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Dominica en Roma - por LunaclaraR.
Web: https://misescriturascreativas.blogspot.com/
En la lápida no había ningún nombre.
—¡Vaya por Dios! —. Exclamó, medio coja, sentándose en la tumba.
Su abuela le había dicho que esa tenía que ser la tumba del antepasado de Giordano, su novio mafioso.
Dominica temblaba de frío. Se agarró con fuerza al escote de su vestido con la mano derecha, mientras que con la izquierda intentaba ponerse el zapato sin tacón con el que había golpeado a Augusto en la cabeza una hora antes.
Habían ido a una fiesta, ¡estaban en Roma! En el gran salón de baile del palacio Doria se codearon con algunos de los brujos más famosos de la ciudad. Brujos muy elegantes, con trajes de marca, corbatas e impolutos zapatos a juego. Brujas con más arrugas que su abuela, que creían que por llevar vestidos y joyas caros iban a rejuvenecer… “Tenéis que ir”. Su abuela se lo había dicho bien claro en la última merienda que estuvieron juntas. Así que allí estaban.
Su vestido era un vestido rojo de Valentino, con hombros al aire y pronunciado escote. Prestado. “Espectacular y sensual”, le había dicho Augusto en cuanto la vio. Pero ella se sentía como una actriz en aquel palacete romano. No le gustaba nada la estúpida sonrisa de Augusto. Él estaba tan guapo y tan en su papel también… El traje de Armani negro le hacía más delgado. Parecía hecho a su medida, perfectamente ajustado a su cuerpo, no le marcaba nada. Madre mía, qué bien olía…
—¡Maldita sea! — farfulló. Miró con furia al inútil de su zapato. Se levantó y lo lanzó con fuerza hacia la oscuridad que se abría delante de ella.
Se oyó un golpe seco, seguido de un grito de dolor, que le resultó conocido.
—¡¿Augusto?! ¿Eres tú?
— Sí, soy yo… Hay que ver qué puntería tienes… — Augusto salió de la oscuridad con una mano en la cabeza, doblemente dolorida, y una pala en la otra. —¿La has encontrado? — preguntó, acercándose.
— Sí, es esta. — Contestó Dominica, sin mirarlo, todavía molesta por su intento de besuqueo mientras bailaban. Sacó la nota donde había apuntado todo lo que le había dicho su abuela, y leyó —: "Ve a la tercera tumba del jardín trasero". ¡Esta es la tumba y aquí no hay nada, nada!
—Tenemos que cavar, Dominica —sugirió Augusto, enseñándole la pala. Se quitó la chaqueta y la dejó sobre la lápida. — Lo que buscamos tiene que estar enterrado… Por cierto, ¿me dices ya lo que buscamos o no?
—¡Pues cava tú! Yo ya no puedo más, jolines… —. Dominica se separó de la tumba dando pequeños saltitos y cruzándose de brazos. ¿Qué buscaban? Eso quisiera saber ella. Su abuela le contó en confidencia que Giordano había escondido ahí algo relacionado con sus negocios, pero ni idea de lo que podía ser. Y su abuela tampoco era el culmen de la transparencia. Si le transmitía esa inseguridad a Augusto, la mataba.
Augusto se remangó la camisa, mirándola de reojo. Estaba tan guapa que no podía enfadarse con ella. Tampoco entendía por qué estaban allí, en Roma, bajo una maravillosa noche estrellada, en el jardín de un palacio del siglo XV, y con un caballero, bastante mayor, con pajarita, medio canoso y repeinado, que parecía observarles desde el segundo piso del palacio; pero, se puso a cavar. Aquí no va a haber nada, pero no se atrevía a decírselo a Dominica. ¿La abuela les había tomado el pelo o qué? Una buena y profunda conversación con la abuela Elizabeth es lo que tenía que tener cuando volvieran a España, de incógnito, claro. Y sin Dominica de por medio.
Ella era la fugada profesora de Primaria que había “extravíado” a todos sus alumnos. Él era el detective privado que trabajaba para ella. Ambos tendrían que irse corriendo en media hora. Si Dominica le permitía cogerla en brazos, por supuesto.
Comentarios (15):
Pilar (marazul)
18/11/2024 a las 20:19
Hola lunaclara, soy marazul.¿me recuerdas?
Te leo por placer y solo para decirte que me alegro de este reencuentro —¡cuantos conocidos veo por aquí!—. Ya veo que sigues con la saga Dominica. Me encanta la soltura y la frescura con la que escribes. Y ese humor que desprenden tus relatos.
Espero leerte mucho por aquí.
Un abrazo
Pato Menudencio
18/11/2024 a las 21:51
Hola compañera. Al igual que los salseros antiguos, no has perdido el ritmo (narrativo).
Me da gusto volver a leer esta ya saga de Dominica.
Saludos.
HAD
19/11/2024 a las 21:45
Hola, Lunaclara.
Me ocurrió algo curioso con tu escrito. En la primera lectura me pareció el fragmento de una historia ya empezada y aun lejos de finalizar. Una escena desconectada de su trama, donde las descripciones, diálogos y acciones están alejadas de su contexto. Un comentario anterior menciona que es parte de una saga.
Pero yo, como lector, decidí leerlo como relato independiente. Y así adquiere un sentido que quizás no tenga nada que ver con tu saga. Descubro una trama que se insinúa mediante sutiles pistas durante la lectura. Cuando se dilucida lo que en realidad está ocurriendo, cada elemento adquiere sentido y revela una estructura sólida. No hay una palabra fuera de lugar o propósito. Al final todo encaja.
Una exposición más amplia rompería el encanto. No voy a caer en el error de revelar lo subyacente. Que cada lector descubra su propio relato.
CARMELILLA
20/11/2024 a las 19:15
Hola, Luna Clara. Gracias por leerme y me halaga mucho tu comentario.
