí ya no tenía ningún sentido. Apenas le llamaban para trabajar y lo que llegaba era poco menos que basura. Con las inversiones y ahorros de su etapa profesional, disponía de un buen apartamento en la ciudad donde había nacido y, la pensión era suficiente para vivir más que cómodamente.

En poco más de dos meses había conseguido tener una rutina muy satisfactoria; su café de media mañana en la cafetería al otro lado de la plaza, su tertulia por la tarde en el Centro Social al que se había apuntado para mejorar su inglés y que no se le oxidara lo que había aprendido durante sus años de actriz. No demasiado fama era su bagaje se reconocía ella misma, pues apenas nadie la recordaba, sólo algunas amistades de su misma edad y a ellas les tenía prohibido hacer mención a su pasado.

¿Quién le iba a decir a ella que terminaría así sus días? Había sido una vida intensa, demasiado durante algunos años, pero ahora era el momento de sentir como pasaban los días sin más agobios que medir el tiempo por los acontecimientos de la pura rutina.

El baile de carnaval en el Centro Social era muy esperado por la mayoría de sus miembros, pues era la oportunidad de conocer a personas de los otros grupos. Se organizaba en el salón de actos y tras la merienda de rigor con chocolate y churros, empezaba el sarao que solía terminar ya entrada la madrugada.

No parecía importar que la mayoría de sus asistentes hubieran pasado ya de los sesenta, era como volver a la juventud, pero con más arrugas, más dolores, más achaques y, por el contrario, con mucha más experiencia.

Para el baile se había puesto un vestido de los años veinte, del siglo pasado claro está, del amplio vestuario que sí había decidido conservar de su tiempo de farándula. El atuendo le sentaba aún bastante bien, y con un poco de maquillaje, un atrevido escote y la abertura mostrando el mulo hasta una altura quizás más de lo decoroso, al quitarse el abrigo causó verdadera sensación entre todos los asistentes.
Ellas, celosas, y muchas, incluso, escandalizadas, para que negarlo; ellos, aturdidos entre timoratos y algunos casi bizcos para no mirar directamente, no sea que se notara demasiado.

—Creía haber visto a Lauren Bacall en todas sus películas, pero esto debe ser un revival de alguna de ellas o una nueva que están rodando y yo sin enterarme —fue la forma de presentarse quien iba a ser esa noche su casi exclusivo compañero de baile.

—Una forma original de entrar a una mujer, ¿no cree? —respondió Carolina con una encantadora sonrisa resaltada sobre unos labios perfilados con el tono justo de rojo.

Bailaron, se hicieron famosos de repente entre los asistentes, tomaron alguna copa y terminaron sentados, a pesar del frio, en un banco cerca de la vivienda de Carolina.

Él no sabía si debía, ella no sabía si quería.

Sexagenarios, pero con las ganas y la ilusión aún latente.

Ambos tenían un as en la manga. Eran libres y todo el tiempo del mundo para que los acontecimientos se desarrollaran como y cuando fuera necesario.

Al llegar la hora final, no hay vuelta atrás, por eso, cumplir años es una bendición, un regalo a disfrutar cada día.

Comentarios (11):

IreneR

17/01/2025 a las 09:19

Buenas, Fernando.

Una historia amena sin muchos altibajos. Se lee con facilidad. Aunque he visto algunos errores:

-“demasiado tiempo le ha había estado oprimiendo”, diría que el “ha” sobra.
-“la abertura mostrando el mulo hasta una altura”. Como lleve un mulo en la pierna… mal va la mujer.

Sobre el título, no sé si ese as en la manga de los personajes es algo tan importante en la historia como para que lleve ese título. Sé que era el reto del mes, pero… No sé, igual es cosa mía.

Nos leemos.

Un saludo.

Irene

Dante

18/01/2025 a las 06:10

¡Hola Fernando!

Soy casi vecino de tu relato y me ha tocado comentarlo. Te adelanto que me ha interesado y me ha gustado mucho.

