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MUE nº 65 - por Amilcar Barça

Web: http://caminodefierro.blogspot.com

Inazio Aguirre llevaba tiempo dándole vueltas a un sueño que se había fijado en su mollera/cabeza. A pesar de sentir un vértigo atroz, se creía Superman y volaba por los cielos libre como un alcotán. De pronto se encontraba al borde de un abismo, todos los abismos son bordes que conste, y sin saber cómo, había aterrizado sin quebranto. Según había leído en un libro de esos de quiromancia, que vete tu a saber que tendría que ver una cosa con otra, el subconsciente le avisaba de que algún peligro le acechaba. Vamos, pa mear y no echar gota. Ya se guardaría mucho de hacer partícipe de sus cuitas a nadie, mucho menos al bocazas Rigoberto Picaporte que siempre se reía de todo y de todos. Sobre todo de su nombre -Inazio de santa María Virgen, dicho con sorna y una miaja de mala folla- que maldita la gracia le hacía. Cuando Picaporte en tono de chufla mencionaba su nombre, la contestación siempre era la misma: una mención, y no santa precisamente, a su señora madre.
Inazio creció entre el funambulismo y demás artes escénicas de un circo ambulante. A él siempre le tiró más la actuación de los clowns, payasos para entendernos. Todo cuanto estuviera más alejado de un palmo del suelo no le atraía, al revés. Excepción hecha de la cama a la cual adoraba sin tener en cuenta la altura en la que se encontrara. Sus padres eran trapecistas o precisamente por eso. Cuando los veía balancearse allá en las alturas y sobre todo al realizar el triple salto mortal sin red, todo le daba vueltas y cerraba los ojos. Un día, los gritos del público anunciaron lo que sus pupilas se habían negado a ver: su madre se había caído al suelo al no haber conseguido su padre asirla en el aire. Aparte del tozolón consiguiente y las magulladuras pertinentes, el susto se saldó con una semana de permanencia en el suelo sin aventuras voladoras.
A Inazio, ya mayorcito, le entraron aficiones esotéricas las cuales ejercitaba, es un hablar, leyendo cuanto en sus manos caía sobre el tema. Se hizo un experto con los naipes y el tarot y creyó a pie juntillas que en la edad media o así, los alquimistas convertían el plomo en oro y plata. Paracelso, al que pretendía emular, fue un gran seguidor de esas artes o ciencias y otros practicantes dieron con sustancias desconocidas hasta esa fecha. Un monje descubrió el antimonio, y de ahí tomó el nombre pues al fraile no debió irle muy bien el experimento. Dado su interés por todas las artes ocultas, acabó siendo un aficionado muy entendido en ellas, pero todavía no había aprendido aquel dicho torero: lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible. Producto de sus experimentos secretos, Inazio casi le pega fuego un día a la carpa del circo lo cual hizo que el director lo expulsara una semana del elenco artístico. Tampoco tenía quien hiciera tan bien el payaso como Inazio.
—Solo a un meapilas como tú se le ocurren esas majaderías.
Fue duro el director. Arriesgó Inazio a quedarse sin trabajo precisamente por hacer el payaso. Paradojas de la vida. Nunca creyó en las meigas y mucho menos que volaran en sus escobas, pero un hecho ocurrido en un pueblo al cual acudieron a actuar, le hizo cambiar de opinión.(Aquí, no cabe)
Andando, volando o corriendo el tiempo, el circo arribó a una feria de una gran población. Había todo tipo de atracciones pero reparó en una cabina que si le echaban monedas leía el futuro una maga o mago con turbante, que antes de echar las perras la puerta estaba cerrada ocultando su interior. Una voz metálica decía a los transeúntes: “Anímense, por un euro la maga les desvelará su futuro”
Inazio iba acompañado en esa ocasión por Rigoberto. Se acercaron a la cabina y se preguntaron qué saldría de dentro. ¿Y si le preguntamos cuál será el número del gordo de este año? Nada perdemos. Echaron un euro por la ranura y la máquina lo devolvió. ¡Coño! Encima sibarita.
Probaron con una nueva moneda y esta, la aceptó. A saber la de cosas que meterán aquí para engañarla. La misma voz metálica les hizo la pregunta:
—¿Qué desean saber vuesas mercedes?
—El número del gordo de Navidad de este año.
La vidente abrió la puerta a la par que exclamaba:
—Si lo supiera, a ti te lo iba a decir, gilipollas. ¡¿No te jode?!

Comentarios (16):

Amilcar Barça

17/12/2024 a las 20:37

Bueno, queda claro que la maga no tenía su día. Hubiera sido más diplomático haberle contestado: Pregúntame después del sorteo.

IGNACIO

18/12/2024 a las 15:30

El relato tiene una buena ambientación, con muchos detalles, pero me parece que le falta argumento. Al final ocurre algo gracioso, pero no hay historia.

Amilcar Barça

18/12/2024 a las 17:33

¡Coño, Inazio! Calla, calla, hablador.