He leído varias veces tu relato y tras leer los comentarios que ya te han hecho, he comprendido que mi falta de comprensión sobre lo que leía tiene que ver con que es continuidad de otras escenas que ya has ido presentando. Creo que esto está bien si siempre te leen los mismos, pero por ejemplo en mi caso que no he leído ninguna de tus escenas anteriores, me he perdido con la trama y he pensado que no estaba bien redactada, cuando no es así. Por supuesto, cada uno escribe lo que quiere independientemente de los lectores. Tiene pinta tu trama de ser bastante entretenida, con toques de humor, ritmo ágil y su dosis de misterio.
Quizá no estaría mal repasar la entrada en el blog de Literautas de cómo escribir un diálogo graficamente. A mí me sirve bastante, aunque como no es fácil si no lo haces continuamente retenerlo, procuro siempre consultarlo.
Nos leemos. Saluditos.
Ryan Infield Ralkins
22/11/2024 a las 18:56
Saludos Lunaclara
Aunque no participaba desde hace tiempo, me parece haber leído alguna vez un relato perteneciente a la saga Dominica. Mientras lo recordé no pude evitar una sonrisa pues me trajo bastantes recuerdos de cuando empecé en estos lares.
Lo mas que me gusta de tu relato es que mientras uno lo lee, es capaz de imaginar todo como si fuera una película. Desde los personajes hasta la ambientación, todo me parece muy logrado. Mis felicitaciones y espero ver como sigue la saga.
Por cierto, gracias por tu comentario a mi relato. Puedo decir que seguiré escribiendo, aunque no usaré más mi seudónimo.
Nos leemos!
José Torma
23/11/2024 a las 03:48
Querida Luna Clara.
Que gusto volver a leerte. Un goce total, sabes que soy tu fan y ahora, reconocer tu estilo, debo de reconocer que no recordaba, pero al leer los comentarios se vinieron a mi mente, imágenes donde esta chica ya había causado problemas.
No quiero abusar de las flores, pero sabes que, como te dije alguna vez, amo tu pluma. Que en ese tiempo no entendí que podría tener doble sentido, pero me planto en el comentario.
Un mega abrazo y bienvenidos todos a este rincón que nos da la ilusión de seguir escribiendo.
José Torma
Dante
24/11/2024 a las 20:03
¡Hola Lunaclara!
No sé si te acordás de mí. Soy Dante, y he participado en algunas ediciones de la primera etapa del taller de Literautas y nos hemos comentado mutuamente algunos relatos.
Antes que nada, quería agradecerte porque vi que en un post general nos comunicaste la triste noticia acerca de Miranda. Quería agradecerte que la recordaras, ya que era una más de nuestro taller y con ella también intercambiamos comentarios. Si bien yo no tenía una relación cercana como creo que tenías, me adhiero a lo que dijiste: un abrazo al Cielo para ella. Y pienso que si no el mejor, al menos un buen homenaje que cada literauta puede hacerle es cada participación en el taller y el intercambio con los compañeros.
Con respecto a mí, he vuelto después de tanto tiempo. Había dejado de participar porque ya no tenía tiempo tanto para la consigna como para los comentarios, y sobre todo para esto, que considero que es lo principal: el intercambio entre compañeros. Como he señalado en el comentario N° 2 del post general sobre recopilación de relatos, la situación no ha variado desde entonces, pero de todos modos decidí intentarlo y trataré de comentar tantos relatos como pueda.
Ahora comentaré el tuyo.
Cuando lo leí por primera vez, no lo entendí mucho porque si bien considero que la cuestión de los géneros no es tajante y pueden mezclarse, no parecían encajar del todo la referencia a brujas, a una abuela bruja, a un detective y un mafioso.
Leyendo comentarios de otros compañeros, veo que se trata de una saga.
Por lo que revisé todas las ediciones del taller para tratar de reconstruir la historia (y dicho sea de paso, si no me equivoco, también puede que haya otra saga en tus relatos: la de Sara y Manuel, dos personajes recurrentes. No estoy seguro porque lo miré rápido ya que mi atención se centraba en Dominica, para poder analizar y comentar este relato como es debido).
Cuando me enteré de que era una saga y pude reconstruirla, ahí la cosa cambió. No voy adelantar la opinión por ahora, porque quisiera ajustarme al esquema sugerido por Literautas para comentar.
Lo que sí voy a adelantar es otra cosa, que veo que a vos ya te pasó y puede que a mí me suceda.
En esta edición no llegué a participar porque terminé el relato sobre el filo y encima me equivoqué con el cómputo del horario de envío (error mío, por supuesto).
Sin embargo, logré plasmar una idea que tuve hace tiempo y no encontraba cómo. Y decidí hacer un experimento: INICIAR UNA SUERTE DE SAGA. Una historia continuada en varios relatos individuales del taller, que tuvieran su individualidad (y su propio conflicto) y que se integraran en una trama mayor (con el conflicto principal), un esquema parecido al que utiliza la dramaturgia de las series. El experimento consiste no sólo en el encadenamiento de relatos, sino en la mezcla de varios géneros y la referencia o participación como personajes de personas reales (en general son referencias de época u homenajes) y quizás con personajes literarios que actuarían o serían referidos como personas reales en el “mundo” de esa ficción. Quería ver qué sucedía, cómo era recibida la idea y si valía la pena continuarla. Si bien la publiqué en mi canal de Telegram (https://t.me/+LF_zZOZBKnMzNmIx), no pude hacerlo aquí en Literautas y genera un riesgo: que no se advierta que se trata de una saga.
¿Por qué te comento esto que me ha sucedido? Porque creo que, aunque de otro modo, te ha ocurrido: no queda claro de antemano de que se trate de una saga, y venimos de un período largo de suspensión del taller, que se reanuda recién ahora y hay algunos participantes antiguos (como nosotros) y otros nuevos que se han sumado (y que estoy seguro, se seguirán sumando).
