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El ritual - por dopidopR.
Web: https://historietasypiruletas.blogspot.com/
—¿Seguro que es por aquí? —pregunté apurado.
—¡Claro que sí! —contestó Fredo, que caminaba varios metros por delante—, date prisa, el guarda está por el lado viejo ahora, no sabemos cuanto tardará en hacer la ronda.
Se me revolvió el estómago. No sabía en qué momento me había parecido buena idea ir al cementerio en plena madrugada a profanar la tumba de Joel, mi amigo recién fallecido. Pero ahí estaba, cargado con una pala, detrás de Fredo y dispuesto a todo.
—Creo que por aquí ya hemos pasado —dije señalando la estatua de un angelote rechoncho.
Fredo se paró en seco y olisqueó el ambiente. Se giró hacia mí con una sonrisa triunfal y dejó caer la bolsa de deporte que llevaba al hombro.
—Es ésta.
Apunté con la linterna, en la lápida no había ningún nombre y en la oscuridad no podía asegurar que fuera el mismo lugar donde habíamos celebrado el funeral de Joel esa tarde. Pero la tierra estaba recién removida, y Fredo parecía muy convencido de la ubicación. Confié en él y clavé la pala en el suelo.
Cavar una fosa parecía mucho más fácil en las películas. Yo era un tío grande y fuerte, pero la verdad es que me estaba costando horrores sacar toda esa tierra. Entre palada y palada, observaba como Fredo extraía velas y otros utensilios de la bolsa y los colocaba cuidadosamente formando un semicírculo para realizar el ritual.
Entonces toqué algo duro con la pala, al escuchar el sonido, Fredo vino a mi lado y entre los dos nos pusimos a retirar tierra y barro hasta que dejamos el ataúd al descubierto. Nos miramos.
—¿Funcionará? —pregunté sin tenerlas todas conmigo.
—¿Me tomas el pelo? ¡Claro que funcionará! —contestó Fredo mientras sacaba de su bolsa un libro antiguo. —¡Alúmbrame! —me pidió rebuscando entre las páginas. —¡Aquí está! Atento, voy a recitar el salmo, no debes hablar hasta que acabe. Entonces, abriremos el ataúd y Joel estará de nuevo con nosotros.
Esas palabras me dieron la fuerza que me faltaba. Joel había sido mi mejor amigo desde niños, siempre habíamos estado juntos. Perderle, de forma tan repentina, era algo que no podía asimilar. Si así podíamos traerlo de vuelta, teníamos que intentarlo.
Asentí conforme y Fredo empezó a entonar un siniestro cántico en un idioma que no supe identificar.
Al terminar, un golpe dentro de la caja rompió el silencio. Nos metimos en el foso de un salto y agarramos con fuerza la tapa del féretro para levantarla.
El cadáver estaba tapado con una sábana, pero en la parte de abajo se veía un zapato de señora. Un momento, ¿de señora?
El bulto se movió y nos sobresaltó. Empezó a escucharse un siseo que poco a poco se fue convirtiendo en un débil gemido. Otro movimiento, esta vez más brusco.
Yo estaba aterrorizado, sin embargo, Fredo parecía satisfecho. Se agachó y levantó la sábana para descubrir quién había debajo y ¡sorpresa!: No era Joel.
Era una mujer. Tenía los ojos abiertos y una expresión extraña en el rostro. Parpadeó lentamente y miró alrededor desconcertada. Abrió la boca y su gemido se transformó en una pregunta.
—¿Quéééé haaaagoooo aaaaquíííí?
Fredo me agarró del brazo para que no saliera corriendo de aquella espantosa escena.
—Esto es cosa de los dos —me susurró entre dientes. Pero había sido él quien se había confundido de tumba.
La mujer se incorporó lentamente. Era joven, delgada y, a pesar de estar muerta, era bastante guapa. Llevaba un vestido rosa pasado de moda, que junto al peinado le daba un aire como de actriz de Hollywood de los años setenta. Entonces nos miró.
—¿Me ayudáis… a… salir? —preguntó con voz ronca.
Fredo se acercó, me indicó que le echara una mano. Entre los dos la sacamos del ataúd, salimos del foso y los tres nos montamos en la furgoneta para alejarnos del cementerio.
Estábamos eufóricos, ¡el plan había funcionado! Era cuestión de tiempo volver a por Joel.
—Estabas muerta y nosotros te hemos resucitado —le explicó Fredo mientras conducía. Ella callaba.
