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De venganzas y olvidos - por Ulises VidalR.
De venganzas y olvidos
Oscar “Verdugo” Garrido, el jefe narcotraficante, impartió la orden desde la cárcel, la cual fue ejecutada por dos sicarios. Tenía claro que le quedaban más años de encierro que de vida, por eso se la había jurado y cumplió, se vengó.
Desde una camioneta blanca con vidrios negros, los asesinos dispararon más de cien tiros al automóvil del juez que circulaba por una de las calles céntricas de Rosario.
El magistrado lo había condenado a prisión por segunda vez, después de que se escapó aprovechando la ocasión brindada por un motín del que fue uno de los cabecillas. Reclusión perpetua para “el rey de las drogas”, el juez no tuvo clemencia con él, no solo por los cargos de narcotráfico y los reiterados asesinatos, sino también por promover el levantamiento colectivo de los reclusos con el objetivo de facilitar su fuga.
En la cárcel “Verdugo” había sabido ganarse la confianza de los presos para aprovecharla en beneficio propio y seguir delinquiendo. Cuando estaban en el área de recreación al aire libre mostraba sus ganas de complacer, y les enseñaba algunos trucos. Campechano y sonriente les explicaba, por ejemplo, acerca de la conveniencia de camuflar cierta cantidad de celulares para comunicarse con el mundo exterior:
—Ustedes tienen que tener otros por ahí siempre guardados. Dos o tres tirados por ahí, boludos. Agarran unos pedazos de carne, congelados rebién, pero bien congelados y meten los celulares ahí adentro. ¿Saben lo que tienen que renegar ellos para descongelar ese coso? Tienen que ir con un martillo y darle muchos martillazos.
Aquel fue uno de los motines que hicieron historia. Comenzó pasado el mediodía cuando Garrido junto con un grupo de presos tomaron como rehén a un guardiacárcel, dada la superioridad numérica se aseguraban el control del ala principal del penal. A continuación, sin más Garrido degolló a un interno de gran ascendencia entre los presos. A partir de ese momento, comenzaron los graves enfrentamientos entre las bandas rivales, que iban a culminar en horas de la madrugada con quince muertos y varios heridos. Encendida la mecha, el capo esperó el momento de máxima confusión para hacerse humo y ganar la calle.
De inmediato encontró refugio entre su gente, aunque le duró poco tiempo. Gracias a las investigaciones de la División Antidrogas, Garrido fue recapturado en una humilde vivienda de aspecto abandonado, pero con inusuales medidas de seguridad; se trataba de un búnker dedicado a la venta ilegal de drogas, especie de quiosco que en realidad encubría el real negocio.
Justamente, Garrido que había dejado oportunamente las drogas en consignación para ser vendidas clandestinamente, cocaína, paco y marihuana, venía a retirar su parte cuando fue arrestado. Cayeron con él otras tres personas. Se incautó un auto y una importante cantidad de dinero. Todos ellos fueron puestos a disposición de la autoridad.
Por otra parte, el incidente cambió la vida de la hija del juez, quien ya no quiso ejercer la abogacía. No deseaba seguir alternando los mismos espacios de trabajo que había compartido con su padre. Se mudó a Buenos Aires sin rencores ni resentimientos, consciente de que nadie ni nada podría haber aliviado su inmenso dolor.
En la capital, se empleó en una tienda de ropa de fiesta y zapatos de mujer para mantenerse y pagar sus clases de interpretación. Desde chica había fantaseado con ser actriz. En los actos escolares era la elegida para interpretar el papel de la paisana, la negrita o la dama antigua. Tomó clases en la escuela de Agustín Alezzo y complementó la formación en la Universidad Nacional de Artes.
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca fue la obra elegida para la gira teatral por el interior, que la trajo otra vez a su ciudad natal, Rosario. Allí, acudió a la cita ansiada pero largamente postergada.
