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Un as en la manga - por Camila ForesiR.
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"Con ustedes, el hombre más afortunado de la temporada… ¡Félix Sosa!”. Había dicho el presentador del programa de televisión, mientras el público aplaudía y lanzaba vítores a la reciente estrella. Al mismo tiempo, las personas que desde sus casas observaban atónitas al personaje caminar sonriente hacia el presentador, estrechar su mano y sentarse en el sillón del estudio, para dar comienzo a lo que sería la entrevista del verano.
Félix se había hecho famoso en circunstancias poco convencionales. Él había amasado una fortuna jugando en los casinos del Partido de la Costa, además del Casino de Buenos Aires, Rosario y algunos más. Este repentino golpe de suerte lo había llevado a hacerse conocido, y para mediados del verano ya era una celebridad.
Pero detrás de una de las pantallas hogareñas se encontraba Mora Cervantes, una periodista de investigación que sospechaba que detrás de esa suerte inusual y ese estrellato recién nacido se escondía algo más. Ella estaba convencida de que había gato encerrado.
-Contale al público cuál es tu secreto Félix –dijo el presentador.
-En realidad es solo este pequeño trébol de cuatro hojas que encontré en mi última visita a Mar del Plata. Lo vi y dije “esto es una señal”, así que lo llevo conmigo desde entonces. Pero por cábala, yo piso tres veces el suelo con mi pie izquierdo antes de entrar a cualquier casino. Así la mala suerte se queda afuera.
-¿Eso es todo? –preguntó incrédulo.
-Así es. Eso es todo.
-¡Yo quiero ver eso! –dijo el presentador- ¿Qué te parece si mañana vamos contigo al Casino Buenos Aires y nos muestras tu inusual talento para atraer la suerte?
-¡Claro que si! –dijo y luego bebió un sorbo de agua- mañana los invito a acompañarme.
Entre aplausos y sonrisas, miradas indiscretas de algunas mujeres y las palabras del conductor de televisión, Félix se sintió algo temeroso. Por primera vez tuvo miedo.
Ya en su cuarto de hotel, el hombre afortunado casi no había podido dormir. Con su tesoro entre las manos, pensó en lo que pasaría si fuera descubierto. Si alguien fuera capaz de revelar su secreto más profundo. Solo podía respirar hondo para tratar de calmarse y desear que todo fluyera de manera tranquila. Antes de cerrar los ojos, guardó el amuleto en un bolsillo del saco que usaría al día siguiente y se prometió que esa sería la última vez. Tomaría los millones que había ganado y se retiraría del juego.
Por otro lado, Mora miraba videos de Félix jugando en los casinos una y otra vez buscando pistas, indicios o algún movimiento que lo dejara al descubierto. Nada. El hombre tenía una total y absoluta cara de póker en cada juego. Pero ella sabía que había algo más. Su padre, había sido timador toda su vida y había llevado a su familia a la ruina. Él siempre le había dicho que “la suerte no es azar, siempre hay un truco”, y ella estaba decidida a encontrarlo.
La noche siguiente, un séquito de personas se agolpaba frente a las puertas del casino. Félix estaba rodeado de admiradores, gente curiosa, periodistas y toda la producción del programa de televisión que transmitiría su hazaña en vivo. Entre todos ellos, también estaba Mora observando atentamente.
-Muy bien Félix. Aquí estamos ¿traes tu trébol?
-Aquí lo tengo –dijo mostrándolo en alto.
-¡Muy bien! ¡Ahora todos pisemos tres veces antes de entrar!
-Recuerden que es con el pie izquierdo –dijo Félix.
-¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! –contaron los pisotones todas las personas a la vez y comenzaron a entrar.
Félix se giró solo un momento y miró hacia atrás. Se encontró con los ojos azules de Mora observándolo seriamente. Intimidado, volvió su cabeza al frente y desapareció entre la multitud.
Al despejarse la entrada, Mora notó un pequeño libro tirado en el suelo. Se acercó con sus tacones oscuros, se agachó y lo recogió. En la portada se leía: “Cómo hacerse rico con los juegos de azar” en ese instante, ella sonrió con suficiencia. Lo tenía. Su treta había terminado. Guardó el libro en su cartera y se marchó del lugar. Para el día siguiente ya tenía su primera plana.