—Eso es bueno, —continué yo, que estaba sentado a su lado en la parte de atrás— ¡ahora tienes una nueva oportunidad!
—Tengo hambre —replicó la mujer.
—De acuerdo, pararemos en la gasolinera —anunció Fredo.
Ella me miró con una tétrica sonrisa y me atravesó un escalofrío que me indicó que algo no iba bien. Me giré para hablarle a Fredo, pero fue un error, pues fue en ese preciso momento cuando sentí el primer mordisco.
Comentarios (9):
Paola
18/11/2024 a las 17:50
Hola Dopidop soy una de tus vecinas de arriba.
Un relato mordaz, divertido, bien planteado y con final sorpresa.
Pienso que no tiene errores aunque no soy ninguna experta en el tema.
Solo quisiera resaltar una cosa, ya siembras el germen de la duda sobre si es la tumba adecuada a mitad del relato y me pregunto si no sería mejor si eso lo dedujera el mismo lector según va avanzando la historia.
A parte de eso, me ha parecido un relato magnífico.
Enhorabuena y gracias por hacerme pasar un rato bien agradable
Juli Blanco
18/11/2024 a las 18:58
Hola dopidop! Vine a leer tu relato porque me dió curiosidad el título, y bien que le hace honor.
Me gustó y además está muy bien relatado.
Tal como te comenta Paola, yo omitiria la parte donde dudan sobre si es o no la tumba acertada, dado que un poco adelanta el final quitándole el factor sorpresa.
Por lo demás, se lee muy bien.
Te seguiré leyendo!
Javier López Montes
18/11/2024 a las 20:51
Hola Dopidop. Te dejo mi comentario que espero te ayude en algún aspecto. Suelo dividir mis valoraciones en tres partes, morfológica, ortográfica y literariamente. Pero en tu relato me parece que sólo tiene relevancia mi valoración de la historia en sí, dado que no he encontrado nada reseñable gramaticalmente ni en errores de puntuación.
El relato me ha parecido muy dinámico, entretenido. No hace falta detenerse en largas descripciones y los detalles que acompañan a la acción ilustran la ambientación por sí solos. No considero que el final sea muy sorprendente, ya que mi mente perturbada ya se había imaginado un zombi cuando al despertar la mujer dice “—¿Quéééé haaaagoooo aaaaquíííí?”
Pero no creo que eso le quite un ápice de adicción a su lectura. Me ha encantado.
Un saludo, sigue escribiendo.
Jesús López
19/11/2024 a las 15:10
Hola Dopidop! Un placer volver a leerte despues de tanto tiempo. Me ha encantado como el relato es desenfadado con un sútil toque siniestro para convertirlo en un relato de terror en la última frase. Fresco, rápido de leer y encantador como de costumbre. Un saludo y espero poder seguir leyendo tus historias!
Pd: Yo también envié mi relato para participar, haber si lo encuentras.
IGNACIO
19/11/2024 a las 19:16
Hola Dopidop. Un relato brillante y divertido. Por sugerir algo, creo que no hace falta que el zombi hable cuando sale de la tumba; podría expresarse solo con la mirada y sus primeras palabras destinarse a manifestar que tiene hambre en el climax final. Si te lo imaginas como una película tiene sentido.
IreneR
22/11/2024 a las 19:00
Buenas, dopidop.
Me ha encantado tu relato. Se lee con mucha facilidad y engancha desde el principio. Me ha gustado el giro final, personalmente, no me lo vi venir.
Un saludo.
Irene.
Mónica Bezom
23/11/2024 a las 00:48
Hola, Dopidop.
He leído tu cuento y ¡me ha encantado!
Lo has llevado con el ritmo adecuado como para que no decaiga el interés en ningún momento. Tiene carácter y sazón. El final, inesperado, me ha sorprendido.
“Pero la tierra estaba recién removida, y Fredo…”: la coma está demás.
Ha,sido un placer leerte.
Saludos!
Mónica Bezom
23/11/2024 a las 15:10
Hola de nuevo, Dopidot.
Ya ves, yo observándote la coma improcedente y en el comentario cometo el mismo yerro: “Ha,sido un placer…”, Jaja, producto de la prisa supongo, así que me corrijo:
Ha sido un placer leerte.
Saludos.
Pilar (marazul)
24/11/2024 a las 18:34
Hola dopidop, se agradece leer un relato tan ameno como el tuyo. Teniendo en cuenta la frase y las palabras obligadas casi todos los que de momento he leído van en la misma dirección. El tuyo me ha hecho sonreír.
Enhorabuena por tu relato