Literautas - Tu escuela de escritura

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Un momento de gloria. - por María Jesús

Todos los asistentes al entierro, lloraban a Paula Valor, la famosa actriz que había fallecido dos días antes, todos menos la persona más importante, su propia hija. Adriana se mantenía estoica ante la tumba mientras el sacerdote oraba antes del sepelio. Ocultos sus ojos tras unas gafas negras la joven aguantaba ese incomodo momento sin dar una sola muestra de debilidad y deseando que la ceremonia acabase, se entretenía en mirar disimuladamente las lápidas de las tumbas que le rodeaban. Adriana quería a su madre, pero su muerte no le había pillado por sorpresa pues llevaba varios años sufriendo una grave enfermedad.

Mientras todo el mundo pensaba que la muerte de Paula Valor era una pérdida irreparable, para Adriana significaba una liberación, y el pase de una vida en el anonimato a una nueva etapa llena de luz. La prolongada sombra que ocultaba su talento se disiparía y daría paso al resurgir de una nueva estrella teatral, Adriana Valor, la digna sucesora de su progenitora. Estaba convencida de que sustituir a su madre en los escenarios sería pan comido pues conocía a mucha gente en el mundillo que no dudarían en darle una oportunidad. Solo tenía que tener un poco de paciencia y esperar a que los directores teatrales se olvidasen de Paula y le diesen la bienvenida a ella.
Cuando por fin llegó a casa se desprendió de los zapatos y se dejó caer en el sofá a degustar una tarrina de helado de ron con pasas, su favorito, mientras soñaba despierta con el éxito que le esperaba en un futuro muy próximo.

Cuatro años después, Adriana solo había conseguido pequeños papeles en alguna que otra obra de teatro. Cuando se presentaba a los castings para papeles principales, siempre le decían que no estaba a la altura de lo que se le pedía y le comparaban constantemente con su madre. El espectro de Paula orbitaba a su alrededor impidiéndole alcanzar su tan ansiado reconocimiento y eso le mortificaba pues pensaba que la gente esperaba de ella que fuese algo así como la rencarnación de su madre, sin tener en cuenta su propio estilo.

Cansada de ser menospreciada, Adriana decidió fundar su propia compañía teatral, asumiendo el papel de directora. La primera obra que preparó, un antiguo gran éxito de Paula, fue un auténtico calvario para los actores seleccionados, Adriana inconscientemente buscaba cualidades que tenía su madre en esos pobres infelices, sin darse cuenta que esas exigencias se las habían aplicado a ella misma. En uno de esos ensayos, cansada de interrumpir a la actriz principal, se subió al escenario para mostrarle lo que quería que hiciese y entonces se produjo algo insólito, Adriana se introdujo tanto en el papel que todos los presentes sintieron que era la fallecida actriz quien había subido al escenario. Cuando acabó el ensayo, todos le mostraron su admiración y respeto mientras Adriana intentaba comprender lo que había sucedido.
Adriana, confusa, no era capaz de procesar la trasformación que se había producido ¿Cómo era posible que en los castings a los que se había presentado no hubiese sido capaz de convencer a nadie? ¿Sería que en ese momento estaba tratando con aficionados que no distinguían lo bueno de lo excelente?

Al día siguiente, todos los miembros de la compañía le sugirieron a Adriana que fuese ella misma quien interpretase el papel principal, pues nadie se veía capaz de estar a la altura de lo que habían presenciado el día anterior. Adriana se resistió al principio, pero finalmente aceptó el reto. Sin embargo, durante la preparación de la obra, no se volvió a repetir esa magia que les había cautivado a todos y el estreno fue recibido con frialdad por el público.

La carrera teatral de Adriana se estancó y pocos años después hubo de decir adiós a los escenarios, pues nunca llegó a asimilar lo que había sucedido aquel día, ese efímero momento en que alcanzó la gloria y que pese a todos sus esfuerzos no se llegó a repetir.

Comentarios (16):

Sara Weisz

18/11/2024 a las 16:08

Me ha gustado la construcción de Adriana través de sus sueños y aspiraciones y al mismo tiempo de sus dudas e inseguridades. Destacaría como punto fuerte algunas descripciones “Adriana se mantenía estoica…”.
Creo que podrías mejorar un poco el ritmo y la puntuación para que resulte más atractivo (veo algunos errores de puntuación al inicio del texto).
Y a mi particularmente me hubiera encantado que el final fuera la escena en la que al fin se convierte en la sucesora de su madre sobre el escenario, prescindiendo de contar al lector qué sucedió después con su carrera. Así cada uno puede suponer lo que desee. Es solo una sugerencia.
En general, me parece un texto estupendo. Sigue así.