Comentarios (14):
Moldy Blaston
16/01/2025 a las 20:07
Hola Camila, un placer leerte. El estilo de tu relato me parece claro y directo, lo que me ha facilitado su lectura y mantenido interesado. Creo que utilizas un lenguaje sencillo pero efectivo para describir las escenas y los personajes. La narrativa fluye bien y mantiene un buen ritmo, lo que es muy importante también para mantener la atención del lector. Los personajes son interesantes y convincentes por lo que, en general, me parece un buen relato.
Mucho ánimo para seguir en el camino de la escritura. Si te parece bien puedes pasarte por mi relato. Estoy en el nº 10.
¡Nos leemos!
Cami
17/01/2025 a las 18:51
Gracias Molby!!!! Me doy una vuelta. Nos leemos
María Jesús
17/01/2025 a las 19:02
Hola Camila: Tu relato me ha gustado porque es ameno y fácil de leer, algo que yo valora pues no me gustan las historias rebuscadas. Ha sido un placer leerte.
Saludos.
Cami
17/01/2025 a las 19:13
Gracias María!!!! Un placer que te haya gustado. Nos leemos
Abi
17/01/2025 a las 19:55
Hola Camí!! Leí el relato! Me encanta! Deja ese final abierto, lo que me lleva a tener mucha intriga por lo que escribirá la periodista.
Saludos!!!
Cami
17/01/2025 a las 21:25
Gracias Abi!!!! El final queda a cargo del lector. Saludos! Nos leemos.
Cristina Otadui
18/01/2025 a las 15:04
Buena historia Cami..
Me gustan los finales abiertos que dejan al lector especular sobre la resolución de la trama en base de lo leído.
Creo que hay mucho mas que contar ahí: la historia de la familia de Mora, la propia historia del padre o todo el mundo que debe rodear a Félix para que decida hacerse con el libro de ventajas.
He leído a gusto, la verdad.
¡¡Nos leemos!!
Un saludo
Cami
18/01/2025 a las 15:49
camiiforesi@gmail.com
Cami
18/01/2025 a las 15:51
Gracias Critina! Podría ampliarse la historia de los protagonistas, si! Lo tendré en cuenta. Nos leemos
Dante
19/01/2025 a las 23:33
¡Hola Camila!
He ingresado a leer tu relato, que me gustó, y ahora pasaré a comentarlo. Voy a analizar aspectos formales, luego me referiré al contenido y finalmente expondré un comentario personal.
1.- FORMA:
1.- 1. ASPECTOS POSITIVOS:
Con respecto al GÉNERO, si bien no soy partidario de divisiones rígidas entre los mismos, creo que este relato se encuadra en un género realista.
Asimismo, el TONO y el LENGUAJE utilizados concuerdan con el género mencionado.
La ATMÓSFERA o AMBIENTACIÓN está muy bien lograda en todos los escenarios que podemos apreciar a lo largo de la lectura: el estudio de televisión, el público en sus casas, Mora en su casa y Félix Sosa en el hotel. Y por supuesto también puede decirse lo mismo de la entrada al casino. Todos y cada uno de esos ambientes y el “clima” emocional se perciben nítidamente en cada caso y ayudan al lector a meterse dentro de la historia.
El RITMO, apreciado desde el punto de vista de la ACCIÓN es ágil y consistente. Es la acción, que nunca decae, la que va marcando el ritmo. De esta manera capta la atención del lector y hace que éste no abandone la lectura.
Por otra parte, en el RITMO influyen otros elementos formales como LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, LA ORTOGRAFÍA, LA PUNTUACIÓN Y LA GRAMÁTICA. En general todos ellos están bien trabajados.
No hay faltas de ortografías y la gramática, la puntuación y la construcción de frases son en general correctas, sin perjuicio de algunas consideraciones que expondré como áreas susceptibles de mejora.
En cuanto a la SONORIDAD, considero que es adecuada para el género, tono y lenguaje elegidos.
El PUNTO DE VISTA es el de un narrador omnisciente y estimo que es atinado para esta clase de historia y va en línea con tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo).