Con ese contexto, lamentablemente el relato se “debilita” porque el lector carece del contexto. Que cuando lo adquiere (como yo lo adquirí) LAS CONCLUSIONES CAMBIAN POR COMPLETO, LA HISTORIA EN SÍ Y EL RELATO SE FORTALECEN. (Perdón por las mayúsculas, pero como no sé si se pueden usar negritas o como, quería remarcar esta idea).
No sé si yo podré hacerlo con mi proyecto (porque no pude publicar el inicio en Literautas), pero lo que te sugiero es lo que tenía pensado hacer: tanto en el post/chat general donde se comunica la consigna, como en el de recopilación de los relatos como EN EL PRIMER COMENTARIO de tu propio relato, explicar que se trata de una saga y dejar los títulos y links de cada relato ordenados de manera cronológica (decidirás con qué cronología: si la de aparición en Literautas o la de desarrollo de la historia -en la que puede haber secuelas y precuelas, tramas y personajes relativamente independientes que después pueden confluir, tipo un “multiverso” o “crossover”, o puede haber flashbacks y/o flashforwards. Aunque creo que en el caso de la saga de Dominica las cronologías coinciden, por las dudas lo señalo para que lo evalúes-. De esta forma, el lector podrá reconstruir todo el contexto y valorará mucho más y mejor tanto esa historia como el relato individual que está leyendo y comentando.
Ahora pasaré a hacer el comentario de Dominica en Roma:
I.- FORMA:
I.- 1.- GÉNERO, TONO Y LENGUAJE:
Es difícil encuadrar dentro de un género tanto a este relato como a la historia. ¿Podría ser fantasía? Sí, pero es caracterización sería a mi juicio insuficiente. ¿Realismo mágico? Tal vez, pero no estoy seguro.
Lejos de ser un defecto veo esto como un acierto, y advierto una mezcla de fantasía (las brujas, la magia), realismo mágico (lo mágico se incorpora dentro de la realidad con total naturalidad, al menos para algunos personajes), con tintes de noir (sutiles y humorísticos, casi irónicos, muy finos como cuando en un relato anterior, al conocer a Augusto, Dominica se compara con la femme fatal arquetípica -¿o estereotípica?- del género Noir) y con otros géneros, si es que así se los pudiera llamar como mafia (la referencia a Giordano -que es una suerte de “Caronte” entre ambos mundos: el real y el mágico, haciendo transacciones entre uno y otro, pero como una suerte de Padrino de Mario Puzo y/o Francis Ford Coppola- y como sobrenatural (parecido al esquema de la serie Supernatural, que se vería reflejado en Augusto que no es “cualquier” detective privado). Esta combinación me parece explosiva y claramente funciona.
Y el tono y lenguaje son completamente acordes a esos géneros fusionados. El tono es variable, más claro u oscuro, más serio o más humorísticos según la ocasión. Porque en realidad, según percibo, el tono VA DE LA MANO DEL RITMO DE LA HISTORIA (más que del relato, aunque del relato también).
I.- 2.- ATMÓSFERA O AMBIENTACIÓN:
La atmósfera o ambientación del relato es impecable. Es posible sentir, entre otras, dos cosas principales que intuyo fue el “corazón” de tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo): el ESTAR en Roma (con todas las sensaciones asociadas y prejuicios -en el sentido de ideas preconcebidas y sobre todo de tinte cultural y emocional que todos asociamos con esa ciudad-) y una sensación de inminencia, apuro y peligro.
Tanto este relato como los que lo preceden en la saga, cumplen con creces la construcción de una atmósfera o ambientación adecuada, y lo hacen a triple nivel: como marco de la trama, como contexto que contiene a los personajes e influye sobre ellos y respecto de lo que siente el lector para “meterlo” dentro de la historia (que al fin de cuentas es el objetivo primario y fundamental de todo escritor, porque si no se logra esto y si luego no se consigue sostener su inquietud -cosa que también garantiza la atmósfera o ambientación que le diste-, nadie leería nada..)
II.- 3.- EL RITMO Y LA ACCIÓN:
El ritmo, considerado desde el punto de vista de la acción (es decir de lo que sucede y de lo que HACEN los personajes) fluye de manera adecuada y natural. Y guarda, como ya señalé, una relación indisoluble con el tono y el lenguaje. Es más: forman un triángulo equilátero perfecto que se complementa de modo que hace que el impacto del relato sea contundente en el lector y que se disfrute la lectura.
I.- 4.- EL RITMO, LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y GRAMÁTICA:
El ritmo también puede analizarse desde el punto de vista de la construcción de las frases, la ortografía, la puntuación o la gramática. Como aquí puede haber referencias concretas y específicas al texto, puede que sea un poco más extenso.
“Habían ido a una fiesta, ¡estaban en Roma!” En esta oración considero que la coma no sería necesaria. O más bien, convendría un punto y seguido. Pues así resaltaría más la exclamación y el impacto ambiental que presumo que quisiste conseguir. Me parece que la idea era sacudir al lector (y en parte, a los personajes) con el subtexto: “¡Mirá dónde están/estamos! Esto no pasa todos los días y puede que no sea para cualquiera. ¡Aprovechemos!”. De ahí que remarcar la exclamación me parece que va en línea con tu intención narrativa.
“«Tenéis que ir». Su abuela se lo había dicho bien claro en la última merienda que estuvieron juntas. Así que allí estaban.” No queda del todo claro si el “Tenéis que ir” es un pensamiento/recuerdo de dominica o si es un recuerdo en forma de diálogo. Si fuera lo segundo, debería ir representado como diálogo. De todos modos, y esto es una opinión subjetiva y meramente personal, me parece que sería conveniente representarlo gráficamente como diálogo y separar tanto el diálogo como el contexto de la oración precedente. Hay una referencia anterior al Palacio Doria, a los brujos y sobre todo a las brujas viejas. Por lo que la orden de la abuela de Dominica aquí, a mi juicio, se diluye.
