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Realmente nunca te había visto - por Juli BlancoR.

Es una calurosa noche de diciembre, cerca de las dos o tres de la mañana, asumo. El alcohol corre por nuestras venas y se oye la música de fondo, mezclada con las risas y las conversaciones de los trasnochadores que disfrutan en los bares de playa.
Estamos algo alejados, y corremos descalzos sobre la arena mojada, zapatos en mano, mientras cantamos canciones sin sentido a todo pulmón. Me doy cuenta que he bebido demasiado y siento que en algún punto mañana me arrepentiré, pero no hoy. Hoy se siente bien.
Algunas personas caminan por la playa y nos miran de reojo, pero no me importa. La brisa del mar se siente bien, el sonido de las olas es placentero, y la luna llena hace brillar todo a nuestro alrededor.
Tus ojos. Veo tus ojos negros brillar bajo la luz de la luna y, por un momento los cantos cesan y nuestras miradas se encuentran, lo que me hace sentir ligeramente pudorosa.
Me vuelvo en dirección a la costanera, pero ya nadie nos está mirando. Cuando me giro de nuevo hacia el mar, estás un poco más cerca, y aunque nos siguen separando unos metros, se me erizan los pelos de los brazos y la nuca.
¿Qué me pasa? No reconozco la mayoría de las sensaciones que corren por mi cuerpo.
Mi corazón siempre ha estado frío como una lápida, y en la lápida no había ningún nombre. Pero ahora te veo como si nunca te hubiese visto antes…
Me siento un poco ajena a la escena, la verdad. Empiezo a pensar si será un sueño, o si esta vez sí me pasé de la raya con los tragos. Debe ser eso último. Tal vez así se siente una actriz saliendo con ímpetu a escena, dejándolo todo como si nadie estuviera mirando.
Cada tanto siento irrumpir, como las olas del mar, un remanso de vergüenza, o pudor. Estoy segura, segurísima, de que mañana me arrepentiré de algunas cosas.
Nunca me has visto así, y parece divertirte. Al menos eso es lo que parece decirme tu media sonrisa. Ay, esa sonrisa… Basta. No me reconozco en mis propios pensamientos.
De pronto, me sacás de mi ensimismamiento.
<<Juguemos un juego>>, me decis.
<<Soy toda oídos>> te respondo, mientras me acerco un poco más a la orilla del mar.
<<Es fácil, el primero que habla o se ríe, pierde>>
Y jugamos. Mirarnos a los ojos no era una regla explícita, sólo sucede. Y nos miramos, uno, dos, quince o veinte minutos, tal vez una eternidad, pero nos miramos. Ninguno habla, y ninguno ríe.
En algún momento volves a hacer tu media sonrisa. No estoy del todo segura sobre si incumple o no la regla de no reír, pero no importa, porque me encanta.
Ahora mis ojos van de los tuyos, a tu sonrisa, alternativamente, mientras me percato de algo que siento en el pecho, como si la fría lápida se estuviera rompiendo. Y cuando das con disimulo un paso al frente, siento una gota de sudor correr por mi espalda.
<<Es el calor, es el alcohol>> me miento, inútilmente.
Es entonces cuando un grupo de jóvenes pasa corriendo y riendo por nuestro lado y nos sobresaltamos, exclamando algo al mismo tiempo, por el susto.
<<Perdiste>> me acusas.
<<Perdiste vos, no te hagas el vivo>>
Me decís entonces que los dos hablamos, pero ninguno se rió, así que es un empate parcial y podemos seguir jugando a no reírnos.
Acepto el reto. Estoy borracha y confundida, pero vuelvo a concentrarme.
En esta nueva ronda del juego estás más cerca, tanto que siento que me voy a quedar ciega mirando ese par de ojos que nunca había visto del todo, ni con tanto detalle.
Tan ensimismada estoy, que me vuelvo a sobresaltar, ahora con tu voz, cuando me preguntás si vale hacer cosquillas.
Casi me río cuando te digo que eso es hacer trampa, pero ya estás extendiendo la mano hacia mí. Sólo que no me haces cosquillas, sino que a medio camino pareces cambiar de opinión, y deslizas tu pulgar desde mi pómulo hasta mis labios.
No sé cuándo te acercaste todavía más, pero acá estás, y el aire húmedo que hay entre nosotros ya no sabe si salió de tu boca o de la mía. Y mis manos empiezan a temblar, dejando caer los zapatos. El calor sube por mis mejillas y mi piel se eriza por completo.
Cuando siento tus labios encontrar los míos, ya no me importa tanto lo que sentiré mañana.

Comentarios (13):

Facu Pérez

18/11/2024 a las 18:02

Me encantó la conexión y la tensión que se crea entre los personajes..

Pd: Se arrepintió al otro día?