Se acercó con pasos lentos a la tumba de su padre, acariciándola con la mirada. En la lápida no había ningún nombre, sin embargo, la lápida tenía una inscripción: «El olvido es la única venganza y el único perdón». Ella misma había elegido el epitafio. Ambos compartían la admiración por Jorge Luis Borges. Súbitamente, sintió que se había reconciliado con su pasado. Se sintió en paz consigo misma.
Comentarios (10):
Lola Pena Dovale
18/11/2024 a las 20:40
Un buen relato, Ulises. Te felicito por ello.
Es un texto de fácil lectura, con un vocabulario correcto, y con un ritmo adecuado que ayuda a la comprensión del relato sin ningún problema. La forma del relato no tiene ningún problema; si acaso falta alguna coma, pero nada que no se pueda solucionar con una nueva lectura.
En cuento al contenido del relato, me gusta que comiences por el final, por el asesinato del juez, y que vayas hacia atrás contándonos todo lo que ha pasado para que se llegue a ese asesinato. Lo único que yo cambiaría en tu relato, Ulises, sería quizás la parte en la que introduces a la hija: Haces un corte en el relato que no queda muy natural cuando dices: “Por otra parte, el incidente cambió la vida de la hija del juez…” Primero hablas del narcotraficante y después de la hija del juez, separando la historia en dos partes muy diferenciadas. Creo que quedaría mejor si no hubiera ese corte en la trama del relato, que fueras mezclando ambas historias. Primero hablas desde el punto de vista de Garrido y después cambias por completo al punto de vista de la hija. Creo que, en un relato tan corto, podría llegar con un punto de vista.
Pero lo dicho, Ulises, tu relato es bueno y está muy bien escrito. Continúa así, compañero de letras.
Mónica Bezom
19/11/2024 a las 01:28
Hola, Ulises Vidal.
Acabo de leer un texto vigoroso y rotundo que relata con ajustada -y acertada- dureza uno de los tantos episodios desafortunados que lastiman la hermosa ciudad de Rosario.
Me ha gustado el estilo directo y sin concesiones vuelteras de tu relato, que golpea, que fotografía sin inmiscuírse la sordidez del crimen. Hay una vuelta de página cuando aparece la hija de la víctima, cambia sutilmente el ritmo hacia una pendiente más amable para reposar en el perdón y el olvido. ¡Muy bueno!
Párrafo aparte merece la personalidad del narco conformando un personaje redondo, según se desprende de sus “enseñanzas”.
Te marco un detalle: la coma antes de la “y” enlazando palabras, corta innecesariamente el párrafo:
“mostraba sus ganas de complacer, y les enseñaba algunos trucos”.
Ha sido un gusto leerte.
Saludos.
Ulises Vidal
19/11/2024 a las 14:14
¡Hola Mónica! ¡Hola Lola!
Gracias por leerme.Gracias por sus observaciones que tendré en cuenta.
¡Hasta la próxima! Nos seguimos leyendo!
Facu Pérez
20/11/2024 a las 02:39
Hola Ulises, me gustó mucho tu relato, el hecho que empezaste por el final y después fuiste desarrollando.
Por momentos creía que estaba leyendo algún diario de argentina y eso me hacía leer más. Es muy atrapante
En la parte de “Agarran unos pedazos de carne, congelados rebién, pero bien congelados “ Me gusta el modismo que utilizas para enfatizar la intensidad de la carne. Sin embargo creo que quedaría mejor al revés “Agarran unos pedazos de carne, bien congelados, pero re bien congelados” y re bien iría separado para mayor énfasis
Don Kendall
21/11/2024 a las 18:24
Estimado colega, Ulises Vidal. Me corresponde por ubicación en la lista, hacer un comentario del texto que presentas en el Taller MUE-64.
Me gusta el texto, al final diré por qué.
Los criterios que yo podría aportar al relato en lo referente a los aspectos formales, están mucho mejor expresados de lo que yo haría en los comentarios que me preceden, en particular el de Lola Pena Dovale.
