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Eco en la Oscuridad - por MIRIAMR.
Web: https://historiasdethaisite.wordpress.com/
La noche caía lenta y fría, llenando el cementerio de una niebla que convertía cada lápida en una sombra retorcida. Ella avanzaba con el temor de encontrarse ante algo conocido. Sus tacones resonaban en la grava húmeda con la fuerza de un tiempo pasado y su eco se perdía en el vacío alrededor. Era la primera vez que se atrevía a volver y, aunque su cuerpo temblaba, cada paso la llevaba más cerca de ese lugar. Ese, en el que había dejado una parte de sí.
De pronto, entre la niebla, una gran lápida emergió de la tierra como un grito oscuro. Enseguida supo que era esa y decidió acercarse, mientras el aire se volvía más pesado. Sin embargo, en la lápida no había ningún nombre.
Ella frunció el ceño, mirándola fijamente. “No es posible”, pensó. No había duda. Recordaba cada rincón, cada piedra, cada árbol de ese laberinto de muerte. Estaba convencida de estar en lo cierto, pero el mármol estaba intacto, sin una sola inscripción que atestiguar su propósito. Un escalofrío invadió su cuerpo de pies a cabeza.
—¿Señorita? —La voz que escuchó a su espalda hizo que se girase, sobresaltada. Un hombre mayor, el cuidador, estaba de pie junto a uno de los cipreses—. ¿Necesita ayuda?
—Estaba aquí… —dijo en un susurro, tratando de controlar el temblor en su voz.
Intentó elaborar un discurso que pudiera otorgarle la veracidad que merecía, pero las palabras se ahogaban en su garganta. El hombre la observó con la compasión adquirida después de tantos años de trabajo en el cementerio, a pesar de su desconcierto.
—No hay nadie enterrado aquí, señorita —respondió —. Hace años que vaciaron las fosas y trasladaron las cenizas al nuevo cementerio.
Incrédula, miró el suelo bajo sus pies. Se llevó la mano al pecho al tiempo que ese vacío interior crecía cada vez más. Recordaba la última vez que había estado allí. La tierra fría y húmeda en sus manos. El aroma dulce y triste de los crisantemos, que revolvían su estómago. El peso de los zapatos embarrados hundiéndose en la tierra, dispuestos a quedarse clavados para siempre. Y la presencia de aquella silueta que no había vuelto a ver.
—Pero yo estuve aquí. Yo…
—A veces la memoria nos juega malas pasadas — El hombre suspiró, mirándola con lástima —, pero le aseguro que esta tumba siempre ha estado vacía. Lo lamento.
El hombre se alejó, con la cabeza baja y las manos cruzadas en la espalda. Ella se arrodilló ante la lápida sin nombre, derrotada. Recordaba su nombre. Lo había grabado en su memoria como un pacto imposible de romper, pero ahora, bajo sus pies, el silencio parecía desmentir cada recuerdo y borrar su verdad, como una actriz que ha olvidado su papel antes del gran estreno y es repudiada en escena por el público. Atrapada entre la niebla de la realidad y su recuerdo.
Tras despedirse del mármol con una caricia de eterno adiós, depositó encima el pequeño ramo de flores blancas y volvió sobre sus pasos, alejándose con el eco de sus tacones resonando en el aire denso.
Comentarios (4):
Pilar (marazul)
18/11/2024 a las 20:08
Miriam, un relato bien escrito. Se lee como el ritmo del relato, con tranquilidad. Ordenado, con las frases perfectamente estructuradas, bien puntuado, adjetivos y metáforas bien elegidos. Muy buena ambientación.
Dejas mucho a la imaginación del lector en cuanto al significado del texto. Algo que valoro porque creas misterio y ansiedad en el lector por saber. ¿tal vez la protagonista había perdido la razón o la memoria? o, como en las mejores pelis de misterio ¿habría algún interés oculto por borrar todo rastro de aquella muerte? o ¿el cuidador estaba implicado?
Reflejas muy bien la impotencia de la chica.
Me ha gustado mucho.
Saludos
María Jesús
18/11/2024 a las 21:25
Un relato bastante misterioso que te deja con la duda de que es lo que buscaba esa mujer, una parte de sí, dices, alguien muy cercano a ella que sin embargo le dejo una inquietud, que la hace volver con temor al cementerio. Describes muy bien el aspecto lúgubre del lugar, despertando en el lector un cosquilleo de intriga.
A seguir escribiendo.
Silvina
19/11/2024 a las 15:54
Miriam, me encantan los misterios, y ahora estoy acá elaborando teorías y preguntándome ¿que pasó?. Espero que en algún relato posterior ésta historia continúe y nos puedas sacar de dudas. Me pareció genial, bien relatado. Saludos
MOT
22/11/2024 a las 13:02
Hola Miriam.
En primer lugar, quiero felicitarte por tu relato, casi perfecto técnicamente hablando. Me ha encantado como escribes.
Seguidamente, paso a hacerte algunos comentarios.
FORMA
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Lo único que yo cambiaría, y es una cuestión exclusivamente estética y de gusto personal, es que usaría sangría francesa; considero que le da una fuerza añadida al texto en general. Pero insisto, es mera elección personal.
CONTENIDO
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Ahí reconozco que no he acabado de “pillarle” algunas cuestiones:
-La relación entre el título y la trama.
-El conflicto. ¿Podría ser el tema de la falta de memoria? ¿Quizás se trate de algún tipo de demencia senil, tipo Alzheimer? ¿Simplemente es una persona que olvida las cosas?
COMENTARIO PERSONAL
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Aunque no lo he entendido del todo bien (supongo que es cosa mía), te doy la ENHORABUENA, me ha gustado mucho el relato —y también la historia— y he disfrutado de su lectura, ha sido un placer leerte. ¡ESCRIBES MUY BIEN!
Saludos, nos leemos…