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Puerta entreabierta - por Lore M.R.
Jueves, 11 de la mañana. Gabinete de A. B. Caminos
La vidente abrió la puerta. Marcos supuso que era ella por las indicaciones que le daba a otra mujer.
– No te preocupes. Seguro que todo se aclara. Si lo necesitas, ya sabes que puedes volver a otra sesión conmigo. Adiós, Carmen.
– Adiós, Beatriz. Gracias.
La mujer se marchó y Marcos se quedó mirando, preguntándose qué le ocurriría.
– Usted es Marcos, ¿verdad? Ya puede pasar.
Dubitativo, se acercó a la puerta y pasó detrás de ella.
– Yo soy Beatriz. Tome asiento, por favor – le indicó amablemente -. Mientras preparo la sesión, cuénteme, ¿por qué ha venido?
– Acabo de trasladarme aquí… Lo he dejado todo por amor y resulta que cuando llego, ella… Me dijo que creía que vivir juntos era lo que quería pero que ahora tiene que pensarlo. Llevo una semana sin saber de ella y no puedo con la incertidumbre.
– ¿Cree que es el amor de su vida? – Dijo mientras encendía unas velas.
– Yo siento que sí.
La vidente se sentó frente a él y le miró a los ojos durante un par de segundos que a Marcos se le hicieron eternos. Incluso le dio tiempo a fijarse en la mueca de su sonrisa de medio lado y en un lunar que tenía encima de su ceja derecha Beatriz.
– Disculpe un momento… ¿Su nombre es Ana Beatriz? ¿Ana Beatriz Caminos?
– Sí… ¿Nos conocemos?
– Se parece mucho a una amiga de mi infancia. Soy Marcos Vera.
Ella le miró durante unos instantes.
– ¿Marquitos? ¡Claro! ¡qué coincidencia! ¡Cuánto tiempo! – Llegó a la conclusión emocionada.
– Hacía mucho que nadie me llamaba así – comentó, sintiendo algo agradable en el pecho – Te veo muy bien. ¿Cuánto llevas aquí? No te veo desde que te mudaste con tus padres…
– Es verdad… pues no fue la única mudanza que tuve, para nada… Aquí llevo viviendo tres años.
– Y ¿desde cuándo eres… vidente?
– Bueno, creo que siempre lo he sido, aunque en la infancia me decían que tenía mucha imaginación. – En fin – suspiró – ¿Empezamos con la sesión?
– Claro. Me alegra que seas tú quien me vaya a ayudar.
– Espero que sí… A ver qué nos dicen las cartas. – Cerró los ojos para concentrarse mientras mezclaba la baraja. – Pregunto humildemente al tarot: ¿Cómo va a resolverse la situación de Marcos en el amor?
La tarotista desplegó cinco cartas y las observó detenidamente.
– Está enamorada, Marcos. Pero tiene miedo. Tiene muchos pensamientos negativos. Es posible que en el pasado sufriera por amor. No veo que la situación se resuelva pronto aunque, por algún motivo, estaba en tu destino conocerla.
– Y, ¿qué debo hacer? ¿cuándo va a hablarme? – La mirada de él se posaba en sus manos y en las cartas, ansiando respuestas.
– No veo que ella vaya a acercarse a ti pronto. Tiene muchas dudas – le indicaba mientras señalaba los arcanos – Pero tú puedes intentar hablar con ella, sin presionarla. Lo que puedo decirte sobre tu futuro próximo es que… a ti te veo enamorado. Veo un corte en tu vida. No creo que vuelvas a la península. Te veo viviendo aquí. Vas a tener oportunidades de quedarte.
– ¿En serio? Bueno, esa era la idea pero sin Laura… No imagino una vida aquí sin ella. – Se quedó sin voz, a punto de llorar.
– Te entiendo, Marcos. Puedo ver lo que estás sufriendo. Pero a veces tenemos que vivir situaciones difíciles antes de disfrutar de otras etapas mejores. – dijo mientras le tocó el brazo suavemente.
Marcos levantó la mirada y vio que ella también tenía los ojos vidriosos.
– ¿Necesitas más información? ¿Quieres que hagamos otra tirada?
– No, gracias Beatriz. Creo que era lo que necesitaba oír… – respondió mientras se preparaba para irse.
– De acuerdo, eh, por favor, no cierres la puerta al salir. Y para cualquier otra consulta, ya sabes donde estoy.
– Sí, te lo agradezco.
– O… bueno, ¿por qué no quedamos para ponernos al día? Te vendrá bien despejarte. – Propuso titubeando.
– Me encantaría. ¿Podríamos vernos el sábado por la mañana?
– Perfecto. ¿A las 10 en la fuente de la plaza mayor?
– Ahí estaré – Le sonrió
– Adiós, Marquitos. – le devolvió el gesto.
– Hasta el sábado, Bea.
Marcos se marchó y, como le indicó su vieja amiga, dejó la puerta entreabierta al salir.