Con tu permiso me gustaría hacer especial hincapié en algo fundamental que te apunta la colega Lola Pena Dovale : Da la impresión de que utilizaste dos puntos de vista.
El problema que suscita esto no solo es debido a la extensión del relato, cosa que también influye sin duda, tal como apunta la compañera de escritura y comentario.
El corte se produce en el acuerdo no escrito entre escritor y lector. Tal como apunta Jane Burroway : «El punto de vista es el elemento más complicado de la narración. Si bien es posible analizarlo, definirlo, esquematizarlo, se trata en última instancia de una relación entre escritor, personajes y lector que, como toda relación, tiene sus sutilezas.» El lector acepta la propuesta de que hay un punto de vista, se sienta con sus palomitas a disfrutar de un buen relato confiado en el narrador elegido por el autor y a mitad, sin cambiar el acuerdo el autor introduce otro punto de vista y por ende otro narrador (entendido este como un personaje inventado que conviene no confundir con el autor) sin avisar. Y tal como se apunta en comentario anterior, de una forma “no pactada”.
Lo siento, por si me he extendido en la cháchara, pero es que me gusta este relato como te decía, porque encuentro en él un aroma argentino de esa forma de hacer periodismo tan especial, el reportaje largo, hecho con tranquilidad, recreándose en la escritura, con rigor, con detalle; en suma: buena escritura. Esa es la razón que me lleva a sugerir EMDO que tal vez merezca la pena, darle un par de vueltas a la transición entre una historia y otra y que seguramente una vía explorable sea la propuesta por Lola Pena.
Gracias por este trabajo que enriquece al taller. Salud
Ryan Infield Ralkins
22/11/2024 a las 00:46
Saludos Ulises
Lo único que podría decir que me chocó un poco de tu relato es el cambio de narrador, sobre lo cual no abundaré para no repetir.
Fuera de eso, muy buen relato, fácil de leer y con identidad propia.
Felicitaciones y nos leemos!
Vespasiano
22/11/2024 a las 20:19
Buenas tardes Ulises Vidal:
Gracias por haberme leído y comentado el relato que he escrito para esta primera propuesta del taller en esta nueva temporada.
Tu relato me ha parecido bien ambientado y refleja a la perfección el mundo sórdido de los narcos y de los mafiosos.
Pasaré a comentarte ahora, con el mayor respeto, alguna cosa que he visto y pueda interesarte revisar. Las anotaciones me gusta escribirlas en mayúscula porque se distinguen fácilmente de lo que tu has escrito.
“El magistrado lo había condenado a prisión por segunda vez, después de que se escapó (CREO QUE MEJOR: SE “ESCAPARA”) aprovechando la ocasión brindada por un motín”
—“Ustedes tienen que tener otros (CELULARES) por ahí siempre guardados. Dos o tres tirados por ahí, boludos. Agarran unos pedazos de carne, congelados rebién, pero bien congelados y meten los celulares ahí adentro. ¿Saben lo que tienen que renegar ellos para descongelar ese coso? Tienen que ir con un martillo y darle muchos martillazos. (NO VEO CLARO CÓMO PODRÍAN MANTENER LA CARNE SUPERCONGELADA CON LOS CELULARES DENTRO SI ESTABAN TIRADOS POR AHÍ).
“…un grupo de presos tomaron como rehén a un “guardiacárcel”, (GRACIAS PORQUE HE APRENDIDO UNA ACEPCIÓN DE CARCELERO QUE AQUÍ EN ESPAÑA NO SE USA).
“el capo esperó el momento de máxima confusión para hacerse humo” (ME HA GUSTADO LA METÁFORA “HACERSE HUMO”)
“Por otra parte, el incidente cambió la vida de la hija del juez, quien ya no quiso ejercer la abogacía. No deseaba seguir alternando los mismos espacios de trabajo que había compartido con su padre”
(HASTA AQUÍ VEO CORRECTA LA ACTITUD DE LA HIJA DEL JUEZ, YA SEA POR MIEDO A POSIBLES REPLESALIAS O POR RESPETO A LA MEMORIA DE SU PADRE).