Para comentarlo, me referiré primero a los aspectos formales, luego al contenido y finalmente haré un breve comentario personal.

1.- ASPECTOS FORMALES:

1.- 1. ASPECTOS POSITIVOS:

Tu relato tiene varios aspectos positivos y otros que podrían calificarse (y esto es también positivo) como fácilmente identificables.

Si bien no soy partidario de una división rígida entre géneros, considero que tu relato pertenece a un GÉNERO realista o costumbrista (en el sentido de que muestra y describe la vida, etapa y forma de vida de un personaje y/o grupo de ellos en una manera fiel).

Dicho esto, el TONO y LENGUAJE utilizados son acordes a ese género. Esa concordancia es algo claramente positivo.

La ATMÓSFERA o AMBIENTACIÓN también es clara, reconocible y podríamos decir agradable. Metés al lector enseguida dentro del mundo de Carolina (la protagonista) y sus nuevos conocidos del Centro Social. En gran medida la acción de los personajes conforma la ambientación y hace que sea agradable (más allá de algún “chisporroteo” -que contás cuando Carolina aparece vestida de una manera tan atractiva- que despierta celos y asombro) estas personas adultas que están entrando en la tercera edad (sobre esto volveré en el contenido) son claramente proactivas y eso incide en la ambientación y la torna agradable para el lector. La ambientación y atmósfera creadas sirven para facilitar la empatía con los personajes y para enganchar al lector.

El RITMO visto desde el punto de vista de la ACCIÓN comienza pausado y luego se torna relativamente ágil y es uno de los elementos formales que hacen, al menos para mí como lector, atractiva la historia y dan ganas de leerla. Es lo que, a nivel formal, me permitió disfrutarla.

El PUNTO DE VISTA es claro: es un narrador en tercera persona omnisciente y parece ser el adecuado para la historia y para tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo).

La SONORIDAD del texto, tanto si se lee en voz alta como en silencio, es buena y adecuada, pero podría enriquecerse en caso de tener en cuenta algunas cuestiones a las que referiré como áreas de mejora (en lo formal).

En particular me encantó cómo suena la oración: “Él no sabía si debía, ella no sabía si quería.” Para mí aquí se encuentra el clímax, el punto culminante del relato y suena rematadamente bien… Este es un gran acierto.

En cuanto a los DIÁLOGOS son pocos pero están estratégicamente ubicados. En general bien representados gráficamente, salvo esta línea:

“—Creía haber visto a Lauren Bacall en todas sus películas, pero esto debe ser un revival de alguna de ellas o una nueva que están rodando y yo sin enterarme —fue la forma de presentarse quien iba a ser esa noche su casi exclusivo compañero de baile.”

La representación gráfica es correcta en cuanto a los guiones. Sin embargo, convendría revisar la acotación, que no tiene la forma de una. Las acotaciones pueden llevar verbos dicendi (o del habla -ejemplo: dijo, respondió, preguntó, contestó, afirmó, negó, etc.) o no dicendi (los que implican una acción y no son verbos del habla -ejemplo: tomó su mano, se miró al espejo, etc.). En este caso te convendría que el narrador sea quien afirme esto por fuera de la acotación, o bien que la acotación se reformulara. Por ejemplo:

“—Creía haber visto a Lauren Bacall en todas sus películas, pero esto debe ser un revival de alguna de ellas o una nueva que están rodando y yo sin enterarme —se presentó quien iba a ser esa noche su casi exclusivo compañero de baile.” De esta manera utilizás un verbo que entiendo que podría calificarse como dicendi o del habla o aún si alguien sostuviera que no es dicendi, igualmente sería idóneo para que la acotación se corresponda con las convenciones de su representación. Este pequeño ajuste te permitiría encuadrar una excelente línea de diálogo dentro de los criterios de su representación gráfica.

La otra línea de diálogo, la de Carolina, en cambio, sí está correctamente representada desde el punto de vista gráfico.