Mónica Bezom

19/11/2024 a las 05:46

Hola, Juli.
He leído tu relato y lo he disfrutado. El vaivén de los pensamientos de la protagonista acerca de la atracción que descubre y, al mismo tiempo, de las dudas que a ratos la acosan y a ratos las desdeña respecto a su embriaguez, las miradas, todo ello transcurre con la cadencia de una danza propicia y oportuna. Es un texto fresco y cálido a la vez, vibrante hacia el final. Me ha gustado mucho.
En cuanto a la redacción, advierto comas fuera de lugar que le restan fuerza al relato. Entre ellas, las comas que preceden la “y”, rompiendo el lazo de las palabras a las que está destinada a unir. Por ejemplo: “Estamos algo alejados, y corremos”; “el sonido de las olas es placentero, y la luna llena”; “estás un poco más cerca, y aunque nos siguen separando unos metros, se me erizan los pelos de los brazos y la nuca.”: en este párrafo la coma debería ir inmediatamente después de la “y” y no antes: “estás un poco más cerca y, aunque nos siguen separando unos metros, se me erizan…”; “como una lápida, y en la lápida”; “Nunca me has visto así, y parece”;”Ninguno habla, y ninguno ríe.”; “cambiar de opinión, y deslizas tu pulgar”; “pero acá estás, y el aire”. “Ahora mis ojos van de los tuyos, a tu sonrisa”: la coma sobra en esta línea. Hacé la prueba, quitá todas esas comas que preceden la “y”, lee el texto en voz alta y verás cómo mejora y gana intensidad. Es un muy buen texto, vale la pena el pulido.
Párrafos que me han encantado: “Estamos algo alejados y corremos descalzos sobre la arena mojada, zapatos en mano, mientras cantamos canciones sin sentido a todo pulmón.” (Le quité la coma); “Estoy segura, segurísima, de que mañana me arrepentiré de algunas cosas.”; “Algunas personas caminan por la playa y nos miran de reojo, pero no me importa.”; “Ay, esa sonrisa… Basta. No me reconozco en mis propios pensamientos.”. En fin, y muchas otras expresiones encantadoras por lo espontáneas. Muy agradable relato con toques de humor y poesía.¡Enhorabuena!

Dante

19/11/2024 a las 05:48

Hola Juli:

Me va a costar hacer este comentario. Pero no por nada malo. Si no por todo lo contrario: el relato me gustó mucho y están tan interrelacionados la forma y el contenido, que me va a costar separar esos aspectos y no adelantar mi comentario personal. Esto porque intentaré seguir el esquema sugerido por Literautas para comentar (el que por lo demás, considero muy útil y constructivo).

Ahora sí, pasaré a hacer el comentario:

I.- FORMA:

I.- 1.- GÉNERO, TONO Y LENGUAJE:

En cuanto al género, habrá quien piense que es romance. Otros pensarán que es costumbrista o realista, o que tiene algún toque psicológico. Que cada quien lo encuadre donde quiera o prefiera. En mi opinión, es difícil encontrar géneros puros. Pero en cualquiera de ellos individualmente considerados o en todos ellos fusionados o interconectados, creo que el relato “se mueve como pez en el agua”.

El tono es fresco, jovial, encantador y ágil. Aunque a veces tiende a detenerse (o intentar detenerse un poco). Y está BIEN. MUY BIEN, en mi humilde opinión. Porque se trata de momentos felices donde la eternidad se encarna en instantes que no serían perceptibles si no fuera por el enamoramiento.

No conocemos la edad de los personajes. Parecieran ser jóvenes. O lo mismo da que fueran adultos relativamente jóvenes (en sus 30 ó 40), si fueran personas de mediana edad, adultos mayores o incluso ancianos: el amor y el disfrute del momento presente los hace jóvenes. Los personajes están VIVOS. Y sin caer en la grosería (por favor no lo mal interpretes), da la sensación como si el alma de los personajes exclamara como aquel personaje interpretado por Héctor Alterio en “Caballos Salvajes”: “¡La p… que vale la pena estar vivo!” Eso es contagioso para el lector y en eso está el tono del relato. Que por supuesto es más que apropiado para el género.

Como también es EXCELENTE la decisión de usar la técnica del monólogo interno (yo no sólo lo veo como narradora protagonista sino una combinación de ella con monólogo interno. Esto lo aprecio por cierto desorden que a veces hay, pero que queda bárbaro y encaja perfectamente con la situación narrada).

El lenguaje también es perfecto y va en línea con el género y el tono. A nadie le puede quedar dudas de lo que siente la protagonista. Y hasta hace dudar si el alcohol ayudó o es un “falso culpable”…

I.- 2.- ATMÓSFERA O AMBIENTACIÓN:

La atmósfera o ambientación es tan sencilla como insuperable. Te hace vivir ahí como si estuvieras junto a los personajes o casi como si fueras ellos. La empatía que se logra con la atmósfera y ambientación es directa, inmediata y total. Cualquier ser humano quisiera experimentar un momento así, valorará si los tiene o recordará si los tuvo.