Te sugiero considerar estas alternativas:
“—¡Tenéis que ir! —le dijo bien claro su abuela en la última merienda que compartieron.”
“Así que allí estaban.”
“—¡Tenéis que ir!”
“Su abuela lo había dejado en claro en la última merienda que compartieron. Así que allí estaban”.
Si compartieras la observación, habría que agregar que las alternativas serían múltiples. Sólo dependería de cómo decidieras reescribir esas líneas. Lo central de esta opinión (meramente subjetiva y personal y como tal, discutible) es la separación de líneas e ideas para darle más fluidez y remarcar dentro del contexto la importancia de cada cuestión (narración/descripción de la fiesta -de tinte más bien ambiental-, la orden de la abuela, el contexto de esa orden y la situación actual).
“Su vestido era un vestido rojo de Valentino…” En esta oración que transcribo parcialmente hay una reiteración: vestido-vestido. Te sugiero revisarla y efectuar los reemplazos que estimes pertinentes. Por ejemplo: “Su vestido era un Valentino rojo”, “Su vestido era un Valentino. Rojo”, “Su vestido era uno rojo de Valentino”, “Su atuendo era nada más y nada menos que un vestido rojo de Valentino”. En fin, podés reescribirlo como quieras. Lo importante es eliminar la reiteración, porque más allá de la incorrección formal, a nivel tanto de forma como de contenido hace como un “ruido visual/mental/auditivo” en el lector y se pierde el impacto del vestido fino, elegante y caro (sí: aunque sea prestado como aclara Dominica, no deja de ser fino, elegante y caro. Y justamente el hecho de que Dominica remarque que es prestado y que quiera subrayar la marca y color, es lo que justifica utilizar los recursos narrativos que mejor revelen esta circunstancia de modo claro y contundente).
“«Espectacular y sensual», le había dicho Augusto en cuanto la vio.” No estoy tan seguro de que esta oración esté correctamente escrita desde el punto de vista gráfico. Esto más que un diálogo directo, parece ser indirecto, por lo que debería ir sin comillas y, eventualmente, habría que revisar el orden de las palabras. Si lo considerases directo, estaría bien, aunque serían preferibles las comillas latinas («» en lugar de “”). Pero si fuera directo, habría que evaluar si no debería ir en renglón aparte (lo que además no parecería ir en línea con tu intención narrativa, que aquí aparentemente quiere dar más contigüidad, fluidez y velocidad a esta parte).
Lo que sí me parecería bastante conveniente es que el punto después de “…en cuanto la vio”, sea un punto y aparte, en lugar de un punto y seguido.
¿Por qué me parece conveniente? Porque el narrador es un narrador en tercera persona omnisciente, y debería separarse lo que fue un acto de habla de Augusto (por más que detrás de él haya un sentimiento, una emoción, un pensamiento, una verdad, una mentira, una adulación, un sarcasmo, una ironía, una confesión, etc.) de lo que es el pensamiento y acción de Dominica. Puede que yo no lo tenga del todo claro, pero me hace acordar de un peligro que se suele señalar para este tipo de narradores: el llamado “head hopping” (que se traduciría como algo así como “salto de/entre cabezas”). Se pasa sin transición del fuero interno de un personaje al de otro, y de esa manera, tanto los personajes como la trama se debilitan, porque aquellos pasan a ser como “títeres” en función de la necesidad de la trama. QUIERO SER CLARO EN QUE NO DIGO QUE ESTO SUCEDA EN TU RELATO. NO. (Perdón por las mayúsculas pero quiero subrayar que no detecto el “head hopping” en tu relato). Sin embargo, por el peligro que puede existir, te sugiero que reveas esa puntuación.
“Madre mía, qué bien olía…” Esta referencia, respecto de los sentimientos y emociones de Dominica es excelente. Ahora bien: te sugiero no perder de vista QUIÉN narra este relato: no es Dominica sino un narrador externo y omnisciente. Por lo que la expresión “Madre mía”, que es siempre a título individual y subjetivo, ¿a quién cabe atribuírsela? ¿A Dominica? ¿O al narrador? Si fuera al narrador, habría que suprimirla. Si fuera atribuible a Dominica, debería reformularse. Por ejemplo “«Madre mía, qué bien huele…», pensó Dominica”. No vendría mal reconsiderar si no sería conveniente encerrar entre signos de exclamación a “qué bien olía” ya que, sea el narrador para remarcar el efecto olfativo de Augusto respecto de Dominica, ya sea Dominica por experiencia directa, lo que afirma uno u otra es en cierto modo disruptivo e importante. Porque se trata del impacto emocional y sensual de un estímulo olfativo dentro de una atmósfera particular (estar vestidos de gala y en un palacete romano…)
“—¡Maldita sea! — farfulló.” En este caso, como farfullar podría ser un verbo dicendi, está bien que el punto vaya después del verbo. Pero no debería haber espacio entre la raya de diálogo y el verbo. Debería escribirse: “—¡Maldita sea! —farfulló.”
“Se oyó un golpe seco, seguido de un grito de dolor, que le resultó conocido.” Esto es materia opinable y subjetiva, pero no estoy seguro de que sea correcto o al menos conveniente colocar la coma después de la palabra “dolor”. Te invito a considerar cómo quedaría/sonaría: “Se oyó un golpe seco, seguido de un grito de dolor que le resultó conocido”.