Comentarios (10):
Otilia
18/12/2024 a las 18:04
Hola, Lore, tu relato sobre amores me ha gustado. Parece que ese encuentro de la infancia abre la puerta a una nueva ilusión. Gracias por tu historia.
Por aportar algo, en los diálogos los verbos de habla, decir, proponer, comunicar… se escriben con minúscula.
Saludos.
Lore M.
19/12/2024 a las 13:11
Gracias, Otilia, por tu comentario y por tu aportación. Lo cierto es que tenía dudas sobre si todas las acotaciones comenzaban en minúscula. Me alegro de compartir para aprender y mejorar.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo.
Mónica Bezom
19/12/2024 a las 15:44
Hola, Lore.
Antes que nada, gracias por pasarte por mi sitio.
Ingresando a tu puerta entreabierta, me ha gustado mucho la historia que allí se desgrana; la cuentas a través de una prosa que fluye con firmeza y naturalidad hasta alcanzar un desenlace amable y prometedor, esto último para los protagonistas, claro. Mientras leía cómo Marquitos se desespera por un amor esquivo, recordé eso de que “la vida es aquello que sucede mientras hacemos otros planes”.
Hay un párrafo que modificaría a fin de “desenredarlo”, según mi humilde opinión:
“Incluso le dio tiempo a reparar en su sonrisa de medio lado y en el lunar encima de su ceja derecha”. Lee ambas versiones en voz alta, a ver qué te parece.
Asimismo, advierto cierto abuso de los puntos suspensivos a lo largo del texto, los que acaban debilitando el mismo. Prueba en voz alta. (También era un impulso en mi escritura).
El título lo considero todo un acierto.
Ha sido un placer leerte. Lore.
Saludos.
Vespasiano
19/12/2024 a las 23:02
Buenas noches, Lore M.:
Me toca comentar tu relato y lo hago con el mayor respeto del mundo tratando de aportar posibles consejos que mejoren tu historia.
– No te preocupes. Seguro que todo se aclara. Creo que aquí debe ser: “…se aclarará”. (Futuro simple).
Las rayas de diálogo no son las adecuadas. Son más largas: (—) y deben ir pegadas al inicio del párrafo.
—No te preocupes. Seguro …
– Yo soy Beatriz. Tome asiento, por favor – le indicó amablemente -. Mientras preparo la sesión, cuénteme, ¿por qué ha venido?
En este párrafo el punto después de la raya de diálogo a mi entender no está correcto:
—Yo soy Beatriz. Tome asiento, por favor —le indicó amablemente. —Mientras preparo la sesión, cuénteme, ¿por qué ha venido?
– Acabo de trasladarme aquí… Lo he dejado todo por amor y resulta que cuando llego, ella… Me dijo que creía que vivir juntos era lo que quería pero que ahora tiene que pensarlo. Llevo una semana sin saber de ella y no puedo con la incertidumbre.
En este párrafo creo que sobran los puntos suspensivos. Cosa que también se repite en todos los diálogos.
—Acabo de trasladarme aquí. Lo he dejado todo por amor y resulta que cuando llego (LLEGUÉ) ella me dijo que creía que vivir juntos era lo que quería pero que ahora tiene que pensarlo. Llevo una semana sin saber de ella y no puedo con la incertidumbre.
También has repetido ELLA dos veces seguidas en muy corto espacio.
La vidente se sentó frente a él y le miró a los ojos durante un par de segundos que a Marcos se le hicieron eternos. Incluso le dio tiempo a fijarse en la mueca de su sonrisa de medio lado y en un lunar que tenía encima de su ceja derecha Beatriz.
Al final de este párrafo citar el nombre (Beatriz) de la vidente no sería necesario, ya que el narrador está describiendo rasgos físicos de la misma.
No veo que la situación se resuelva pronto aunque, (Aquí debería ir una coma después de pronto:
“se resuelva pronto, aunque por algún motivo…”.
—No, gracias Beatriz. (Aquí como en el párrafo anterior la coma debería ir después de “gracias”. “No gracias, Beatriz”.)
– De acuerdo, eh, por favor, no cierres la puerta al salir. Y para cualquier otra consulta, ya sabes donde (dónde debe acentuarse) estoy.
Tu historia me ha gustado y me ha hecho recordar una frase que creo haber escuchado en una película: “ Cuando se cierra una puerta, Dios abre enseguida una ventana”.
Nos seguiremos leyendo.
Carmenigne
22/12/2024 a las 20:26
Hola Lore. Tu historia me gustó, es fluída. Me gusta la imagen con la que cierras el relato, “la puerta entreabierta”, que a su vez resignifica el título. Nada para agregar con respecto a los aspectos mas formales. Saludos
Dante
23/12/2024 a las 02:18
¡Hola Lore M.!
He leído tu relato y te adelanto que me ha gustado mucho.
Ahora pasaré a comentarlo, y para ello intentaré seguir la guía que nos sugiere Literautas.