Esa atmósfera o ambientación sencilla e insuperable, de ensueño, podría decirse es otro secreto de la efectividad del relato: el amor es indefinible e indescifrable, pero a la vez es simple. Todo lo material y lo accesorio, lo superficial, sobra. Para el amor en todas sus formas (incluyendo el de padres, hijos, abuelos, etc. y la amistad), sólo bastan las personas y querer estar en ese lugar y en ese momento (aún cuando fuera a través del recuerdo o el solo pensamiento cuando la distancia o aún la muerte ha separado a las personas). Esa esencia simple es la que capta el relato. Y acaso también haya un símbolo en la playa y el mar.

No faltará quien critique negativamente la decisión “escénica” y piense que situar una escena romántica en la playa podría ser fácil, cómodo, superficial, quizás cursi. ERROR, FATAL ERROR, podría replicársele (con apoyo en el texto). Aquí percibo una metáfora: el mar es la inmensidad, lo desconocido, lo indefinible, lo profundo, lo que no tiene límites. La costa es el lugar de la seguridad, donde estamos parados, quietos. El clímax del relato ocurre en el mismísimo límite entre la playa (la costa, la seguridad) y el mar (lo inmenso, indefinible). Los zapatos que ya no calzaban los protagonistas indica su desnudez más que en sentido físico, en sentido espiritual y quizás total: se muestran tal como son. Y cuando caen al piso de la mano de la narradora, ya muestra que son innecesarios. No se necesitan más seguridades. Los personajes se abren a la inmensidad que está ante ellos (el mar) porque se abren a la inmensidad que está dentro de ellos (el amor). El mar es la figura del amor; la costa el de la individualidad encerrada en sí misma.

II.- 3.- EL RITMO Y LA ACCIÓN:

El ritmo es ágil y apropiado, con momentos de pausa que, como dije, condensa la eternidad de los pequeños instantes. La acción se desarrolla de modo apropiado, y es un gran acierto haber narrado en tiempo presente.

I.- 4.- EL RITMO, LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES, ORTOGRAFÍA, PUNTUACIÓN Y GRAMÁTICA:

Con respecto a este punto, podría decir que no encontré que el ritmo, en lo que a construcción de frases y puntuación se refiere, se vea alterado.

Sí podría señalar algunas cosas que a mi entender son materia opinable. Cuestiones de mera preferencia personal que te comparto para que reflexiones sobre ellas, por si te fueran de utilidad.

Con carácter general marcaría que, al menos en este relato, habría una tendencia a utilizar las comas en gran cantidad, sin recurrir a otros signos de puntuación que tal vez pudieran ser más convenientes y acordes a tu intención narrativa (lo que querés contar y cómo).

Para eso, entrecomillaré algunas oraciones y realizaré los comentarios.

“Es una calurosa noche de diciembre, cerca de las dos o tres de la mañana, asumo.” Estimo que esta oración rendiría más si se subdividiera en dos: “Es una noche calurosa de diciembre. Cerca de las dos o tres de la mañana, asumo.” De esta manera, es como si la narradora “cortara” y realzara ambas cosas: las características de la noche y época del año y la hora que cree que es. Esas sensaciones subjetivas (que van a quedar en su memoria y tal vez para siempre) quedarían marcadas de un modo más fuerte y quizás sería más poderoso el impacto respecto del lector.

“Estamos algo alejados, y corremos descalzos sobre la arena mojada, zapatos en mano, mientras cantamos canciones sin sentido a todo pulmón.” Creo que esta oración ganaría en claridad y agilidad si se reformulara: “Estamos algo alejados y, zapatos en mano, corremos descalzos sobre la arena mojada mientras a todo pulmón cantamos canciones sin sentido”. Pero reitero que, como la anterior, es totalmente opinable y doy mi opinión meramente subjetiva.

“Algunas personas caminan por la playa y nos miran de reojo, pero no me importa. La brisa del mar se siente bien, el sonido de las olas es placentero, y la luna llena hace brillar todo a nuestro alrededor.” En relación a este párrafo, no estoy del todo seguro de que algunas comas resulten acordes con tu intención narrativa. Quizás podría considerarse si no sería más conveniente: “Algunas personas caminan por la playa y nos miran de reojo. Pero no me importa. La brisa del mar se siente bien. El sonido de las olas es placentero, y la luna hace brillar todo a nuestro alrededor”. Siento que esta leve reformulación tornaría más efectivo al párrafo, como que podría impactar más al lector e ir en sentido concordante con esa atmósfera que contribuye a crear.