“— Sí, soy yo… Hay que ver qué puntería tienes… — Augusto salió de la oscuridad con una mano en la cabeza, doblemente dolorida, y una pala en la otra. —¿La has encontrado? — preguntó, acercándose.” Debería revisarse la representación gráfica de estos diálogos. Como “salió de la oscuridad…” no es un verbo dicendi, está bien que los puntos (en este caso suspensivo, pero que harían las veces del punto seguido en lo que concierne a la separación) precedan a la raya de diálogo. Lo que no debería existir es un espacio entre la raya de diálogo y Augusto. Tampoco debería haber espacio entre la raya de diálogo y “Si”. Debería quedar: “—Sí, soy yo… Hay que ver qué puntería tienes… —Augusto salió de la oscuridad con una mano en la cabeza, doblemente dolorida, y una pala en la otra.” De todos modos, aunque se trate de un verbo no dicendi, es más que una acotación. Es una idea más compleja, por lo que te sugiero reexaminar si no debería ser reelaborada. O quizás sería más sencillo y conveniente que a la acción de Augusto la preceda un verbo dicendi. Ejemplo: “repuso/respondió/se quejó Augusto mientras salía de la oscuridad…”
También tendrías que revisar los espacios en el resto de esta línea de diálogo. Aún sin cambiar ninguna palabra, en lo atinente a los espacios, debería quedar: “—Sí, soy yo… Hay que ver qué puntería tienes… —Augusto salió de la oscuridad con una mano en la cabeza, doblemente dolorida, y una pala en la otra.— ¿La has encontrado? —preguntó acercándose.” Como a mí siempre me resulta útil (porque frecuentemente dudo a la hora de representar gráficamente los diálogos, te sugiero la herramienta que Literautas ha puesto a nuestra disposición: https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/)
“— Sí, es esta. — Contestó Dominica…” No deberían ir espacios entre la raya de diálogo y “Sí” y entre esa raya y “contestó”. Con respecto a contestó, al ser un verbo dicendi, además no debería estar precedido de punto, el que vendría después, o el signo de puntuación que corresponda hasta que finalice la acotación y sus circunstancias con un punto. Tampoco va la mayúscula, justamente porque el punto no va en ese lugar. Debería quedar: “—Sí, es esta —contestó Dominica…”
“— Sí, es esta. — Contestó Dominica, sin mirarlo, todavía molesta por su intento de besuqueo mientras bailaban.” Además de lo que te señalé respecto de la representación gráfica de esta línea de diálogo y de su acotación, te sugiero revisar la puntuación, ya que no estoy del todo seguro que las comas entre “sin mirarlo” sean correctas, y aún cuando lo fueran, alargan la acotación y podrían conspirar contra la fluidez de la lectura. De todos modos, resalto que es una opinión meramente subjetiva. No obstante, te sugiero que consideres como quedaría la variante (que incluiría también un cambio de puntuación y subdivisión): “—Sí, es esta —contestó Dominica sin mirarlo. Todavía estaba molesta por su intento de besuqueo mientras bailaban.” O: “—Sí, es esta —contestó Dominica sin mirarlo. Todavía estaba molesta por haber intentado besarla mientras bailaban.”
“Sacó la nota donde había apuntado todo lo que le había dicho su abuela, y leyó —: “Ve a la tercera tumba del jardín trasero”. ¡Esta es la tumba y aquí no hay nada, nada!” Te sugiero también revisar la representación gráfica de la acotación y del diálogo. Retomando la sugerencia anterior (cuestión opinable) e integrándola con esta (objetiva en lo que hace a la representación gráfica del diálogo, por haber convenciones al respecto), evalúa cómo quedaría: “Sí, es esta —contestó Dominica sin mirarlo. Todavía estaba molesta por haber intentado besarla mientras bailaban. Sacó la nota donde había apuntado todo lo que le había dicho su abuela y leyó:— “Ve a la tercera tumba del jardín trasero” ¡Esta es la tumba y aquí no hay nada, nada!” Después de la lectura del mensaje, podrías agregar, por ejemplo: “Ve a la tercera tumba del jardín trasero” ¡Esta es la tumba y aquí no hay nada, nada! —bramó furiosa después de reproducir el mensaje.” ¿Por qué sugiero esto? Porque por un lado reproduce un texto que lee, pero también habla Dominica, y percibo que sin una acotación la representación gráfica del diálogo quedaría algo incompleta, acaso incorrecta. De todos modos, hay una acotación muy larga (tomes o no mis recomendaciones) y de por sí dificulta la introducción de los signos convencionales para representar gráficamente los diálogos. Te vuelvo a sugerir que recurras al post de Literautas acerca de la representación gráfica de los diálogos y repienses cómo reformular de la manera más óptima posible las líneas de diálogos y las acotaciones. No te estoy sugiriendo eliminar las acotaciones, porque todo lo que dicen es muy relevante, aportan contexto y favorecen al clima y al ritmo del relato. Sólo graduarlas y representarlas gráficamente en forma correcta.
“—Tenemos que cavar, Dominica —sugirió Augusto, enseñándole la pala. Se quitó la chaqueta y la dejó sobre la lápida. — Lo que buscamos tiene que estar enterrado… Por cierto, ¿me dices ya lo que buscamos o no?” Aquí podrían señalarse un aspecto de puntuación y otro de representación gráfica de los diálogos. En cuanto a la puntuación, salvo que después venga una enumeración de acciones (lo que podría ocurrir si reformularas la redacción), después de Augusto y antes de “enseñándole”, no debería ir una coma. Por el otro, cuando una acotación termina, sea o no el verbo dicendi, va primero la raya de diálogo y después el signo de puntuación, y lo que venga después del signo de puntuación ya no es acotación sino acto de habla y continuación de la misma línea de diálogo del personaje. Además, y esto es meramente una opinión subjetiva y personal, podría cambiarse la coma después de “Por cierto” por dos puntos. Por lo que la línea de diálogo y sus acotaciones podría quedar más o menos así: “—Tenemos que cavar, Dominica —sugirió Augusto enseñándole la pala. Se quitó la chaqueta y la dejó sobre la lápida—. Lo que buscamos tiene que estar enterrado… Por cierto: ¿me dices ya lo que buscamos o no?”
