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JULIO - por CARMELILLAR.

JULIO

Julio llegó pronto. La sala de espera estaba llena.
«Claro como el mundo está lleno de inseguros, yo el primero…». «No me creo lo que estoy a punto de hacer».
La espera facilitaba la conversación consigo mismo.
«Teniendo en cuenta que tengo 28 años. Soy ingeniero informático. Trabajo para una de las empresas más ricas del mundo y gano más de 4000€ al mes, lo más normal es que sea una persona insegura»
«Es inseguro que mantenga el trabajo hasta mi edad de jubilación. Si no es seguro que mantenga el trabajo, tampoco lo es que mantenga mi sueldo».
«No es probable que a mi jefa la de un parraque y por fin deje de ser el grano en el culo más molesto que le puede salir a una persona como yo».
«Algo sí está claro, seguiré siendo ingeniero informático. Eso no puedo evitarlo. Lo pone en mi título, pero quién sabe si seremos necesarios los ingenieros informáticos o la inteligencia artificial me manda al carajo».
«Y todavía la mayoría de la gente piensa que soy un tío con suerte y no tengo motivos para pensar lo contrario. Mis amigos dicen que soy un egoísta, que deje de mirarme el ombligo y que me de una vuelta por la realidad social. Y yo les digo que para qué, bastante tengo con lo mío».
Por la mañana, Julio se había encontrado Leticia, su amiga de la infancia. Fueron juntos hasta la universidad. Una chica bastante inteligente, sus notas no bajaban de sobresaliente.
—¡Leticia, qué sorpresa!
—Qué bueno verte, Julio. Hacía…¿cuatro, cinco años?
Se fundieron en un abrazo sincero.
—Más o menos, Leticia. ¿Cómo te va?
—Ahora bien. ¿Sabes que dejé mi trabajo? Me di cuenta que la informática no era lo mío. Para mí el dinero no es lo más importante.
—¿Y qué haces ahora?
—Estoy en proceso de saberlo. Hace poco he vuelto de mi viaje. Durante un año he estado viajando por el mundo. Me he descubierto a mí misma. Me siento muy diferente. Ahora sólo me falta descubrir qué quiero hacer. Tampoco me voy a estresar. Cuanto tenga que saberlo, lo sabré.
—Leticia me dejas boquiabierto. Tienes que estar muy segura de ti misma para haber sido tan valiente…
—Bueno, tuve ayuda para decidirme. Fui a una vidente y me lo dejó claro. Gracias a ella estoy en este punto.
—Pues, sinceramente, sigo pensando que fuiste muy valiente. —Realmente Julio no pensaba que era muy valiente, más bien una privilegiada.
Leticia es la hija del dueño de la empresa para la que Julio trabaja, es decir, Leticia está podrida de dinero y puede viajar un año, o los que quiera. Dejar un trabajo o quinientos. Tardar siglos en descubrirse así misma o no hacerlo nunca. «Vamos que la niña tiene y tendrá una vida sin inseguridades como las mías» Piensa Julio ya un poco harto de escuchar tanta tontería. De manera que se despide muy cariñosamente de su amiga de la infancia. Se excusa porque no le gusta llegar tarde al trabajo.
Julio se aleja. Por fin desde hace no sabe cuántos años, tiene algo claro: visitará una vidente para que le diga lo que tiene que hacer o lo que no. Vamos que le ponga su futuro sobre la mesa y así deje de ser un inseguro y parecerse algo más a Leticia, guardando las distancias económicas, claro. Por fin la inseguridad, que hasta ahora ha sido su alma gemela, buscará otro cuerpo en el que instalarse.
Y por eso está Julio en esa sala de espera, rodeado de gente que también espera, supone, lo mismo que él.
Y tras un tiempo indefinido, la vidente abrió la puerta y dijo con voz dulce:
—El siguiente por favor.
Y hasta ahí llegó la ilusión de Julio.
Cuatro palabras acabaron con ella. Julio retomó la relación con su alma gemela y ambos salieron como almas que lleva el diablo de aquella sala de espera, huyendo de la jefa de Julio que una de dos: o era pluriempleada o se había disfrazado de vidente.
Fin. Julio no era Leticia. Seguiría a lo suyo.