“Me siento un poco ajena a la escena, la verdad.” Percibo que en esta oración tal vez sería conveniente invertir el orden de las palabras: “La verdad es que me siento ajena a la escena”. Esto es opinable y es una opinión subjetiva. Y también podría entender (se me ocurre ahora) que adoptaste ese orden para evitar la rima entre “ajena” y “escena”, que si bien está (y muy cerca entre sí), pero “la verdad” rompería esa sonoridad. Si este fuera el caso, también podrías probar con expresiones sinónimas. Por ejemplo: “Siento, un poco, como si no perteneciera a la escena”. En fin: es cuestión de gustos y también tiene que ver con si quisiste evitar la rima entre las dos palabras (hay a quienes les disgusta la rima dentro de la prosa).

“Empiezo a pensar si será un sueño, o si esta vez sí me pasé de la raya con los tragos. Debe ser eso último.” En la primer oración estimo que convendría cambiar la coma por un punto y seguido. Con respecto a la segunda, una nimiedad: cuando se alude al último, hay una idea de contigüidad, de adyacencia de lugar y tiempo. Es lo inmediato anterior al lugar y tiempo en el que se está. Por lo que “eso” es un pronombre demostrativo que demuestra una cierta lejanía (intermedia, la lejanía más marcada sería “aquello”). Sería preferible decir “esto”, ya que “esto” denota mayor cercanía de objeto o sujeto al que se hace referencia. Considerando estos aportes, podría reformularse: “Empiezo a pensar si será un sueño. O si esta vez sí me pasé de la raya con los tragos. Debe ser esto último.”

“Cada tanto siento irrumpir, como las olas del mar, un remanso de vergüenza, o pudor.” Aunque es opinable, me parece que convendría cambiar una coma por un punto y seguido y dividir esta oración en dos: “Cada tanto siento irrumpir, como las olas del mar, un remanso de vergüenza. O pudor”. Dado que el pudor es algo específico, sería mejor resaltarlo. Es más: entiendo que esta referencia es un punto alto del relato. Sobre esto volveré al tratar del contenido.

“Nunca me has visto así, y parece divertirte.” En lo atinente a esta oración, tengo una sensación ambigua: o se saca la coma o se coloca un punto y seguido. Ambas opciones me parece que le dan mejor ritmo a la narración en este punto específico del relato: “Nunca me has visto así y parece divertirte” sería muy fluido. Y “Nunca me has visto así. Y parece divertirte” sonaría a “reproche” tierno y romántico, muy apropiado para el contexto. La coma, en cambio, parece frenar demasiado el ritmo de la frase y el de esa parte del relato.

“<> te respondo, mientras me acerco un poco más a la orilla del mar.”. Dado que elegiste representar diálogos con comillas latinas, deberías seguir la convención que adoptaste más arriba, que es colocar una coma después del cierre de las comillas y antes de los verbos dicendi como “responder”. Y también parecería apropiado quitar la coma después de “respondo”. Por lo que debería quedar: “«Soy toda oídos», te respondo mientras me acerco un poco más a la orilla del mar.” Entiendo que así se respetaría la convención de la representación gráfica del diálogo y a su vez se brindaría más fluidez a la oración.

“Mirarnos a los ojos no era una regla explícita, sólo sucede.” Aquí convendría cambiar la coma por un punto y seguido. Percibo que el ritmo del relato nos lleva a uno de esos instantes paradojales: son efímeros, pero la eternidad se encarna en ellos. Por eso un punto y seguido remarcaría el “sólo sucede”. La frase sólo sucede es la que trasluce la “magia” del enamoramiento y el ritmo del relato lleva ahí. Por eso, siento que sería mejor: “Mirarnos a los ojos no era una regla explícita. Sólo sucede” (Aislar el sólo sucede lleva implicito un subtexto: “no podemos controlarlo aunque quisiéramos, acá no hay reglas que valgan, las hayamos puesto nosotros o quien sea”).

“Y nos miramos, uno, dos, quince o veinte minutos, tal vez una eternidad, pero nos miramos. Ninguno habla, y ninguno ríe.” También entiendo que en estas oraciones convendría revisar la puntuación. Por lo mismo: el ritmo del relato lleva a esa eternidad de los pequeños instantes (es más: aquí literalmente se refiere a la eternidad). Por lo que me parecería más acorde a tu intención narrativa lo siguiente: “Y nos miramos. Uno, dos quince o veinte minutos. Tal vez una eternidad. Pero nos miramos. Ninguno habla. Y ninguno ríe.” Reformulado así, le daría una paradójica sensación de aceleración y freno al mismo tiempo. Los puntos y seguidos con frases cortas son recomendados para darle ritmo y aceleración, acción, a la narración (no recuerdo dónde lo leí, pero desde que lo leí, siempre me pareció un truco muy efectivo). Pero a la vez los puntos y seguido separan, y al separar remarcan. Al remarcar, detienen. ¿Y qué detienen? El tiempo. Y cuando se detiene el tiempo, se aleja la muerte y llega la eternidad (y si mal no recuerdo, alguna etimología de amor significaba “sin muerte”).