Fernando Rodríguez

18/11/2024 a las 18:12

Me ha parecido un texto interesante y bien escrito. Todos los que estamos aquí, queremos aprender y hacerlo mejor cada día, pero no podemos olvidar lo que somos y, si disfrutamos como lo estamos haciendo, es nuestro estilo. Los fallos forman parte de nuestro aprendizaje, pero como somos ya lo llevamos de serie y eso, es una suerte para todos. Sigue escribiendo, y siéntete satisfecho de ello.

Patricia Redondo

19/11/2024 a las 16:41

Hola Maria Jesús te agradezco la visita a mi relato y te la devuelvo con placer

Un relato bien construido y bien narrado, por poner un pero , está todo tan bien narrado que deja poco espacio a la imaginación.
La idea que te han sugerido de dejar el final abierto me parece estupenda… y yo habría añadido algo de desgarro a la narración (por mucho que quisiera a su Portentosa Madre la pobra Adriana debería de estar bien jodida con las comparaciones , asi que yo habría agregado algún pensamiento interno de la protagonista, maldiciendo la sombra de su madre fuertemente, dejando translucir esa relación de amor-odio que seguro debería sentir…), pero hazme caso a medias por que a mi es que me gustan mucho los dramones.

Un saludo y nos seguimos leyendo!

IGNACIO

19/11/2024 a las 23:17

Hola María Jesús. De todos los relatos que he leído de este reto el tuyo me llama la atención porque tiene un corte bastante clásico. Muchos relatos los escribimos de una forma moderna, trepidante, cinematográfica, lo cual está bien. Pero existe un estilo clásico, en el que los caracteres de los personajes son lo principal, que permite construir grandes historias. Tu protagonista vive bajo el peso de la tradición familiar (quién no) y eso determina su historia. En mi opinión, no hubiera estado mal que le hubieras dado un final feliz.

Abra Cadabrante

20/11/2024 a las 12:23

Hola, María Jesús,
Vaya por delante que me parece una historia interesante. Es evocadora (¿quién no se ha sentido a la sombra de alguien, sea un familiar, un colega, incluso alguien admirado a quien queremos emular?). Además, me parece valiente y rompedor que no tenga un final feliz, es coherente porque desde el principio estuvo condenada a fracasar, debido a la importancia que tuvo su madre. Lo fácil hubiera sido que finalmente triunfara por sus medios, pero la realidad del mundo artístico es dura, y está bien reflejarlo en la trama.
A mí, personalmente, no me ha convencido el estilo. Es demasiado frío. Te limitas a relatar hechos, más parece una crónica periodística que un relato. Si es intencionado, entonces, perfecto; a mí no me ha atrapado esa forma de narrarlo.
Por otro lado, creo que falla el ritmo, porque tratas de contar toda la historia de Adriana en un espacio demasiado reducido. En mi opinión, hubiera sido más efectivo centrarse en un solo momento, seguramente el del clímax (cuando logra esa interpretación estelar), y a partir de ahí explicar cómo desde que murió su madre, se le ha exigido que interprete como ella… Y después, dos opciones, o final abierto, o final cerrado como has hecho (e, insisto, estoy muy a favor del final triste que le has dado), a modo flash forward (por ejemplo, algo así como “nadie sabía que aquel momento no volvería a repetirse, y que su carrera estaba condenada”). Bueno, son sugerencias de cómo creo que funcionaría mejor la historia. Si consideras que debes contarlo todo, te diría que apuestes por hacer una novela.
Espero que las observaciones te sean útiles. Te invito a pasarte por mi relato si quieres y dejar una opinión. Es el 65, “Vieja gloria”.