“—¡Pues cava tú! Yo ya no puedo más, jolines… —. Dominica se separó de la tumba…” En esta línea de diálogo y lo que viene después, sugiero separar con punto y aparte una y otra cosa. ¿Por qué? Porque después de “jolines” y los puntos suspensivos, ya no hay técnicamente una acotación que sea útil para la continuación del diálogo. Hay una cadena de acciones e intervenciones del narrador, que, a mi modo de ver, no califican como acotaciones. No sólo habría una incorrecta representación gráfica del diálogo, sino que se entorpecería la fluidez de la lectura y el ritmo del relato en función de la construcción de párrafos, oraciones y frases. Por lo que sugeriría considerar esta reformulación:
“—¡Pues cava tú! Yo ya no puedo más, jolines…”
“Dominica se separó de la tumba dando pequeños saltitos y cruzándose de brazos. ¿Qué buscaban? Eso quisiera saber ella. Su abuela le contó en confidencia que Giordano había escondido ahí algo relacionado con sus negocios, pero ni idea de lo que podía ser. Y su abuela tampoco era el culmen de la transparencia. Si le transmitía esa inseguridad a Augusto, la mataba.”
Asimismo, no estoy tan seguro de la conjugación “quisiera”, ya que si bien es pretérito imperfecto del subjuntivo, me parece que lo que está sucediendo y le está sucediendo a Dominica es más fuerte, y podría justificar no salir del indicativo. Sugiero que consideres: “Eso quería saber ella”. Con respecto a la utilización de la expresión “ni idea”, no queda claro a quién refiere: ¿a la abuela? ¿A Dominica? ¿A Dominica y a Augusto? En cualquier caso, a mi modo de ver, faltaría un verbo, que según a quién aluda la expresión sería “tenía” o “tenían”.
“; pero, se puso a cavar. Aquí no va a haber nada, pero no se atrevía a decírselo a Dominica.” El punto y la coma resulta opinable y tal vez sería conveniente cambiarlo por un punto y seguido, y el “pero” no parece la opción más idónea dado el contexto anterior (todo lo que se dice de Roma, de lo guapa que estaba Dominica y del caballero que parecía espiar -caballero que, podría adivinarse, es Giordano al que no se distingue del todo a lo lejos o alguien potencialmente vinculado a él-). Como el contexto es complejo (el “ambiente”, la “compañía” y el peligro de que alguien -que podría ser Giordano o estar vinculado a él- los vea en plena acción con el poco tiempo del que disponen), quizás sería recomendable un “De todos modos”. Y aunque esto sería más una sugerencia para el contenido que para la forma, habría que ver si no convendría reformular este pasaje, porque surge una pregunta: ¿con el hombre que podría estar mirando, cavan como si nada? Por lo demás, la frase “Aquí no va a haber nada” es como el “Madre mía” que te señalé antes respecto de Dominica. Si lo dice el narrador, debería indicar que Augusto pensó. Si lo dice Augusto, habrá que representar gráficamente ese pensamiento o diálogo en forma correcta. También te sugiero revisar ese aspecto.
“¿La abuela les había tomado el pelo o qué? Una buena y profunda conversación con la abuela Elizabeth es lo que tenía que tener cuando volvieran a España, de incógnito, claro. Y sin Dominica de por medio.” Si bien es una opinión personal, sugiero que estas oraciones conformen un párrafo aparte, que seguiría a “…pero no se atrevía a decírselo a Dominica.”
De esta manera, la construcción de las frases ganaría en sí misma y en función del ritmo del relato -considerado desde este punto de vista, justamente, el de construcción de las frases, ortografía y gramática-. Asimismo, sugiero cambiar la coma después de “España” por un punto y seguido. Quedaría “Una buena y profunda conversación con la abuela Elizabeth es lo que tenía que tener cuando volvieran a España. De incógnito, claro. Y sin Dominica de por medio.” Por lo demás, si bien en el lenguaje cotidiano muchas veces se dice “tiene lo que hay que tener” o “tengo que tener” o cosas por el estilo, como “tener” hace las veces de sinónimo de “deber”, quizás sería recomendable “Una buena y profunda conversación con la abuela Elizabeth es lo que debía tener…”
En resumen: no habría errores gramaticales y no los hay de ortografía. Con respecto a la puntuación, en general es correcta, habría muy pocas equivocaciones desde el punto de vista objetivo y alguna que otra consideración puramente opinable y subjetiva, que en el fondo no serían cuestión más que de preferencias personales y de conveniencia. Sí habría alguna que otra falla en la representación gráfica de los diálogos, pero no es nada que sea difícil de subsanar. Salvo algún que otro pasaje que podría ser reexaminado y/o reformulado para ganar en más claridad y mejor construcción de las frases, este aspecto (construcción de frases) contribuye al ritmo.
También en estos aspectos formales que analizo en este ítem el relato cumple acabadamente y, en definitiva, son detalles finos, nada más.
I.- 5.- SONORIDAD:
Exceptuando algunas reiteraciones, por ejemplo “Su vestido era un vestido rojo de Valentino” o “Una buena y profunda conversación con la abuela Elizabeth es lo que tenía que tener cuando volvieran a España.”, o algún que otro detalle marcado respecto de acotaciones de diálogos o algún problema específico de puntuación, no advierto que haya nada que conspire contra la sonoridad del relato. Creo que suena bien leído en silencio o en voz alta.
Este aspecto también se encuentra razonablemente trabajado.