“Ahora mis ojos van de los tuyos, a tu sonrisa, alternativamente, mientras me percato de algo que siento en el pecho, como si la fría lápida se estuviera rompiendo.” Una vez más, cuestión de gustos. Personalmente, preferiría invertir el orden de algunas palabras, y quizás quitar el adverbio de modo terminado en mente, cambiándolo por un verbo, que le daría más movilidad: “Ahora mis ojos alternan entre los tuyos y tu sonrisa, mientras me percato de algo que siento en el pecho, como si la fría lápida se estuviera rompiendo.”

“<> me miento, inútilmente.” Aquí la coma no estaría en el lugar apropiado, pues faltaría después del cierre de comillas (por convención de representación de diálogos) y sobraría respecto de “inútilmente” ya que le quitaría fluidez a la acotación. Por lo que convendría: “«Es el calor, es el alcohol», me miento inútilmente.”

“<> me acusas.” Entiendo que aquí faltaría una coma después del cierre de las comillas latinas, por convención de representación de diálogos. “«Perdiste», me acusás.”

“Tan ensimismada estoy, que me vuelvo a sobresaltar, ahora con tu voz, cuando me preguntás si vale hacer cosquillas.” En esta oración me parecería conveniente quitar una coma para darle más fluidez: “Tan ensimismada estoy que me vuelvo a sobresaltar, ahora con tu voz, cuando me preguntás si vale hacer cosquillas.”

“Sólo que no me haces cosquillas, sino que a medio camino pareces cambiar de opinión, y deslizas tu pulgar desde mi pómulo hasta mis labios.” En esta oración me parecería conveniente suprimir la coma después de “opinión”, ya que el ritmo de la acción es un continuo. El cambio o presunto cambio de opinión es inmediato y se ejecuta, no hay solución de continuidad (el corte de ella vendría dado por la coma). Entiendo que quedaría más fluido y acorde con la intención narrativa (el “clima” que se está creando por la acción de los personajes): “Sólo que no me hacés cosquillas, sino que a medio camino parecés cambiar de opinión y deslizás tu pulgar desde mi pómulo hasta mis labios.” (Corregí aquí pequeños errores de tipeo que formalmente constituirían errores ortográficos, ya que estabas usando “vos” y no “tú” y por ende, algunos verbos llevarían tilde al conjugarlos respecto de “vos”).

“No sé cuándo te acercaste todavía más, pero acá estás, y el aire húmedo que hay entre nosotros ya no sabe si salió de tu boca o de la mía.” En mi opinión meramente subjetiva, convendría dividir esta oración en dos: “No sé cuándo te acercaste todavía más. Pero acá estás, y el aire húmedo que hay entre nosotros ya no se sabe si salió de tu boca o de la mía.” Percibo que entre las dos oraciones se “traspasa el umbral”. Cuando la narradora dice “Acá estás” muestra un cambio de momento. La inminencia es máxima, el cambio de status, la llegada del clímax del relato está por ocurrir. Por lo que ese nuevo “escalón” (progreso de la acción) debe quedar bien marcado.

En conclusión: la construcción de frases en relación al ritmo es en general adecuada, y más que errores, lo que podría señalarse son apreciaciones subjetivas, de eventual conveniencia, pero que en definitiva son “cuestión de gustos”. Salvo errores de tipeo, no hay errores de ortografía ni de índole gramatical.

I.- 5.- SONORIDAD:

Con respecto a este ítem, sobran las palabras porque el relato es por de más de evidente: si algo le sobra es sonoridad. Las palabras se evocan una a la otra y le dan una musicalidad tremenda. Es más: el clima emocional que transmiten es como si fuera una canción.

En este ítem, me parece muy atractiva la oración que dice: “Mi corazón siempre ha estado frío como una lápida, y en la lápida no había ningún nombre.” La palabra lápida se repite dos veces. Y muy, pero muy a continuación de la primera mención. Y suena GENIAL. Porque le da énfasis, intensidad y suena EXCELENTE, como música para los oídos.

Gran trabajo en este punto también.

I.- 6.- PUNTO DE VISTA:

El punto de vista no sólo es apropiado. Es el mejor que podrías haber elegido respecto de tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo). La combinación de narradora en primera persona protagonista con monólogo interno es altamente eficaz y emotiva. Garantiza la empatía inmediata y absoluta con los protagonistas (porque al haber una relación de a dos, los dos son coprotagonistas) y “engancha” al lector desde el primer momento y no lo suelta hasta el final.

I.- 7.- DIÁLOGOS:

Los diálogos son pocos pero están estratégicamente ubicados. Y son, a mi entender, los que “rompen” el monólogo interno y nos muestran algo realmente externo a la narradora protagonista (más allá de lo profundamente que la afecte en su interior, proceden del exterior, de la otra persona). Las alusiones a otras personas, a la música de fondo, a la playa, al mar, en realidad, son dichos, pensamientos o sentimientos de la narradora, por lo que aún cuando tengan existencia real externa, como enunciación proceden de su interior. De ahí que, en mi opinión, la técnica utilizada es monólogo interno y sólo al referir a los diálogos es una narradora en primera persona protagonista.