Ahora bien, en lo que concierne al contenido de los diálogos en sí, he aquí otro punto positivo: cada personaje tiene su voz distintiva y lo que dicen es al mismo tiempo una acción. No son palabras gratuitas que lanzan al aire sino que buscan producir un efecto en el interlocutor y lo logran. Y también en el lector. El contenido de los diálogos y su construcción es otro punto fuerte del relato.

Con respecto a las DESCRIPCIONES considero que están presentes en la medida justa. Las descripciones son una de las herramientas más difíciles de manejar, puesto que se puede pecar por defecto o por exceso (es más frecuente lo último). Es como la frase según la cual la diferencia entre el veneno y la medicina está en la dosis. Con las descripciones pasa un poco lo mismo.

En tu relato creo que no son muchas ni pocas sino adecuadas, atinadas y colocadas en el momento justo. Por lo demás, la atmósfera y ambientación hace en cierto modo las veces de la descripción (yo lo llamo a esto “descripción por vía indirecta”) ya que contribuye a mostrar la situación, la acción, los lugares y los personajes y a que nos hagamos una idea de ellos o los imaginemos sin necesidad de utilizar largos y densos párrafos llenos de descripciones en sentido estricto que terminarían siendo contraproducentes y en definitiva inútiles. Creo que el manejo de las descripciones es otro punto positivo.

Otro elemento formal fundamental es el CONFLICTO.

El conflicto principal lo tienen los personajes consigo mismos. En especial Carolina, la protagonista. Y el conflicto radica en su edad y lo que creen son sus posibilidades o limitaciones. El conflicto está en lo que les gustaría y no se atreven o en lo que creen que no pueden (pero sí pueden) porque piensan que es tarde o estaría fuera de lugar.

Hay también conflictos interpersonales o sociales (conflicto persona-medio social) que, o bien son cualitativamente secundarios en la historia o bien son derivados del principal.
El conflicto con el medio social está magistralmente mostrado en esta oración: “Apenas le llamaban para trabajar y lo que llegaba era poco menos que basura.”

Si bien este conflicto es en parte un disparador del destino que después la protagonista decide para sí, su importancia es menor en relación al principal y en definitiva es, en cierto modo, un desprendimiento o mejor dicho una proyección del principal que gira en torno a la edad.

Los conflictos interpersonales pueden ser pequeñísimos (celos de las otras mujeres en el sarao, reacciones de los hombres), pueden estar vinculados con otro conflicto consigo misma (posibles problemas o cuestiones no resueltas con su padre hasta que logra estar en paz con ella misma) o bien tienen que ver con las expectativas de lo que ella cree de los otros y lo que los otros creen de ella o entre sí (la tensión entre poder y deber que está contenida en la frase que destaqué de la sonoridad).

Los conflictos son claros y se entrelazan entre sí, lo cual es algo interesante y muy importante para la correcta construcción de la trama, pues como dice un dicho que es casi un axioma narrativo, “sin conflicto no hay historia”.

Del elemento formal conflicto deriva la INTRIGA. Cierto que en este relato no se ve tan presente como quizás en alguno que pudiera pertenecer a otro género que por definición la posea en mayor medida (ejemplos, misterio, detective, policial, noir, thriller, terror, entre otros) pero de todos modos sí está presente.

Por la existencia de los conflictos a los que ya referí queremos saber qué le pasará a los personajes, en especial a la protagonista. A su vez, la intriga va creciendo hasta que llegamos al clímax del relato. E incluso se proyecta más allá del final, ya que es abierto y se vincula con lo que podrán hacer (o eventualmente) harán Carolina y su compañero conforme se animen (aunque nosotros los lectores no nos enteremos de esto…)

1.- 2.- ÁREA DE MEJORA: EL RITMO, LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y GRAMÁTICA:

Así como el ritmo puede ser analizado desde el punto de vista de la acción, también hay otros elementos formales que inciden en él. Son la construcción de las frases, la ortografía, la puntuación y la gramática.