“Se mudó a Buenos Aires sin rencores ni resentimientos”.
(A MI MODO DE VER ESTA ACTITUD ME PARECE EXTRAÑA, PUÉS NO SÉ SI SE REFIERE A SU RELACIÓN PRIVADA CON EL PADRE; YA QUE ME PARECERÍA MUCHO MÁS RARO QUE NO TUVIERA RENCOR NI RESENTIMIENTO HACIA LOS ASESINOS DE SU PROGENITOR).
“consciente de que nadie ni nada podría haber aliviado su inmenso dolor”. (RAZONAMIENTO ADECUADO A SU ESTADO ANÍMICO)
“En la lápida no había ningún nombre, sin embargo, la lápida tenía una inscripción: «El olvido es la única venganza y el único perdón».
(LA FRASE GRABADA EN LA LÁPIDA ME DEJA DUBITATIVO. EL OLVIDO LO VEO ORIENTADO HACIA EL MAFIOSO, ¿PERO EL PERDÓN HACIA QUIEN? ¿HACIA SU PADRE? PORQUÉ MÁS ADELANTE ESCRIBES): Súbitamente, sintió que se había reconciliado con su pasado. Se sintió en paz consigo misma.
Nos seguiremos leyendo.
Ulises Vidal
23/11/2024 a las 13:17
¡Hola Vespasiano!
Gracias por leerme. Gracias por tus observaciones que me ayudan a revisar el relato.
Nos seguimos leyendo. ¡Hasta la próxima!
Wiccan
24/11/2024 a las 02:49
Buenas Ulises,
Tras leer tu relato me parece que la forma de explicar los hechos resulta muy acorde a una noticia salvo por el párrafo del diálogo de “Verdugo” y por la parte de la hija. Es un tono que te queda perfecto en la forma de escribirlo, hasta ese diálogo pensaba que estaba leyendo la noticia y que el titular era ese “De venganzas y olvidos” del principio. Por eso tengo que estar un poco de acuerdo con los compañeros, el intercambio con la historia de la hija del juez descuadra bastante, pero incluso ese diálogo me descuadra, aunque tengo que decir que independientemente de eso como diálogo es muy bueno, caracterizando al personaje con su forma de hablar y esa inmersión en la vida carcelaria. Si me preguntases como plantearía yo este texto partiendo de tu idea haría lo que te han comentado, intercalar la historia de él con la de ella, e incluso hacer que coincidan en paralelo dos diálogos, el que tu has incluido y uno de ella (por ejemplo, una explicación de ella a su padre sobre la necesidad de los abogados y la justicia), acentuando esa idea de lo diferente de la vida de ambos personajes.
Como he leído los comentarios de los compañeros y para darte otra visión entiendo que lo que has querido mostrar en la actitud de la chica es el proceso que ha vivido ella, se va sin rencores y resentimientos hacia los asesinos de su padre pero entiendo que con culpabilidad, por lo que el epitafio estaría relacionado con el asesino de su padre pero también sería una justificación a su actitud al marcharse “traicionando” a su padre, por lo que la vuelta a su tumba enfrentándose a esa culpa o esa traición podría hacerla sentir que se ha reconciliado con su pasado. No se si eso es lo que has querido mostrar pero así lo he entendido yo.
A nivel formal ya te han dicho muchas cosas, te comento yo una: en la frase que empieza por “Justamente” utilizas ese mente tres veces (justamente, oportunamente, clandestinamente). A mi parecer se hace demasiado repetitivo.
Muchas gracias por compartir el relato, espero que nos sigamos leyendo.
Un saludo.
Ulises Vidal
24/11/2024 a las 16:48
¡Hola Wiccan!
Gracias por leer mi relato y dejar tus comentarios. Los tendré en cuenta.
¡Hasta la próxima!