I.- 8.- DESCRIPCIONES:

Con respecto a las descripciones, son apropiadas para crear el clima o atmósfera del relato. Muy apropiadas también.

I.- 9.- CONFLICTO:

La existencia de conflicto es fundamental para que haya historia. Por momentos parecería no haberlo. Pero pensar eso sería un error.

Hay un conflicto interno de la protagonista: por un lado, piensa que puede arrepentirse. Por el otro, no sabe hasta dónde llegará todo. Quiere que todo evolucione y sea más profundo, pero tampoco quiere que el tiempo pase. Su conflicto es a veces más marcado, a veces más sutil.

También hay otras “capas” del conflicto que podrían estar “no dichas”. Al referir al contenido volveré sobre esto.

I.- 10.- INTRIGA:

La intriga está garantizada: la narradora sostiene la inquietud del lector todo el tiempo y citando (y alterando la persona del narrador y en parte el sentido) a “Persiana Americana” de Soda Stereo, nos hace preguntar “hasta dónde llegarán” (no tengo dudas de que la protagonista se pregunta “hasta dónde llegaremos”).

I.- 11.- PERSONAJES:

Los personajes están excelentemente construidos. La protagonista más que contar, muestra. Hace alusión a sensaciones, experiencias, y eso suma. Hace entretenido al relato, le da ritmo, jovialidad, fuerza, lo torna atractivo y de paso, delinea correctamente a los personajes. Las interacciones que proceden de los diálogos también contribuyen de modo decisivamente favorable.

II.- CONTENIDO:

En cuanto al contenido, marqué tres frases que creo que pueden relacionarse:

“… en algún punto mañana me arrepentiré, pero no hoy. Hoy se siente bien.”

“…Cada tanto siento irrumpir, como las olas del mar, un remanso de vergüenza, o pudor.”

“…Pero ahora te veo como si nunca te hubiese visto antes…”

“Estoy segura, segurísima, de que mañana me arrepentiré de algunas cosas.”

“Cuando siento tus labios encontrar los míos, ya no me importa tanto lo que sentiré mañana.”

Si se relacionan estas frases, se puede adivinar, ahora ya más allá de lo formal, el conflicto de la protagonista.

El contexto previo del relato nos es desconocido, y existirían varias posibilidades:
¿Se trata de dos amigos y ella nunca lo vio como una posibilidad de pareja, nunca se fijó en él “de otra manera”, con “otros” ojos? ¿Algún conocido en quien jamás pensó en ese sentido (ej. un simple vecino, un colega de trabajo, etc.)?

¿Hay otra clase de relación entre ellos, quizás en cierto sentido inconveniente o relativamente prohibida o que se asume como tal? ¿Diferencia de edad de uno respecto del otro? ¿Relación jerárquica laboral? ¿Relación docente-alumno/a? ¿Parentesco lejano? ¿Amigos de algún ex o de hermano/a?

¿La protagonista es en cierto modo algo “puritana” o piensa que puede sentir un reproche moral verdadero (esto último sucedería si al menos uno de los dos se encontrara en una relación estable o matrimonio o si al menos alguno de los dos fuera religioso o en el caso de él, sacerdote?

¿O se trata de dos jóvenes que van a tener su primera experiencia (sea en sentido absoluto, o en sentido relativo: la primera vez entre sí)?

En cualquiera de los casos, se explicaría la sensación de “vergüenza” o “pudor” y el eventual arrepentimiento posterior.

Es muy interesante también cuando la narradora se centra en los ojos y cómo “muestra” en vez de contar. Se atribuye a Anton Chejov una frase (cito de memoria) “No me digas que la luna brilla, muéstrame cómo se reflejan sus rayos en los cristales rotos”. Y esto lo hace el relato con los ojos de su amado.

La importancia que se le da a los ojos, a la mirada, es central. Y es el complemento de lo que decía acerca de la “desnudez” (en sentido global y espiritual) al referir a la atmósfera: los personajes se ven tal como son: sin máscaras, sin disfraz, sin doblez. O al menos eso creen en ese instante que se hizo eterno…

Por eso, cualquiera sea el contexto previo entre los personajes es que ella se pregunta cómo no lo había visto antes. Por qué había sido ciega. O tal vez ahora, gracias a él y al momento presente, por fin “ve”.

Por lo demás, la referencia al alcohol es sugestiva: ¿es el culpable? ¿La desinhibe? ¿O no es más que un accidente en la noche y lo que sucede es la chispa, la química inexplicable?

En suma, el relato es entrenido, ameno y con un contenido rico y profundo. Y es la contracara del de Vespasiano (que vi que has leído y comentado).

Recomendaría la lectura de este relato, por supuesto. Y también recomendaría leerlos juntos (cara y contracara, anverso y reverso).