Dada la interrelación que existe entre los mismos, sería conveniente tratarlos juntos o casi juntos.

En relación a la ORTOGRAFÍA es en general correcta. Sólo advierto que por un error de tipeo en lugar de “muslo” se hace referencia a “mulo”.

Con respecto a la GRAMÁTICA creo pertinente señalar que en dos oportunidades el narrador usa la palaba “ahora”, lo cual no sería correcto o por lo menos no sería conveniente dado que “ahora” refiere al presente, mientras que el relato está narrado en pasado.

En la oración “No demasiado fama era su bagaje se reconocía ella misma, pues apenas nadie la recordaba…”, más allá de otras consideraciones que pudieran hacerse, hay una falta de concordancia de género. En lugar de “No demasiado fama” debería decir “No demasiada fama”.
Si bien no hace a la construcción de las frases, hay algo de ESTRUCTURA del relato que te invitaría a que reflexiones sobre ello. Me refiero a lo siguiente: en los cuatro primeros párrafos el narrador se enfoca en Carolina, la protagonista. En los dos párrafos siguientes, en cambio, toma una distancia y refiere al Centro Social de una manera más general, algo aséptica y abstracta, y al aludir a él, también lo hace respecto de las actividades que organiza (puntualmente el baile de carnaval) y en relación a los miembros del Centro en general. Luego vuelve a enfocar en Carolina, y con algunos destellos, lo hace en los otros contertulios y en el compañero de baile. Esto último no es incorrecto, ya que viene dado con el dinamismo propio de la escena, al igual que está bien enfocar la última parte (clímax y resolución en final abierto) en Carolina y su compañero de baile. Esto es natural.

Pero sí se nota una cierta desconexión que le quita ritmo al relato cuando en esos dos párrafos que señalé se aleja de la protagonista, y luego, al volver a ella lo hace con una oración con sujeto tácito “Para el baile se había puesto un vestido de los años veinte…”. Obviamente la acción refiere a Carolina, la protagonista, pero teniendo en cuenta que venimos de dos párrafos que dejaron de referir a ella y de “enfocar” en ella, el lector podría sentirse algo perdido. Del contexto se puede inferir que esta oración refiere a la protagonista, pero el ritmo narrativo no fluye aquí claramente.

Dicho esto, ahora pasaré a los dos elementos formales que creo que podrían beneficiarse si los examinaras aparte: la PUNTUACIÓN y la CONSTRUCCIÓN DE LAS FRASES.

En lo atinente a la puntuación, si tuviera que hacer un balance general, diría que abundan las comas y no se recurre en algunas oportunidades al punto y seguido o al punto y coma, o eventualmente a los dos puntos. Al abundar las comas el ritmo puede tornarse más lento y la lectura devenir menos fluida. Por otro lado, si se alternara con otros signos de puntuación podría obtenerse más agilidad en algunos tramos, más velocidad en algunas acciones, más inmediatez, mejor vinculación lógica y cronológica, etc.

En lo concerniente a la construcción de las frases algunas podrían beneficiarse si se alterase el orden de algunas palabras o se utilizaran expresiones sinónimas (que significaran lo mismo o algo similar), y otras deberían ser consideradas puntualmente, pues da la sensación de que faltaría algo: Por ejemplo: “Ellas, celosas, y muchas, incluso, escandalizadas, para que negarlo; ellos, aturdidos entre timoratos y algunos casi bizcos para no mirar directamente, no sea que se notara demasiado.” y “Eran libres y todo el tiempo del mundo para que los acontecimientos se desarrollaran como y cuando fuera necesario.”

A continuación, basándome en lo que percibo que ha sido tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo, que puede ser diferente de cómo efectivamente fue narrada la historia), aplicaré algunas de estas consideraciones a título de EJEMPLO (es decir que son sugerencias que pueden ser reformuladas y mejoradas conforme lo prefieras) y mostraré cómo quedarían en el relato. Cuando lo que haya reformulado sea la construcción de las frases, lo marcaré entre corchetes: []

Verdad o sugestión, a Carolina le sirvió. Por fin sentía la liberación de un peso que demasiado tiempo le ha había estado oprimiendo. [Saber que estaba en paz con su padre, la persona más importante de su vida, era algo que le permitía ser libre al aproximarse al ocaso de sus días.]