I.- FORMA:
I.- 1.- GÉNERO, TONO Y LENGUAJE:
Si bien no soy partidario de la idea de que los géneros sean puros, tal vez este relato encuadre en el género romance. Puede ser que con un toque sobrenatural o paranormal, pero romance al fin.
El tono va variando y su “color” es a veces más denso y oscuro y otras veces más liviano o luminoso, y refleja muy bien cómo a la tristeza le sigue la esperanza.
El lenguaje es en todo momento acorde al tono y al género. Nada puede objetarse en este punto.
I.- 2.- ATMÓSFERA O AMBIENTACIÓN:
La atmósfera o ambientación está construida de modo excelente: la llegada al gabinete, el mismo gabinete, lo que pasa, los diálogos, las descripciones, los silencios, las acciones, las pistas sutiles.
Todo confluye armónicamente a “meternos” dentro de la escena y nos invita a querer “espiar” qué pasará el sábado a las 10 de la mañana en la fuente de la Plaza Mayor.
II.- 3.- EL RITMO Y LA ACCIÓN:
El ritmo es ágil sin ser rápido, fluye naturalmente y se disfruta, y la acción (o cadena de acciones, lo que sucede) va en línea con ese ritmo. Es más: esas acciones imprimen el ritmo, y esas acciones no son manejadas por la trama sino por los personajes.
Es lo que se conoce como una historia “character driven” (manejada por los personajes). Lo que es coherente con el género en el que encuadra la historia.
I.- 4.- EL RITMO, LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y GRAMÁTICA:
El ritmo también puede ser analizado desde otro punto de vista, puesto que en su conformación también inciden la construcción de las frases, la ortografía, la puntuación y la gramática.
Trataré, en lo posible, de tocar estas cuestiones por separado (aunque no siempre será posible, dada su interrelación o por estar presentes en una misma oración o párrafo).
A) ORTOGRAFÍA:
La ortografía es en general correcta. Las únicas faltas de ortografía que noté fueron minúsculas después de un signo de interrogación o exclamación (de apertura) que provenían después de un punto o signo de interrogación o exclamación de cierre (que equivale a un punto).
“¿Marquitos? ¡Claro! ¡qué coincidencia!” En su lugar debería decir: “¿Marquitos? ¡Claro! ¡Qué coincidencia!”
“Y, ¿qué debo hacer? ¿cuándo va a hablarme?” En su lugar debería decir: “Y, qué debo hacer? ¿Cuándo va a hablarme?”
B) GRAMÁTICA Y CONSTRUCCIÓN DE LAS FRASES:
La gramática y la construcción de las frases también son correctas en general.
“Incluso le dio tiempo a fijarse en la mueca de su sonrisa de medio lado y en un lunar que tenía encima de su ceja derecha Beatriz.” Creo que la construcción de esta frase podría mejorarse a fin de que vaya más en línea con lo que percibo que ha sido tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo, que puede ser diferente de cómo efectivamente lo contaste). Tal como está estructurada creo que confunde un poquitín y torna un poco más trabada la lectura. Te invito a considerar si la siguiente variante no es más ajustada a lo que quisiste transmitir: “Incluso le dio tiempo a fijarse en la mueca de su sonrisa de medio lado y en un lunar que Beatriz tenía encima de su ceja derecha.”
D) PUNTUACIÓN:
La puntuación es en general muy correcta. Sin perjuicio de eso, haré algunas consideraciones.
D.1) NORMAS OBJETIVAS DE PUNTUACIÓN:
Sólo encontre un caso objetivamente incorrecto. Es en la oración: “Dubitativo, se acercó a la puerta y pasó detrás de ella.” La coma después de “Dubitativo” es un supuesto de la llamada “coma criminal”. es aquella que se ubica entre el sujeto y el verbo o entre el verbo y el objeto. Esa pausa no debería graficarse porque interrumpe la secuencia natural de una oración (Este detalle de la “coma criminal” me lo hizo ver una vez Isolina, una compañera de Literautas de anteriores ediciones, y la verdad prestarle atención me ha sumado mucho, por eso te lo señalo).
D. 2) CUESTIONES OPINABLES ACERCA DE LA PUNTUACIÓN:
Lo que te señalaré a continuación es absolutamente opinable, meramente subjetivo. Cuestión de gustos, podría decirse. Sin embargo, trataré de tamizarlo a la luz de lo que yo llamo “intención narrativa”, que vendría a ser lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo (que puede ser discordante con cómo efectivamente se contó). Es algo que entiendo que puede percibir el lector.
“—Hacía mucho que nadie me llamaba así —comentó, sintiendo algo agradable en el pecho—.” La puntuación de la acotación no es incorrecta, pero no estoy seguro que sea la conveniente. Si tu intención narrativa era marcar la pausa, está bien. Pero si buscás más fluidez, lo que convendría sería eliminarla. De todos modos, como percibo que quisiste separar una cosa y la otra y remarcar lo que sentía, no parece funcionalmente incorrecta la elección. Sólo lo marco por las dudas.