I.- 6.- PUNTO DE VISTA:
El punto de vista es el del narrador externo, tercera persona omnisciente que si bien por lo general se centra en los hechos de la trama y en las acciones de los personajes (aspecto exterior), eventualmente ingresa en su fuero íntimo (aspecto interior) revelando sensaciones, pensamientos, recuerdos, sentimientos.
Sí debe señalarse que, cuando se mira la historia en su conjunto, más allá de este relato pero abarcando toda la saga de Dominica, los narradores cambian. A veces es Dominica en primera persona, otras su abuela, otras es narrador externo. Eventualmente podrían narrar Augusto o Giordano (supongo que sería posible). No sé si es lo más habitual, pero hay autores que utilizan este recurso en novelas. Es un recurso válido pero debe ser manejado con cuidado y siempre que se lo utilice, pero siempre, debe quedar bien en claro quién es el que narra y ser coherente con el alcance de sus apreciaciones. Por ejemplo: un narrador en tercera persona omnisciente puede saber lo que piensa o siente un personaje, pero no uno en primera persona protagonista o testigo, salvo que en algún momento sea evidente que puede leer los pensamientos o sentimientos de los demás (empleo aquí “leer” en sentido literal).
Expuestas estas consideraciones y circunscribiéndome al relato en sí, salvo una o dos cuestiones (“Madre mía”, “Aquí no va a haber nada”) o alguna puntuación que sería conveniente cambiar (para no dar idea o suscitar el peligro del “head hopping”, un vicio que podría afectar al narrador en tercera persona omnisciente), noto que el punto de vista es coherente tanto con el relato como con la intención narrativa (lo que se cuenta y cómo se quiere contar) como consigno mismo (el punto de vista respecto del narrador).
I.- 7.- DIÁLOGOS:
Excepto las consideraciones relativas a la representación gráfica (objetivas por existir convenciones al respecto) y alguna que otra a la conveniencia de formulación de las acotaciones o de separación de oraciones cuando no son acotación (subjetivas y opinables), nada hay para objetar en relación a los diálogos.
Son más bien pocos pero están correctamente ubicados, otorgan dinamismo a la trama o bien aportan información necesaria y son coherentes con el relato y con la historia “grande” (toda la saga). Son coherentes las voces de los personajes (perfectamente distinguibles) no sólo en el relato sino con sus intervenciones en relatos anteriores de la saga. Es evidente que “no todos hablan igual” y eso es otro gran punto a favor.
I.- 8.- DESCRIPCIONES:
No encuentro nada para objetar en las descripciones. Y en este relato puntual, en el que la ambientación en Roma es importante, las descripciones también cobran su relevancia. No veo exceso ni defecto en este punto. A mi modo de ver están correctamente graduadas.
I.- 9.- CONFLICTO:
Más allá de que podría decirse que hay varios conflictos, hay básicamente dos (o tres): dos de la trama “grande” (Dominica consigo misma y su “legado” de bruja -que a veces parece que quiere abrazarlo y otras que no- y Dominica respecto de otras personas o la sociedad -su abuela, Giordano, el director de la escuela, la Ley, la desaparición de los niños) y un conflicto “pequeño”, interno del relato: la misión de ir a Roma y encontrar un objeto. Ya de por sí es conflictivo que no saben qué es, como también lo es el escaso tiempo y el peligro de ser descubiertos.
Si algo no falta es conflicto. Y esto es excelente: sin conflicto no hay historia.
Hay suficientes conflictos como para enganchar al lector en la lectura de toda la saga y de este capítulo y el ritmo es adecuado y entretenido. Justamente gracias al conflicto (más allá de que hay otros factores que coadyuvan y que hemos visto al comentar otros aspectos formales).
I.- 10.- INTRIGA:
Garantizada, siempre y cuando conozcas la saga. Si no la conoces, será mayor pero contraproducente, porque el lector no entenderá el contexto, no conoce del todo a los personajes, puede no comprenderlos, no empatizar con ellos o que les falta algo en la construcción (y lo mismo respecto de la trama) y puede que no se formule preguntas adecuadas para seguir interesado en la historia.
De todos modos, como los aspectos formales están bien trabajados, hay conflicto y todo el relato es coherente con el resto de la saga, la intriga es suficiente no sólo para interesarnos en la lectura de este relato, sino también en relación a la continuación de la historia.
I.- 11.- PERSONAJES:
Para responder a este ítem es necesario leer los relatos precedentes.
Si se lee sólo este, vemos trazos interesantes.
Pero si conocemos toda la saga, la construcción de personajes es muy buena. Combina varios elementos y a veces hasta coquetea con estereotipos. Soy preciso en esto: no digo que cae en estereotipos sino que COQUETEA. Es decir que LOS UTILIZA A SU FAVOR con referencias contextuales o con un dejo de humor (como cuando Dominica conoce a Augusto y se compara con las femme fatale del noir, y contrapone su vestimenta a las de ellas; y ahora en Roma prácticamente están vestidos de etiqueta cual película de espías o de James Bond). Una de las virtudes en la construcción de estos personajes es la SUTILEZA.
También cada uno tiene su voz, lo cual es excelente.
A su vez, algunos personajes tienen una capa de complejidad mayor: Giordano es una fusión entre el Caronte (ser mitológico) con el Padrino (mafioso arquetípico). Párrafo aparte para la abuela en relación a Giordano. No sabemos la edad de la abuela, pero aún no siendo joven vive una historia de amor como la de los jóvenes (algunas partes anteriores de la saga, y aunque sean hechizo mediante, te hacen pensar en un amor juvenil. Casi como el que se ve en relato “Realmente nunca te había visto” de Juli Blanco, que trata esa temática).
Si consideramos toda la saga, puedo decir que son personajes muy atractivos y que nos interesa conocer su historia y qué les pasa. Le importan al lector.
Y eso es lo que debe importarte como escritora: que le importan al lector y por ende, hacen atractiva a la historia y al relato.