[Decidió no volver a Madrid, dado que la existencia allí ya no tenía ningún sentido.] Apenas le llamaban para trabajar y lo que llegaba era poco menos que basura. Con las inversiones y ahorros de su etapa profesional disponía de un buen apartamento en la ciudad donde había nacido y la pensión era suficiente para vivir más que cómodamente.

En poco más de dos meses había conseguido tener una rutina muy satisfactoria: su café de media mañana en la cafetería al otro lado de la plaza, su tertulia por la tarde en el Centro Social al que se había apuntado para mejorar su inglés y que no se le oxidara lo que había aprendido durante sus años de actriz. [Tal como lo reconocía ella misma, en su bagaje no cargaba con demasiada fama, pues casi nadie la recordaba. Sólo lo hacían algunas amistades de su misma edad a quienes había prohibido mencionar su pasado.]

¿Quién le iba a decir a ella que terminaría así sus días?

[Su vida había sido intensa, demasiado durante algunos años. Este momento, en cambio, le deparaba sentir como pasaban los días sin más agobios que medir el tiempo por los acontecimientos de la pura rutina.]

[Sin embargo, no todo debía quedar reducido a la costumbre: el Centro Social en el que pasaba sus tardes organizaba el baile de carnaval, un evento muy esperado por la mayoría de sus miembros, ya que brindaba la oportunidad de conocer a personas de otros grupos.]

[A ninguno de los asistentes parecía importarles que la mayoría de ellos hubiera pasado ya de los sesenta. Era como volver a la juventud, pero con más arrugas, más dolores, más achaques… Pero como contrapartida contaban con mucha más experiencia.]

[Dada la importancia de la ocasión, Carolina recurrió al amplio vestuario que había decidido conservar de sus tiempos en la farándula y se puso un vestido de los años veinte, del siglo pasado claro está. El atuendo aún le sentaba bastante bien, y con un poco de maquillaje, un atrevido escote y la abertura mostrando el muslo hasta una altura que quizás se ubicaba más allá de lo decoroso, al quitarse el abrigo causó verdadera sensación entre todos los asistentes.]

[En las damas despuntaron los celos y, para qué negarlo, muchas llegaron a escandalizarse. Los caballeros, a su turno, quedaron aturdidos: algunos se veían timoratos y otros parecían casi bizcos cuando evitaban mirar directamente, no fuera que se notara demasiado.]

—Creía haber visto a Lauren Bacall en todas sus películas, pero esto debe ser un revival de alguna de ellas o una nueva que están rodando y yo sin enterarme —[se presentó quien esa noche iba a ser su casi exclusivo compañero de baile.]

—Una forma original de entrar a una mujer, ¿no cree? —respondió Carolina con una encantadora sonrisa [que resaltaba] sobre unos labios perfilados con el tono justo de rojo.

Bailaron, de repente se hicieron famosos entre los asistentes, tomaron alguna copa y, a pesar del frío, terminaron sentados en un banco cerca de la vivienda de Carolina.

Él no sabía si debía. Ella no sabía si quería.

Sexagenarios, pero con las ganas y la ilusión aún latente.

Ambos tenían un as en la manga. Eran libres y disponían de todo el tiempo del mundo para que los acontecimientos se desarrollaran como y cuando fuera necesario.

[A esa altura, sabían y saben de sobra que] al llegar la hora final, no hay vuelta atrás; [por eso, cumplir años es una bendición y disfrutar cada día, un regalo.]

Vuelvo a aclarar que estas sugerencias son sólo EJEMPLOS, no son propuestas definitivas ni mucho menos. Por supuesto que son perfectibles y nadie mejor que vos será quien pueda determinar que es lo más conveniente o preferible.