Dado que el relato arranca en un estudio de televisión y se hace referencia al público y dentro de él, a Mora en particular, después se ingresa en cierta intimidad de Félix y de Mora y finalmente la acción se desarrolla en un casino donde además de Félix y Mora se encuentra una multitud, no hay otra clase de narrador que permita conjugar todo ello de modo armónico y verosímil.
Con respecto a los DIÁLOGOS, creo que pueden hacerse dos apreciaciones. Por un lado, hay aspectos que pueden mejorarse y los señalaré luego. Pero por el otro, hay puntos muy positivos que tienen que ver con su construcción y su ubicación. Agilizan la narración, su contenido es preciso y pertinente y contribuyen a delinear a los personajes y a sus acciones.
Las DESCRIPCIONES son pocas y están bien ubicadas en el texto. Este elemento formal es uno de los más importantes y a la vez uno de los más dificultosos para manejar, y es evidente que lo has hecho muy bien. Siempre es posible pecar por defecto o por exceso (con mayor frecuencia ocurre esto último). Con las descripciones es cuestión de medida, de equilibrio y también debe tenerse el por qué y el para qué se utilizan. Estas precauciones han sido respetadas en el relato y eso habla muy bien de él.
El elemento CONFLICTO también está presente. Básicamente hay dos: uno interprersonal que es Mora vs. Félix (aunque el no sabe que Mora lo está “cazando” periodísticamente). Y el otro es intrapersonal de Félix consigo mismo: quiere seguir ganando, pero también teme ser descubierto y sabe que tiene que parar. Sabe que tiene que parar, pero no sabe cuándo y cómo. (Aunque se prometa que esta es la última vez, entiendo que aunque el narrador es fiable no tendríamos que fiarnos en ese punto, porque él accede a lo que Félix piensa o siente en ese momento y no sabemos si, de salir airoso de la prueba que se avecina, será fiel a la promesa que se hizo a sí mismo).
La INTRIGA deriva del conflicto por lo que al estar bien planteados esos dos conflictos que atraviesan toda la trama, ella está asegurada. La intriga se ve reforzada también porque el relato comienza IN MEDIA RES, es decir en el medio de la acción. Inmediatamente el lector se ve sumergido en una historia que ya viene de antes y entonces ese solo elemento hace que se llene de preguntas.
Situar, además, el comienzo en un estudio de televisión de un programa masivo hace que las apuestas ya sean altas desde el vamos. Y casualmente, o no tan causalmente, se trata de una historia relacionada con los juegos de azar. Comienzo in media res, apuestas altas al inicio, programa de televisión masivo con mención del público (siendo imposible que el lector no se vea inmerso dentro de él) y dos conflictos claros y potentes bien planteados y que atraviesan toda la trama hacen que la intriga esté servida y crezca cada vez más. Favorece el incremento de la tensión narrativa, capta enseguida la atención del lector y sostiene su inquietud hasta el final ya que éste se va preguntando: “¿Qué sucederá luego?” y además reclamará: “¡Quiero más!”.
En síntesis, el elemento intriga está presente y hace que la trama del relato se sostenga y sea atractiva como lo es.
Los PERSONAJES están bien delineados, pero la asignación de las funciones o roles dependerá de cómo se lea.
Resulta claro que el público del programa, la multitud del final y el conductor de televisión son personajes secundarios. Y éste último es un tanto ambiguo: ¿Ayuda al protagonista o al antagonista? Porque no es tan evidente si realmente cree en Félix o quiere, como decimos en Argentina, “hacerle pisar el palito”. Lo que sí es evidente, y es muy realista e interesante cuando se trata de un personaje secundario (y más en un ámbito tan estrecho como el del límite de 750 palabras) es que este personaje tiene “agenda propia”. Como a tantas figuras mediáticas le interesa su propio beneficio y no le va a importar usar a cualquier persona (incluido Félix y su fama, que por eso fue invitado: por su fama) o recurso. Eso torna tan ambiguo e interesante a este personaje, pese a su pequeña aparición en la trama.
Lo difícil, y que depende de cómo uno lea el relato, es determinar quién es el protagonista y quién el antagonista.