“—Bueno, creo que siempre lo he sido, aunque en la infancia me decían que tenía mucha imaginación.” Tampoco es incorrecta esta puntuación. No obstante ello, quizás sería recomendable subdividir esta oración en dos, a fin de que se marcara la diferencia con la infancia que mostraría cómo no la tomaban en serio a Beatriz. Te invito a considerar esta posibilidad: “Bueno, creo que siempre lo he sido. Aunque en la infancia me decían que tenía mucha imaginación.” Probablemente esto también serviría para sugerir un conflicto interno de Beatriz. Quizás está sola porque siempre fue solitaria, porque siempre y desde niña fue vista (y etiquetada) como “la rara”, “el bicho raro”, “la loca”, etc. y eso pudo haber dejado huellas en su autoestima. En cierto modo, y aunque sería materia del contenido, en parte (no digo que totalmente) la historia y la narración se emparenta con el esquema del “amor redentor” y no tendría sentido si Marcos fuera el único a redimir.
I.- 5.- SONORIDAD:
La sonoridad es otro punto alto. Se lea el relato en voz alta o en silencio, la musicalidad de las palabras es adecuada y proporcional al tono, al género y al ritmo. Cada personaje, además, tiene su propia voz distintiva y todo en relato suena natural. Nada hay forzado ni fuera de lugar.
I.- 6.- PUNTO DE VISTA:
El narrador es tercera persona. Podría ser testigo o bien omnisciente. Testigo porque nos cuenta lo que pasa y puede que lo presenciara (sólo habría una referencia a que Marcos se quedó pensando en un momento, pero esto puede ser deducido). No hay un ingreso en el fuero íntimo de los personajes. Sin embargo, me inclino por el narrador omnisciente porque una vez que se va la consultante anterior, los únicos dos personajes en el lugar de la escena (gabinete) son Bea y Marquitos. Incluso hay una especie de “cartel” o “advertencia de ambientación” previa: “Jueves, 11 de la mañana. Gabinete de A. B. Caminos”, tal y cómo veríamos en una película o serie de tv o streaming.
I.- 7.- DIÁLOGOS:
Con respecto a los diálogos, hay dos cosas para decir: el contenido de los diálogos es excelente, sobresaliente y nada hay fuera de lugar ni podría apuntarse algo, fuera de alguna excepción; pero en cuanto a su representación gráfica sí podrían realizarse algunas consideraciones.
Advierto que quizás por influencia del procesador de texto que hayas usado, que a veces marca la inexistencia de espacio como error, en todos los diálogos hay un espacio entre la raya y el inicio de la frase. A veces se ve algo similar en las acotaciones. En ambos casos, además, en vez de – debe usarse el guión largo:
A continuación copiaré tu texto y realizaré los ajustes de la representación gráfica de los diálogos (no incorporo aquí otras consideraciones formales para que se pueda comparar mejor la diferencia):
Jueves, 11 de la mañana. Gabinete de A. B. Caminos
La vidente abrió la puerta. Marcos supuso que era ella por las indicaciones que le daba a otra mujer.
—No te preocupes. Seguro que todo se aclara. Si lo necesitas, ya sabes que puedes volver a otra sesión conmigo. Adiós, Carmen.
—Adiós, Beatriz. Gracias.
La mujer se marchó y Marcos se quedó mirando, preguntándose qué le ocurriría.
—Usted es Marcos, ¿verdad? Ya puede pasar.
Dubitativo, se acercó a la puerta y pasó detrás de ella.
—Yo soy Beatriz. Tome asiento, por favor. —Le indicó amablemente—. Mientras preparo la sesión, cuénteme, ¿por qué ha venido?
—Acabo de trasladarme aquí… Lo he dejado todo por amor y resulta que cuando llego, ella… Me dijo que creía que vivir juntos era lo que quería pero que ahora tiene que pensarlo. Llevo una semana sin saber de ella y no puedo con la incertidumbre.
—¿Cree que es el amor de su vida? —dijo mientras encendía unas velas.
—Yo siento que sí.
La vidente se sentó frente a él y le miró a los ojos durante un par de segundos que a Marcos se le hicieron eternos. Incluso le dio tiempo a fijarse en la mueca de su sonrisa de medio lado y en un lunar que tenía encima de su ceja derecha Beatriz.
—Disculpe un momento… ¿Su nombre es Ana Beatriz? ¿Ana Beatriz Caminos?
—Sí… ¿Nos conocemos?
—Se parece mucho a una amiga de mi infancia. Soy Marcos Vera.
Ella le miró durante unos instantes.
—¿Marquitos? ¡Claro! ¡qué coincidencia! ¡Cuánto tiempo! —Llegó a la conclusión emocionada.
—Hacía mucho que nadie me llamaba así —comentó, sintiendo algo agradable en el pecho—.Te veo muy bien. ¿Cuánto llevas aquí? No te veo desde que te mudaste con tus padres…
—Es verdad… pues no fue la única mudanza que tuve, para nada… Aquí llevo viviendo tres años.
—Y ¿desde cuándo eres… vidente?