Lo que sí me interesa destacar es que condensan las consideraciones que expuse antes de las áreas que podrían mejorarse al detenerse sobre ellas y, sobre todo, entiendo que reflejarían tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo, más allá de cómo efectivamente se concretó) que percibo que tuviste. Esa intención narrativa la puedo percibir en función de todos los aspectos formales positivos que destaqué y en virtud del contenido (al que ya me referiré) y es lo que me hizo comprender el relato, leerlo de “un tirón y disfrutarlo.

Espero que estos apuntes te puedan ser de utilidad para reflexionar sobre estos elementos formales que al reformularlos coadyuvarían al ritmo del relato de modo concomitante con tantos aspectos formales que has trabajado de modo destacable.

2.- CONTENIDO:

El contenido del relato es tan profundo como actual y si bien en parte es doloroso, también es esperanzador.

Creo que ha sido acertado elegir como protagonista a una mujer que fue actriz.

Me parece genial la frase: “ Apenas le llamaban para trabajar y lo que llegaba era poco menos que basura”.

Lo que aquí nos dice el narrador respecto de la profesión de actriz resulta dolorosamente escalable a todas o casi todas las profesiones y en algunas en particular como la actuación, es aún peor para las mujeres.

Para el sistema económico y para las sociedades, en general occidentales, cuando las personas superan determinada edad, comienzan a ser descartables. O hasta invisibles.

Pero en realidad, y como bien lo muestra tu relato, todavía pueden tener mucho por delante y no tendrían por qué limitarse con lo que “se espera de ellos” a esa edad o lo que se supone que se les permite y lo que no.

Ese desprecio a las personas de cierta edad, esa invisibilización, además de causar un daño severo a la autoestima y a los vínculos humanos, compromete en gran medida las respuestas que puedan darse a la pregunta sobre el sentido de la vida.

Tu relato es un gran alegato a favor de la vida, a favor de la humanidad, de la libertad y del no bajar nunca los brazos. De no renunciar al intento de ser felices y de serlo con los demás, en comunidad. Estas cuestiones relativas al contenido se vinculan directamente con la ambientación o atmósfera, tal como había expresado al tratar de ese elemento formal. Y ese elemento formal se relaciona de modo indisoluble con el contenido y contribuye a captar la atención del lector y no soltarlo. Y a empatizar con los personajes ya que en algún momento, si gozamos de salud y tenemos vida, todos llegaremos a esa etapa.

Al tratar de la ambientación o atmósfera usé intencionalmente esta frase: “ estas personas adultas que están entrando en la tercera edad”. No se trata de un eufemismo. Para nada.

Ex profeso evité la palabra “viejos” o “ancianos”. Ancianos me parece admisible y, considerando la mayor expectativa de vida actual, la ancianidad podría ser la etapa que le siguiera a la tercera edad (en la que está entrando la protagonista y sus nuevos conocidos) -como si fuera tal vez, una “cuarta” edad-. La vejez, el ser “viejo/a”, es otra cosa.

La palabra “viejo/a” carga con un matiz negativo, despectivo, peyorativo y contiene las notas de inutilidad, innecesariedad, decadencia, decrepitud, necesidad de reemplazo. Me niego a usar semejantes calificativos respecto de seres humanos cuyo único “pecado” fue vivir, fue cumplir años. Creo que tu relato va en el mismo sentido y muestra que “ser viejo/a” es, en el fondo, una actitud, a la que puede llegarse o porque bajaste los brazos o porque otros (la sociedad, el sistema económico, etc.) te han asignado ese lugar y te han dejado abandonado.

Justamente en tu relato sucede lo opuesto: las personas cumplen años y no se niegan a vivir. Se juntan con sus iguales, forman comunidad y sienten que es “como volver a la juventud, pero con más arrugas, más dolores, más achaques” pero con “mucha más experiencia”. Esa juventud está dentro de ellos y en la medida que sus vínculos sean sanos. Está en la música, en sus actividades, en el goce. Y la experiencia (y las experiencias profesionales, personales, amorosas, amistosas, familiares y colectivas que le sirven de base) permiten y maximizan ese goce.