III.- COMENTARIO PERSONAL:

El relato me encantó. El contenido es rico y profundo y la forma es exquisita. Recomiendo plenamente su lectura, es un disfrute total.

Y sobre todo, como dije al tratar de la sonoridad, da la sensación de ser una canción (más de un cantante quisiera tener una canción así).

Felicitaciones, gran trabajo.

Lupa Sívori

19/11/2024 a las 11:27

¡Hola, Juli! Paso por acá a leer también tu texto. Lo disfruté. Las imágenes me llevaron a épocas más juveniles. Me parece que lograste perfecta la ambientación y la jovialidad de ese tipo de noches. Tu compa del comentario anterior detalló cuestiones interesantes a tener en cuenta. Por mi parte, encontré algunos tildes que faltan y recordar que es “me di cuenta de que…” (no “me di cuenta que”), pero no mucho más.
¡Felicitaciones! A seguir masticando el texto para dejarlo vibrante.

Te invito a seguirnos en redes. Yo estoy en Insta como @viajarleyendo451.
¡Abrazo!
Lupa.

Vespasiano

19/11/2024 a las 15:21

Buenos días Juli Blanco:
Con el debido respeto te comento que me gusta escribir las sugerencias y opiniones en mayúscula y no porque esté enfadado, sino porque pienso que queda mas claro distinguir lo que tu has escrito de lo que yo acertadamente o no, pueda aconsejarte.
“Me doy cuenta que he bebido demasiado y siento que en algún punto mañana me arrepentiré, pero no hoy. Hoy se siente bien.
EN ESTA LARGA ORACIÓN CREO LA PERSONA QUE SE SIENTE BIEN ES ELLA, PUES DESCONOCE EL ESTADO ANÍMICO DE ÉL. POR TANTO YO DIRÍA: “Hoy me siento bien”.
“Mi corazón siempre ha estado frío como una lápida, y en la lápida no había ningún nombre”.
EN MI MODESTA OPINIÓN CREO QUE EN ESTA FRASE QUEDA UN POCO FORZADO HABER INTRODUCIDO LA AUSENCIA DEL NOMBRE EN LA LÁPIDA.
<>, me decis.
<> te respondo, mientras me acerco un poco más a la orilla del mar.
<>
AQUÍ A MI ENTENDER BEBERÍA HABER RAYAS DE DIÁLOGO:
—Juguemos un juego— me decis.
—Soy toda oídos— te respondo, mientras me acerco un poco más a la orilla del mar.
—Es fácil, el primero que habla o se ríe, pierde.
ME PARECE QUE SERIA MEJOR DECIRLO ASÍ:
—Es fácil, el primero que hable o se ría, pierde.
PORQUE ES UNA ACCIÓN FUTURIBLE.
<> me acusas.
<>
EL MISMO CASO EXPUESTO ANTERIORMENTE. FALTAN LAS RAYAS DE DIÁLOGO:
—Perdiste— me acusas.
—Perdiste vos, no te hagas el vivo.
“pero acá estás, y el aire húmedo que hay entre nosotros ya no sabe si salió de tu boca o de la mía.
LA NARRADORA EN PRIMERA PERSONA NO PUEDE SABER LO QUE CONOCE O SIENTE EL OTRO. POR ESO YO LO CAMBIARÍA ASÍ:
“pero acá estás, y el aire húmedo que hay entre nosotros ya NO SE si salió de tu boca o de la mía”.
Tu historia me ha gustado y me ha recordado escenas parecidas vividas en algunas lindas playas de Brasil.
La pasión y la atracción física desbordante a orillas del mar en unas noches de música y calor acompañadas de mucho amor.
Nos seguiremos leyendo.

Jose Luis

19/11/2024 a las 23:50

Hola Juli
Tu cuento me ha gustado. Cierto es lo que comentan otros compañeros sobre la ausencia de las rayas de diálogo, pero no resta valor literario. No todos los cuentos tienen que rebosar y destilar un conflicto marcado, salvo el del narrador protagonista, que es interior en este caso.
No puedo añadir nada más que no te hayan señalado los compañeros, pero es un relato que se desarrolla a un ritmo de cocción lenta y se paladea como tal.
Un saludo

Rocío Recouso

20/11/2024 a las 18:36

Hola, Juli
Primero, muchas gracias por tu lectura en mi cuento. Me gustó mucho el comentario sobre el mar, gracias, de verdad.
Paso por aquí para leer tu relato y me encuentro muy sorprendida que a las dos las palabras del desafío nos hayan transportado a una playa. Me gustó mucho tu relato. Una historia centrada en dos personajes, con detalles y un ritmo que acompaña a la protagonista como si estuviéramos viendo una película.
¡Nos leemos!
Saludos, Rocío

Chus Galego

20/11/2024 a las 21:44

Hola, Juli.
Me parece un relato muy bien estructurado, que va ganando en interés y tensión a medida que va avanzando. Entiendo que cuando escribes “Mi corazón siempre ha estado frío como una lápida, y en la lápida no había ningún nombre”, la narradora intenta decir, a través de una metáfora, que en su corazón no había sitio para el amor hasta ese momento.
Me parece que la ambientación está muy conseguida, la playa,la noche, la gente que va desapareciendo,… hasta que se quedan solos y la pasión está a punto de desatarse.
Enhorabuena.
Saludos.