—Bueno, creo que siempre lo he sido, aunque en la infancia me decían que tenía mucha imaginación. En fin —suspiró— ¿Empezamos con la sesión?
—Claro. Me alegra que seas tú quien me vaya a ayudar.
—Espero que sí… A ver qué nos dicen las cartas. —Cerró los ojos para concentrarse mientras mezclaba la baraja—. Pregunto humildemente al tarot: ¿Cómo va a resolverse la situación de Marcos en el amor?
La tarotista desplegó cinco cartas y las observó detenidamente.
—Está enamorada, Marcos. Pero tiene miedo. Tiene muchos pensamientos negativos. Es posible que en el pasado sufriera por amor. No veo que la situación se resuelva pronto aunque, por algún motivo, estaba en tu destino conocerla.
—Y, ¿qué debo hacer? ¿cuándo va a hablarme? —La mirada de él se posaba en sus manos y en las cartas, ansiando respuestas.
—No veo que ella vaya a acercarse a ti pronto. Tiene muchas dudas. —Le indicaba mientras señalaba los arcanos—. Pero tú puedes intentar hablar con ella, sin presionarla. Lo que puedo decirte sobre tu futuro próximo es que… a ti te veo enamorado. Veo un corte en tu vida. No creo que vuelvas a la península. Te veo viviendo aquí. Vas a tener oportunidades de quedarte.
—¿En serio? Bueno, esa era la idea pero sin Laura… No imagino una vida aquí sin ella. —Se quedó sin voz, a punto de llorar.
—Te entiendo, Marcos. Puedo ver lo que estás sufriendo. Pero a veces tenemos que vivir situaciones difíciles antes de disfrutar de otras etapas mejores —dijo mientras le tocó el brazo suavemente.
Marcos levantó la mirada y vio que ella también tenía los ojos vidriosos.
—¿Necesitas más información? ¿Quieres que hagamos otra tirada?
—No, gracias Beatriz. Creo que era lo que necesitaba oír… —respondió mientras se preparaba para irse.
—De acuerdo, eh, por favor, no cierres la puerta al salir. Y para cualquier otra consulta, ya sabes donde estoy.
—Sí, te lo agradezco.
—O… bueno, ¿por qué no quedamos para ponernos al día? Te vendrá bien despejarte. —Propuso titubeando.
—Me encantaría. ¿Podríamos vernos el sábado por la mañana?
—Perfecto. ¿A las 10 en la fuente de la plaza mayor?
—Ahí estaré. —Le sonrió
—Adiós, Marquitos. —Le devolvió el gesto.
—Hasta el sábado, Bea.
Marcos se marchó y, como le indicó su vieja amiga, dejó la puerta entreabierta al salir.
Sólo hay un diálogo en el que propondría que consideres una modificación:
“—O… bueno, ¿por qué no quedamos para ponernos al día? Te vendrá bien despejarte. —Propuso titubeando.”
¿Por qué? Bueno, porque dado que todo el desarrollo previo es muy “visual” y este momento es CLAVE en el relato porque es el “trampolín” que nos prepara para el final abierto (y EXCELENTE), creo que podrías usar el recurso “mostrar” más que contar.
Se atribuye a Antón Chejov la dicotomía mostrar vs. contar, revelando aquel preferencia del primer recurso sobre el segundo. Creo que decía una frase (cito de memoria y por ene me puedo equivocar) algo así como “No me digas que la luna brilla. Más bien muéstrame cómo sus rayos se reflejan en los cristales rotos”. En general este recurso de mostrar suele ser recomenado y resulta apropiado y efectivo en las escenas más importantes y las de mayor impacto argumental y emocional y creo que este sería el punto exacto para utilizarlo.
Lo que te propongo es que consideres reelaborar la línea de diálogo para que nos muestres el titubeo CON EL DIÁLOGO Y A TRAVÉS DEL DIÁLOGO, de modo de que la palabra se convierta en una acción dirigida hacia el interlocutor.
En este sentido, podrías considerar esta posible variante (o cambiarla por cualquier otra que mejor se ajuste a tu intención narrativa):
“—O… bueno, ¿por qué no quedamos para ponernos al día? Te… te ven… te vendrá bien… despejarte. —Propuso.”
De esta manera, y sin llegar a tartamudear, vemos que alguien que era fluida en sus palabras y que incluso estaba experimentando emociones positivas empezó a dudar con las palabras: entró en terreno inseguro, a tener ella (¡que nada más y nada menos podía ver el futuro!) miedo a lo incierto, a lo desconocido, al potencial rechazo. En otras palabras, esta variante MOSTRARÍA que Bea “se juega” por Marcos y da el primer paso, “mueve primero la ficha”.
E) CONCLUSIÓN:
Más allá de los pequeños detalles que he señalado, creo que tanto la ortografía, como la gramática, la construcción de las frases y la puntuación son en general correctas y adecuadas en relación al ritmo y coadyuvan favorablemente a su construcción.
El ritmo es adecuado tanto si se lo mira desde el punto de vista de la acción como si se lo enfoca desde la óptica de estas otras cuestiones formales.