Todo esto el texto lo transmite de modo simple, claro, directo y puro, y el lector lo agradece. O por lo menos yo como lector lo agradezco.

Párrafo aparte para el clímax del relato: “Él no sabía si debía, ella no sabía si quería.” Ese momento de duda, de miedo, de conflicto, da paso a la liberación final: al aprovechar el tiempo, al celebrar la vida, que en ese final abierto y admonitorio y que, de cierto modo, rompe la cuarta pared y hace partícipe al lector subrayando la bendición que significa cumplir años y recibir el regalo que es cada día, corona la historia de modo admirable y deja para los protagonistas una puerta abierta a la que nosotros no entraremos. Pero tendremos un “dulce sabor en la boca” y una esperanza de que lo que sea que venga y cuanto tiempo dure será cualitativamente intenso y lo disfrutarán. Y ese disfrute sólo les corresponderá a ellos, que bien merecido lo tienen.

3.- COMENTARIO PERSONAL:

Como te adelanté al comenzar, tu relato me gustó mucho.

Más allá de algunos elementos formales que podrían mejorarse, al mismo tiempo otros tantos están muy bien trabajados y es a partir de ellos que puede reconstruirse tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo) y desde ahí tenés una base sólida para partir a la hora del análisis y de la reformulación de lo que pueda mejorarse. Las mejoras que decidas harán brillar aún más a un relato muy bello y conmovedor.

El contenido es rico, atractivo y universal: nos convoca a todos porque en algún momento podremos estar en el lugar de la protagonista y su nuevo círculo. Y el tema y sus subtemas están tratados con maestría: con una economía de extensión y de palabras dice cosas muy profundas, que resuenan y quedan resonando dentro del lector.

Gran trabajo. Te felicito por haber elegido un tema al que muchas veces se lo deja de lado o se le pasa “por el costado” y por haberlo tratado tan bien.

Espero que hayas disfrutado al escribir el relato tanto como nosotros al leerlo.

Saludos. Nos seguimos leyendo.

P.D.: Te invito a pasar por mi relato (el N° 19). Si quisieras pasar y leerlo, aclaro que es la tercera parte de varios relatos encadenados. Se trata de un experimento que estoy haciendo, que encuadra en varios géneros, en el que además se nombran o aparecen en la acción personajes que fueron personas reales y que es una historia con dos protagonistas (una de ellas es la narradora).

Los otros dos relatos que preceden a este (“Un as en la manga”) se titulan “Una larga noche” (el primero) y “La vidente” (el segundo). A ellos se puede acceder si entrás al relato N° 51 del MUE N° 65 (en el primer comentario está el primer relato y en el relato en sí está “La vidente”). O bien, se pueden leer en orden en mi (por ahora bosquejo) de blog (recordá que en Literautas si tocás arriba del nombre o pseudónimo de cada participante si éste dispone de un blog o sitio web podés pinchar y acceder a él).

María Jesús

20/01/2025 a las 13:59

Hola Fernando: He leído tu relato y me ha parecido una propuesta interesante, aunque la manera en la que empiezas desentona un poco con la trama y por otro lado, lo que cuentas no se si se ajusta al titulo obligatorio, pero la historia es entretenida y bien narrada. Me ha gustado especialmente esta frase: “Él no sabía si debía, ella no sabía si quería.”
Por lo demás, me ha parecido un buen relato.
Un saludo.

Fernando Rodríguez

22/01/2025 a las 13:30

Respuesta a: IreneR.17-01-2025
Gracias Irene por tus comentarios. Si, hay dos errores de bulto que no me había dado cuenta, tendré que ser más cuidadoso. En cuanto al haber ajustado este texto al título, quise salirme de lo que parecía lógico, una partida de cartas y opté por esta nueva vida que se abre cuando todo parece el final. Los que estamos ya en una etapa tardía, consideramos que también la experiencia es una carta “comodín” que podemos y debemos utilizar. El hecho además de querer continuar con el hilo de los dos anteriores relatos, condiciona un poco la trama.