El narrador primero se acerca a Félix y nos vincula con él. Percibimos que “algo raro” hay y el presentador de televisión da una sensación ambigua, transmite -al menos a mí- una personalidad “viscosa”, por así decirlo. Y luego aparece Mora, quien reacciona a lo que ve.
Alguien podría decir que ahí está el incidente detonador y que Mora es la protagonista, con lo que Félix será el antagonista y, eventualmente, si aún involuntariamente le prestan ayuda, los demás (eventualmente el presentador) devendrían en ayudantes suyos.
Pero también se podría sostener, y a mí me atrae más esta posibilidad, que Félix es un protagonista que en realidad es como un “anti-héroe”. Es cierto que es un tramposo y que tuvo una fama repentina y fácil y que no tiene méritos académicos, artísticos, deportivos ni científicos. No es ejemplo de nada ni de nadie. Pero por otro lado, cuando el narrador nos muestra su tensión interna, vemos que se siente expuesto al peligro y lo vemos vulnerable. Es como una historia contada “desde el punto de vista del «malo»” (lo pongo entre comillas porque Félix no es malo en realidad. No será virtuoso, pero tampoco es -por lo que se ve- un villano: al fin de cuentas no le robó a otros ciudadanos sino que obtuvo su dinero de los casinos que no son, precisamente, instituciones de caridad ni de seguridad social…). En esta línea argumental Mora sería la antagonista. La “mala” sería la “buena”, aunque… ¿Mora es realmente “buena”? Aquí hay también una interesante ambigüedad: Mora parece tener una moral recta y un sentido de justicia, pero también hay algo de soberbia, tal vez de vanidad y de interés egoísta. Y la referencia (puede que nada inocente) a la primera plana que hace el narrador al final, muestra que quizás las intenciones de Mora puedan ser buenas pero no del todo puras (es decir que no obra sólo por la moral y la justicia sino también por el éxito). En definitiva: Mora está perfectamente caracterizada pues muestra las tensiones que existen en la profesión periodística donde muy a menudo pueden verse o bien las tensiones, o bien el decantarse por uno de los extremos (lamentablemente para el público suele ocurrir que se inclinen por alejarse de la verdad o hacer prevalecer otros intereses).
Sin importar cuál de las dos lecturas adopten los lectores lo interesante y atractivo es que tanto Félix como Mora resultan “queribles” y podemos empatizar con los dos.
Me parece destacable cómo has delineado tan bien los personajes en tan poco espacio. Esto constituye un punto altísimo del relato, puesto que cuando se lo suma al conflicto y a la intriga, garantiza que el relato nos atraiga porque en definitiva, las historias nos importan porque le pasa algo a alguien y porque en ese alguien y en eso que pasa, nos vemos reflejados de un modo o de otro.
1.- 2. ÁREAS SUSCEPTIBLES DE MEJORA:
Con respecto a la GRAMÁTICA convendría examinar las siguientes oraciones:
“«Con ustedes, el hombre más afortunado de la temporada… ¡Félix Sosa!». Había dicho el presentador del programa de televisión, mientras el público aplaudía y lanzaba vítores a la reciente estrella.” Más allá de lo que señalaré al tratar de la representación gráfica de los diálogos, el “había dicho” es una conjugación verbal en tiempo pretérito pluscuamperfecto, que indica una acción terminada incluso en un pasado anterior. Sin embargo aquí tenemos algo que dice un personaje, luego viene una acotación del narrrador y dentro de la acotación se refieren a hechos que van ocurriendo en el pasado (los vinculados con la reacción del público, que están conjugados en pretérito imperfecto). Con lo que tendríamos una acción de un pasado anterior vinculada con otra que está transcurriendo en el pasado. Allí habría una incoherencia de tiempo verbal por lo que sería preferible cambiar “había dicho” por “dijo” (pretérito perfecto simple).
“Al mismo tiempo, las personas que desde sus casas observaban atónitas al personaje caminar sonriente hacia el presentador, estrechar su mano y sentarse en el sillón del estudio, para dar comienzo a lo que sería la entrevista del verano.” En esta oración parecería faltar algo. Lo que creo que introduce el problema es la palabra “que”. Por lo que te invito que consideres si no sería preferible o bien completarla, o bien suprimir el que, con lo cual quedaría (con un leve ajuste): “Al mismo tiempo, desde sus casas, una multitud observaba atónita al personaje, quien caminaba sonriente hacia el presentador, estrechaba su mano y se sentaba en el sillón del estudio, para dar comienzo a lo que sería la entrevista del verano.” De esta manera la oración quedaría mejor organizada en cuanto a la secuencia de acciones y ganaría en fluidez y claridad estructural.