I.- 8.- DESCRIPCIONES:
Las descripciones son escasas, lo cual no es incorrecto. La ambientación en general, los diálogos y las acciones son las que las tornan innecesarias. Solamente encuentro una descripción la de la sonrisa y la mueca de Beatriz y su lunar, que es FUNDAMENTAL para sembrar una pista en el lector y darle un indicio a Marcos de que le ve “cara conocida”. Es un indicio para reconocer a su amiga. En suma: es un empleo muy pero muy efectivo de la descripción como recurso narrativo. La otra descripción que podría o no serlo, es la referencia a los ojos vidriosos de ambos. Digo que “podría o no serlo” porque “vidriosos” sería un adjetivo calificativo, y por ende podría encuadrar como descripción, pero también se emplea esta expresión en el transcurso de la narración de la acción como reacción emocional. Por eso es dudoso que sea una descripción, pero no hay dudas de que a los efectos prácticos funciona como tal.
Este es también un punto alto del relato.
I.- 9.- CONFLICTO:
Hay un conflicto claro y planteado expresamente. O mejor dos: el que Marcos tiene con Laura (interpersonal) y el que posee consigo mismo (incertidumbre sobre su futuro, sobre su felicidad, sobre la posibilidad del amor, de amar y ser amado).
Pero hay también uno implícito, soterrado, no dicho que parece emerger hacia el final: un conflicto idéntico pero de Bea: ¿consigo misma porque está sola? ¿Respecto de Marquitos? ¿Desde cuándo?
Como sea, el elemento “conflicto” está presente y porque lo está, hay historia y se concita la atención del lector. Y también esa atención se mantiene porque el relato consiste, como mínimo en su nivel literal, en el desarrollo del conflicto principal (el de Marcos) y con la aparición del subterráneo (el de Beatriz).
I.- 10.- INTRIGA:
Derivado del conflicto aparece el elemento intriga. Justamente el haber planteado tan bien y tan rápido el conflicto se “arrastra” al lector inmediatamente hacia adentro e la historia. Y allí surge la empatía. Inmediatamente queremos saber qué sucederá con el desdichado Marcos y su futuro. Y luego ya no nos importa Laura y nos preguntamos qué sucederá entre Bea y Marquitos y hasta dónde llegarán…
I.- 11.- PERSONAJES:
Los personajes están muy bien caracterizados en función de un límite tan estrecho como el de 750 palabras.
Creo haber leído alguna vez (y me parece que fue en un libro llamado “La Dramaturgia” de un autor francés, Yves Lavandier) que al tratar de la psicología, no interesa tanto encuadrar el asunto en tal o cual corriente o determinar si el personaje tiene x o z carácter dentro de tal tipología, sino que, en definitiva, el personaje ES LO QUE HACE y de ahí vendría su caracterización psicológica. Es también un poco parecido a lo que en el ámbito de la actuación es el llamado “Método de las acciones físicas” de Konstantin Stanislavski: suponiendo como “real” un contexto dado y preguntándose qué haría yo en ese lugar y desplegando acciones físicas coherentes con ello, los estados subjetivos de conciencia, el aspecto psicológico aparecería.
Algo así percibí al leer el relato: la caracterización de los personajes, sus miedos, sus inseguridades, sus sentimientos, sus penas, su profundidad provienen de lo que dicen y hacen.
Por lo tanto, me parece que la técnica usada para construir a los personajes ha sido correcta y logra con creces el objetivo de hacerlos atractivos para el lector. No sólo atractivos: queribles, porque empatizamos con ellos, queremos saber qué pasará con ellos y les “deseamos lo mejor”.
II.- CONTENIDO:
La trama del relato es interesante y atrae al lector, y juega muy bien con la idea de “vidente” y, sobre todo, con la de “abrir la puerta”.
Marcos va a la vidente porque está confundido y, sobre todo, porque siente miedo e incertidumbre en relación al futuro. Nada más y nada menos HUMANO que eso.
Un presente incierto es una incógnita, y el futuro es siempre una incógnita. Por lo que uno y otro son un problema, y todo problema requiere acción tendiente a una solución. Es por ese motivo que acude a la vidente.
Y acá aparece un tema o quizás subtema del relato, que es la libertad. La vidente “ve” un futuro que para algunos que creen en esas artes y personajes ya está escrito. Entonces la vidente “leería” el libro que nos está oculto. Pero esta vidente es distinta: le dice “Vas a tener oportunidades de quedarte.” Las oportunidades SIEMPRE requieren que alguien las aproveche, lo que implica o presupone ELECCIÓN. También le expresa “Pero a veces tenemos que vivir situaciones difíciles antes de disfrutar de otras etapas mejores”. Ante la fachada aparentemente determinista y bajo el ropaje del lenguaje “profesional” (es decir, que se corresponde con el lenguaje de la profesión de la emisora), hay una llamada a la LIBERTAD. Porque las situaciones difíciles las tenemos que vivir y luego se podrá disfrutar. Pero entre las dos orillas hay que construir un puente a través de la acción, y cómo y cuándo se construirá, dependerá de cada uno de nosotros.