Fernando Rodríguez

22/01/2025 a las 13:38

Respuesta a: Dante.18-01-2025
Me considero privilegiado por que hayas tenido que leer mi texto y todo lo que he aprendido con tus comentarios. Sé que no me voy a acercar, ni siquiera un poco, a tu análisis, pero el hecho de seguir tu guion me servirá para futuros relatos y por supuesto para opinar en el de otros compañeros.
Muchas gracias por el enorme esfuerzo.

Fernando Rodríguez

22/01/2025 a las 13:44

Respuesta a: María Jesús.20-01-2025
Como ya he comentado a otra compañera, he querido salirme del guion del juego de cartas y, además, hilvanarlo con los dos anteriores que ya quedaron en el muestrario. Solo aspiro a no aburrir a quien le toque leerlo, el placer de escribirlo es de cada uno.
Muchas gracias por tu comentario.

Borja

24/01/2025 a las 20:35

Hola!
Lo primero de todo, disculparme por la tardanza. No encuentro el tiempo necesario para leer con la calma que se merecen los textos… puta vida… en fin.
Ahora, lo que te importa.
Yo no controlo demasiado de cuestiones técnicas y formales. Pero en principio no encuentro faltas de ortografía sobresalientes ni gramaticales.
Yo en principio me centro más en los aspectos de si me gusta o no.
Así que tu texto me hace pensar que narras muy bien. Frases cortas y claras. Verbos directos. No hay circunloquios que me distraigan. Encuentro realidad. Autenticidad.
Tu estilo, o al menos el que aplicas a este texto, se acerca mucho a lo que me gusta leer.
La historia: hace unos años me habría parecido aburrida. (Una señora mayor y su rollo…) Con el paso del tiempo he aprendido a apreciar este tipo de historias. No van a ser de mis preferidas, pero ya no me aburren. (Reitero que es una consideración personal). Y entiendo que tiene que haber textos para todos los gustos.
Finalizó volviendo a resaltar que me gustó mucho tu estilo de narración.
Muy buen trabajo.
Un saludo.

Borja

24/01/2025 a las 20:43

Bueno, quisiera añadir algo. Te puse que las frases son cortas. Pero no es correcto. Me di cuenta que leí comas, como si fueran puntos de manera inconsciente.
Lo siento. A lo mejor darle una vuelta a la puntuación le daría un empujón.
Pero me sigue gustando tu forma de narrar. Eso no cambió.
Un saludo

IGNACIO

25/01/2025 a las 18:01

Hola Fernando. Tu relato tiene encanto y eso es muy importante. Además es visual, un tono simpático, ritmo y coherencia. Me parece que deberías modificar el final, porque tiene un cierto aire de moraleja. Es mejor que el lector saque sus conclusiones a que tu le digas cómo tiene que pensar. Muchos relatos mejorarían eliminando el final y dejando más abierta la historia.
Saludos. Nos seguimos leyendo

Fernando Rodríguez

27/01/2025 a las 16:21

Respuesta a: Borja.24-01-2025
Tienes razón en el tema de la puntuación, es algo que no controlo como me gustaría, así que intentaré mejorar. En general, lo que pretendo es que al leer el relato tenga sonoridad pero no siempre se consigue.
Muchas gracias por tus comentarios.

Fernando Rodríguez

27/01/2025 a las 16:24

Respuesta a: Ignacio.25-01-2025
Me gusta cerrar en la medida de lo posible los relatos, aunque como bien sabes, siempre queda una puerta abierta o aunque sea una pequeña gatera para continuarlo. No obstante, si puedes tener razón en que cuanto más abierto, más posibilidades.
Gracias por tus comentarios.

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