“Él siempre le había dicho que «la suerte no es azar, siempre hay un truco»…” Aquí también habría una incoherencia de tiempo verbal. “Siempre” es un adverbio de tiempo que indica invariabilidad o bien, puede sugerir repetición que confirma un mismo hecho o afirmación. “Había dicho” es una conjugación verbal en tiempo pretérito pluscuamperfecto que da idea de un pasado anterior a determinado pasado, cuya acción ya concluyó (aspecto perfectivo). Por lo tanto correspondería elegir entre: “Él siempre le decía que «la suerte no es azar, siempre hay un truco»…” o “Él le había dicho que «la suerte no es azar, siempre hay un truco»…” Cualquiera de estas dos sería correcta, con lo que quedaría librado a tu elección.
En lo atinente a la PUNTUACIÓN sería conveniente reparar en las siguientes oraciones:
“Por otro lado, Mora miraba videos de Félix jugando en los casinos una y otra vez buscando pistas, indicios o algún movimiento que lo dejara al descubierto”. Si bien la puntuación no es incorrecta y lo que voy a señalar es algo opinable y meramente subjetivo o librado a las preferencias personales, te invito a considerar si la oración no ganaría en fluidez y claridad con un leve ajuste en la puntuación introduciendo algunas comas más: “Por otro lado, Mora miraba videos de Félix jugando en los casinos una y otra vez, buscando pistas, indicios o algún movimiento que lo dejara al descubierto.”
“Su padre, había sido timador toda su vida y había llevado a su familia a la ruina.” En esta oración hay una infracción a las reglas objetivas de puntuación. Es un caso de la llamada “coma criminal” que es aquella que se ubica entre el sujeto y el verbo o entre el verbo y el objeto. Es una pausa que no se debe graficar porque corta la secuencia natural de una oración. Por lo que la oración debería quedar así: “Su padre había sido timador toda su vida y había llevado a su familia a la ruina.”
“Él siempre le había dicho que “la suerte no es azar, siempre hay un truco”, y ella estaba decidida a encontrarlo.” Más allá del apunte sobre gramática (relativo a la incoherencia de tiempos verbales) es probable que esta oración gane en claridad y contribuya a una mejor fluidez de la lectura, de la acción y del ritmo si se subdividiera en dos. Por lo que, considerando las propuestas anteriores y la actual, te invito a considerar si no serían preferibles: “Él siempre le decía que «la suerte no es azar, siempre hay un truco». Ella estaba decidida a encontrarlo.” o “Él le había dicho que «la suerte no es azar, siempre hay un truco». Ella estaba decidida a encontrarlo”. O bien: “Él siempre le decía que «la suerte no es azar, siempre hay un truco»: ella estaba decidida a encontrarlo.” o “Él le había dicho que «la suerte no es azar, siempre hay un truco» : ella estaba decidida a encontrarlo.”
“La noche siguiente, un séquito de personas se agolpaba frente a las puertas del casino. Félix estaba rodeado de admiradores, gente curiosa, periodistas y toda la producción del programa de televisión que transmitiría su hazaña en vivo.”
En cuanto a CONSTRUCCIÓN DE LAS FRASES sería conveniente analizar estas oraciones:
“Pero detrás de una de las pantallas hogareñas se encontraba Mora Cervantes, una periodista de investigación que sospechaba que detrás de esa suerte inusual y ese estrellato recién nacido se escondía algo más.”
“Pero por cábala, yo piso tres veces el suelo con mi pie izquierdo antes de entrar a cualquier casino. Así la mala suerte se queda afuera.”
Aquí tenemos dos oraciones bastante cercanas entre sí donde se repite la misma palabra inicial: “Pero”. Por otra parte, “pero” es una conjunción adversativa que se utiliza para contraponer a un concepto otro diverso o ampliativo del anterior.
