Literautas - Tu escuela de escritura

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De ilusiones - por Yvonne (María Kersimon)R.

La vidente abrió la puerta. La ventisca la golpeó en la cara. Era la tercera vez que pasaba. Seis fuertes golpes con la aldaba y nadie. Ni huellas en la nieve. A la media hora volvía a ocurrir. Cerró la puerta de un golpe colérico. Puso el agua a hervir para el café. Las ramas ganchudas de los árboles vecinos arañaban malignamente los cristales y el viento silbaba por las rendijas.
Con una taza de café humeante y un cigarrillo en los labios, rememoró su recorrido vital. Tras varios empleos de mala muerte, había decidido hacerse tarotista pensando que ganaría más y, sin saber cómo, se vio arrastrada hacia el ¨más allá¨. Algunos clientes le hablaban de sus difuntos solicitando consuelo y ella empezó a aventurar descripciones y hechos que a menudo resultaron ser ciertos, pero nada que no pueda provenir del azar, la intuición o la empatía.
Los clientes afligidos agradecían generosamente y el bienestar económico tanto tiempo ansiado fluía. Se había metido en un círculo mágico al que ya no quería renunciar, pues vivía mejor que nunca.
Hasta unos días atrás, cuando ocurrieron hechos inquietantes.
Eran manifestaciones tangibles, golpes escuchados a medianoche, llamadas telefónicas a las que no contestaba nadie. Se sentía azorada, tal aprendiz de bruja que se ha visto sobrepasada por las fuerzas convocadas.
Recordó su sesión de las once y se puso un vestido amplio hasta los pies cuando ya tocaban a la puerta. Hizo pasar a Doña Irma al saloncito de cortinas corridas donde una lámpara envolvía en luz tenue un velador de caoba y dos butacas imperio.
─ Pase querida, póngase cómoda. Tenemos un día inclemente…
─ Ay, sólo lo sabe Dios. He pasado la noche en vela escuchando el viento y la lluvia. Querida Madame Jasmine, me gustaría hacerle unas preguntas a Jeremy hoy si es Usted tan amable. Pregúntele si Marcia está con él y si se encuentra bien.
─ ¿Marcia, Doña Irma…?
─ Sí, nuestra perrita pekinesa que murió hace dos años.
Madame Jasmine bajó la intensidad de la luz.
─ Deme Usted las manos, querida, vamos a crear un puente energético entre él y Usted. Así…ahora concéntrese y visualice a Marcia, cierre los ojos…
Doña Irma se despidió enjugándose una lágrima y dejó un billete de quinientos euros sobre la mesita.
Madame Jasmine (Paquita) preparaba el almuerzo cuando sonó el teléfono. Levantó el auricular. Nadie contestó. Se oían crujidos y una respiración entrecortada. Era la cuarta vez que pasaba.
─ ¡Diga quién es o váyase al infierno! Colgó el auricular de pasta del teléfono vintage con estruendo.
El teléfono sonó varias veces, hasta que, exasperada, descolgó y dijo «¡Hable de una vez!». Se oyó una voz cavernosa que producía escalofrío.
─ Hoy…a…medianoche…
─ ¿A medianoche? Le temblaba la voz. ¿Por qué y dónde?
─ En… su casa…, quiero… una… consulta. La sangre se le helaba a Paquita, pero tenía que enfrentarse a lo que fuese.
─ De acuerdo.
Eran las doce menos diez.
Se oyeron seis fuertes golpes de la aldaba. Pegó el ojo a la mirilla. Un caballero de largo abrigo, gafas oscuras, cabeza afeitada y tupido bigote negro esperaba. Tras unos segundos angustiosos consiguió abrir. El hombre, altanero, dio un paso al frente. Con voz de barítono se presentó.
─ Buenas noches, Madame Jasmine. Soy el barón Montefiore, descendiente del ilustre barón Moses Montefiore.
Madame Jasmine Paquita se tragó su desconcierto y su temor.
─ Buenas noches, pase. ¿Qué puedo hacer para servirle…barón?
─ Mi antepasado aparentemente murió sin hijos, pero se dice que tuvo un… hijo ilegítimo y deseo saber si dejó descendencia.
En la salita, al querer atenuar la luz, la bombilla empezó a parpadear y se volvió brillante. El barón hizo ademán de excusarse y la luz se atenuó. Madame Jasmine, al cogerle las manos, sintió su mirada intensa escrutarla y notó un leve rictus burlón en la comisura de sus labios. La luz se apagó de golpe y se oyó el velador golpear contra el suelo. Volvió la luz. Paquita, blanca, gritó. El barón sonrió y se sacó un pañuelo del bolsillo del chaleco, lo arrugó alrededor del puño y salió una rosa roja. Él estalló en carcajadas nada hostiles. Se quitó las gafas y se arrancó el bigote.
─ Paquita, reina mía. ¡Ven a mis brazos! Soy Vicente Rubio. Me hice mago y actúo en tu ciudad.
─ Vicente, jadeó ella, incrédula, casi me matas. ¿Qué? ¿te has hecho…?
─ Sí, ya ves, los dos vivimos de la ilusión.

