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Presagio - por IreneRR.
Web: https://irenerguezescritora.blogspot.com/
Casandra abrió el frigorífico y suspiró abatida. Dentro solo había una lata de sardinas y un manojo de zanahorias.
—No preocupes, Apolo, nuestro porvenir está a punto de cambiar. Lo noto —aseguró, esperanzada, mirando a su gato. Abrió la lata y la echó en el platito del animal.
Apolo era un felino muy temperamental, poco dado al contacto y de un tono amarillo anaranjado. Se levantó del sofá con lentitud y la miró suspicaz, como si no se llegase a creer las palabras de la mujer.
—Ya lo sé. Te lo he dicho varias veces, pero en esta ocasión lo noto bien dentro. Alguien va a llegar a nuestras vidas, alguien a quien hace mucho que no veo y que… Lo cambiará todo.
«Tan solo espero que sea para mejor», pensó para sí misma, mientras mordía una zanahoria sin siquiera pelarla.
La sociedad había cambiado en los últimos tiempos. La gente dejó de creer en las supersticiones, ya no había creyentes de la astrología y su don para leer el futuro dejó de pagar las facturas. Vivía gracias a internet y a una decena de fanáticos que la seguían desde todas partes del mundo. Decían que era la elegida, la que cambiaría el curso de la historia. Una segunda Casandra igual de incomprendida y maldita que la primera.
El timbre resonó en las paredes del pequeño piso y Casandra lo sintió en los huesos: ahí estaba, el cambio. Se dirigió a la entrada con pasos temblorosos, expectante por lo que pasaría a continuación. La vidente abrió la puerta y contuvo el aliento al reconocer a uno de sus más queridos amigos de la infancia. Habían estado muy unidos durante muchos años, hasta que la adolescencia llegó y…
—Cuanto tiempo, Casandra —dijo el chico, con un tono ladino y amenazador.
Su mirada era peligrosa, y aunque la vidente intentó cerrar la puerta antes de que el hombre entrara, este consiguió pasar al piso.
—La última vez que te vi estabas tumbada encima de un charco de sangre que salía de tus piernas. ¿Te acuerdas? —preguntó, mordaz.
Casandra dio un paso hacia atrás, asustada. Miró a su alrededor en busca de una salida o alguien la ayudara, pero allí solo estaba Apolo, sentado de nuevo en el sofá, relamiéndose una pata, indiferente a lo que estaba a punto de suceder.
«Nunca debí haberle puesto ese nombre. Con eso quedó escrito en las estrellas», se lamentó.
—La nuestra fue mi primera y última vez, ¿sabes? Tus palabras mientras me corría en tu interior me han perseguido a lo largo de los años y… ¡Maldita sea! Jamás volví a tener una erección, pero ahora… —Se frotó la entrepierna con ganas y le dedicó una mirada voraz—. Me ha costado muchos años dar contigo, pero al final, en un foro extraño di con una especie de elegida, una mujer que compartía tu nombre y ese “don” que me ha jodido durante toda la vida. Y ahora, al fin, me libraré de tu maldición. Todo está a punto de acabar.
Podría haberse revuelto para librarse de él, haberle arañado, pegado o pateado, pero el shock mantuvo a Casandra pegada al suelo, incapaz de moverse, completamente sobrepasada por la situación. Solo las lágrimas que salían de sus ojos evidenciaban que aún seguía consciente.
Cuando el hombre terminó volvió a quedar tumbada encima de un charco de sangre que salía de sus piernas, sin embargo, en esa ocasión sus labios permanecieron sellados.
—Eso ha sentado jodidamente bien, y siento que todo ha terminado —dijo el hombre, aliviado, mientras se subía los pantalones.
Se marchó del piso sin dedicarle una mirada y Apolo le siguió, pasando al lado de la vidente sin siquiera mostrarle un gesto de afecto. El hombre se agachó para tomar al gato entre sus manos y cuando se levantó, un papel cayó del bolsillo de su chaqueta.
La puerta quedó abierta detrás de ellos, dejando a Casandra en el suelo, sola y abatida. Los minutos pasaron en un silencio, únicamente roto por sus sollozos, y cuando fue capaz de reaccionar, se arrastró como pudo hacia la puerta del piso.
«Alguien me ayudará. Algún vecino pasará y me verá», pensó, incapaz de incorporarse para tomar el teléfono y llamar a una ambulancia.
Mientras se dirigía hacia allí sus dedos rozaron el papel que se le había caído al hombre al suelo: era un billete de lotería. Y, entonces, un intenso cosquilleo de satisfactoria anticipación le recorrió el cuerpo entero.
Comentarios (10):
Maria Carmen
19/12/2024 a las 18:08
Hola Irene, un placer leerte. Abordas un tema muy delicado. Tiene unas grandes emociones contenidas. Y dejas en suspense el final, en que puede cambiar la suerte. Gracias por el relato.
Yvonne
19/12/2024 a las 23:03
Hola Irene!
Un relato bien escrito, con nervios, suspense, nudo, desarrollo y desenlace, y ¡qué desenlace! Sorprendente, energética y ágil, la historia, en un espacio limitado de tiempo, reúne las andanzas, temores y penurias de toda una vida. Me encanta ese final que lo gira todo del revés. Encantada de leerte de nuevo. No me explico por qué no tienes más comentarios. Sí visitas a otros seguramente recibirás muchas visitas.
Saludos
Otilia
20/12/2024 a las 13:30
Hola, Irene, gracias por leer y comentar.
Tu relato se lee con fluidez, pero el tema no me gusta. ¡Lo siento!