En el primer caso, en principio podría funcionar bien. Sin embargo, podría sonar un poco “violento” o “forzado” ya que el conflicto Mora-Félix aparecería de golpe. Es probable que el desarrollo de la trama se beneficiara si se presentara de forma más sutil. Para eso bastaría eliminar el “Pero” y que la oración iniciara directamente con “Detrás de una de las pantallas…” En fin: dependerá de si querés marcar una ruptura o una transición sutil.
En cambio, en el segundo caso creo que la situación es distinta. No hay aquí oposición ni contradicción entre el trébol que Félix lleva para la buena suerte y los pisotones que da por cábala. Salvo que la intención fuera relativizar el trébol (donde podría decir algo así “Pero por si acaso, por cábala,…” Da la sensación de que serían dos “cábalas” diferentes que concurren. Si esta fuera la hipótesis podría reemplazarse el “Pero” por un “Además”: “Además, por cábala, yo piso tres veces el suelo con mi pie izquierdo antes de entrar a cualquier casino. Esto me parece más acorde con la intención narrativa que tuviste (cómo quisiste contar la historia) porque el acto de pisar tres veces tiene que ver con dejar la mala suerte antes de trasponer la puerta, en lo que el trébol no parece tener nada que ver. Esto me hace concluir que las dos “cábalas” concurren y que por lo tanto, el “Pero” restaría claridad al flujo de la narración porque nos hace pensar en una oposición que no existe y produce una especie de “ruido” o freno.
“—Claro que si! —dijo y luego bebió un sorbo de agua— mañana los invito a acompañarme.” La última parte de la línea de diálogo debería ser reformulada porque la secuencia de acciones no resulta clara: la invitación se formula hoy para que lo acompañen mañana. Con lo que resultaría más claro lo siguiente: “—Claro que si! —dijo y luego bebió un sorbo de agua—. Los invito a que me acompañen mañana.”
“Por otro lado, Mora miraba videos de Félix jugando en los casinos una y otra vez buscando pistas, indicios o algún movimiento que lo dejara al descubierto.” Además de los ajustes de puntuación antes sugeridos, te invito a considerar si no sería mejor cambiar “Por otro lado”, que nos da idea de “pasar a otra cosa” por un “Mientras tanto” o “Entretanto”, ya que del flujo de la narración se podría inferir que mientras Félix está preocupado, sufre y se hace la promesa de jugar por última vez y retirarse, Mora estaría intensificando su investigación. Creo que tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo) consistió en dos cursos de acción paralelos. Más te digo: si imagináramos que estas son escenas de una película o serie, es probable que se nos mostraran o alternadamente (intercalando lugares y personajes) o con la pantalla dividida a Félix en el hotel padeciendo todo lo relativo a su preocupación y a Mora insistiendo una y otra vez sin suerte. De ahí que me parecerían más fieles a tu intención narrativa las siguientes variantes: “Mientras tanto, Mora miraba videos de Félix jugando en los casinos una y otra vez, buscando pistas, indicios o algún movimiento que lo dejara al descubierto.” O: “Entretanto, Mora miraba videos de Félix jugando en los casinos una y otra vez, buscando pistas, indicios o algún movimiento que lo dejara al descubierto.”
“Félix se giró solo un momento y miró hacia atrás.” Esta oración no es incorrecta pero parecería algo confusa. Solo puede indicar soledad o, dado que ahora según la RAE es indistinto ponerle o no tilde, podría ser sinónimo de “solamente” en uno u otro caso no pareciera agregar nada a la construcción de la oración ni tampoco parece necesaria en relación al contexto (cuando luego descubre los ojos de Mora mirándolo). En su lugar podrías considerar: “Félix apenas giró y miró hacia atrás” O: “Félix giró un instante y miró hacia atrás” O: “En un instante, Félix giró y miró hacia atrás” Estas variantes o cualquiera que elimine el “solo” creo que serían más claras y fluidas y nos prepararían mejor para lo que viene después: la confrontación visual con Mora, que podría tomarse como el clímax el relato, que es el momento en el que el enfrentamiento esperado se consuma.