Comentarios (17):

Kathleen

17/12/2024 a las 23:31

Hola Yvonne
Me ha gustado mucho tu historia, te atrapa desde el principio y ese misterio continúa hasta el final.
El título también me parece bastante acertado y el final con un giro cómico.
Un saludo

IGNACIO

18/12/2024 a las 17:27

Hola Yvonne. Muy original, porque has hecho la historia desde la perspectiva de la vidente, lo que abre muchas posibilidades al relato. Me gusta también que, ya que se habla del tema de la adivinación, se refleja que es una forma de ilusionismo y nada más.
Nos seguimos leyendo.

Hilda G.M.

18/12/2024 a las 19:49

Hola, Yvonne.
A mí también me ha gustado tu historia y es cierto que el final le da un nuevo giro; sin embargo, hay detalles que me parece que quedan un poco sueltos y que resulta difícil explicarlos con el hecho de que Vicente sea ilusionista. Me refiero a los golpes en la puerta que además, según el texto, no ocurrió una sola vez o por lo menos así lo he entendido y si a eso le añadimos lo de que no deja huellas en la nieve, no sé… será que no conozco los poderes de los ilusionistas 🙂 De todas formas, me parece muy buena historia.

Aprovecho para desearte felices fiestas y espero que nos sigamos leyendo en las escenas del taller de 2025.

¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸

19/12/2024 a las 03:41

Hola Ivonne, un relato entretenido y con giro cómico al final.

– En cuanto a los mejorables, todos los guiones de diálogo debes pegarlos a la letra que continúa

– Tienes 3 veces Usted con mayúscula, va con minúscula.

– Pones “era la tercera vez que pasaba” y más adelante “era la cuarta vez que pasaba”, además de talvez redactarla diferente, cambiar algún “pasaba” por “ocurría”. Y es que en literatura se indica no repetir más de 3 veces palabras en un relato corto, hacer uso de sinónimos.

– Doña Irma, doña va con minúscula a no ser que la anteceda un punto, o se un nombre o forma de llamarla, solo con el Doña.

– Ya casi al final “Te” has hecho, va con mayúscula ese “Te”, ya que está después de punto, que significa el signo de pregunta que le antecede.

Espero haberte aportado, gracias por permitirme aprender con tu relato.

Nos seguimos leyendo.

Feliz★* 。 • ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ •
•。★Navidad★ 。* 。
° 。 ° ˛˚ _Π_____*。*˚
˚ ˛ •˛•˚ */ ______ /~\。˚ ˚ ˛
˚ ˛ •˛• ˚ | 田田 |門| ˚
Feliz ☆* 。 • ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ • •。☆Navidad

Patricia Redondo

19/12/2024 a las 18:14

Hola María !!! gracias por tu visita a mi relato y tus comentarios. Con gusto hago lo propio.

Un relato escrito con la maestría que te caracteriza. Escribes muy bien, sin fisuras nos llevas por una historia que nos pone lo pelos de punta …para acabar con retranca.

¡Menudo capullete el Vicente, casi mata a la pobre Paquita de un infarto!

Me gusta como escribes, espero tus relatos con impaciencia

Nos leemos!

IreneR

20/12/2024 a las 09:09

Buenas, Yvonne.

¡Ay! Y yo que pensaba que al final la vidente se había metido en algo peligroso que no iba a saber manejar… Ha sido un giro final inesperado, al menos para mí, que nunca leo los títulos de los relatos.

Creo que me habría gustado más que al final las cosas se le torcieran, y que eso de jugar con el espiritismo se le fuera de las manos, pero eso ya es opción personal.

Nos leemos.

Un saludo.

Otilia

20/12/2024 a las 13:17

Hola, Ivonne, gracias por leer y comentar.
Tu historia se lee fácilmente e imagino que los comentarios anteriores ya te habrán dicho lo mejorable.
Yo, por mi parte, te diré que esta frase “La sangre se le helaba a Paquita, pero tenía que enfrentarse a lo que fuese” me hizo pensar que tendría algún enemigo confeso o que habría realizado algún trabajo peligroso, así que el final jocoso me gustó.
Nos leemos. Saludos.

