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La luz. - por BorjaR.
Con la cara descompuesta por el pánico, la joven actriz tanteó en la oscuridad buscando sus zapatos. Sus dedos se tropezaban torpemente con las piedras y las hojas enfangadas en el suelo, agarrando grandes puñados de nada en la esperanza de encontrarlos. Jadeó fatigada, desconsolada. Los necesitaba. Tal vez, como nunca los había necesitado antes en su vida.
Un grito cortó la noche en dos.
Horrorizada, giró la cabeza en la dirección del aullido. A unos doscientos metros, tal vez trescientos, las ramas de los árboles que delimitaban el claro comenzaron a agitarse con violencia. Reculó a toda velocidad en un movimiento instintivo y se sorprendió al pisar con la rodilla uno de sus zapatos. Pensó en cogerlo y ponérselo, pero en ese momento un haz de luz, de un blanco cegador, se alzó hasta el cielo en el punto donde las ramas se agitaban.
-¡Marián!- balbuceó la mujer extendiendo la mano.
Y tan repentino como vino, se fue. Dejando todo otra vez en profunda oscuridad. Silencioso. Las ramas inertes, como si nunca se hubiesen movido…
Dio un brinco y salió a la carrera. No le importaban las piedrecitas que se le clavaban en sus finos pies. No le importaba arañarse con las zarzas que había por aquí y por allá. Ni siquiera le asqueaba ya la sensación pegajosa del barro mezclado con hojas en contacto con su piel. Tan solo quería salir de allí lo antes posible. Regresar a algún lugar en el que poder sentirse segura. Y llorar. Llorar por Marián. Llorar por toda esa locura sin sentido que le estaba sucediendo.
Pronto el corazón le palpitó de tal forma que no existía ningún otro sonido en su cabeza. Sus músculos comenzaban a agarrotarse. Sus pulmones ardían, provocando que cada respiración fuese un acto doloroso. Enseguida llegaría la tos. Aquello no iba a durar mucho más. Tendría que saberlo desde el principio. No hacía deporte. Fumaba. Bebía… Sabía que era alguien que estaba muy lejos de tener la condición física suficiente para soportar una huida a la carrera.
Y sin embargo no veía ninguna otra opción que no fuera la de seguir corriendo sin parar. Pese a que no tenía muy claro que era aquello que la estaba persiguiendo, estaba convencida de que si no era la muerte, se le parecía. Aquella luz blanca, todavía seguía quemando sus pupilas…
“¡Santo Dios! ¿Qué demonios era eso?”
“Marián…”
Vio a su derecha una salida del claro y sin dudarlo se internó en ella. Era un caminito algo sinuoso flanqueado de árboles de gran tamaño. Allí las piedras eran más grandes y pulidas, y el suelo estaba más seco, pero eso no la consoló. Intentó echar un vistazo atrás pero fue inútil, pues solo había negrura tras de sí.
Al poco reconoció el caminito. Era el mismo que habían recorrido para subir a la cima del promontorio. El mismo en el que ellas habían estado riendo y cotorreando sobre cosas sin importancia. El mismo, donde pensó que tal vez ella era la persona adecuada.
Habían caminado hasta el mirador y estaban a punto de besarse cuando apareció por primera vez la luz. Se había enfadado. Pensó que podía ser el flash de algún fotógrafo que buscara la exclusiva. Su nuevo amor, pondría el titular. Pero el chillido desgarrador que acompañó a la luz le hizo desechar pronto la idea. Ellas se miraron a los ojos y echaron a correr hacia la mansión. Iban cogidas de la mano, siguiendo el camino. Aunque de alguna forma, incomprensible en ese momento para ella, se habían separado.
“¿Cómo nos soltamos? ¿Por qué no esperé por ella cuando me di cuenta de que no estábamos juntas? “
“Porque estaría muerta ya.”
Trató de volver en sí, dejando atrás, por el momento, esos pensamientos.
El caminito remataba en una puertecita de forja pintada de rojo. La cruzó y divisó por fin la mansión. Tan solo le restaba por cruzar el pequeño cementerio familiar que poseía la casona turística y habría llegado.
Por un instante hasta casi llegó a albergar esperanza.
Siguió corriendo con sus pies magullados y cortados, ya carentes de sensibilidad. Tropezó con una de las lápidas y cayó al suelo. Hizo un ademán de querer levantarse pero no fue capaz. Una fuerza que no era de este mundo la sujetó al suelo mientras la luz venía. Alzó los ojos para ver a los pies de quien iba a morir, pero en la lápida no había ningún nombre.
Entonces la luz desapareció.
Y ella, también.
Comentarios (4):
LectVerd
19/11/2024 a las 03:52
Hola, Borja. Ahora que leí tu relato me pregunto por qué hasta el momento nadie lo ha comentado. Pero es comprensible, creo que apenas hoy los publicaron y muchos participantes tal vez tendrán tiempo hasta el fin de semana. Así que puede que tengas varias visitas.
Mira que al principio no entendí qué estaba pasando, y al final terminé sin saber nada de todas formas ja,ja,ja. Y aún así me lo leí sin parar, porque tu forma de escribir es atrapante. Desde el principio te quitaste de encima dos de las palabras del reto de forma contundente. Puro suspenso del bueno hasta el final.
Por cierto, gracias por pasarte por mi relato. Significa mucho para mí que alguien lo haga por su propia cuenta. Nos seguimos leyendo y te mando un saludo.
Marisa
19/11/2024 a las 06:52
Hola Borja. Tu relato tiene buen ritmo y has creado una atmósfera de misterio muy buena que te impulsa hasta el final porque quieres saber cómo terminará la carrera de la protagonista perseguida por la luz aulladora. Es un relato que me ha gustado. ¡Enhorabuena!
Un saludo
IreneR
20/11/2024 a las 15:15
Buenas, Borja.
Has escrito una historia con un ritmo trepidante que te mantiene en vilo hasta el final. Es interesante, aunque, sinceramente, no he entendido lo que pasaba y al final tampoco me ha quedado muy claro qué es lo que ha pasado y he leído…
Un saludo.
IreneR
Yvonne
26/11/2024 a las 19:24
Hola Borja,
Un relato cautivante, uno no puede dejar de leer hasta que se acaba. El suspense está bien trabajado, el miedo ante lo sobrenatural también. Ver algo que no sabemos identificar da terror, se nos eriza el pelo y echamos a correr irracionalmente. Entiendo que la compañera desaparece abducida por la luz y al final ella también.
El ritmo es tan rápido que no me dió tiempo de ver fallos (LOL).
Pasé un rato agradable que era lo que quería. Saludos