“En la portada se leía: «Cómo hacerse rico con los juegos de azar» en ese instante, ella sonrió con suficiencia.” Me parece que sería conveniente dividir estas oraciones en dos y cambiar ligeramente su estructura, a fin de conjugar impacto con fluidez: “En la portada se leía: «Cómo hacerse rico con los juegos de azar». Ella sonrió con suficiencia en ese instante.”
Finalmente resta examinar la representación gráfica de los diálogos.
Con respecto al inicio mismo del relato, no es incorrecto referir al parlamento entre comillas. Pero si se opta por esa forma, antes de la acotación va una coma y el verbo, que además es dicendi (o el habla) va en minúsculas. Considerando también lo señalado en relación a la gramática y la coherencia de los tiempos verbales, si optaras por las comillas, quedaría:
“«Con ustedes, el hombre más afortunado de la temporada… ¡Félix Sosa!», dijo el presentador del programa de televisión, mientras el público aplaudía y lanzaba vítores a la reciente estrella.”
Ahora bien, si eligieras representar el parlamento con guiones, éste y su acotación quedarían:
“—«Con ustedes, el hombre más afortunado de la temporada… ¡Félix Sosa!» —dijo el presentador del programa de televisión, mientras el público aplaudía y lanzaba vítores a la reciente estrella.”
Ninguna de las dos está mal, pero considerando que en el resto del texto te inclinaste por los guiones, quizás sería recomendable mantener una uniformidad de criterio.
En relación al resto de los diálogos, deberías corregir levemente su representación gráfica. En lugar de colocar un guión común deberías usar este: —
Esto va tanto para el guión que antecede al parlamento como para las acotaciones. Por otro lado, cuando hay acotaciones y cerrás el guión, en general allí irá un punto o una coma, que por lo que he podido apreciar no las has colocado (Por ejemplo: “-¡Yo quiero ver eso! –dijo el presentador- ¿Qué te parece si mañana vamos contigo al Casino Buenos Aires y nos muestras tu inusual talento para atraer la suerte?”. La forma correcta sería: “—¡Yo quiero ver eso! —dijo el presentador—. ¿Qué te parece si mañana vamos contigo al Casino Buenos Aires y nos muestras tu inusual talento para atraer la suerte?”
Para poder corregir este pequeño inconveniente, te sugiero que consultes las guías acerca de representación gráfica de los diálogos que Literautas ha puesto a nuestra disposición. Incluso en el post general relativo a la recopilación de los relatos de este MUE N° 66 hay un link que deriva allí.
Como ves las áreas susceptibles de mejora son relativamente pocas y con ligeros ajustes podría ganar más claridad y fluidez. Dos cualidades de las que precisamente ya goza el relato por el buen manejo general y particular de los elementos formales.
2.- CONTENIDO:
Me ha parecido muy original e inteligente tomar el reto opcional para iniciar dese ahí el relato y, en gran medida, edificar la trama entera sobre esa base.
La relación con el título es muy pertinente, y si se tiene en cuenta lo que señalé sobre la dificultad de determinar quién es el protagonista y quién el antagonista, el título se vuelve más ambiguo y sugerente: ¿Quién tiene el as en la manga? ¿O lo tienen los dos? ¿O lo pierde uno y lo encuentra el otro? Porque el as en la manga es el mismo: el libro.
Es también interesante el “bluff” de Félix acerca del trébol de cuatro hojas. Le hace creer al público que ese es su amuleto y dice obrar “por cábala” (cuando da los tres pisotones). Es muy sutil el narrador cuando usa la palabra amuleto y no menciona en qué consiste. Ahí siembra la duda: ¿Es el trébol? Pero esto no parecía ser verdad. Sin embargo, como lo guarda dentro del saco que usará al otro día, cuando aparece el libro en el piso y considerando que había una multitud que rodeaba a Félix, queda claro que ese era el amuleto.
Todo esto revela que a nivel contenido los conflictos se entrelazan y enriquecen la trama dotándola de ambigüedad que, a la vez, le viene derivada de la de los personajes. En gran medida radica aquí el atractivo de una historia que es muy entretenida.
