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Aurora - por Kathleen
La vidente abrió la puerta. No había nadie. Miró a su derecha, luego a su izquierda y nada. Hasta que bajó la vista casi hasta sus pies. Había un pequeño regalo envuelto en papel dorado y con un precioso lazo blanco. Se agachó y pudo ver una dedicatoria con letras doradas que ponía: Para la mujer que me abrió los ojos y que transformó mi vida por completo.
Era la primera vez que alguien le hacía un regalo por su trabajo. Trabajo que le costó amigos, incluso algún miembro de su familia. Oficio que la apartaba como si fuera un ser de otro planeta. Había vecinos que cuchicheaban a escondidas. En más de una ocasión la habían llamado loca, bruja, estafadora y sacacuartos. Pero ella sabía que no era así. Ella sabía que había heredado un don. El mismo que había tenido su abuela materna, quien le había enseñado las luces y las sombras del mundo de la videncia. Sabía que podía cambiarle la vida a la gente y no se iba a rendir porque unos cuantos la apartaran como un bicho raro.
Se levantó y tiró con cuidado del lazo blanco de seda que envolvía aquella sorpresa y se lo guardó en uno de sus bolsillos. Abrió la pequeña caja dorada, aquel extraño la conocía muy bien, sabía que el dorado era su color favorito o igual era una simple coincidencia. Y se encontró con una foto. Era una mujer mayor que sostenía a su nieta recién nacida en brazos. No pudo evitar acercársela a su pecho y soltar un par de lágrimas.
Ya en su salón, sentada en su butaca orejera, más relajada tras la impresión inicial, se encontraba acariciando aquella foto en blanco y negro, pero que le había iluminado el día como si un ángel hubiera bajado del cielo.
Se acordaba perfectamente de aquella mujer, Aurora. Miedosa y desconfiada en un primer momento, pero que acabó siendo una de las sesiones más profundas que tuvo en esos últimos meses. Estaba padeciendo una larga y dura enfermedad y necesitaba algo a lo que aferrarse y entonces fue cuando descubrió la consulta de la vidente Iris. Venía acompañada de su hija pequeña, quien le había insistido en varias ocasiones hasta que terminó por convencerla. Aurora tenía muchos miedos, miedo a la muerte y con ello dejar a sus dos hijas solas en este mundo, y eso que sus hijas ya pasaban la treintena. Miedo a la soledad, ya que su marido había muerto hacía 5 años y parecía que aún no conseguía levantar cabeza. Miedo al dolor, ya que sabía lo que una larga y dura enfermedad como la que padecía conllevaba. Miedo a no conocer a su primera nieta, por parte de su hija mayor. Y no sabía cómo deshacerse de esos miedos. Hasta que, gracias a Iris, que la acompañó en un largo viaje espiritual, concluyeron que aún tenía muchas aventuras que vivir en este mundo. Comprendió que pase lo que pase, siempre tendría a sus dos hijas, que nunca la iban a dejar sola. También se dio cuenta de que la vida es muy injusta en muchas ocasiones y que no podemos hacer nada para remediarlo, pero lo que sí que podemos poner de nuestra parte es la actitud. Por último, que pasara lo que pasara, si ella no conseguía vencer esa enfermedad, su nieta siempre conocería la valentía de su abuela Aurora, para empezar en su propio nombre y después porque ahí iba a estar su familia para recordarla día tras día.
Tras aquel largo viaje por la mente de Aurora, cuando ella y su hija se estaban acercando a la puerta para marchar. Aurora se fijó en una pequeña figura de un unicornio dorado en una repisa al lado de la puerta. Iris, que por formación profesional se fijaba en los pequeños detalles, les dijo:
-Es un regalo de mi abuela materna, es un recordatorio de que la magia existe en este mundo cada vez más loco. Me encanta, además, el dorado es mi color favorito.