Wiccan

22/11/2024 a las 01:43

Buenas María Jesús,
Ante todo agradecerte que te hayas pasado a comentar mi relato. En cuanto al tuyo me ha gustado la idea de la heredera actriz que quiere emular a su madre, me ha parecido que estaba bien escrito y se entiende perfectamente toda la situación que planteas. En cuanto a la forma principalmente te recomendaría que revisaras la puntuación como ya te han comentado, como ejemplo te diría:
– “Todos los asistentes al entierro lloraban a Paula Valor, la famosa actriz que había fallecido dos días antes. Todos menos la persona más importante, su propia hija.” La primera parte no aparece interrumpida sin necesidad y el separar la segunda parte desde mi punto de vista queda más impactante y dramático.
– “… no dudarían en darle una oportunidad, solo tenía que tener un poco de paciencia…”: Aunque es una frase muy larga creo que no es necesaria esa pausa, la frase se continúa y haría más ágil el texto.
– “. La primera obra que preparó, un antiguo gran éxito de Paula, fue un auténtico calvario para los actores seleccionados. Adriana inconscientemente buscaba cualidades que tenía su madre en esos pobres infelices sin darse cuenta que esas exigencias se las habían aplicado a ella misma.”: En este caso separar las dos ideas si me parece que tiene sentido y eliminar la coma ayuda a no ralentizar la historia.
El tema puntuación se que es muy personal, es simplemente una opinión que me gusta compartir.
En cuanto al fondo te comentaría varias cuestiones que sentí al terminar el relato:
– Una cosa que me gustó mucho porque hace muy humano al personaje es el momento en el que dices que amargaba a los actores buscando cualidades de su madre sin darse cuenta de que es lo que hacían con ella. Así somos los humanos, totalmente contradictorios.
– Me resulta un poco extraño que Adriana, que quiere dejar de lado la sombra de su madre y desde un principio y que no consigue trabajos porque la comparan con ella, decida montar una obra de su madre como primera obra en su nueva compañía, ¿qué forma más fácil hay de que sigan haciendo comparaciones aunque sea su directora? Salvo que haya una idea de trasfondo que puede que sea tu intención me parecería más lógico y más acorde con la caracterización que haces de la protagonista en relación a su madre y su carrera que fuera algo totalmente nuevo.
– No me acaba de convencer el final para el relato, no porque sea triste sino por como lo cuentas, no parece haber ningún tipo de cambio ni evolución para el personaje: cuando muere su madre no consigue su objetivo y al final sigue igual sin haber aprendido nada; y el suceso que podría encumbrarla pasa a ser más anécdota que otra cosa, todo hubiese pasado igual sin él. Creo que tendría mucha más fuerza si el suceso que sintió que le daba la gloria tuviese más peso, por ejemplo, si al final tras tanto fracaso sin llegar a conseguir otra vez ese éxito descubriese la razón del mismo en aquel momento (se me ocurre por ejemplo: lleva toda su vida “renegando” inconscientemente de la forma en que hacía las cosas su madre y al final descubre que la diferencia en ese momento de gloria es que actuó como ella).
Es posible que parte de lo que te digo lo quisieras reflejar de alguna forma y sea yo el que no lo haya captado así que si es así no me lo tengas en cuenta.
Muchas gracias por compartir tu relato.
Un saludo.

HAD

22/11/2024 a las 17:35

Hola, María Jesús.
Gracias por comentar mi relato. Sólo ha recibido tres comentarios y el tuyo es el único que me da una idea de cuánto alcancé en el aspecto de la comprensión. De otros comentarios no infiero demasiado acerca de ésto. Tu opinión me es valiosa, pues me indica que he de trabajar más en lo formal para lograr el objetivo de que mi idea sea interpretada por el lector. Ese sería uno de los aspectos en donde fallo.
Sin embargo, creo que el punto débil de tu relato es ser demasiado traslúcido. Hay que permitirle al lector que también forme parte de la creación y no darle todo ya cocinado y digerido. Si no, es solamente una crónica periodística.
Muestra, no cuentes. Usa los gestos aparentemente banales, los escenarios, las vestimentas, el clima, usa todo esto para reflejar los pensamientos y emociones de los personajes. En este párrafo lo logras:
“Cuando por fin llegó a casa se desprendió de los zapatos y se dejó caer en el sofá a degustar una tarrina de helado de ron con pasas, su favorito, mientras soñaba despierta con el éxito que le esperaba en un futuro muy próximo.”
La acción banal de disfrutar de un helado sugiere al lector que en realidad la joven actriz se siente liberada por la muerte de su madre, sin referirse directamente a esto.
De esta forma, el desarrollo de una idea simple puede enriquecer la experiencia del lector. La cuestión es hacerlo sin llegar al extremo de escribir un acertijo, como al parecer hice yo con mi relato.
Hay que buscar la manera de hacerlo simple y preciso, sin acercarse a la prosa cruda, y a la vez elegante, sin recargar demasiado.
Seguiremos intentando, ¿verdad?

Alexpla

22/11/2024 a las 19:38

Hola Maria Jesús. Se que por estos lares hay mucha gente que sabe lo que se trae entre manos y de ellos quiero aprender. Soy muy novato y mis juicios no te servirán de mucho, pero los sentimientos sí. Me gusta tu protagonista. Hay muchos como ella por el mundo. Escribir, dar visibilidad (como ahora se dice)y parirlos al mundo es lo que nos hace gozar escribiendo.