3.- COMENTARIO PERSONAL:
Me ha gustado mucho el relato porque, salvo algunas pocas cosas que podrían considerarse como susceptibles de mejora, hay un correcto manejo de los elementos formales que se relaciona con un contenido atractivo y entretenido. He podido leer “de un tirón” la historia y he disfrutado de la experiencia y al reflexionar luego sobre la fuente de esa agradable experiencia, he podido advertir que hubo un trabajo digno de destacar y que la construcción de los personajes y la trama han sido muy cuidadosas.
Espero que hayas disfrutado al escribir el relato como nosotros al leerlo.
Saludos. Nos seguimos leyendo.
P.D.: Te invito a pasar por mi relato (el N° 19). Si quisieras pasar y leerlo, aclaro que es la tercera parte de varios relatos encadenados. Se trata de un experimento que estoy haciendo, que encuadra en varios géneros, en el que además se nombran o aparecen en la acción personajes que fueron personas reales y que es una historia con dos protagonistas (una de ellas es la narradora).
Los otros dos relatos que preceden a este (“Un as en la manga”) se titulan “Una larga noche” (el primero) y “La vidente” (el segundo). A ellos se puede acceder si entrás al relato N° 51 del MUE N° 65 (en el primer comentario está el primer relato y en el relato en sí está “La vidente”). O bien, se pueden leer en orden en mi (por ahora bosquejo) de blog (recordá que en Literautas si tocás arriba del nombre o pseudónimo de cada participante si éste dispone de un blog o sitio web podés pinchar y acceder a él).
Hilda G.M.
22/01/2025 a las 10:06
Hola, Camila.
Primero que nada, perdona por llegar tan tarde a comentar tu texto (es uno de los tres que me corresponde hacer en esta ocasión), se me ha complicado un poco el trabajo, lo siento.
Por si aún lo ves, quería decirte que me ha parecido muy interesante leer cómo has asumido el reto del “as en la manga” sin miedo al estereotipo y como resultado has obtenido un muy buen relato. Durante mi lectura he notado algunas cositas como el “que” en la frase “Al mismo tiempo, las personas que desde sus casas…” que parece incompleta así y queda mejor sin esa conjunción; asimismo algunos signos de puntuación después de las acotaciones en los diálogos, por ejemplo aquí:
“-¡Yo quiero ver eso! –dijo el presentador- ¿Qué te parece si mañana vamos contigo al Casino Buenos Aires y nos muestras tu inusual talento para atraer la suerte?”
Luego del guion que cierra la acotación debería ir un punto, así: “… –dijo el presentador-.”
Son pequeños detalles que probablemente se te han pasado por las prisas. No te comento nada más en lo formal porque ya te lo han hecho incluso de manera exhaustiva 😉
Saludos y muchas gracias por compartirlo. Me ha gustado.
Cami
23/01/2025 a las 22:32
Uyyyy gracias Dante por tan detallado análisis!!! Disfruté el leerlo así como disfruté escribir mi relato. Con comentarios como este mi trabajo se convierte en algo plausible. Gracias de nuevo! Nos leemos
Cami
23/01/2025 a las 22:34
Hola Hilda!! Gracias por hacerte un tiempito para dejar tu opinión. Todo me sirve para mejorar. Nos leemos!
Tubebitofiufiu (camionero)
25/01/2025 a las 23:08
Hola Camila! Me encantó el relato a continuación te dejaré los aspectos que más me han gustado y que vale la pena destacar:
1. *Introducción atractiva*: La historia comienza con una presentación emocionante y dinámica, que captura la atención del lector.
2. *Creación de suspense*: El autor genera interés al mencionar que Félix se hizo famoso en “circunstancias poco convencionales”, lo que invita al lector a seguir leyendo para descubrir más.
3. *Desarrollo de personajes*: Se presenta a Félix como un personaje interesante y exitoso, mientras que Mora Cervantes, la periodista, parece ser una figura misteriosa y potencialmente importante en la trama.
4. *Ambiente y escenario*: El autor describe el escenario del programa de televisión y la reacción del público, lo que ayuda a crear una atmósfera emocionante y realista.
5. *Intriga y misterio*: La historia sugiere que hay más detrás de la fama de Félix y que Mora Cervantes puede estar investigando algo. Esto genera curiosidad y anima al lector a seguir leyendo para descubrir la verdad.
En general, el relato tiene un buen ritmo y presenta una trama interesante que invita al lector a seguir leyendo.