II.- CONTENIDO:
El contenido me gustó mucho, al igual que toda la saga.
Tiene de todo: aventuras, magia, humor, ritmo. Todo lo necesario para atraer a un público diverso de lectores: sin importar cuál sea/n tu/s género/s favorito/s, seas un purista de los géneros o admitas la combinación o fusión, todos encontramos algo que nos engancha y permite que disfrutemos el conjunto.
Los distintos relatos de la saga están bien encadenados también y, más allá de lo difícil que es manejar el recurso de cambiar de tipo de narrador durante una novela o historia larga, ese recurso formal no va en contra del contenido sino a favor.
Sólo se me genera una duda que está en la delgada línea entre el contenido y la forma. Al parecer este relato comienza in extrema res, por el final, ya que Dominica se sienta en la tumba, después de haberse calzado el zapato con el que golpeó a Augusto, y hacia el final del texto Augusto ya piensa en irse de allí. Por lo que combinando los dos extremos puede concluirse que Dominica descansó un poco, se acomodó y se calzó para irse de allí. Lo que no queda claro es por qué arrojó el zapato. Del contexto y del “Cava tú. Yo ya no puedo más, jolines…” podría inferirse que los zapatos (en plural) le molestan. En tal caso, no se vería por qué sólo se quitó uno y por qué lo arrojó hacia adelante. Si quisiera haberle pegado a Augusto, podría ser. Pero tal como Augusto se queja “Qué puntería tienes” daría la impresión de que fue casual, no intencional, porque tampoco se ve por qué tendría esa intención. Podría tener una: “vengarse” de que quiso besarla antes, pero sería un tanto infantil. Y si bien Dominica tiene algún trazo que otro de inmadurez y es más bien joven, no deja de ser adulta y trabajaba como docente, por lo que no parece que fuera razonable pensar en esa “pequeña venganza”. Aunque tampoco podría excluírsela. Me genera sopresa también que ella estuviera molesta con que Augusto había querido besarla en el baile, cuando tanto de este relato como de algunos anteriores surge que ella no se ve atractiva a sí misma, pero sí es evidente que Augusto le atrae, y mucho. ¿No habrá otro conflicto interno de Dominica allí? Podría ser prometedor…
Salvo estas dudas y apreciaciones (que tampoco son algo malo ni juegan en contra de mi evaluación del relato), debo decir que disfruté leyéndolo, y que el contenido tanto de la historia como del relato es entretenido, ocasionalmente divertido, fresco (en buen sentido), a veces algo jovial, atractivo y, sobre todo, original. De recomendable lectura.
III.- COMENTARIO PERSONAL:
Como ya dije, me gustaron mucho el relato, la saga, los personajes, el estilo y tanto lo formal como el contenido también están correcta y adecuadamente trabajados. Vale la pena continuar la saga y creo que todos tus lectores lo esperan.
Y tanto para los viejos lectores como para los nuevos, vuelvo a sugerirte que no te olvides de aclarar y remarcar que es una saga y facilitales la posibilidad de encontrar cada relato en el orden correcto de lectura.
Excelente trabajo. Espero que continúes con la saga.
Lunaclara
28/11/2024 a las 22:04
Marazul, que alegría saber de ti!
Me alegro de que sigamos comentándonos por aquí.
No se si las fuerzas me darán para seguir con Dominica. Pero quizás, aunque sea solo por placer…. Depende de las musas, creo.
Gracias por leerme!
Un abrazo.
Lunaclara
28/11/2024 a las 22:07
Pato y Jose,
Sois mis compis desde hace años.
Gracias por estar ahi, por ser tan benevolentes y por vuestros ánimos.
Un abrazo a cada uno.
Lunaclara
28/11/2024 a las 22:09
HAD, gracias por tu comentario.
La próxima pringate más y dime errores y aciertos. Aunque creo que vislumbro algo a lo largo de tu comentario….
Mil gracias!
Lunaclara
28/11/2024 a las 22:10
Carmelilla, gracias por leerme y comentarme. Tengo en cuenta tus sugerencias.
Un abrazo.
Lunaclara
28/11/2024 a las 22:13
Hola Ryan, pues ya me dirás cual va a ser tu nuevo pseudonimo, vale??
Gracias por tus comentarios. Espero que la próxima vez me ayudes y me digas errores y mejorías.
Me alegro de volver a leerte por aquí.
Un abrazo.
Lunaclara
28/11/2024 a las 22:17
Dante, me acuerdo de ti, claro que si, sobretodo por tu exhaustivas en tus comentarios, dignos de todo un profesional de la escritura.
Para mi es un honor que me comentes a Dominica, y a cualquier otro texto que pueda escribir.
Sabes lo que he hecho? He leído tu comentario varias veces, lo he copiado y lo he guardado en un documento de Word, pues es digno de eso y de cogerlo, imprimirlo y enmarcarlo….
Mil gracias. No tengo más palabras para agradecerte tu exhaustividad y tu profundidad…. casi me muero!! 🙂
Gracias, gracias, lo tengo en cuenta (algunas cosas, casi todas) para mejorar mi humilde relato.
Un abrazo.
Lore
01/12/2024 a las 12:01
¡Hola Lunaclara! Me ha gustado tu relato. Resulta sencillo de leer, entretenido, fresco y tiene toques cómicos muy acertados. Al igual que le ha pasado a otros participantes, como he leído en comentarios, también me faltaba un poco más de desarrollo y final si se trataba de un relato independiente, pero si es un capítulo de una historia más amplia tiene más sentido.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo.
Lunaclara
05/12/2024 a las 11:44
Gracias Lore por tus palabras!!
Sí que es dificil verlo como relato independiente, pero es lo que ma salió escribir en ese momento. Sorry.
Me alegra que te hays divertido.
Un abrazo.