Y acá es donde creo que desemboca el tema principal: más allá de la libertad, el nosotros, el yo-con-otro/s construyendo juntos nuestro futuro. La respuesta a la incógnita que es el presente incierto y el futuro en sí no tiene una respuesta externa sino INTERNA y conjunta: incluso la vidente más que ver CONSTRUYE el futuro. Su futuro. Y Marcos, lo mismo.
Dado que es posible que la vidente se vincule con “los astros”, tal como está planteado el contenido (que me parece excelente), me trae a la memoria una canción aunque está en inglés. Es la canción “Rewrite the stars”, de la película “El gran showman”. Los versos del estribillo dicen:
What if we rewrite the stars? (¿Qué tal si reescribimos las estrellas?)
Say you were made to be mine (Digamos que estabas hecha para ser mía)
Nothin’ could keep us apart (Nada nos podrá separar)
You’ll be the one I was meant to find (Tú eres aquella que debía encontrar)
It’s up to you, and it’s up to me (Depende de ti y depende de mí)
No one could say what we get to be (Nadie podría decirnos que llegaremos a ser)
So why don’t we rewrite the stars? (Entonces, ¿por qué no reescribimos las estrellas?)
And maybe the world could be ours, tonight (Y tal vez el mundo pueda ser nuestro esta noche)
La traducción es mía y es aproximada, pero siempre me pareció muy interesante esa figura poética: reescribir las estrellas. Esto es lo que hacen Ana Beatriz y Marcos. Ambos creen en “las estrellas”, pero la pena de Marcos se empieza a disipar con este encuentro. Y hay un segundo en el que se produce la conexión: cuando AMBOS tienen los ojos vidriosos. Probablemente hasta por miedo o vaya a saber qué esa amistad de la infancia y tal vez la adolescencia no fue a más. Cada cual tuvo su camino, su “destino” y ahora una podía “verlo” y el otro quería que ella lo viera. Pero el verdadero destino, si es que estaba “escrito” por las “estrellas” ya no importa: ellos las van a reescribir. Y depende de ellos. De ahí que sea BRILLANTE tanto el título como el final con la ambigua y poética figura de la puerta entreabierta. Puerta entreabierta que, como dice la canción que te compartí, muestra que depende de Bea y de Marquitos y nadie más que ellos puede decir qué serán, hasta dónde llegarán.
Aunque esté de por medio el “elemento sobrenatural” -real o figurado- es una historia de amor verosímil, realista e incluso pura y sincera. Porque también se apoya en la amistad y porque viene de la amistad en el desinterés. Incluso cuando Bea ya muestra el interés (que supongo es percibido a nivel inconsciente o emocional por Marquitos, pero tal vez no a nivel racional) incluso le ofrece “otra tirada”. Otra tirada podría significar decirle algo que tenga el efecto de alejarlo de ella. Pero como su sentimiento es puro antepone al otro a su propio intrés, aunque en parte de eso dependa su felicidad.
El contenido está perefectamente trabajado y nos lleva de la mano todo el tiempo. Es interesantísimo cómo pequeñas cosas hacen ver que entre ellos ya pasaba algo: el roce del brazo, los ojos vidriosos, el decir que ya escuchó lo que necesitaba escuchar, el titubeo al proponer el encuentro, la misma puerta entreabierta… Es la manifestación del enamoramiento y el amor a través de la sutileza, lo cual es delicado, refinado y los lectores lo agradecen porque ese “goteo” hace disfrutar la historia y empatizar con los personajes y su “proceso”. Nos hace desear que esa puerta entreabierta se abra de par en par. (Y tal vez quede entreabierta porque para nosotros, los lectores, en el fondo deba quedar cerrada: como en el final de una conocida película argentina -no diré cual para no spoilear- que cuando dos personajes se reencuentran después de mucho tiempo y parece que se encenderá la llama del amor, la puerta se cierra. A lo que el director, entrevistado sobre eso, dice: “es su historia, no nos corresponde a nosotros saber más”. Haciendo la traslación: quizás nos concierne conocer qué pasó este día en que la chispa se encendió. Pero no los detalles de la felicidad de Bea y Marquitos, que bien ganada la tendrían y tienen derecho a disfrutarla solo ellos y entre ellos).
III.- COMENTARIO PERSONAL:
Si bien no suelo leer cosas de este género, el relato me encantó.
Me atrapó desde el principio y valoro positivamente que hayas usado de manera correcta y bien dosificada diversos recursos literarios muy interesantes.
Todo es muy armónico, la prosa es fluida, la escritura es cuidada y, salvo pequeñísimos detalles fácilmente ajustables, tanto la forma como el contenido relucen, se destacan.
Es una historia de amor verosímil, real y en la que cualquiera puede verse reflejado. Los personajes están bien construidos y nos importan, empatizamos con ellos.