Comentarios (4):

Ana Tirado

19/12/2024 a las 02:47

¡Hola, Carmelilla! Tu relato es uno de los que me toca comentar.

En general, decirte que lo disfruté. Los pensamientos y los diálogos agilizan la lectura. La manera en que has estructurado los pensamientos de Julio transmite la inquietud y ansiedad que siente el personaje. Además, ocupa una temática muy actual y con la que muchos nos podemos identificar (aquí una estudiante de informática que teme que cuando llegue a graduarse, la IA ya la haya sustituido. Y con muchas ganas de ser Leticia, también).

Creo que en este caso, narrar en presente es un acierto. Transmite ese monólogo interno de forma más directa.

El final me gusta. Es mitad cómico, mitad un golpe de realidad. Al final, Julio se queda en el mismo punto que al empezar, lo que supongo que alimenta su inseguridad.

Por decirte algunos detalles que se pueden mejorar:

– En el párrafo donde Leticia cuenta lo que está haciendo hay demasiados puntos y seguidos, de modo que su forma de hablar suena entrecortada. No es natural. Falta alguna coma que de más fluidez a la lectura, y quizá intercalar alguna aclaración del narrador (algún gesto de la chica, reacciones de Julio… Por dar ideas).

– Te falta alguna que otra coma. Te pongo un par de ejemplos añadiéndolas:
“Para mí, el dinero no es lo más importante”.
«Vamos, que la niña tiene y tendrá una vida sin inseguridades como las mías».
“Vamos, que le ponga su futuro sobre la mesa”.
«Vamos que la niña tiene y tendrá una vida sin inseguridades como las mías», piensa Julio ya un poco harto[…]. Aquí te falta un punto, o más bien una coma, antes de “piensa Julio”.

Solo son detalles menores para redondear tu relato un poquito más, porque de verdad que ya es muy bueno. ¡Te felicito!

Espero que mis comentarios te sean de ayuda. ¡Gracias por compartir tu relato! 😊

Kelvin I. Márquez

20/12/2024 a las 02:05

Saludos Carmelilla

A lo dicho por Ana solo añado que en esta oración se te quedó un a antes de Leticia. Por la mañana, Julio se había encontrado “a” Leticia, su amiga de la infancia.
Fuera de eso coincido con Ana en que la forma en que el relato esta narrado hace que sea fácil de leer y muestra muy bien como el personaje se siente, lo cual hace que uno se identifique con él. El final, inesperado, me encantó y me sacó una sonrisa.
Felicitaciones por este gran relato
Nos leemos!

Mónica Bezom

22/12/2024 a las 16:45

Hola, Carmelilla.

Me ha gustado mucho tu relato.
La personalidad de Julio, con sus inseguridades y el vaivén de sus pensamientos me ha encantado. Me ha arrancado una sonrisa y una reflexión: la solución no suele estar afuera, sino dentro de uno. Por lo menos en un conflicto como el de él.
No es fácil juntar humor y conflictos interiores y tú nos has presentado un plato de ambos sabores perfectamente combinados.
Te felicito.
Observaciones para mejorar, ya te las han señalado los compañeros.
Saludos y felicidades.

Ed Gorende

30/12/2024 a las 21:10

Soy ingeniero informático, pero gano menos de un tercio de eso :/
A ver cómo evoluciona la IA, que va a multiplicarse exponencialmente en todo… incluyendo todo tipo de escritos.
Tras tanto diálogo interior seguido de diálogo a dos ligeramente menos interesante, esperaba ansioso el giro final, que me ha encantado.
Recalcar lo ya añadido arriba de repasar comas.
Un placer leerte.

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