Esta frase “«Nunca debí haberle puesto ese nombre. Con eso quedó escrito en las estrellas», se lamentó” creo que no concuerda con su miedo ante la amenaza y su búsqueda de ayuda.
Nos leemos. Saludos.
Amadeo
20/12/2024 a las 14:32
Irene R
Primero agradecerte los comentarios sobre mi cuento, siempre se aprende.
Respecto a “Prestigio”, me gustó por atrapante y buena lectura.
Eliminaría «Nunca debí haberle puesto ese nombre. Con eso quedó escrito en las estrellas», se lamentó. Pues no creo real poder pensarlo en ese momento de tensión.
Buen recurso del billete de lotería, con premio a cobrar y lograr así una vida tranquila, sin adivinanzas, pero… si ella tenía el poder, podría haber comprado el billete a premiar.
Espero haber colaborado
Cordiales saludos
Amadeo (17)
David Llurba
22/12/2024 a las 02:13
Joder… vaya relato.
No sé por dónde empezar. Está claro que la violación está mal, pero entiendo que también debió estar muy mal lo que le hizo a ese chaval (Aunque sigo siendo team Casandra).
No entiendo porque sangra tanto. ¿No debe ser muy experimentada o es una condición debido a sus cualidades especiales?
Luego, lo peor, intolerable y lo más atroz de todo el relato es que se lleve al gato. ¡¿Pero esto qué cojones es?! Menudo desalmado.
Para terminar, me preocupa un poco que un boleto de lotería acabe siendo un consuelo después de una experiencia tan traumática (Aunque sea premiado). No lo veo normal.
Un relato muy fluido y bien escrito, pero la trama es un poco “CUCÚ”.
Un saludo y nos leemos.
Verso suelto
22/12/2024 a las 13:00
Hola Irene. Lo primero agradecerte que leyeras y comentaras mi cuento. El tuyo, aunque está muy bien escrito me ha resultado confuso. Quizá es que no estoy muy puesto en mitología. He repasado en la wikipedia las historias de Casandra y Apolo y aún así me he quedado un poco en penumbra. En otro orden de cosas, en la frase:
—Eso ha sentado jodidamente bien, y siento que todo ha terminado…
creo que falta un “me”
—Eso me ha sentado jodidamente bien, y siento que todo ha terminado…
Y entre las dos frases siguientes:
—La nuestra fue mi primera y última vez, ¿sabes? Tus palabras mientras me corría en tu interior me han perseguido a lo largo de los años y… ¡Maldita sea! Jamás volví a tener una erección, pero ahora… —Se frotó la entrepierna con ganas y le dedicó una mirada voraz—. Me ha costado muchos años dar contigo, pero al final, en un foro extraño di con una especie de elegida, una mujer que compartía tu nombre y ese “don” que me ha jodido durante toda la vida. Y ahora, al fin, me libraré de tu maldición. Todo está a punto de acabar.
Podría haberse revuelto para librarse de él, haberle arañado, pegado o pateado, pero el shock mantuvo a Casandra pegada al suelo,
aunque se pueda intuir creo que no estaría de más que dieras alguna indicación de que el hombre ya la está violando o al menos que la tiene agarrada y en el suelo para violarla.
A pesar de que la historia se me haya atravesado un poco, escribes con gran soltura.
Nos leemos.
Wanda
23/12/2024 a las 04:22
Hola Irene, gracias por pasar por mi relato y comentar. En cuanto al tuyo en lo que respecta a la estructura creo que esta muy bien escrito y se lee fácilmente. En cuanto al tema me pareció bastante sorpresivo el giro que dio la historia, algo cruel, desde su terrible experiencia, hasta el abandono del gato. Siento que el final nos muestra un cambio de porvenir terrible, pues el dinero de la loteria no cambiaría el dolor mental y físico que cargaría consigo por siempre.
Saludos
Pilar (marazul)
23/12/2024 a las 20:18
Hola Irene, he leído tu relato varias veces. En general bien escrito, con agilidad y tensión. La primera parte, la de la presentación es relajada. Después, cuando llaman a la puerta, sube la tensión (algo que mantiene al lector atento), es el nudo de los acontecimientos. Presentas una escena bastante cruda, la verdad, en donde la venganza es el motivo principal de la violación. El desenlace puede mitigar un poco el dolor, pero ya se sabe que el dinero no lo cura todo.
De cualquier forma es un relato bastante inquietante y bien escrito.
Saludos
Pato Menudencio
26/12/2024 a las 18:57
Hola Irene.
Primero que todo, gracias por pasar por mi relato.
Tu texto me parece bien escrito y se lee de un tirón.
También me pareció que el desenlace da para una segunda parte en donde el ex regrese para exigir parte del dinero, pero lo estarán esperando para darle una sorpresa.
Saludos y nos leemos pronto.
Vespasiano
30/12/2024 a las 20:58
Buenas noches, Irene:
Tu relato es perturbador. Me he llevado un choque cuando, de buenas a primera, el hombre la viola.
Veo varias veces repetido el nombre de Casandra en un corto espacio.
“Cuando el hombre terminó volvió a quedar tumbada encima de un charco de sangre”.
En esta oración no me cuadra: “volvió a quedar tumbada”, pues ya lo estaba en cuanto el hombre la violaba.
Después de leer tu historia me ha parecido poco castigo para el estuprador, haberlo dejado temporalmente impotente después de la primera violación. Tendría qaue haberlo dejado, como poco, castrado.
Tu relato, aunque desgarrador, me ha parecido bien escrito.
Nos seguiremos leyendo.
Feliz Año Nuevo.