José Torma

18/12/2024 a las 17:40

Amilcar.
A mi se me a metido entre ceja y ceja, que te voy a leer hasta que comprenda al 100 tu estilo de narrativa. Deje de contar en 10, las palabras que no conozco su significado, lo cual me gusta porque me hace agrandar mi inventario de palabras para usar.
Te escribió Ignacio, probable tocayo de Inazio. Su comentario me parece exacto, pero habiéndote leído el mes anterior y ahora en este, me parece que es a posta. El estilo de narrador contundente, que expresa su opinión de lo que nos esta describiendo. Coincido que no hay historia, pero es el modo en que lo vas llevando lo que lo hace entretenido de leer y quien sabe, tal vez mas adelante, tengamos una anécdota mas jugosa de Inazio y sus aventuras.
Un abrazo, compañero.

Amilcar Barça

18/12/2024 a las 18:12

Gracias José. Como en el anterior reto le escribí a Javier (Don Kendall), emulando a Alaska “yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré”. Gracias por tu visita, amigo.

Patricia Redondo

18/12/2024 a las 20:13

Vaya pues a mi me parece que sí hay historia , y no solo eso, sino que de aqui pueden salir las mil y una andanzas de Don Inazio y Rigoberto.

He disfrutado y me he reido a rabiar. No le puedo pedir más a un relato de 750 palabras. Gracias Amilcar.

Estoy en el 7 por si te apetece.

Nos leemos!

Yvonne

19/12/2024 a las 23:15

Hola Amilcar,
Me has hecho reír que no es poco. Me divierte tu estilo desenfadado con toques rústicos. Uno se imagina los dos personajes y sus lances jocosos, uno burlándose del otro. Las descripciones densas, aunque no añaden al desenlace, crean un contexto y arropan los personajes. El propio contar entretiene, independientemente de la historia.
Saludos

David Llurba

22/12/2024 a las 00:59

Un relato muy singular, con un narrador muy parlanchín. Eso tiene sus pros y sus contras, como podrás imaginar.

Tendría más sentido este estilo de narrador si fuera en primera persona, pues la misma manera de narrar definiría la personalidad del personaje, pero, al ser en tercera persona, define más la personalidad del autor y eso estrecha el círculo de los gustos para el lector. Habrá quien te adore y habrá quien no lo soporte.

A mí, personalmente, para un relato, lo que vendría a ser los tik toks de la literatura, me gusta. Suena diferente y te saca de todo formalismo.

He visto en un comentario de arriba que mencionas a Javier (Don Kendall). Veo similitudes en vuestra forma de narrar. Cien por cien irreverente, sin filtrar, pero por otro lado más humana y auténtica.

Nos leemos.

Amilcar Barça

22/12/2024 a las 12:07

Gracias por tu vista David. Aunque parezca irreverente, cuando junto letras, lo hago egoístamente, pensando en mí.

Amilcar Barça

22/12/2024 a las 18:03

La resaca. La p*** bruja me echó la maldición. Ni un puñetero reintegro. Ni salud ni h*****s

PROYMAN1

26/12/2024 a las 17:36

Amilcar en esta narracion tienes el humor negro que a veces hay que reflejar cuando se escribe y en el mundo de los videntes mas ya que la fantasia esta a la orden del dia.
Me ha gustado como describes alguna escenas y como te digo, sin perder el humor negro necesario en la ocasion.
Te doy las gracias por haber leido mi texto y si me permites creo que me he quedado corto al describier que el supercantante es propietario de un Maserati.
Algún famoso lo tendra superior.
Confio en que nos sigamos leyendo.

Cami

27/12/2024 a las 02:57

Hola Amilcar, tu historia me resultó pesada al leerla. No encontré fluidez. Nos leemos

Pd: tampoco entendí tu comentario. Saludos

Verso suelto

30/12/2024 a las 13:34

Algún compañero, te ha dicho que no hay historia. Puede ser pero, digo yo, ¿y qué? Quién ha dicho que hace falta una historia para escribir un buen relato. Yo creo que todo es forma; ahí está la historia, en la forma. Y tu relato la tiene, apunta maneras. Esa especie de jerga coloquial que creas puede llegar a funcionar aunque quizá en este texto lo hace solo a medias (en mi opinión, claro). Pero creo que vale la pena seguir machacando por ahí.
Por cierto, muchas gracias por tu visita.

Amilcar

30/12/2024 a las 20:31

A tothom, o se a todos cuantos por aquí habéis desfilado: El primer párrafo, es real, lo he vivido. En general, todo tiene una base o una vivencia. Incluso los sueños. Cuando leí el planteamiento “la maga abrió la puerta”, en lo primero que pensé fue en la película en cual Tom Hanks junto con un amigo, hacía una petición a un mago en su garita. Quien la haya visto, sabrá de lo que hablo. El deseo se cumplió y de ser un chaval de doce años, pasó a ser un joven que levantaba pasiones entre las féminas, pero seguía teniendo el alma y los hechos de niño. Tras el desarrollo de la peli, el chaval y el amigo vuelven a visitar al mago en su garita para volver a realizar la petición que le devuelva a su anterior estado. Yo, tras las vicisitudes consuetudinarias, solo le pedí el número del gordo de Navidad que como bien sabéis, me negó aparte de insultarme.

Nunca me devano la cabeza en tramar historias para no dormir. Son irreales si no dejas en ellas algo de ti mismo. Como un anuncio de la tele, que no recuerdo de qué iba, en el cual una persona decía: “y todos tienen algo de mi”. Pues eso. Todo lo demás son, paraules sense cap. Feliz Año. Bon Nadal, Happy New Year.

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