Amadeo

20/12/2024 a las 15:03

Ivonne.
Primero agradecerte los comentarios sobre mi cuento, siempre se aprende.
“De ilusiones”, comento que me gustó y el final tan sorpresivo, me desilusionó… esperaba algo relacionado con lo antes relatado.
El primer párrafo contiene demasiadas frases muy cortas, que dificultan la lectura.
Considero demasiados nombres y apodos de los personales, difíciles de relacionar: Marcia,
Doña Irma, Madame Jasmine, Paquita… y del nuevo cliente.
Espero haber colaborado.
Cordiales saludos.
Amadeo (17)

José Luis Gava.

20/12/2024 a las 17:13

Hola Ivonne. Una pequeña visita y comentario de tu texto.

* Lo primero que quiero decir es que el guión de diálogos va pegado a la palabra que le sigue.
* Lo segundo es que has puesto varias veces “Usted” con mayúscula cuando va en minúscula.

* El principio, (Además de la rima) chirría un poco.

* Hay palabras, y frases, que a mí entender no suenan bien:

“Cerro la puerta de un golpe colérico”
“Las ramas “ganchudas” de los árboles vecinos “arañaban malignamente” los cristales”.

* “Colgó el auricular de pasta del teléfono vintage con estruendo”. Lo siento, pero está frase, fuera. No suena bien y no aporta nada al texto.

En algunas partes parece que telegrafias una imagen más que contar una historia.

Un saludo.

Amilcar Barça

20/12/2024 a las 18:18

Yvonne ¿podrías preguntarle a la madame por el número del gordo de la lotería? Todavía hay tiempo.

Respecto al teléfono, tengo el mismo problema. Estoy hasta el moño de las llamadas spam. salu2

José Torma

20/12/2024 a las 19:16

Yvonne.

Tu relato no tiene pretensiones, solo entretener y ahí lo tienes muy claro.

Lo que ya ten han comentado del guion largo y pegada la primera letra pues es punto obligado si vamos a comentar un texto con ánimo de ayudar.

Yo estaba enganchado y no pude menos que soltar un muy mexicano. “¡No mames, guey! Al amigo mago que mas que mago me parece un payaso jaja, menudo susto a Paquita.

Felicidades.

Carmenigne

20/12/2024 a las 23:40

Hola Ivonne! Tu relato me resultó muy ameno de leer. Al principio algunas imagenes que lograste me anticipaban un relato con un final diferente, quizas más intrigante. En esa línea, llegué a pensar si ella era la hija del barón, o si vendrían a castigarla. No esperé ese final pero no me parece que quede descolgado porque está escrito de forma tal que queda coherente con la historia, logrando un giro más humorístico si se quiere. Saludos

Mónica Bezom

21/12/2024 a las 15:59

Hola, Yvonne.
Muchas gracias por visitar mi texto y por tus palabras.

Tu relato me ha gustado mucho, destaco la frescura y naturalidad de los diálogos así como de tu escritura en general.
Solo me resultó difícil de encajar las señales inquietantes, tipo sobrenaturales y los llamados, con lo que finalmente sería fruto del accionar de un amigo. Claro que al ser éste ilusionista, como bien se destaca al final y visto el título, todo habría sido pura ilusión.
No obstante me ha parecido una muy buena historia.
Felicidades, Yvonne y nos seguimos leyendo.

Verso suelto

21/12/2024 a las 18:34

Hola Ivonne, has escrito un relato que resulta super entretenido lo que es muy de agradecer. Me ha gustado la escena de Doña Irma; no conozco el mundo de las videntes pero me imagino que su clientela será un poco así, personas necesitadas de cariño disfrazado de adivinación. Me ha gustado también que aparezca Paquita, detrás de Jasmine, lo que da una dimensión muy real al cuento.
Te agradezco tu visita y comentarios a mi cuento.
Hasta la próxima.

José Luis Gava.

21/12/2024 a las 19:45

Hola Ivonne. Gracias por tus comentarios. Los tengo en cuenta para futuros relato.

Un abrazo.

Kelvin I. Márquez

23/12/2024 a las 15:50

Saludos Yvonne

A lo ya dicho por los compañeros solo debo añadir que en el principio, tantas oraciones cortas interrumpen la lectura. Al menos a mi, quizas sea algo mio. Fuera de eso el relato me parece muy bueno y con un toque de misterio e intriga bastante fuerte. Aunque el final me gustó bastante, no niego que el asunto del baron pintaba muy interesante. Creo que puede ser una idea bastante buena para otro relato.

Nos leemos!

Pilar (marazul)

25/12/2024 a las 19:43

Hola Yvonne, un relato bien escrito. Perfecto el planteamiento y el nudo en donde consigues inquietar al lector pensando que algo malo va a ocurrir. En mitad introduces la visita de doña Irma, una consulta rutinaria, para relajar la tensión. Y cuando el lector se espera un desenlace adverso, aparece el amigo mago. Interesante. Una broma pesada para la vidente, pero divertido para el lector.
Encantada de leerte Yvonne

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