LIAH PERSON

23/11/2024 a las 20:28

María Jesús, te agradezco mucho tu comentario a mi texto. Gracias de verdad por darme tu opinión. Te devuelvo la visita gustosa, y me encuentro con un texto bien escrito y, como ha dicho otro compañero, de corte clásico. Una narrador omnisciente que va estructurando la historia de forma coherente y lineal. Se agradece el realismo también, que la actriz no llegue a conseguir el éxito que desea y que esto se cuente con total naturalidad. Quizá echo de menos algo de emoción, pero, en general un relato bien construido.

CARMELILLA

25/11/2024 a las 15:41

Hola,María Jesús.
Gracias por pasarte por mi regalo y sobre todo por tu comentario.
Creo que has escrito un buen relato, cuidaría el uso de las comas. Creo que a veces excesivo cosa que me ocurre a mí constantemente.
Es de lectura ágil, una buena trama y una atmósfera bien creada.
No obstante, el personaje de Adriana me parece egoísta y frívolo y creo que el universo no le ha concedido su deseo más preciado porque ella misma no ha sido capaz de apreciar la valía de los demás, en especial el de su madre de la que debería haber aprendido con humildad.
Bien creado ese personaje.
Buen trabajo, María Jesús.
Saluditos.

Doralú

26/11/2024 a las 22:49

Hola María Jesús, Tienes una historia con varias aristas interesantes ya que tu personaje navega en un mundo interior muy complejo (por ejempo, ser hija de una actriz famosa, que será dificil superar su estela) y un mundo exterior competitivo, veleidoso, como es el mundo del teatro.
Creo que se diluyó el personaje al intentar contar un periodo grande de su vida. Es muy importante mostrar, no contar.
Es un buen relato base para desarrollar.
Felicidades

MOT

29/11/2024 a las 19:22

Hola María Jesús.
Bueno, tarde pero aquí estoy, ya te he leído tal y como era mi intención.
Me ha gustado tu relato, lo he encontrado algo así como “anecdótico” (sí, ya sé que suena raro…), y me sigue gustando lo bien que escribes.
Por la parte técnica, por así decirlo, qué te voy a comentar yo, cuyo nivel está a años luz de algunos de nuestros compañeros de arriba, que no te hayan comentado ellos. Solo me atrevo, por una parte por la confianza y el respeto que te tengo, y por otra, porque en esos detalles soy muy obstinado, pues decía que solo me atrevo a sugerirte que revises la puntuación, tal y como te han dicho ya antes. Opino que, “jugando” con algunas comas movidas y otras nuevas, el texto ganaría en fuerza.
Recibe un muy respetuoso abrazo, y… ¡Nos leemos!

PROYMAN1

30/11/2024 a las 16:58

Saludos Maria Jesus he leído tu relato y me ha gustado,reflejas bien algun momento en el que todos pensamos en el triunfo y la gloria aunque luego se esfume.Los compañeros ya te han dejado los comentarios sobre tu texo asi que yo no añado mas ya reflejan el criterio de los escritores.Te doy las gracias por haberme leido y por animarme a seguir escribiendo aunque a veces los animos van por un lado y las ideas van por otro.
Confio en seguir leyendonos.

Rocío Recouso

01/12/2024 a las 17:58

Hola, María!
Muchas gracias por leer mi cuento. Busqué el tuyo para compartir lecturas 🙂
Me gustó la propuesta de la historia. Siempre me gusta leer cuentos donde se reflejen distintos vínculos entre madres-hijas. Tu cuento lo ha logrado. Me gustó que al final solo fue un “momento de gloria” y no un típico “final feliz” para el cierre del cuento.
Nos leemos! Saludos!

Chus Galego

01/12/2024 a las 19:49

Hola, María Jesús.
Leí con agrado tu relato. Creo que tiene un buen comienzo, capaz de captar la atención del lector y me gusta ese giro cuando la protagonista desvela su pretensión de salir del anonimato y emular a su madre. Como te han señalado anteriormente, yo también creo que el último párrafo podría mejorarse, ya que es demasiado explícito, quizá cerraría mejor el relato un final más sutil.
Un saludo.

Esther

03/12/2024 a las 01:33

Hola María Jesús,te agradezco haber leído y comentado mi relato. También me es grato encontrarte nuevamente en esta hermosa tarea de escribir.
Tu relato me ha gustado, así como tu forma de escribir sin sobresaltos, pausada y convincente. Es una historia dolorosamente humana que muestra una protagonista complicada por sentimientos contradictorios que no le permiten encontrar su destino.
Creo que has encontrado un final adecuado aunque no sea feliz.
Te seguiré leyendo. Un abrazo Esther

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