Gran trabajo. Espero que hayas disfrutao escribiendo el relato tanto como nosotros al leerlo.
Saludos y nos seguiremos leyendo.
P.D. Si quisieras pasar por mi relato, es el N° 51, titulado “La vidente”. Si lo leyeras, aclaro lo siguiente: el mes pasado por un error mío no llegué a publicar el relato. Pero a través de ese relato, que escribí respetando la consigna obligatoria y el reto opcional, pude comenzar a concretar una idea que tuve ya hace bastante tiempo. En lo que hace a Literautas, quiero ir enganchando un relato detrás de otro en la medida de que las consignas lo permitan, de manera tal que cada relato tenga su conflicto interno pero se integre en una trama mayor. Por eso el relato del que procede “La vidente”, lo compartí en el primer comentario, que debería leerse primero, para ver de dónde proviene “La vidente”. Ese relato original se llama “Una larga noche”.
Además como me vi obligado a utilizar palabras en lunfardo y que respondieran a la época del relato (fines del siglo XIX), por las dudas que algo no se entienda, en el segundo comentario puse la “traducción” (aunque del contexto en el que se insertan esos diálogos quedaría claro qué es lo que sucede).
Esto de enganchar los relatos es algo experimental y la historia “grande” encuadra en varios géneros y aparecen o actúan también personas reales como personajes (uno aparece mencionado en “Una larga noche” y otra interviene en “La vidente” y seguramente estará presente en su continuación). No descarto incluir, eventualmente, personajes literarios como “personas reales” de la época.
Dante
23/12/2024 a las 02:21
Con respecto a la representación gráfica de los diálogos, te comparto tres links de Literautas que me son muy útiles y los consulto a menudo (y creo que no te miento si te digo que lo mismo le sucede a más de un Literauta):
https://www.literautas.com/es/blog/tutorial-como-escribir-dialogos/
https://www.literautas.com/es/blog/post-1936/tipos-de-dialogo/
https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/
Espero que estos recursos te sean útiles.
Saludos y nos seguiremos leyendo.
Lore M.
23/12/2024 a las 15:00
– Mónica: Gracias por tu comentario.
Me encanta que la frase “la vida es aquello que sucede mientras hacemos otros planes” sea la que te haya venido a la mente con mi relato.
Acepto tu sugerencia para cambiar la frase sobre la observación de Marcos de la ceja de Beatriz.
También suprimiré algunos puntos suspensivos.
– Vespasiano: Gracias por tu comentario. Haré las correcciones que me indicas ya que no había reparado en ellas y las tendré en cuenta para próximos relatos.
– Carmenigne: Gracias por tu apreciación.
– Dante: Gracias por tu elaborado comentario. Respondo a algunas de tus observaciones.
En la frase “Incluso le dio tiempo a fijarse en la mueca de su sonrisa de medio lado y en un lunar que tenía encima de su ceja derecha Beatriz” puse a propósito el nombre al final porque es lo que asocia Marcos con su recuerdo y por eso es lo siguiente que le pregunta.
Siento que Beatriz no tiene ningún conflicto interno en el tiempo del relato. Está orgullosa de su identidad aunque no fuera comprendida. Pero creo que sí tiene la necesidad de compartir su vida con alguien y si fuera una persona de su pasado (como lo es Marcos) de alguna manera cerraría un ciclo.
En cuanto a la función de los videntes, tarotistas o astrólogos creo que no es leer el futuro si no leer energías y posibles futuros que dependerán de las elecciones del consultante. Y desde ese punto de vista construí el personaje y los diálogos de Beatriz. Por eso creo que la idea de “reescribir las estrellas” como dice la canción sea adecuada para lo que quería expresar.
El amor que parece surgir entre los dos ya existía. No un amor romántico, sino un amor puro y desinteresado. Los dos quieren que el otro esté bien y les suma la compañía del otro. Como bien indicabas, Beatriz siente algo pero aún no ha racionalizado su emoción.
Me pasaré por tus relatos para dejar mi humilde comentario.
– Para todos:
En realidad el relato era más largo pero tuve que reducirlo casi a la mitad para poder participar en el reto y siento que ha perdido riqueza aunque conserve el sentido.
No tengo mucha experiencia escribiendo pero es algo que disfruto y me gustaría cultivar. Por eso participo, para motivarme a seguir.
Gracias a todos por vuestro tiempo y esmero en comentar mis relatos. Lo valoro mucho.
Chosi
25/12/2024 a las 22:08
Historia ágil de leer con una historia que en principio puede parecer “simple” pero con la bonita metáfora de al puerta entreabierta que hace sentir la nueva esperanza del protagonista. Me ha gustado.
Dante
31/12/2024 a las 11:57
¡Hola Lore M.! Quería decirte que entre los comentarios de mi relato, te he dejado un agradecimiento personal por tu comentario y también he efectuado uno general para todos, que, obviamente te incluye.
Gracias por haber leído y comentado mi relato.
Aprovecho también para desearte que termines bien el año y tengas un muy feliz Año Nuevo.
Saludos.