D.J. Llurba

24/11/2024 a las 11:58

Buenas, Juli, desde el hemisferio norte.
Me suscribo al comentario de Mónica. En los demás también pero puedo llegar a discrepar en algunas partes. Te dejo mis anotaciones:

“Estamos algo alejados, y corremos descalzos sobre la arena” Sobra la coma.

“Veo tus ojos negros brillar bajo la luz de la luna y, por un momento los cantos cesan y nuestras miradas se encuentran, lo que me hace sentir ligeramente pudorosa.”
Las comas de esta frase están mal. Si eliminas lo anotado entre comas debería quedar una frase con sentido y no es así. Quizá con una coma después de “momento” y un punto y coma después de “encuentran” quedaría bien. También se podría resolver sustituyendo el “y,” por un punto: “Veo tus ojos negros brillar bajo la luz de la luna. Por un momento los cantos cesan y nuestras miradas se encuentran, lo que me hace sentir ligeramente pudorosa.”

“Cuando me giro de nuevo hacia el mar, estás un poco más cerca, y aunque nos siguen separando unos metros, se me erizan los pelos de los brazos y la nuca.” En esta frase pasa algo parecido. Así lo puntuaría yo:
“Cuando me giro de nuevo hacia el mar estás un poco más cerca y, aunque nos siguen separando unos metros, se me erizan los pelos de los brazos y la nuca.”
En la primera parte sobra la coma y luego tiene más sentido ponerla después de la “y” y no antes porque la anotación que se podría eliminar sin perder el sentido de la frase sería: “aunque nos siguen separando unos metros”
En otras palabras, la frase en sí solo necesita comas porque introduces esa aclaración. Sino no tendría ninguna puntuación necesaria:
“Cuando me giro de nuevo hacia el mar estás un poco más cerca y se me erizan los pelos de los brazos y la nuca.”

“Empiezo a pensar si será un sueño, o si esta vez sí me pasé de la raya con los tragos. “ Sobra la coma.

“un remanso de vergüenza, o pudor.” Sobra la coma.

“Nunca me has visto así, y parece divertirte.” Sobra la coma.

“Ninguno habla, y ninguno ríe.” Sobra la coma.

“…cambiar de opinión, y deslizas tu pulgar desde mi pómulo hasta mis labios.” Sobra la coma.

“me miento, inútilmente.” Sobra… ya lo sabes.

El tema no ha sido de mi agrado porque peino canas y la gente mayor ya está de vuelta de escenas tan genuinas e inocentes, pero tu relato es exactamente eso, una escena, y está muy bien estructurada. No te vas por las ramas, todo tiene concordancia; empieza, sigue y acaba con el mismo ritmo, tono y localización.

Por otro lado, creo que has sentido el relato precisamente por el tiempo verbal que has utilizado y por el “error” del uso de tantas comas. Se respira una pasión en la escena que parece que la protagonista, en vez de narrar su experiencia, la declama como poesía. Si quieres dar ese ritmo pausado, del latir del corazón, recomiendo que uses más puntos y menos comas.

El reto del relato está bien introducido, porque lees las palabras clave sin darte cuenta. Están en consonancia.

María Jesús

24/11/2024 a las 13:09

Precioso cuento de amor adolescente, con sus juegos y su erotismo regado con alcohol. Felicidades.

Ryan Infield Ralkins

24/11/2024 a las 19:23

Saludos Juli

La tensión creciente entre los personajes le da un toque de interes bastante agradable. La forma en como usaste las palabras del reto fue interesante.
Muy buen relato, felicitaciones y nos leemos!

Alicia Commisso

27/11/2024 a las 22:33

¡Hola,Juli!

Qué decirte,me encantó tu relato. Lleno de poesía: dos jóvenes apasionados con sus juegos eróticos en un lugar ideal para tejer diversas aventuras.
Estoy de acuerdo con tu comentarista anterior sobre las “comas”,sólo para hilar finito y corregirlas. Pero me ha gustado mucho:desde el comienzo hasta el bonito desenlace. El mañana no importa. ¡Te felicito!

Nos seguimos leyendo.

Julieta Blanco

05/12/2024 a las 21:23

Hola a todos! Leí todos y cada uno de los comentarios y realmente aprecio que se hayan tomado el tiempo, lo considero un honor.
Voy a revisar el tema de las comas para la próxima. La verdad es que leyendo las sugerencias estoy muy de acuerdo con varias, y en otros casos me paso que siento que si hiciera el cambio, tendría un sentido diferente. Será cuestión de darle la vuelta.
Saludos!!!

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