Comentarios (8):
Kelvin I. Márquez
18/12/2024 a las 14:37
Saludos Kathleen
En el primer párrafo, cuyo comienzo con oraciones cortas me parece genial, hay una oración en la que repites la palabra hasta y en el final ocurre lo mismo con la palabra es -“Es” un regalo de mi abuela materna, “es” un recordatorio…
Ese segundo es podrías quitarlo y quedaría bien la oración. Pienso que la oración final en la que ella dice que el dorado es su color favorito le quita un poco de fuerza al hecho de que el regalo venía en una caja dorada. Es verdad que Iris pensó que quizas la persona sabía que su color favorito era el dorado pero seria mas intrigante que lo intuyera por ella misma a que Iris se lo dijera.
Fuera de eso y algún punto que debio ser coma, me parece un relato genial. Tu forma de narrar mantiene al lector en vilo hasta el final y eso es bueno. Mis felicitaciones y nos leemos!
Kathleen
18/12/2024 a las 16:16
Muchas gracias por el comentario Kelvin. Sé que tengo que mejorar, llevaba bastante tiempo sin escribir y tendré que ir puliendo cosillas poco a poco.
Me pasaré a leer tu relato.
Hilda G.M.
18/12/2024 a las 19:25
Hola, Kathleen.
Me ha gustado tu historia. Me parece que lo cuentas de una manera tan fluida que el lector no pierde el interés en ningún momento 🙂 En cuanto a posibles correcciones, no he visto nada más, aparte de lo que ya te ha mencionado Kelvin.
Aprovecho para desearte felices fiestas y espero que nos sigamos leyendo en las escenas del taller de 2025.
Kathleen
18/12/2024 a las 20:08
Muchas gracias por el comentario Hilda, me pasaré a leer tu relato. Felices fiestas para ti también 😊😊
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
19/12/2024 a las 03:22
Hola Kathleen, me encanta tu relato, está lleno de imágenes.
– Si noto que repites varias veces algunas palabras, como dorado, miedo y alguna otra, en literatura se indica repetir no más de 3 veces una palabra en un relato corto, por lo que hay que utilizar sinónimos, se entiende que algunas veces hay que darle fuerza a la idea como cuando mencionas “miedo”, pero está 6 veces en ese párrafo.
– Comprendió que, pase lo que pase… (coma en que)
-Al principio y al final dices que el dorado es su color favorito, podrías dejarlo solo al final.
-Luego cuando indicas que abrió la caja dorada, ya antes relataste que el regalo venía envuelto en papel dorado, por lo que la caja es lo que queda al quitar el papel, no sería necesario repetir ahí caja dorada.
-Y la dedicatoria en letras doradas, me las imagino sobre una tarjeta blanca 🙂 (si no, no se podrían leer sobre el papel dorado).
– La última frase que la comienzas con guión, debe ser guión largo, en el teclado se pone Alt+0151
Nos seguimos leyendo!
Feliz★* 。 • ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ •
•。★Navidad★ 。* 。
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Feliz ☆* 。 • ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ • •。☆Navidad
Kathleen
19/12/2024 a las 16:18
Gracias por tu comentario Yoli.
Me pasaré a leer tu relato.
¡Feliz Navidad!
Carmenigne
20/12/2024 a las 16:22
Hola Kathleen. Me gustó tu relato, me gustó la historia y está contada de una forma cuya lectura me resulta fluida.
El uso del color como una forma de mostrar las conecciones de los vinculos y de la historia de la vidente me pareció efectivo. También haces reflexiones a traves de la narradora las cuales me parece que te “muestran”.Apostar a la vida. Concuerdo con ellas. Saludos
Yvonne
20/12/2024 a las 21:56
Hola Kathleen,
Me ha emocionado tu relato porque es todo sentimiento. Rezuma fe y confianza en la fuerza de la vida. Además yo he sido abuela hace poco y me ha tocado la fibra.
La escritura es agradable y fluida, no habría nada que retocar. Se lee bien y expresa lo que tiene que expresar. Cuenta una historia humana que a todos nos llega, sin grandes sobresaltos ni juegos de suspense. Deja buen sabor de boca. Te seguiré leyendo. Gracias por tu comentario.